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ADVERTENCIA: Este capítulo contiene mucho omega encintado y hormonal, malhumorado y angustiado.
(Qué advertía, no?)
(La canción ambienta y representa muy bien la vida de Jimin en este momento)
“Oí el rumor de que todo ha sido un caos sin ti.”
En el bullicioso ambiente de la cafetería universitaria, durante el tiempo de descanso en el que por milagro divino lograron coincidir, una pareja compartía un momento de ternura, perdidos en su propio mundo mientras se acariciaban con suavidad. Taehyung había decidido optar por descansar su anatomía sobre Jungkook, aferrándose a él como si de un koala se tratase, pero su alfa no emitió queja alguna. Sus lobos se hallaban envueltos de una bruma de amor inmensurable del que no temían continuar demostrando.
Taehyung encontraba en Jungkook su lugar seguro en el mundo. Sus besos acompañados de las feromonas entremezcladas de vainilla, con pera y gardenias tan características de su alfa, siempre funcionaban como una anestesia a su alma herida. Su lobo solía arrinconarse en su interior para disfrutar de ser envuelto en aquellos aromas magnetizantes y atrayentes para su olfato.
Hubo besos depositados sobre el inicio de su cuello, sobre su hombro, también detrás de su oreja, provocando en él demasiadas risas que fue incapaz de ocultar. Liberaba suspiros profundos y cerraba sus ojos en completa apacibilidad y confort mientras transcurría el tiempo; los pensamientos, la sensación de alerta, todo desaparecía ante el corazón y el amor sincero de su alfa. Y claro que sus gestos afectuosos no pasaban desapercibidos, atrayendo miradas curiosas y sonrisas cómplices de algunos espectadores. Entre la multitud de estudiantes que se encontraban realizando diferentes actividades en esa zona del campus, Jimin los observaba con una expresión de fingido disgusto, aunque sus ojos brillaban con complicidad.
—Entiendo que para los seres humanos el contacto físico es fundamental, pero, ¿pueden detenerse? Solo un segundo. —exclamó Jimin en tono burlón, atrayendo la atención de Taehyung y Jungkook, cuyos labios detuvieron cualquier movimiento en el intercambio que habían comenzado a tener, y comenzaron a sonreír en el momento que Jungkook deslizó su mano por la espalda del omega hasta poder depositarla en el inicio de su trasero, acciones a las que Jimin estuvo atento y su rostro expresó tanto en poco tiempo que logró hacer reír a sus mejores amigos—. Esto es un espectáculo, maldición. Me avergüenzan.
El alfa envuelto de los hechizantes aromas a frambuesa y frutos rojos de su omega, con una sonrisa mucho más traviesa que hacía unos minutos, curiosamente decidió preguntar a la vez que su mano se arrastraba con parsimonia hacia la cintura de Taehyung:
— ¿Por qué habrían de avergonzarte nuestros actos de amor, Jimin-ssi?
Jimin analizó el semblante de los dos, notando que Taehyung se encontraba maltratando su labio inferior con el rostro completamente teñido de un rojo intenso mientras intentaba no reírse de la situación, pero Jungkook estaba disfrutando de ello. Y si acaso le preguntaban, la pareja parecía un dúo de adolescentes jodidamente hormonales. Aunque también se preguntaba cuánto más podrían sobrevivir con caricias y besos subidos de tono en respuesta a una necesidad que consideraba básica dentro de su mundo como lobos en celo.
Con la sudadera de Yoongi aferrada a su cuerpo con posesión, relajó su propio semblante y fingió un suspiro dramático.
—Porque realmente los envidio —admitió entre risas, un poco ocultas por el bullicio que acaparaba todo el campus en la zona de la cafetería. Aunque Taehyung entrecerró sus ojos, centrándose en el lenguaje corporal de su mejor amigo que demostraba algo diferente frente a ese semblante burlón. No le gustó leer aquello, en absoluto.
