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67

Oí el rumor de que te has convertido en un miembro más de su manada.

Una semana después.

Durante una hora completa, Jimin se mantuvo junto a la cama de Yoongi, con los ojos fijos en él y el corazón lleno de ilusión y temor. Cada segundo se sentía como una eternidad mientras observaba a su novio sedado, anhelando desesperadamente una señal de vida, un gesto, cualquier indicio de que estaba ahí, luchando por volver a él.

Con voz suave y cargada de dulzura y pizcas notables de una ansiedad que le gobernaba el cuerpo estos últimos días, Jimin le hablaba a Yoongi, compartiéndole sus pensamientos más profundos, sus deseos, sus recuerdos compartidos. Le contaba sobre su día, sobre lo mucho que lo extrañaba, sobre sus anhelos de regresar a Daegu y conocer en su totalidad la ciudad donde el alfa había nacido. Pero no importaba cuánto hablara sobre todo eso o sobre los cambios que estaba comenzando a notar en su vida como omega en cinta, o también cuánto le suplicara en silencio con la mirada, Yoongi permanecía inmóvil, como si estuviera atrapado en un sueño profundo del cual no podía despertar.

La frustración comenzaba a apoderarse de Jimin, haciendo que su voz temblara y sus ojos se humedecieran con lágrimas de impotencia. ¿Por qué él no recibía ninguna respuesta, mientras que otros habían obtenido algún gesto de Yoongi? ¿Qué estaba haciendo mal? ¿Acaso su amor no era suficiente para traerlo de vuelta? Sus labios formaron un puchero.

—F4... Si vuelvo a llamarte de esa manera, ¿te levantarás a pedirme que deje de hacerlo como antes?

Miraba ansioso cada pequeño movimiento del cuerpo de Yoongi, buscando desesperadamente algún signo de que estaba escuchando, de que estaba ahí, pero todo lo que encontraba era silencio y quietud. La sensación de estar atrapado en una pesadilla sin fin lo envolvía, haciéndolo sentir impotente y desgarrado por dentro.

A pesar de todo, Jimin se aferraba a la esperanza, negándose a rendirse. Continuaba hablándole a Yoongi, acariciándole la mano con suavidad, buscando cualquier indicio de vida en su rostro pálido y sereno. Porque sabía, en lo más profundo de su corazón, que tarde o temprano, Yoongi volvería a él y eso le quitaba cualquier miedo a lo que pudiera deparar el futuro para ellos.

—He pasado una hora tratando de obtener alguna respuesta de ti —murmuró con voz quebrada, dirigiéndose nuevamente hacia Yoongi como si este lo escuchara, puesto que pensaba que era inútil y que estaba perdiendo el tiempo para ese entonces—, aunque sean gestos mínimos, pero no estás colaborando conmigo. Entiendo que quizás te caiga mal, y lo entiendo, porque ese sentimiento es mutuo —bromeó un poco—, pero no es necesario que te comportes de esta manera. Tanto Poof como yo queremos que vuelvas a interactuar con nosotros.

—Señor Park, lamento informarle que el horario de visitas ha concluido. —Le comunicó una de las enfermeras que previamente le había proporcionado algunas instrucciones al llegar al área privada donde se encontraba Yoongi.

Con un beso rápido en la frente, Jimin se despidió, un tanto irritado, y abandonó el hospital. ¿Por qué su alfa no reaccionaba? Todos, desde sus amigos hasta sus padres e incluso su hermana mayor, habían logrado obtener algún tipo de respuesta de Yoongi. Sin embargo, él no había conseguido absolutamente nada. Se sentía como el único que no había recibido el memo y estaba empezando a frustrarse. Sus pasos hacia el auto eran decididos y bruscos, atrayendo miradas curiosas de los transeúntes.

En la universidad, Jimin intentó mantener un rostro neutral a pesar de las miradas de sus compañeros, quienes ya estaban al tanto de la situación con su novio. No le gustaba ser el centro de atención, pero se esforzó por mantener la calma y continuar con su rutina diaria, incluso mientras disfrutaba de su batido favorito.

