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Oí el rumor de que podemos ser mejores amigos un día y ser enemigos otro día, pero en el fondo sabemos que nos quedaremos más de siete veranos y fríos inviernos; nos quedaremos junto al otro para toda la eternidad, y eso es una promesa de meñique.

Jungkook conducía con una inusual sensación de urgencia, su dedo índice en su mano derecha golpeaba el volante en las eternas esperas frente al semáforo y su lobo no se sentía bien. En el entrenamiento su mente no rondó en otros asuntos que no fuera en la preocupación que tenía por Park Jimin, y la idea de que estuviera pensando accionar de maneras irracionales como escaparse de la sociedad, de su hermano mayor y de sus amigos y que, además y como si fuera poco, tratara de ocultarlo lo inquietaba profundamente.

Después de terminar su jornada en la universidad, Jungkook se apresuró a subir a su automóvil y emprendió el camino hacia el departamento de los hermanos Park. Su ansiedad crecía con cada minuto que pasaba, puesto que estaba atormentado de sus propios recuerdos oyendo a Jimin balbuceando incoherencias y otras oraciones más claras pero con un tono de voz de apariencia agotada. Y Jungkook no era típico joven que conducía por la ciudad a alta velocidad, sin embargo, en esa ocasión sentía la urgencia de llegar lo más pronto posible.

Mientras conducía y pensaba en los descuidos que había tenido con Taehyung al no haberle comentado la situación, Jungkook decidió que era momento de comunicarse con él para informarle todo lo que sabía hasta ese entonces gracias a sus compañeros y pedirle que fuera a ver a Jimin de inmediato, en caso de que él no lograra convencerlo de desdibujar la idea de huir de la ciudad. Sin embargo, en cuanto tuvieron un leve saludo, la respuesta de su omega lo dejó aún más aturdido.

—“Menos mal que te comunicas conmigo. Acabo de enterarme por las noticias que Yoongi tuvo un accidente y está en graves condiciones, en terapia intensiva luchando por su vida” —le dijo Taehyung con voz cargada de nerviosismo—. “Su equipo médico dice que las expectativas son bajas, y estoy desesperadamente intentando que Jimin responda mis mensajes, pero no lo hace. ¡Está rechazándome, demonios!”

Jungkook sintió un nudo en el estómago al escuchar sobre ello. La situación se estaba volviendo aún más angustiante. Intentó comunicarse con Jimin, pero todas las llamadas fueron rechazadas. Tenía la fuerte certeza de que a medida que pasaban las horas, Jimin estaba entrando en pánico y su punto cúlmine se encontraba al borde de ser atravesado, y Jungkook sabía que tenía que llegar lo más pronto posible porque no era nada bueno.

—Taehyung, yo lo supe cuando estábamos en el entrenamiento de baloncesto. Comencé a tener mis sospechas esta mañana durante una llamada que tuvimos Jimin y yo, por lo que, al enterarme de lo sucedido, pensé en esto y ahora estoy en camino a su departamento. Quiero que sepas que él esta mañana tenía planeado viajar fuera de la ciudad por un tiempo —dijo Jungkook, intentando aclarar su mente para recordar algún otro detalle de la conversación—. No me gusta para nada esta situación.

—“A mí tampoco me gusta.” —Concordó Taehyung—. “Necesitamos estar allí para él; yo necesito estar con Jimin en este momento porque lo conozco lo suficiente para no sorprenderme de que quiera salir de aquí. Iré por mi cuenta. Mantenme informado de la situación, ¿si? Te amo, cariño.

—Te amo, Taebear. —respondió apresurado y la llamada finalizó.

Con un corazón lleno de inquietud y pesadumbre, Jungkook aceleró aún más, decidido a no dejar escapar a su mejor amigo bajo los peligros que eso conllevaría para él y el cachorro que portaba en su vientre. Por momentos su mente le instaló los peores escenarios posibles, y por más que quisiera pasarlas por alto y no tomarles importancia, conocía a Jimin lo suficiente para empezar a experimentar aún más preocupación que minutos antes.