Sin embargo, y por otro lado, estaba totalmente en lo correcto. Jimin se encontraba sumido en un mar de pensamientos tumultuosos donde sólo gobernaba la situación crítica de su alfa en él. Sus ojos se deslizaban por las pantallas ubicadas en la cafetería, leyendo el menú con su estómago rugiendo, pero su mente estaba en otra parte, perdida en recuerdos y anhelos de tener tan siquiera una luz de esperanza en sus próximas visitas matutinas a la habitación de Yoongi.
—Extraño tener mis horas de cariño y mimos con mi alfa idiota —murmuró para sí mismo, más fue lo suficientemente claro que sus mejores amigos prestaron más atención a sus palabras—. Ese maldito...
Jimin finalizó dejando escapar un suspiro de melancolía, esta vez, había elevado su voz muy frustrado. Taehyung y Jungkook hicieron contacto visual, entendiéndose demasiado bien y dieron comienzo a una bruma de feromonas con sus propias fragancias que desprendían calma, amor y contención para el omega de cabellos rosas, color que había descuidado en esas últimas semanas y sus raíces azabaches se hacía notar, y cada mañana frente al espejo se tomaba un momento para observarlas y sonreír tras tener presente el recuerdo de Yoongi entregándole dinero en la cafetería la primera vez que se conocieron insinuando que necesitaba una visita al estilista.
Me duele enormemente esta situación, mi alfa. Me duele no poder sentir completamente ese amor incondicional por nuestro bebé, me duele pensar que lo estoy rechazando simplemente porque en estos últimos días me invade la idea de que tú quizás nunca regresarás a mí.
—Estoy frustrado, maldita sea. No tienen idea de cuánto extraño tener sexo —continuó lamentando y sonrío, creyendo que así apaciguaría su propio sentir—, y burlarme de él, y que nos insultemos... ¡ah! —Un grito de frustración escapó de sus labios, resonando en los oídos de Taehyung. Jungkook lamió sus labios, no pudiendo ignorar que su omega estaba tenso y estaba encajando sus uñas en él—. Jamás he sido particularmente afectuoso en mi bendita existencia, pero ahora, por causa de él y su lenguaje de amor, siento ansias desesperantes por citas, por volver a escuchar sus comentarios sarcásticos, por sus besos que me tomaban desprevenido, por sus cálidos abrazos con esos fuertes brazos musculosos y... todas esas mierdas de manifestaciones de cariño que antes despreciaba y me parecían insignificantes y... y necesito que despierte pronto. Extraño a mi alfita grandote —puchereó y apoyó sus antebrazos sobre la mesa para esconderse en el pequeño espacio que quedaba.
En ese momento, Jungkook apretó sus labios, dejando el contacto con su omega para que éste tomara asiento en el lado izquierdo de Jimin, ambos logrando así poder rodearlo con sus fragancias; levantó la mirada y, un poco distraído por todas las emociones que las feromonas de su mejor amigo desprendían, contestó:
—Bueno, grandote es demasiado decir —Se rascó la nuca y sus ojos se desviaron hacia Taehyung, cuyas cejas se encontraban fruncidas y su mirada intensa, como si estuviera desaprobando sus palabras.
Jimin levantó su mentón a la velocidad de la luz y lanzó a su dirección una mirada indignada.
—Cállate, vagabundo. Antes de hablar de mi alfa, deberías mirarte al espejo. —replicó con sarcasmo, aunque una chispa de diversión brillaba en sus ojos porque todavía recordaba todas las oportunidades donde Seokjin opinaba sobre la manera de vestir de Jungkook, aún cuando supiera que el alfa había nacido en una familia prestigiosa como la suya, y que sólo por gustos vestía con ropa holgada e impensada para el indignado abogado—. Es mi grandote porque tiene mucha fuerza y ha conseguido sacudirme, no lo apodo por su aspecto físico.
Taehyung, quien había decidido beber un trago de su botella con agua, comenzó a toser luego de escuchar los dichos de su mejor amigo. No obstante, tras haberse recuperado, no dudó en reírse hasta que le dolió el estómago.