Sin la compañía de Taehyung y Jungkook, Jimin se sentía extrañamente tranquilo a pesar de las miradas curiosas que recibía. Quizás echaba de menos las payasadas de sus amigos para animarlo un poco, pero en su lugar, tres alfas familiares se acercaron a él con expresiones serias.

«¿Qué carajo les sucede esta vez? Fushi, fushi... Ugh», pensó Jimin, frunciendo el ceño mientras intentaba concentrarse en el libro que tenía entre manos. Por ahora, prefería ignorar su presencia y centrarse en su lectura.

—Hola, Jiminnie —escuchó claramente uno de ellos, pero Jimin no levantó la vista de su libro.

—Tengo suficiente con el estúpido alfa que ustedes tienen como amigo, que interactúa con todo el mundo menos conmigo, ¡y soy su omega!, así que, lárguense de aquí —les advirtió con una calma que resultaba aterradora para los alfas. Después de reír por el comentario, dejaron de sonreír al unísono.

— ¿Qué te ha puesto de mal humor además de la poca interacción de Yoongi? —preguntó Hoseok, apoyando la espalda en el respaldo de la silla, con los brazos cruzados sobre el pecho.

—Vinimos en son de paz, amante de mi novio Yoongi —comentó Hyunjin, todavía divertido, pensando que eso podría calmar las aguas agitadas que Jimin parecía traer esa tarde.

—Tengo un examen pronto y tiendo a estresarme demasiado fácil —respondió Jimin, suspirando y reposando el libro sobre la mesa con brusquedad antes de mirar a Hyunjin—. ¿Acabas de llamarme “amante de mi novio Yoongi”? —siseó—. ¿Quieres morir, Hyunjin? —preguntó alterado, tomando nuevamente el libro y amagando con golpearlo con él.

—En realidad, no —reflexionó el alfa, alejándose del omega para mantener su integridad física—. Y no te atrevas a golpear con ese libro a un modelo prestigioso a menos que tus intenciones sean formar un escándalo público, ¿entendido?

—No me asustan tus amenazas —le dijo con ambas cejas juntas, respirando pesado—. ¿Qué quieren de mí? —cuestionó Jimin esta vez mirando al trío.

—Queremos saber si tienes algo que hacer ahora mismo o más tarde —preguntó Eunhyuk, apoyando los antebrazos sobre la mesa y mirándolo con una sonrisa leve.

Jimin negó con la cabeza.

—Estoy haciendo un poco de tiempo para ir a tomar el bus e ir a mi departamento —dijo Jimin, sacando su teléfono para verificar la hora.

— ¿Tú no tienes auto? —indagó uno de ellos con un ligero sentimiento de extrañeza porque podía jurarle a cualquier persona que había visto al pelirrosa sobre un auto habitualmente.

—Sí, pero mi hermano mayor no me permite conducir el auto desde que tuve un ligero ataque de nervios de camino al hospital cuando supe sobre el accidente —explicó con una voz baja y ya predispuesta a insultar al trío de amigos de Yoongi.

—Ya veo. Entonces, acompáñanos —sugirió Eunhyuk.

—Vamos a subirte el ánimo yendo de compras. ¡Cuánto adoro ir de compras! —expresó emocionado Hyunjin, dando saltitos después de levantarse junto a sus mejores amigos.

—Mi armario está repleto; compré ropa hace un par de días —mintió Jimin, aunque eso no quería decir que no tuviera vestimentas aún sin utilizar desde hacía un par de meses.

— ¿Disculpa? No compraremos ropa para ti, le compraremos al bebé —acotó Hyunjin, mirándolo con suficiencia y Jimin logró captar su tono burlón.

— ¿Qué se te antoja, Jiminnie? —preguntó Eunhyuk y ladeó el rostro, depositando sus manos sobre los hombros del omega.