Al estacionar su automóvil, giró su cabeza hacia un costado y su mirada se posó en el edificio y encontró a Jimin en cuestión de segundos. Estaba de pie sobre el asfalto, sosteniendo un bolso lleno de ropa y una gorra cubría por completo su cabello, dejando solo a la vista sus patillas coloreadas de rosa. Las luces de la calle apenas iluminaban su rostro, pero él pudo destacar la hinchazón en su rostro sumado al sonrojo en sus pómulos que dejaban en evidencia un reciente llanto.

Los músculos del alfa se tensaron cuando entendió que sus dichos de esa mañana resultaron ser más que ciertos.

Estaba escapando. O, bueno, lo que fuera; pero no le daba buena espina.

Jimin aferraba sus manos a su vientre aún plano, como si encontrara aquella única forma de proteger a su cachorro de un peligro que lo acechaba, y Jungkook pudo sentir la desesperación que lo embargaba. Comprendía que el omega estaba pasando por un momento en extremo complicado sin su Luna acompañándolo y que por ello hacía todo lo posible para mantener a salvo al bebé que Yoongi y él crearon, aunque eso implicara esconderse en el lugar más recóndito del país indefinidamente.

Tenía que detenerlo.

— ¡Jimin! —Le llamó al salir del auto, azotando la puerta para poder cerrarla y cruzó la calle que los distanciaba casi sin mirar a sus costados—. ¡Jimin! —Elevó una vez más su voz y cuando éste volteó a su llamado desesperado, sostuvo fuerte su bolso para comenzar a acelerar el paso en la dirección contraria.

Extendió su brazo y su mano cubrió la muñeca del omega, logrando detener cualquier movimiento suyo por unos segundos que a Jimin le parecieron angustiantes hasta que consiguió, de una lucha incesante de forcejeos que comenzaron a llamar la atención, zafarse del agarre de su mejor amigo.

— ¿A dónde vas? —Le preguntó entonces.

— ¿Qué carajo estás haciendo aquí? —masculló con su cuerpo temblando, pero no obtuvo respuestas y decidió continuar su camino, más Jungkook se abalanzó otra vez para atrapar su muñeca y volteó para poder verle a los ojos y elevar la voz para decir—: ¡Vete, Jungkook!

—No —sostuvo con terquedad, forcejeando aún más con el pelirrosa—. Estoy aquí para salvarte de ti mismo —respondió y el omega sacudió su cuerpo, liberándose de Jungkook nuevamente. Jamás había oído algo tan ridículo como sus palabras en ese momento—. ¿A dónde tienes pensado ir? Dímelo, al menos necesito saber eso.

—Eso no te incumbe. —respondió con evidente irritación.

—Me incumbe porque estás huyendo de aquí sin contárselo a absolutamente nadie, y consecuentemente eso afectará a todos al no conocer tu paradero, en especial a Taehyung, y a Yoongi hyung en cuanto abra los ojos y pregunte por ti —Ante la mención de su alfa, el omega de cabellos rosas exhaló profundo porque un nuevo llanto se aproximaba y estaba muy agotado como para permitirse soltar una lágrima más—. Jimin, yo te prometo que él estará bien, que despertará pronto para crear una nueva discusión contigo y sacarte de tus casillas como acostumbra a hacer —El omega mordió su labio tembloroso—. Por eso, quiero que me hagas un favor y no intentes esconderte cuando todos estamos tratando de ayudar apoyándote y acompañándote en esto.

Con un nudo en la garganta, Jungkook se acercó a Jimin lentamente, sin querer perturbarlo más de lo necesario. Sin embargo, él no fue capaz de ceder a que diera un paso más y la única defensa de su lobo omega en ese instante fue comenzar a liberar feromonas fuertes y desagradables que provocó una gran irritación en su nariz y se alejó, consiguiendo el objetivo del otro. Su lobo alfa también lo rechazaba por completo debido a aquel accionar tan bajo, y por supuesto que eso estaba lastimándolo. Solo rogaba para que Taehyung apareciera pronto.

—Jimin —pronunció Jungkook con voz suave y obtuvo el mismo resultado; Jimin soltó fragancias desabridas para él—. No —Se mantuvo firme y decidió utilizar su voz de mando a su favor mientras le sostenía la muñeca al percatarse de su nuevo intento de huida—, no hagas esto.