— ¡Aigo! Jimin, eres un sucio —masculló mientras observaba al omega levantándose de su asiento para colocarse otra de las sudaderas de Yoongi—. Todavía me debes los detalles de ese encuentro tuyo, más tarde hablaremos al respecto —dijo con complicidad, dándose cuenta del cambio de aura en el otro y sonrió satisfecho.
—Tienes toda la razón —Jimin asintió con una sonrisa a medias—. ¿Un pequeño consejo? —Se volteó y sostuvo fuerte la correa de su bolso—. Nunca dudes en montar a Jungkook cuando te haya anudado —Le obsequió un guiño antes de finalmente retirarse a la facultad de derecho para su juicio simulado.
—Jimin, de nuevo, eres un sucio y un fetichista.
—Sólo es un consejo. —respondió Jimin con una risa, despidiéndose de una vez.
Lleno de desesperanza y decepción consigo mismo, se encaminó con pasos medianamente lentos hacia el salón que le correspondía, mientras tanto daba un repaso general de cada tema que sus compañeros y él iban a tratar sobre el caso judicial que se les fue asignado hacía un par de semanas, pero él había llevado el estudio y preparación de aquella simulación como pudo, puesto que fue una actividad propuesta días después del accidente de Yoongi y nada había logrado quitar al omega de ese caos de pensamientos durante esos días. Ni la simulación, ni las tareas, ni el estudio riguroso para la presentación final de su tesis, ni su rutina diaria de clases por la tarde, ni los ensayos en la facultad de artes, ni Taehyung, ni Namjoon.
Era un círculo vicioso de una rutina que estaba destruyendo lentamente su salud mental y física, poniendo en peligro la propia estabilidad de su bebé dentro de su vientre porque no estaba predispuesto a las revisiones médicas, aún cuando su hermano le ofreció hacerse cargo. Y nada lo haría cambiar de posición. ¿Estaba cometiendo varios errores por ello? Sí, y no era ciego o estúpido para no reflexionar que era así y que eso también decepcionaría de una forma inimaginable a su alfa.
Había estado informándose sobre el largo proceso de un omega en estado de espera, y nada le hacía menos emoción que saber que era fundamental la presencia activa de su alfa en ello. Tanto para darle masajes, como para controlar sus cambiantes estados de humor debido a las hormonas y como también apaciguar con sus feromonas cualquier momentáneo estrés, angustia u otra emoción que resultaba negativa para la vida de cachorro.
Sin embargo, con todo aquello, también olvidó prestar la suficiente atención a sus obligaciones en la universidad. Olvidó imprimir informes que sus profesores tenían que evaluar y corregir, desatendió la lectura de los temarios de sus clases y eso lo atrasó del resto; también gustaba de perderse entre sus pensamientos y sus preocupaciones durante los momentos de exámenes y lo único que conseguía era decepcionarse todavía más de sí mismo por conocer sus calificaciones.
Todo parecía un caos del que no estaba seguro de cómo salir. Estaba completamente inmerso en las preocupaciones por Yoongi y su retraso en despertarse, en las responsabilidades de cuidar a su pequeño cachorro que yacía en su vientre, y en la sensación de inutilidad que lo embargaba después de darse cuenta de que seguía actuando como un padre incompetente incapaz de proteger a su bebé. Además, se sentía frustrado por su bajo desempeño académico. Todo lo abrumaba, y temía no haber podido expresar sus sentimientos de manera adecuada, lo que podría conducir a consecuencias desastrosas. La idea de cometer errores frente a todos, durante una presentación importante, lo llenaba de angustia. Preferiría no tener que enfrentar esa situación, ni hacer el ridículo al disculparse con presura y salir corriendo después de olvidar información crucial en medio de su defensa. Le preocupaba entrar en un estado de nervios incontrolable, esto último en especial porque su pequeño Poof parecía decidido a causarle problemas, como el repentino malestar estomacal de Jimin que lo obligó a correr hacia el baño, aún vestido con su túnica, para devolver el desayuno.