—Hielo con manzanas y... —Lo pensó unos momentos mientras su estómago rugía con la invasión en sus fosas nasales de un delicioso aroma proveniente de la cocina de la cafetería y sus ojos se iluminaron— kimchi.

Hoseok comenzó a reír, invadido por la nostalgia de su propia paternidad y lo que tuvo que experimentar al momento que Solar, la madre de Nayeon, inició la dura época de antojos extraños a altas horas de la madrugada.

—Esto me trae viejos recuerdos de lo que me tocó soportar de Solar en sus primeros meses de embarazo. Hablando de eso, ¿cuál es el apodo del bebé? —Le consultó con curiosidad.

Poof.

El trío estalló en risas. Hoseok y Eunhyuk se sujetaron el abdomen, incrédulos ante lo que escuchaban de la boca del pelirrosa, cuyos ojos se entrecerraron en modo de acusación. Ni siquiera Hoseok durante sus primeros meses de paternidad había escogido un apodo tan tonto para su hija Nayeon meses antes de su nacimiento.

— ¿Qué? ¿Qué es tan gracioso, idiotas? —cuestionó rápidamente Jimin, confundido.

—No puedo creer que en serio ustedes fueron capaces de apodar a su bebé de esa forma —dijo Hyunjin, entre risas.

— ¿Es mi parecer o están burlándose de mi bebé? —interrogó Jimin con un sonrojo en sus pómulos que no era precisamente provocado por la vergüenza sino por sentirse ofendido, con una mezcla de incredulidad y molestia.

—De su apodo —aclaró Hoseok, tratando de contener la risa.

—La verdad ya no me importa porque Yoongi sabrá de esto en cuanto despierte —afirmó con los ojos puestos sobre su teléfono, decidido a cumplir sus palabras por el simple placer de ver a su pareja dominando a sus mejores amigos y vengándose de sus burlas intencionadas.

—Acabemos con esto. ¿Vendrás con nosotros o realmente no quieres? —Hoseok le consultó por última vez tras unos minutos que fueron necesarios para dejar ir el ambiente divertido que crearon.

—No creí que hablaran en serio. Por favor, es innecesario que gasten su dinero en nosotros —Jimin realizó una mueca al ponerse de pie, colocándose su mochila al hombro—. Es decir, me encantaría acompañarlos porque es una distracción perfecta, pero no permitiré que...

—Jimin-ah, te sugiero que dejes de preocuparte por nuestros capitales.

Y quiso dejarse llevar por aquellas palabras en cuanto fue arrastrado al centro comercial de la ciudad, específicamente al área de comida. Lamió sus belfos con impaciencia en medio de la fila mientras escogía una gran variedad de alimentos para todos, y una hora más tarde salieron de la zona con sus estómagos satisfechos.

Durante la búsqueda de la primera tienda a la cual ir, hubo un sinfín de conversaciones animadas, con Eunhyuk, Hoseok e Hyunjin compartiendo anécdotas de su infancia, algunas un tanto vergonzosas que tenían como protagonista a Yoongi, y a su vez mostraban sin tapujos su entusiasmo por convertirse en tíos. A su lado Jimin sonreía a más no poder y sus mejillas le dolían un poco por ello, aunque se hallaba muy agradecido por poder disfrutar de la compañía de aquellos alfas y por el amor que ellos le ofrecían, a pesar de que en un principio no hizo un esfuerzo para acercarse a ellos.

Tras un par de minutos, encontraron la tienda que Hoseok había insistido en explorar con el argumento de que tiempo atrás, cuando Nayeon aún era una bebé de apenas pocos días de nacida, se le fue recomendado por varias enfermeras del área neonatal del hospital universitario. Y en tanto que recorrían la tienda de bebés, Eunhyuk señaló un adorable conjunto de pijamas de estampas de animales, los tomó entre sus manos y exclamó:

— ¡Esto sería perfecto para cuando Poof tenga sus primeras noches en casa, incluso encontré uno con estampado de gatitos bebés que seguramente a Yoongi le fascinará!