—Lo siento, Jungkook —lamió sus labios sin parar de temblar y se resistió a su agarre—. Suéltame o será peor —advirtió con una denotada voz llena de molestia y éste no se dejó e ignoró la petición, colocando todo su esfuerzo en continuar allí a pesar de que su tolerancia por aquellas fragancias desabridas estaba yéndose al caño, incluso su propio lobo alfa quería dominar su cuerpo para alejarse de una vez.

—Taehyung se enteró de lo que sucedió —anunció como otro de los intentos de detener a Jimin—. Yo sé que comprendes lo que significa —mencionó, provocando que más lágrimas se acumularan en el otro—. Si te vas, él podría convertirse irremediablemente en un excelente agente del FBI para traerte de regreso a Seúl.

— ¡No debiste contarle sobre esto! —reprochó y se acercó con el único motivo de utilizar sus puños para golpear su pecho. Estaba cargado de frustración, desesperación, angustia, y nadie podría llegar a entender aquello que tanto le hacía falta—. Si no se lo mencioné desde el principio, fue porque quería que se enfocara en su recuperación y en la relación que tienen. Ahora... puedo lidiar con esto —aseguró sin percatarse que por sus mejillas comenzaban a deslizarse lágrimas a grandes cantidades—. Por favor, Jungkook, necesito que me sueltes.

Ante su oposición, su sistema nervioso se salió de control y estalló en un llanto que fue escandaloso.

Detente —exigió con la voz de mando, totalmente ofuscado por los aromas que simbolizaban el rechazo de Jimin hacia él.

— ¿Detenerme? —bufó—. ¡Tú no puedes entender cómo se siente vivir en esta mierda, Jungkook! —exclamó con voz elevada y cargada de agobio—. ¡Y-yo...! —Se vio interrumpido por un sollozo, pero en cuanto pudo contenerlo, levantó su quijada y le vio—. Incluso estando Yoongi en otra parte, solía sentir su presencia cerca de mí, pero ahora... ya no —Otra vez sus ojos observaron el suelo. Había comenzado a nevar—, y la sensación de su ausencia es abrumadoramente agónica, y esto está torturándome de una forma de la que eres incapaz de dimensionar.

Con mucha voluntad, Jimin levantó la mirada en dirección a Jungkook y le permitió que viera sus ojos llenos de lágrimas, así como el alfa no escondió su rostro marcado por la preocupación y el nerviosismo de encontrarse en una situación como esa sin los refuerzos necesarios. Incluso el omega distinguió un ligero ápice de dolencia en la pupila y fue ese instante en el que se arrepintió de sus dichos, entendiendo un poco tarde que había tocado una fibra de problemas en la relación de Jungkook y Taehyung que no debió.

—Lo lamento. Jungkook, discúlpame. Yo no... —carraspeó y volvió a reformular sus palabras—: De verdad no quise decir eso, sé que Taehyung y tú algún día podrán...

Detente, otra vez —Impidió que continuara—. Está bien, Jimin, yo te entiendo. Deberías considerar no hablar de esa manera aunque estés angustiado, ese es mi consejo, pero no intentes arreglarlo.

—Jungkook, apártate. —Una vez que la voz de cierto omega se entrometió en su conversación, el alfa mencionado exhaló de puro alivio y acató la orden, dando por finalizado el forcejeo entre ambos.

El corpulento cuerpo del alfa se hizo a un lado sin perder de vista al pelirrosa y Taehyung se dispuso a su lado con un claro aviso en la expresión de su rostro que había oído al menos las últimas palabras del omega y eso pareció disgustarlo, ocasionando que Jimin no supiera a dónde escapar y se sintiera acorralado por sus propios mejores amigos.

—Taehyung-ah... —Fue lo único que sus labios supieron formular en dirección al otro que lo enfrentó momentos después.

—Explícame todo este escándalo —demandó sin una pizca de suavidad en la voz, luciendo todavía más atemorizante, puesto que Taehyung poseía un tono grave poco común entre omegas.

Jimin en esos instantes logró reflexionar que no conseguiría en absoluto que la pareja lo dejara retirarse con tranquilidad, y decidió aún así insistir por última vez con la esperanza de que aquellos ojos, que no le veían expresando un gramo de amor por él, le concedieran lo que tanto deseaba: Irse de la ciudad antes de quedarse allí cumpliendo con su rutinaria vida y perder la cabeza.