«Aish, pequeño Poof... Acepto los antojos, pero esto es asqueroso y repugnante. ¡No seas tan duro con tu papá Jiminnie, ha tenido un día complicado!» Exhaló con fuerza, aún sintiéndose ligeramente mareado para colocarse de pie y se sentó en el suelo.
—¿Jimin? —llamó una voz apacible desde afuera, mientras intentaba percibir las fragancias que impregnaban el baño, intensificándose en el cubículo contiguo—. Jimin, sé que estás allí dentro —continuó la voz, familiar y reconfortante, lo que calmó los instintos inquietos de su lobo omega. Era Hoseok, lo que significaba que no había ningún peligro inminente—. ¿Necesitas ayuda?
—Solo un momento.
—Entiendo. Tengo una botella de agua conmigo y... —Sus palabras fueron interrumpidas por una mano curiosa que se deslizó por debajo del cubículo, incitando a que le ofreciera el envase y así lo hizo.
Una vez recuperado por completo de sus malestares, Jimin reunió las fuerzas suficientes para levantarse con cuidado y quitarse la túnica de fiscal, enrollándola antes de dirigirse hacia los lavabos para refrescar su rostro. Frente al espejo, hizo contacto visual con Hoseok. El alfa extendió su mano y Jimin dudó un momento antes de acercarse para tomar la toalla que le ofrecía.
— ¿Por qué no vas a casa en lugar de quedarte aquí? —preguntó Hoseok, mientras desviaba la mirada hacia la pantalla de su teléfono para enviar un mensaje a sus amigos—. No te ves del todo bien.
—Gracias, hyung —respondió Jimin, lamiéndose los labios antes de apoyar ambas manos sobre el mármol—. No puedo irme todavía, tengo ensayo de contemporáneo en unos minutos.
— ¿Vas a practicar en ese estado? —Hoseok lo observó con desaprobación, notando la expresión poco favorable de Jimin en respuesta a su pregunta. Esto lo llevó a tomar una decisión y acercarse al omega—. No creo que sea una buena idea, al menos no hoy —siseó, pero las lágrimas que se acumulaban en los ojos de Jimin indicaban claramente su desacuerdo—. Jimin, entiendo que esto sea importante para ti, pero podrías lastimarte si te mareas y haces un movimiento brusco. ¿Qué dice tu obstetra al respecto? ¿Tienes autorización para seguir en el taller de danza?
—Y-yo... Es que... —Jimin mojó sus labios, visiblemente nervioso—. Aún no he programado una cita con el obstetra para hacer un seguimiento del crecimiento de mi bebé.
Hoseok chasqueó la lengua. Jimin encontró genuinamente aterrador el semblante que el alfa le ofreció en ese momento, recordando de inmediato una conversación que había tenido con Taehyung cuando les describió por primera vez al grupo de amigos de Yoongi. «Hoseok es el divertido de los F4, muy carismático y siempre tiene una bonita sonrisa en los labios». Bueno, ahora estaba lejos de ser esa descripción.
«Puede que mi trasero se vea bonito cuando él decida patearlo por ser, una vez más, un padre estúpido y descuidado», reflexionó Jimin con una mueca, sin apartar la mirada de Hoseok.
— ¿Por qué aún no has tenido una cita con el obstetra? —Jimin negó con la cabeza, bajando la mirada mientras se abrazaba a sí mismo, sintiéndose como un cachorro regañado—. ¿Es porque Yoongi sigue en el hospital y no puede acompañarte, o hay algo más?
—No puedo hacerlo sin él.
Las lágrimas comenzaron a brotar sin control. El rostro de Hoseok se suavizó al presenciar la escena, y emitió feromonas reconfortantes para calmar y brindar seguridad al omega. Extendió sus brazos hacia él en un gesto protector, desviando la mirada hacia la puerta del baño para dar la bienvenida a sus mejores amigos, cuya atención se enfocó en los sollozos de Jimin. Con la llegada de los alfas, cuyas fragancias el omega identificó fácilmente, se unieron Taehyung y Jungkook.
— ¿Recuérdame cuántas semanas tienes actualmente?
—No lo sé —sollozó sobre su hombro, con la voz entrecortada—. Dejé de contar hace tiempo.