Hyunjin sonrió, asintiendo con entusiasmo.

—Sí, ¡míralos! ¡Es tan lindo! Definitivamente lo necesitamos —concluyó el alfa con total felicidad por estar allí—, ponlo en la canasta.

Hoseok, examinando los juguetes de peluche, agregó:

—Y esto, ¿no crees? Será el amigo inseparable de bebé Poof. Por experiencia —se señaló a sí mismo—, lo necesitará. Mi hija Nayeon es incapaz de descansar sin el koala de peluche que compré para ella durante su estancia en neonatología.

— ¿Estuvo en esa área? ¿Qué le sucedió? —quiso saber Eunhyuk.

—Fue una bebé prematura y pasó unos días allí porque sus pulmones no habían acabado de desarrollarse. Afortunadamente es una niña muy sana hoy en día —relató con su pecho de orgullo por ser padre de una niña tan inteligente y audaz como ella.

—Quiero conocer a mi sobrina, Hoseok —Le suplicó Eunhyuk con un puchero—. Ahora que sé de su existencia, no dudaré en llenar su habitación de regalos. Seré el tío cool.

—Eso no sucederá, amigo mío —siseó y negó con su dedo índice balanceándose—. ¿Por qué no consideras formar tu propia familia y encontrar a alguien de quien enamorarte para fabricar a tus propios bebés si estás tan decidido a satisfacer los caprichos de mi hija?

—Tú sabes que sólo he estado enamorado de una mujer.

Pero su conversación quedó en medio de la nada misma. Hyunjin apretó los puños, el semblante le había cambiado con levedad y todos pudieron sentirlo a través de las feromonas que enviaba al aire. Eunhyuk no quiso mencionar de más aquel asunto para evitarse a sí mismo una discusión innecesaria con el hermano de la mujer que aún después de años continuaba clavada en su pecho y que su lobo jamás fue lo suficientemente fuerte para tomar la decisión de dejarla ir y cambiar su rumbo. Hwang Yeji desataba problemas para su hermano Hyunjin y para Eunhyuk.

—Hwang, ¿te encuentras bien? —Hoseok fue el único que se atrevió a acercarse y murmurar aquello con preocupación.

Hyunjin, sosteniendo un móvil musical, asintió en silencio.

—Entonces, ¿podemos llevarle un oso de peluche? —Eunhyuk consultó en dirección a Jimin, cuyo movimiento de cabeza fue afirmativo—. Es excelente, esto ayudará a calmarlo cuando esté inquieto.

— ¿Por qué tengo la sensación de que estás bastante seguro al afirmar que mi bebé es un niño? —Lo miró con la cabeza ladeada, caminando en dirección a una zona repleta de diferentes modelos de cunas para bebé—. A mí me gustaría que fuera una bebé.

—De todas formas, y estoy completamente seguro de poder decir esto, tu carácter será su herencia.

Después de recorrer la sección de bebés, se dirigieron a la boutique de ropa costosa tras haber tolerado los pedidos insistentes de Hyunjin en cuanto reconoció la tienda Gucci y a su lado Valentino, sus dos marcas favoritas. Durante el tiempo que admiraban las prendas elegantes sin intenciones de comprar para ellos, Jimin no dudó en aceptar en sus adentros que se sentía algo abrumado por la generosidad de esos alfas.

—Elegí este suéter para ti, Jiminnie. Bebé Poof y tú cabrán a la perfección en él —opinó sin rodeos Eunhyuk, sosteniendo una prenda de lana suave, color blanco y con unas enormes letras en la zona del pecho que formaban la palabra "Valentino"—. Te quedará genial, ve al probador ahora mismo.

— ¡Yo me llevaré esto antes de que alguien quiera ganarme de antemano! —exclamó Hoseok, sosteniendo un pantalón cargo de color negro. Hyunjin supo que estaba refiriéndose a él, pero lo dejó pasar porque se trataba de su compañero de compras costosas en centros comerciales y eso valía más que cualquier disputa por esa bonita prenda. Además, había miles iguales, por lo que secretamente compraría una y se burlaría de él.