—He tomado la decisión de irme de la ciudad por unos días. —Le informó, como si se tratase de un interrogatorio de las autoridades policiales.

— ¿Por qué?

—Porque quiero despejar la mente por unos días —argumentó con sus manos adoloridas por ejercer demasiada fuerza al sostener su bolso de viaje—. Necesito pensar fuera de aquí.

Taehyung comenzó a rechistar, fallando en emitir una reacción que no ofendiera a su mejor amigo. Miró hacia un lado y cruzó los brazos, procurando no entrar en un estado de desesperación que provocaría más problemas entre ellos.

—Un estudiante becado solo tiene que actuar, no pensar —refutó con mucha rabia expulsada por los poros de su piel e hizo una pausa momentánea antes de poder continuar atacando al omega pelirrosa—: Estar triste o enfadado por verte obligado a vivir esta horrible situación, no es sinónimo para que automáticamente comiences a comportarte como un idiota.

—Taehyung, por favor... —Jungkook quiso intervenir al dar cuenta del ambiente que se estaba generando allí.

—No te entrometas y haz silencio —Sus ojos se toparon fugazmente con la mirada del alfa para luego posicionarlos sobre Jimin—. Nada, absolutamente nada, podría justificar este comportamiento tan decepcionante que he presenciado de tu parte hacia mi pareja. Tú entiendes muy bien que no puedo quedarme callado respecto a esto. Fue una falta de respeto, aunque reconozco y agradezco que finalmente hayas recuperado la capacidad de reconocer tus errores y disculparte por ellos —sonrió a medias—. Park Jimin, me has decepcionado profundamente al no llamarme en cuanto te enteraste del accidente. ¡Soy tu mejor amigo, tu jodida alma gemela! Te prometí protección y apoyo incondicional durante toda tu vida, ¡y esperaba que cumplieras con esa confianza en un momento tan crítico, por todos los cielos!

—Y-yo... Perdóname, Taehyung.

—Sí, sí. Te perdono —encogió sus hombros, dándole poca importancia al asunto y tomó posición a su lado para arrebatar el bolso de viaje de sus manos enrojecidas—. Volveremos a subir porque pronto comenzará la tormenta y es peligroso para todos, luego te ayudaré a guardar toda tu ropa en el armario y podemos...

—No. Esperaba que al menos tú lograras comprender esta situación, Taehyung. Lamento haberlos preocupado, pero no es mi deseo quedarme esperando aquí a que me informen que Yoongi no... que él no... —Realizó un profundo silencio por lo aterrador que fue pensar en las probabilidades de supervivencia que se le fueron informadas horas antes, que no le hicieron sentir ni un gramo de esperanza a decir verdad.

— ¡Cierra la maldita boca, Park! —exclamó con fastidio, dejando escapar un suspiro molesto, quedando sorprendido de sí mismo por el encabronamiento que le envenenaba todo el cuerpo debido a las actitudes de su mejor amigo—. Cierra la boca antes de que pierda por completo la paciencia —quiso prevenir, cerrando los ojos momentáneamente y luego los abrió—. ¡Y basta de intentar espantar a mi novio con tus feromonas! ¡Él solo vino aquí para ayudar y evitar que te fueras a sabrá Dios dónde! ¡Aish! —masculló—. Vendrás conmigo y quiero que te mantengas en silencio.

Sin decir una palabra, Taehyung y Jungkook comprendieron al instante las próximas acciones del otro y sólo una mirada fugaz entre ellos bastó para que se dispusieran a los costados de Jimin para arrastrar su anatomía de vuelta al departamento, aunque eso significara poner en segundo plano sus propios deseos e intenciones. Cada paso que daban resonaba en el silencio de la noche, marcando el ritmo de la incertidumbre que envolvía el ambiente.

Una vez dentro del departamento, un momento de quietud se apoderó de la sala, como si el espacio mismo estuviera conteniendo la respiración en espera de lo que vendría a continuación. Jimin, con gesto resignado, optó por retirarse en silencio a su habitación, cerrando la puerta tras de sí con un golpe que resonó en el corazón de sus amigos, cuyos ojos se toparon entre sí y Taehyung realizó un gesto en dirección a su alfa para que le restara importancia al asunto.

—Cuando acabes, puedes irte antes de que la tormenta de nieve empeore. Yo me encargaré de él esta noche, ¿bien?