—Escucha, tengo una idea —exhaló profundamente. Todo lo que estaba ocurriendo en la vida de Jimin no era nada bueno—. Eres un omega en estado atravesando diferentes emociones que afectan a tu cachorro, por lo tanto, es crucial y urgente que vayas a realizarte un chequeo para verificar que todo está en orden. Conozco a una obstetra que es excelente y de confianza. Fue la médica que hace unos años se ocupó del embarazo de la madre de Nayeon.
—Y-yo deseaba hacer esto acompañado de Yoongi. Es mi alfa, es... es su derecho, es... es su papá —murmuró al separarse, limpiándose las lágrimas con la toalla de mano y luego miró hacia su costado derecho—. ¿Qué... qué hacen todos ustedes aquí?
— ¿Qué más podríamos estar haciendo aquí, mi soulmate? Acompañándote.
El genuino amor y cariño se percibían en cada rincón del lugar, impregnando el ambiente con una atmósfera reconfortante que envolvía a Jimin como un cálido abrazo. Los gestos de apoyo y las palabras de aliento de sus amigos resonaban en su corazón, brindándole la fortaleza necesaria para enfrentar cualquier estúpido temor que se le cruzara enfrente para desafiarlo. Por momentos sintió que podía, aún sin el confort y protección al que Yoongi siempre lo ha tenido acostumbrado.
—Todos los que estamos aquí formaremos parte de la vida del pequeño o la pequeña Poof. Somos sus tíos —dijo Eunhyuk como si fuera lo más obvio.
—Y más importante, Jimin-ssi, somos una manada —explicó Jungkook con un tono firme y convencido—. Aunque algunos nos toleremos mucho menos que otros —acotó seguidamente y con una sonrisa que apenas pudo controlar, señalando a Taehyung y luego a Eunhyuk, Hyunjin y Hoseok como referencia a sus palabras. Jimin soltó una leve risa por ello.
—Quizás no sea lo mismo, ni el mismo sentimiento que podrías experimentar si Yoongi estuviera aquí, pero, al menos, seremos una grata compañía —añadió Eunhyuk—. No te demores más en tomar la decisión y vayamos a realizarte una primera ecografía o lo que haga falta. ¡Estoy ansioso por conocer a mi sobrino o sobrina!
— ¡O quizás sean sobrinos o sobrinas! —se sumó también Taehyung, observando la expresión de horror en el rostro de Jimin—. ¿Qué? Es una posibilidad que nadie debería descartar.
—Cállate, soulmate —replicó Jimin, frunciendo el ceño mientras estiraba los labios y, rendido, experimentaba otra oleada de náuseas—. Detesto que todos ustedes tengan un sentido territorial conmigo, ¿saben? —Una sonrisa genuina se dibujó en su rostro—. De acuerdo, necesito recoger mis cosas y...
—Oh, no es necesario, aquí lo tenemos —intervino Hyunjin, acercándose para levantar el bolso de Jimin con una mueca graciosa—. ¿Qué traes aquí dentro, al jodido Dobby de Hogwarts? ¿Acaso es pariente tuyo? Creo que eso era evidente, de todas formas.
— ¡Oye! ¡Voy a matarte! ¡Tienes dos segundos para mostrarte arrepentido o...! O sino... —De repente, los ojos se le llenaron de lágrimas y la angustia comenzó a invadirlo, por lo que detuvo sus palabras y acciones sin comprender por qué estaba empezando a llorar, mientras pensamientos que destruyeron su autoestima resonaban en su mente—. Me dijiste feo —Hyunjin abrió los ojos aterrado—. ¿S-soy feo? —Realizó otro puchero y todos parpadearon confusos en respuesta al cuestionamiento—. Soy feo —afirmó convencido ante el silencio ajeno—. E-eso quiere decir que mi bebé también lo será. ¡No, no, no!
—Jimin, mi comentario no fue en serio, yo lo...
— ¡Hwang Hyunjin! —Chilló molesto.