Jimin miró a Hyunjin, quien le ofreció una elegante chaqueta segundos después.

—Llevaremos esta es para que te mantengas abrigado en los días frescos, además, últimamente hubo muchas tormentas de nieve pronosticadas. Hace mucho frío afuera —persuadió al omega, cuyos pómulos estaban en su punto máximo de ebullición.

Agradecido pero un poco avergonzado y con grandes deseos de echarse a llorar sin razón aparente, luego de unos minutos que se tardaron en pagar cada prenda para él, ya habiéndose alejado de la tienda con dirección a las escaleras mecánicas, Jimin respondió:

— ¡Ya es suficiente, niños! ¡No debieron hacer esto por mí y bebé Poof! Carajo, creo que me echaré a llorar por todo esto —advirtió en cuanto los ojos se le llenaron de lágrimas por su conmoción.

—Silencio, amante de mi novio Yoongi —Por ello recibió un zape en el hombro y agregó—: Solo fue una broma... —marcó, pero Jimin no parecía satisfecho con su aclaración y terminó su oración diciendo mientras su brazo se depositaba sobre los hombros del omega— inapropiada. Creo que te has dado cuenta del tipo de relación que tenemos entre los cuatro; somos como una manada y nos gusta proteger a los nuestros con todos los recursos que afortunadamente tenemos, y ahora tú formas parte de esta manada —Jimin reaccionó bajando la mirada—. Jamás te dejaríamos desamparado. Además, hemos comenzado a sentir mucho aprecio por ti y estamos orgullosos de ver que eres un increíble omega. Tienes una fortaleza que a veces me gustaría tener también, siendo sincero.

—Es uno de nuestros modos de demostrar cuánto te queremos —Eunhyuk sonrió cálidamente, acotando las palabras de su mejor amigo.

Jimin se sintió profundamente feliz y enternecido por el amor y el apoyo de su nueva familia extendida, algo que jamás imaginó tener. En el fondo hubiera querido compartir su emoción con sus padres y eran momentos como esos donde volvía a sentirse un niño que basaba sus días en extrañar a sus padres, deseando recibir un abrazo que lo confortara por una vez. No podía esperar para dar la bienvenida a su bebé Poof con tanto amor y cuidado como ya estaba recibiendo.

Después de una última compra realizada por Hyunjin, Jimin se subió al auto de Hoseok y el trío lo acompañó hasta su departamento. Jimin tocó el timbre con nerviosismo, ya que no había encontrado sus llaves en el bolso abarrotado de regalos para el bebé. Namjoon abrió la puerta segundos después, aún vistiendo su ambo del hospital y con una expresión de sorpresa y cansancio en el rostro. Sus ojos se abrieron aún más al ver a su hermano menor acompañado de tres protectores alfas con sonrisas de suficiencia en sus rostros. La escena resultaba tan inesperada que incluso su lobo se alarmó, encrespando su pelaje y preparándose para cualquier posible amenaza.

—Hola... Diminnie. —saludó, pero sus ojos estaban clavados en los tres alfas que rodeaban a su hermano como si fuesen sus guardaespaldas personales. Por otro lado, una ligera sonrisa se asomó en sus labios después de percatarse de las estaturas de los jóvenes que sobrepasaba evidentemente al menor.

—Hola, Namjoon hyung. Oh, ellos son los mejores amigos de Yoongi. Lee Eunhyuk —Jimin señaló al musculoso joven alfa, quien realizó una reverencia con una sonrisa radiante, sosteniendo varias bolsas en sus manos abultadas—. Luego señaló a un pelinegro con hoyuelos como los suyos, cuya expresión era amigable y cálida, muy diferente a los demás—. Jung Hoseok y Hwang Hyunjin —terminó su presentación mirando hacia el otro alfa, era más alto y con cabellos largos. Namjoon opinó en silencio que su apariencia no encajaba con el estereotipo de alfa al que generalmente la sociedad estaba acostumbrada—. Fuimos de compras al centro comercial. Ayúdalos, por favor.