Jungkook asintió con un movimiento de cabeza y apartó el bolso del omega pelirrosa con delicadeza, colocándolo con cuidado sobre los sofás de la sala de estar. Luego, se volvió hacia Taehyung, quien permanecía frente a la puerta, y se dispuso a salir y le miró a los ojos una vez más, sus manos entrelazadas como un símbolo de apoyo mutuo en medio de la tormenta emocional que estaban enfrentando y que parecía complicarse un poco más al pasar las horas. La tensión e incomodidad en el aire no podía ser pasada por alto.

—Creo que fuiste demasiado duro con él —opinó el alfa—. Necesita nuestro apoyo, no ser reprendido por su irracionalidad.

—Esa situación me ha causado una gran... irritación —exhaló con fuerza—. Es evidente que está esperando un bebé y las hormonas cambiarán su humor cada milisegundo del día, yo intento entender eso, aún así, no puedo pasar por alto que no tuvo la cortesía de informar a sus mejores amigos sobre lo que está sucediendo con el padre de su hijo. Y para empeorar las cosas, ¡decide escaparse!, pero antes de intentarlo, considera apropiado gritarte a ti y faltarte el respeto como si le pagaran por ello. Así que, permíteme ser claro, no fui duro con él —respondió con firmeza y sus cejas fruncidas, después su mejilla descansó sobre el pecho del alfa a través del abrazo reconfortante que estaban otorgándose—. Escucha, si no me ves por una semana, es porque estaré acompañando a este omega aquí. Gracias por llegar a tiempo, cariño. Lamento tener que hacer esto, pero lo conozco un poco más que tú y sé cómo debo actuar ante situaciones como estas.

— ¿Qué lamentas, exactamente? ¿Lamentas ser un buen amigo y apoyar a Jimin? —Le sonrió, y a Taehyung le pareció que era el calmante más natural que Jungkook podía ofrecerle—. Por favor, Taehyung, procede con lo que tengas que hacer con total tranquilidad. Pero quiero que me mantengas informado sobre su estado, ¿entendido? —Esta vez sintió sus dedos acariciando la piel de su cintura con movimientos circulares y le miraba con atención—. Vendré a visitarlos, y cuando Jimin esté dormido, me encargaré de mimarte por ser un gran amigo para él. Por cierto, agradezco que me hayas protegido de las artimañas de Park Jimin —exageró, aunque en el fondo el omega supo que había una ligera pizca de seriedad en sus palabras—. Oh, y no le digas que lo llamé así, o vendrá por mí con algún objeto afilado en las manos y será mi fin.

—Cariño, deberías aprender a defenderte de él —aconsejó con sus manos apretando las cálidas mejillas de su pareja, devolviéndole una sonrisa genuina—. No logro entender por qué te resulta difícil hacerlo solo con él, considerando que durante los partidos de baloncesto, eres uno de los jugadores que más discute con los árbitros o con los contrincantes —acusó, logrando avergonzar al alfa y eso los hizo reír—. Te amo, Jungkook —depositó un beso sobre la punta de su nariz—. Eres el mejor alfa de todos, ¿lo sabías?

Se abrazaron con fuerza, compartiendo todo aquel peso de la angustia y el miedo que los invadía en ese momento por mantenerse a la expectativa de lo que pudiera suceder durante la noche mientras aún no se supieran noticias de Yoongi.

Jungkook sabía que no podía resolver todos los problemas de Jimin, pero estaba determinado a estar a su lado y apoyarlo en todo lo que necesitara. Después de todo, también era su mejor amigo y él era demasiado protector con quienes amaba, por lo que no estaba dispuesto a darle acceso al omega a que pudiera derrumbarse sin más, como fuera le ofrecería voluntad y firmeza para que no tuviera problemas en sobrellevar aquella situación tormentosa.

—Te llamaré mañana. Si él no está dispuesto a colaborar, lo mejor será que vayas a descansar a la habitación de Namjoon hyung.

Después del consejo y su breve despedida, Taehyung se dirigió a la puerta de la habitación de Jimin, llamándolo repetidamente sin obtener respuesta alguna que le permitiera entrar. A pesar de ello, permaneció allí, esperando con la expectativa de que Jimin le diera alguna señal. Aunque durante ese transcurso de tiempo también se sentía aliviado por saber que Jungkook había llegado a tiempo y que su mejor amigo estaba seguro.