Fue demasiado tarde para enmendar su pequeño error, puesto que Jimin reaccionó ante Hyunjin y acortó la distancia para impactar sus puños sobre el cuerpo del otro. La tensión en la habitación se volvió palpable mientras los demás presentes observaban la situación con sorpresa y preocupación. Los gritos y el forcejeo llenaron el aire, creando una atmósfera cargada de emociones y tensión. Jimin, consumido por la ira y la frustración, que en su momentáneo minuto de racionalidad consideraba absurdo, se dejó llevar por el impulso del momento, mientras que Hyunjin intentaba contenerlo y calmarlo, aunque sin mucho éxito. La confrontación dejó a todos los presentes en un estado de incredulidad, sin saber cómo reaccionar ante la explosión repentina de violencia. Aún así, nadie lo detuvo; Hoseok comprendió mejor que nadie lo afectado que estaba aquel omega por las hormonas de su estado.
— ¡¿Por qué tenías que compararme con ese duende feo y escuálido?! —Chilló Jimin de nueva cuenta, con una mezcla de cólera y disgusto en su voz.
— ¡Auch! ¡Jimin, detente! ¡Eso duele! —suplicó entre quejas el alfa, tratando de contener los golpes del omega—. Te compraré lo que quieras, pero déjame tranquilo.
Las palabras de conciliación lograron sorprendentemente calmar al omega. Sus movimientos se detuvieron y, después de sorber su nariz, dijo:
—Q-quiero... —se tomó un momento para calmarse y luego miró a Hyunjin, esta vez sus ojos denotando su alegría. El alfa asintió, tomando distancia y preguntándose si así se veían todos los y las omegas durante el transcurso de su estado en espera. Le aterró al imaginarse en esa situación, pero con JeongIn, cuyos humores sin un bebé a bordo eran jodidamente cambiantes—. Quiero sandía, mientras vamos de camino a la consulta con la obstetra. A propósito, ¿cómo se llama? —preguntó con la mirada puesta sobre el otro alfa.
—Su nombre es Son Yejin —respondió Hoseok, tratando de mantener la compostura—. En una hora y media debo pasar a recoger a Nayeon, así que, démonos prisa.
Jimin se encontraba nervioso y preocupado mientras se dirigía a la consulta de obstetricia, acompañado por cuatro alfas y un omega que despreciaba —por decirlo suavemente— a tres de ellos. A pesar de tener aproximadamente dos meses de gestación, pues había estado contando meticulosamente los días desde que descubrió su estado, Jimin aún no se había sometido a ningún control de rutina. Su mayor temor en ese momento era haber cometido alguna estupidez que pudiera afectar a su bebé. Sus pensamientos eran caóticos e irracionales.
La ausencia de Yoongi, aunque Jimin no quería admitirlo sinceramente en voz alta, había generado en él un rechazo a realizar cualquier procedimiento médico sin la presencia de su pareja. Sabía que esto lo estaba afectando más de lo que debería. ¿Pero quién podría juzgar a un omega en estado que había pasado varias semanas sin sentir la satisfacción de su lazo con su alfa predestinado, sin poder sentir su compañía irreemplazable de cerca y sin el amor, protección y alegría que solía proporcionarle? Aunque estaba agradecido por la compañía de los mejores amigos de Yoongi y los suyos propios, las emociones no eran las mismas.
Sus amigos, conscientes de lo complicado que estaba siendo el momento para Jimin, lo rodeaban con su incondicional compañía y protección, tal como habían prometido. Mientras ingresaban a la consulta, transmitían mediante sus aromas una mezcla de tranquilidad, seguridad y afecto. El aroma cálido y reconfortante de Hoseok se mezclaba con el aroma fresco y calmado de Eunhyuk, mientras que el aroma protector y estimulante de Hyunjin completaba la armonía olfativa. A su vez, Taehyung y Jungkook irradiaban una sensación de confianza y optimismo, envolviendo a Jimin en un aura de esperanza y amor abundante.