—Yo... Sí. Un gusto, muchachos. —Namjoon respondió con una sonrisa algo atontada, tomando un par de bolsas que el agotado Eunhyuk ya no podía cargar. Observó las marcas en los brazos del alfa y sintió una punzada de compasión al imaginar el esfuerzo que había hecho para no quejarse del peso.

Ingresó y permitió que ellos depositaran las bolsas sobre el sofá. Luego, Jimin los acompañó hacia la entrada del departamento, donde el trío de jóvenes se prepararon para despedir al omega que se encontraba apoyado sobre el marco de la puerta, contemplando con gratitud a los mejores amigos de Yoongi.

—No tienen idea de lo mucho que necesitaba esto —confesó sinceramente—. Gracias por ser una buena compañía.

—Aunque tú nos veas como los amigos de Yoongi, siempre estaremos aquí para ti, Jiminnie. Jamás lo dudes, ¿de acuerdo? Eres un miembro más en esta manada —garantizó.

—Eso es completamente cierto. Voy a despedirme de mi sobrino —avisó Eunhyuk, y Jimin asintió, permitiéndole colocar su mano sobre su vientre. Después de todo, de una forma u otra, ellos conformaban su manada como tanto le sostuvieron durante las horas que pasaron juntos, además de que Yoongi jamás podría vivir sin aquellos alfas un tanto insoportables. Por momentos, Jimin entendió los motivos—. Soy el tío Eunhyuk. Realmente espero que nazcas sano, pequeño bebé Poof. Tus papás no tienen mucha creatividad, pero es el nombre que mi mejor amigo, tu papá Yoongi, te colocó antes de... —carraspeó incómodo—. Lo siento. Eso no importa. Te hemos comprado muchas cosas, y ansío poder conocerte pronto.

— ¿Puedo? —consultó Hyunjin, y Jimin asintió sonrojado, sintiendo la mano grande del alfa sobre su vientre. Su lobo inmediatamente comprendió que no tenía por qué temer como antes—. Aún estás muy pequeño. Soy el tío Hyunjin. Me encargaré de vestirte con las tendencias actuales porque, adivina, soy modelo prestigioso. Poof, espero que tu carácter no sea igual al de tu padre Jimin, o mi pobre mejor amigo estará en graves problemas por mucho tiempo.

— ¡Oye! —saltó Jimin intentando defenderse, y Hyunjin rió, apartándose para darle espacio a Hoseok para hacer lo mismo que sus amigos antes que él.

—Y yo soy el tío Hoseok. Pequeño o pequeña Poof, quiero que sepas que ya tienes una prima que está ansiosa por conocerte y jugar juntos. Se llama Nayeon y está emocionada tanto como yo por tu llegada al mundo —Le confesó y dio un suave movimiento circular que le provocó cosquillas al omega.

Tras eso, Namjoon, quien escuchaba a una distancia prudente, sonrió enternecido. La noticia de que su hermano menor estaba esperando un bebé le llegó de repente, sorprendiéndolo gratamente. Sin embargo, lo que más le impactó fue la imagen que tenía frente a él: Jimin rodeado de afecto y apoyo de sus nuevos amigos, que lo emocionó hasta las lágrimas. No pudo contenerse una vez que se marcharon y Jimin se volvió hacia él para poder brindarle su consuelo.

—No me dijiste que te encuentras en estado. —sorbió su nariz una vez que recibió a su hermano entre sus brazos.

—Estaba esperando el momento perfecto, pero todo se me escapó de las manos. Yo... sé que quizás pienses que soy muy joven aún —Se apresuró en decir—, incluso te confieso que tengo mucho miedo, pero no puedes imaginar lo real que se siente —Se le escapó una risa y autorizó a su hermano para que pudiera colocar su mano sobre la zona baja de su vientre con los ojos tan iluminados como jamás se los vio—. Yoongi, antes del accidente, me llamó para decirme que quería que llamáramos al bebé “Poof, aunque suena un poco ridículo, así es como él lo quería. Deberías haber visto su rostro cuando le enseñé las pruebas, no podía dejar de sonreír y Taehyung también fue testigo de ese momento. Pero luego se desmayó y tuvimos que llevarlo de urgencia al hospital.