— ¿Podemos hablar un momento?

Una hora transcurrió mientras permanecía sentado allí, y aunque normalmente tenía un carácter paciente, la situación estaba poniendo a prueba sus límites.

—Jiminnie, por favor, ábreme.

En el interior, el mayor estaba absorto en la pantalla de su teléfono, esperando ansiosamente noticias sobre su novio. Había enviado incontables mensajes a los amigos de su alfa, a Chaerin noona, a los señores Min e incluso se había atrevido a contactar a su hermano, rogándole que se colara en el área de cuidados intensivos para obtener cualquier información que pudiera calmar las oleadas de nervios que lo invadían. Sin embargo, nadie le estaba dando señales, lo que solo aumentaba sus niveles de ansiedad.

—Jimin-ah...

Escuchó su nombre repetirse tantas veces que perdió la cuenta, pero sus deseos de contestar se desvanecieron cuando su pantalla se iluminó y vio el nombre de la hermana de su pareja. Deslizó el dedo sobre la pantalla y se apoyó con fuerza en las paredes mientras comenzaba a conversar con ella, sus sollozos no demoraron en resonar a través de la puerta, lo que alarmó tanto a Taehyung que comenzó a forcejear con la cerradura.

—“Lo trasladarán a una habitación privada en estos momentos, pero seguirá sedado por unos días más. Ahora mismo mis papás se encuentran con él. Los médicos aseguran que despertará, aunque su contusión es grave, por lo que no podemos estar seguros de qué recuerdos conservará y cuáles no. Yoongi se recuperará, eso es seguro, así que puedes estar tranquilo. Por favor, Jiminnie, acuéstate y descansa un poco. Quiero que tengas presente que, a partir de ahora, todos estaremos aquí para cuidarte a ti y al pequeño cachorro que llevas dentro. Acabo de agradecerle a tu hermano Namjoon por mantenerse atento a todo lo relacionado con mi hermano menor.

—L-lo haré, n-no se preocupen —Cubrió su boca con la mano libre para sofocar sus sollozos—. Gracias p-por cuidar de mí, incluso cuando siento que no deberían hacerlo —soltó una ligera risa amortiguada—. Adiós, noona —sorbió su nariz, invadido por la tranquilidad—. Te sugiero que también descanses, has tenido bastante por un día.

—“Finalmente lograré descansar mis ocho horas. Estoy saliendo del trabajo en estos momentos y planeo llegar a casa, darme una ducha e irme a la cama. Aish... mocosos. Te veo luego, Jiminie, adiós.

Al colgar, Taehyung recibió el permiso de su mejor amigo para entrar a la habitación, y lo primero que notó fue a Jimin recostado en la cama, con el rostro oculto entre las manos, sollozando sin consuelo. Su mente inmediatamente se llenó de preocupación y temor por lo que podría haber ocurrido. Sin embargo, en cuanto el omega levantó la vista y mostró una sonrisa, Taehyung sintió un alivio indescriptible recorrer su cuerpo. Nunca había experimentado una sensación tan reconfortante como la que le brindaba esa sonrisa.

—Él va a estar bien. Siento que está luchando con todas sus fuerzas, y eso me reconforta. Estoy ansioso por el día en que nuestros lobos puedan comunicarse de nuevo, pero lo importante es que está progresando bien y se recuperará más rápido de lo que esperábamos.

Taehyung también sonrió, conmovido por la calidez de la sonrisa de Jimin. Sin dudarlo, se acercó y se sentó junto a él en la cama, rodeándolo con sus brazos para ofrecerle consuelo. Sintiendo la necesidad de estar más cerca, lo levantó suavemente y lo abrazó con ternura, permitiéndole liberar sus emociones mientras acariciaba su espalda en círculos reconfortantes.

—Estoy feliz por ti. Mierda, hiciste que pensara en lo peor.

—Lo siento. 

Se terminó oficialmente Suchwita y yo:

No sé ustedes, pero la personalidad de Taehyung es de mis favoritas.

Jungkook (alfa) mientras Taehyung (omega) muy enojado lo defendía de otro omega (Jimin) porque Jimin lo intimida:

ALEX.

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