—Señor Park Jimin —anunció una mujer que rondaba los cincuenta años, levantando la vista en busca de su próxima consulta, pero se encontró, en su lugar, con lo que parecía ser un pequeño ejército de lobos que custodiaban a un joven de cabellos rosas desgastados. Descolocada por tantas presencias imponentes, preguntó—: Disculpen, ¿quién es el paciente?
— ¡Aquí estoy! —exclamó Jimin con una sonrisa nerviosa, señalándose a sí mismo mientras la miraba con expectación. Ella le devolvió la mirada con calidez, reconociendo la juventud del chico.
—Entiendo. ¿Estos son tus acompañantes? —preguntó, y Jimin asintió con un gesto tímido—. Parece que trajiste a todo un equipo de fútbol contigo —bromeó la doctora con una sonrisa, provocando un ligero rubor en el rostro de Jimin—. Por favor, pasen al consultorio.
En fila, todos se acomodaron, permitiendo que Jimin tomara asiento junto a Taehyung, cuyas manos buscaron las suyas de inmediato, ofreciendo su apoyo con suaves apretones y caricias. Mientras la consulta comenzaba, Jimin entendió que no había vuelta atrás y se concentró en escuchar atentamente a la obstetra.
—Bueno, Jiminnie —Lo apodó tal como minutos antes el omega le indicó para ayudarlo a sentir más comodidad y confianza—, para empezar, quiero asegurarme de que estés tomando suplementos prenatales todos los días a partir de hoy. Son importantes para garantizar que tu bebé reciba todos los nutrientes que necesita para desarrollarse saludablemente —le explicó con una sonrisa, a su vez, escribía todas las indicaciones en una hoja—. Las tomarás religiosamente todas las mañanas.
El omega suspiró y asintió con un movimiento de cabeza. La mano de Jungkook descansó sobre su hombro, brindándole un apretón y enviándole a través de sus feromonas dulces un momento de calma entre tanta tensión que todos comenzaron a percibir en el aire.
—También quiero que hablemos sobre tu dieta —le habló con cautela—. Es crucial que estés comiendo una variedad de alimentos saludables para ti y para tu bebé. ¿Cómo ha sido tu alimentación últimamente?
—Trato de mantener una dieta equilibrada porque practico danza contemporánea y debo mantenerme en forma —le echó un vistazo a su mejor amigo, cuyos ojos brillaban de emoción—, pero en estas últimas semanas las náuseas y mis antojos raros a veces hacen que sea un poco difícil.
—Entiendo. Es normal tener algunos problemas con las náuseas y antojos durante el primer trimestre —aclaró—. Trata de comer comidas pequeñas y frecuentes y evita los alimentos que te hagan sentir peor. Respecto a los antojos, sólo cúmplelos en porciones moderadas. Sobre el alcohol y cualquier tipo de droga ilícita, elimínalos. Y trata de limitar tu consumo de cafeína también.
—Lo tendré en cuenta.
—Oh, Jiminnie, parece que te prohibieron tu actividad favorita... —Taehyung puchereó, y cubriéndose con su mano, susurró en dirección a la doctora—: Beber. —Ella rió traviesamente, notando la atmósfera alegre que se adueñaba de su consultorio.
—Ya no podrás repetir lo que pasó en Halloween —Eunhyuk se unió a las bromas, sacándole una carcajada a todos.
— ¡Cállense! ¿Vinieron aquí solo para burlarse de mí o qué? —Los cinco asintieron, reprimiendo más risas.
— ¿Cómo ha sido tu actividad física últimamente? Recuerdo que mencionaste que practicabas danza contemporánea. ¿Cuántas veces a la semana la realizas? —Continuó la consulta una vez que el tema cambió.
—Lo hago cuatro veces a la semana —contestó Jimin, con las manos en su regazo.
Yejin asintió y registró la información en el historial clínico de Jimin.
—Para concluir, quiero agendar una ecografía para más tarde hoy —expresó con seriedad—. Es importante asegurarnos de que todo esté bien con tu bebé y de que esté creciendo adecuadamente.
—¡Fantástico! —Taehyung mostró su entusiasmo, visiblemente más emocionado y ansioso que el resto.