—No aguanta nada —Se burló Namjoon, separándose de su hermano menor—. Diminnie, ¿ya has agendado una cita con tu médico? ¿Sabes cuántas semanas tienes?

—Cuatro o cinco, aproximadamente. Aún no he ido a revisarme, ni siquiera pude confirmar mi estado con un análisis de sangre y creo que entenderás por qué.

—Mmh... ¿Y desde cuándo lo sabes?

—Desde que Taehyung fue internado por sus ataques de pánico. En realidad, Jungkook detectó varios cambios en mí que indicaban que estaba embarazado, pero no fue hasta hace dos semanas atrás que comencé a experimentar los primeros síntomas. Fue entonces cuando Yoongi prácticamente me obligó a hacerme pruebas de embarazo en medio de su restaurante. —rió con suavidad—. Después de eso, ya sabes cómo ha sido todo. No he podido concentrarme en nada más que en Yoongi. ¡Pero he estado cuidándome! De hecho, Taehyung, Jungkook y los amigos de Yoongi me han protegido de todo esto porque entienden cómo me siento en estos momentos.

—Te he educado bien, permíteme sentirme orgulloso de eso. ¿Y cómo te sientes ahora mismo, Jiminnie?

—Muy tranquilo y contento. Hoy fue un día muy especial a pesar de que tuve mucho malhumor porque Yoongi se resiste a darme una mínima señal de que está escuchándome. Como puedes ver, me consintieron muchísimo, a mí y al bebé. ¿Y tú? ¿Estás... contento?

—Lo estoy, definitivamente —Sonrió en su dirección, sus hoyuelos se marcaron de inmediato. A Jimin siempre le fascinó esa característica física de su hermano—. Tendré un sobrino o sobrina, y los cuidaré a ambos junto a Seokjin —Mencionar a su pareja le avergonzó y la timidez le invadió el cuerpo, tanto que Jimin rio—. Si quieres, puedo organizarte análisis y tu primera ecografía para mañana mismo. Por supuesto que estaré contigo en esto, sé cuánto temes a las agujas.

Jimin se tomó un momento antes de responder, su voz llena de ternura.

—Haré los análisis de sangre, pero quiero que Yoongi esté conmigo en la primera ecografía. Esperaré a que se recupere lo suficiente, al menos para estar en una silla de ruedas junto a mí. Es un momento especial para ambos, veremos por primera vez a nuestro pequeño cachorro juntos —argumentó y se alejó hacia el sofá colmado de bolsas de diferentes marcas costosas, sentándose en un pequeño espacio que sobraba para abrir una a una las bolsas de cartón de la tienda de bebés—, y quiero que sea así, naturalmente. ¿Quieres ver?

—Pero no sabemos cuánto tiempo le tomará despertar y recuperarse —replicó el alfa, posicionandose a su lado para observar las diversas prendas y juguetes de bebés con una inmensa ternura en los ojos—. ¿Por qué mejor no asistes a tus revisiones en compañía de Taehyung-ssi?

Jimin habló con sinceridad, tratando de hacer entender a su hermano mayor su deseo.

—Créeme, Taehyung es mi mejor amigo y lo amo mucho, pero es la reacción de Yoongi todo lo que quiero ver en mi primera ecografía. Incluso si después de eso vuelve a desmayarse, para mí será especial y divertido de recordar en un par de años.

—Entiendo —Exhaló con profundidad—. No haré un escándalo porque, afortunadamente, mi especialidad médica es pediatría y podré cuidar de ustedes durante el tiempo en que no desees asistir a tus controles.

El suéter Valentino:

El pantalón cargo también Valentino.

Los F4 🥰

ALEX.

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