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Oí el rumor de que los F4 son lobos son correa.

📍Viernes, día del evento de baile de la academia de la Universidad Nacional de Seúl, Corea del Sur.

Sus fuerzas estaban por el piso. Sus piernas temblaban, los músculos también, y caminar hacia el centro de la cancha apenas fue posible. El equipo de baloncesto renegaba con los dolores intensos en sus musculaturas, utilizando sus manos para masajear especialmente las zonas de sus muslos que ardían a causa de los intensos ejercicios que Yang imponía, uno tras otro, asegurándose de que se esforzaran al máximo hasta el último minuto.

Sin embargo, querían creer que aquella exigencia atormentadora les sería útil para prepararse adecuadamente para enfrentar a la universidad vecina, a sus eternos enemigos nerds de Hanyang y con quienes tendrían un partido difícil e importante en las próximas semanas.

Yoongi paseaba por el centro jugando con un balón en la punta de su dedo índice, haciéndolo girar sobre sí mientras sostenía una sonrisa porque se encontraba presumiendo tal talento con su omega a través del lazo, aunque éste no estuviera viéndolo sentado en alguna grada por estar muy ocupado y nervioso por su presentación solitaria esa noche.

Deja de ser tan presumido, se está convirtiendo en un problema.

Me gusta serlo. No te entiendo, ¿no te enorgullece que tu alfa sea un excelente y talentoso jugador de baloncesto?” Volvió a presumir en un tono de burla, sabiendo que eso haría enfadar al omega un poco más y conseguiría otra respuesta que lo haría reír.

En esta relación sólo uno de los dos puede ser presumido y debo ser yo. No me quites el puesto, alfa mío.

Eso no es justo, pero puedo aceptarlo. Aún así, no respondiste mi pregunta, Wandita.”

Lo estoy, ¿contento? Debes darte un baño antes de venir a mi presentación, seguramente apestas en estos momentos.

Eso acaba de ofenderme.”

— ¡Capitán! —Escuchó de la voz gruesa de su entrenador y volteó.

— ¡Está enamorado, Yang, compréndelo! —canturreó Kihyun y todo el equipo rio, incluso el entrenador, quien no podía creer lo que estaba oyendo.

Yoongi lanzó el balón en su dirección, completamente sonrojado, pero por fortuna pasaba desapercibido como si aquello fuera producto del intenso entrenamiento y no de la vergüenza que estaba atravesando por las miradas y burlas de sus compañeros y de Yang, lo cual era un suceso muy extraño porque no solía perder la compostura ante las bromas de sus muchachos.

— ¡Lobo con correa! ¿Quién lo diría? —agregó Félix con una expresión suave, experimentando ternura por su capitán a pesar de sumarse a las burlas de sus compañeros.

El alfa puro volteó su cuerpo por completo y cruzó sus brazos, intentando prestar atención, aunque le fuera más entretenido continuar su pelea con el pelirrosa.

Alfa apestoso.

Omega caprichoso y mimado.” Le respondió e hizo rebotar el balón, acortando la distancia con sus compañeros para oír las próximas indicaciones de Yang.

—Haremos ejercicios de mano a mano con el propósito de que mejoremos la rapidez en nuestros bloqueos. Quiero pases veloces, estrategias y acomodamientos precisos.

— ¿Sabe si el partido será aquí o en su universidad? —Le preguntó Hoseok, limpiándose con una toalla el sudor de su rostro y cuello.

—El partido se llevará a cabo aquí.

Eso no me ofende, loser.

“¿Conoces palabras en inglés? ¡No lo puedo creer, eres bilingüe, Jimin!”

¿Eres mi novio o mi hater? Le preguntó y sintió por todo el cuerpo una oleada de alegría que atravesó el lazo. Aunque Yoongi no pudiera verlo, sonrió y le dijo: Como si no supieras que estudié dos años en el extranjero, F4.

Soy ambos. Y sí, ya lo sé, pero sigue siendo divertido molestarte porque aprendiste inglés británico y los británicos apestan.”

Tú apestas. Farfulló velozmente. Nos vemos luego.