—No. —intervino Jimin, interrumpiendo la alegría compartida.
Las miradas convergieron en Jimin cuando expresó aquella simple negación.
— ¿Por qué? ¿Consideras que es demasiado pronto o hay alguna razón en particular para no hacerlo? —preguntó la obstetra, inclinando la cabeza con interés.
—Jimin... —Jungkook intentó intervenir, acompañado de Hoseok.
—No quiero hacerlo —insistió tercamente, captando la atención de todos—. H-haré todo lo posible por cuidar a mi bebé, lo prometo, pero no puedo hacer una ecografía sin la compañía de Yoongi, mi alfa.
—Oh —la obstetra pareció sorprendida por su declaración—, pensé que tu pareja estaba entre ellos —Señaló a los cuatro alfas presentes.
Las negaciones rápidas y las expresiones de temor demasiado exagerado ofendieron a Jimin, pero provocaron una risa leve en la obstetra.
—No, no tengo tan mal gusto, doctora Son. Yoongi está en otro piso de este mismo hospital, sufrió un grave accidente en su motocicleta, y por sus lesiones debieron inducirlo a un coma del cual aún no se ha despertado —esclareció, sufriendo un ligero mareo que detuvo sus palabras por un par de segundos hasta que consiguió recomponerse y continuar—. Quiero esperar hasta que esté consciente.
—Los comas inducidos pueden tardar en revertirse, dependiendo de cada paciente. ¿Tu pareja es un alfa común o un alfa de pura sangre?
—Yoongi es un alfa de pura sangre.
—La gestación será complicada en tu caso. Los hijos de alfas de pura sangre demandan mucho en varios aspectos —Suspiró y entrelazó ambas manos sobre el escritorio, mirándole fijamente—. Te daré tiempo para reflexionar sobre esto. Nos vemos en quince días. Si decides antes de ese plazo, ven y haremos la primera ecografía. Entiendo lo difícil que es para ti pasar por esto sin el apoyo de tu pareja, así que si vienes con una decisión tomada, respetaré cualquier indicación que me des durante la ecografía. Si prefieres que bajemos el volumen, que no hablemos o que no mires la pantalla mientras reviso a tu bebé, lo entenderé. ¿De acuerdo, Jimin?
Jimin asintió con las lágrimas acumuladas en sus ojos. La obstetra era comprensiva, paciente y, sobre todo, dulce al dirigirse a él para tratar de entender sus decisiones. Aunque notó que todos tenían expresiones que no pudo descifrar completamente, se sintió satisfecho en el fondo.
Necesito paciencia, estoy atravesando por un bloqueo creativo del que estoy intentando salir escribiendo a la fuerza. Déjenme decir que escribir en esta historia aún es mi curita al alma, había extrañado interactuar (muy de loca) con estos personajes. Gracias por seguir acá y a lxs nuevxs por darle la oportunidad a este fic. Sepan que lo aprecio mucho.
SPOILER (demasiado grande para mi gusto, pero se lo merecen): Yoongi despertará muy pronto y nuevos problemas en la relación Taekook.
Mientras tanto, les comento que vamos a ahondar mucho más en la historia de los F4 y de Jungkook. Principalmente mi objetivo es explicar por qué realmente son populares, además de ser facheros (Fachero en el lunfardo argentino significa “Lindo”). Y respecto a Jungkook, quizás ustedes lo tengan más presente que yo a cuáles son sus aromas/fragancias, así que, los que recientemente están leyendo esta historia y sepan si ya he mencionado antes los aromas de Jungkook, manden DM ahre, porque esta irresponsable autora se olvidó y los terminé cambiando en este capítulo.
Soy un pequeño desastre.
Les dejo mi instagram donde publicaré adelantos y demás de mis historias:
Usuario: alex.moonlight_
Link: (https://www.instagram.com/alex.moonlight_?utm_source=ig_web_button_share_sheet&igsh=ZDNlZDc0MzIxNw==)
Les mando saluditos y abrazos ❤️🩹
ALEX.
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