Ya no puedo insultarte como antes, perdí el toque cuando me enamoré de ti.”

Acabo de sonrojarme como un adolescente, gracias.

— ¡Lobo con correa, presta atención! —Eunhyuk se fue acercando y Yoongi dejó de sonreír.

Notó que todos se habían posicionado según lo planeado por el entrenador y él era el único que aún se hallaba perdido en el centro de la cancha sin recibir alguna indicación de Yang por el momento, haciendo que exhalara por el cansancio de su tembloroso cuerpo y también por ser el objeto de las burlas del equipo. Aunque no lo considerara molesto, él necesitaba descansar y que los chistes pasaran a tener el nombre de Jungkook, quien también estaba enamorado y nadie decía absolutamente nada al respecto.

Debo continuar el entrenamiento o seguirán burlándose de mí, te amo.”

Golpealos a todos. Aconsejó y luego añadió: Te amo, Yoonie.

—Yoongi-ssi, concentrate. Necesito que enfrentes a Hyunjin —indicó un poco más serio en esta ocasión y acató tras haber soltado el balón.

El entrenamiento continuó luego de lo sucedido, y el ambiente fue diferente. Hubo un paso de la diversión a la tensión y la competencia mutua entre ellos. Incluso la cancha comenzó a llenarse del ruido producido por las corridas, los arrastres, los chillidos de las zapatillas causadas por el freno abrupto de quienes las portaban; también del repiqueteo constante de los balones y el propio sonido de la red del aro en el momento que los jugadores corrían para encestar, metiendo un punto de manera perfecta que Yang alabó.

Pero entonces, uno de ellos cayó tras encestar el balón que pudo arrebatarle a Eunhyuk de las manos y causó un escándalo inmenso de una sola persona, cuyo cuerpo se movió hacia su compañero y lo colocó entre sus piernas sin saber realmente cómo ayudarlo.

JeongIn apenas podía mantener los ojos abiertos, su cuerpo comenzó a temblar ligeramente y sintió mucho frío de repente.

Todos se mantuvieron atentos a la situación. Yoongi y Félix tuvieron la intención de acercarse sin dudar un segundo en conducir a JeongIn a la enfermería, no obstante, Hyunjin levantó su vista y la oscuridad en ella los detuvo a medio camino.

—JeongIn, oye —lo llamó y los bordes de sus dedos apenas lo tocaban con golpecitos suaves para que mantuviera su atención en él. Parecía estar al borde de perder la consciencia por alguna razón que nadie entendía—. Háblame, santo Dios.

—Debemos llevarlo a enfermería —dijo Eunhyuk y Jungkook estuvo de acuerdo con él.

—Ustedes son médicos, técnicamente —razonó Kihyun, lamiéndose los labios después. Ambos alfas se observaron entre sí y negaron con un movimiento silencioso de cabeza.

—No podemos hacerlo —espetó Eunhyuk.

—Sí pueden, ¿no son residentes en este momento? —repuso Kihyun.

—No podemos sin licencia médica —sostuvo firme Jungkook, mirándolo con severidad y las cejas muy juntas—. Y no pienso perderla antes de tenerla en mis manos.

— ¡Basta! —Hyunjin, totalmente fuera de sí y desesperado de pies a cabeza, los calló elevando su voz.

—Hyunjin-ssi... —murmuró en dirección al alfa que lo sostenía.

Cariño, por favor, ¿qué te sucede? —Le preguntó con cautela, arrebatando los mechones que le estorbaban la visión.

JeongIn rio. El delta se enterneció por tal acción y trató de alzarse, sin embargo, su compañero no se lo permitió.

—Estoy bien, solo... Mi insulina bajó repentinamente. Tengo un... jugo de manzana... en mi bolso. Lo necesito, por favor —apenas murmuró, se sentía muy débil. Hyunjin lo atrajo más hacia su cuerpo con un sentido de protección enorme que mantuvo descontrolado a su lobo alfa durante toda esa situación.

—A-alguien vaya por su bolso —indicó.

Mientras Kihyun se encargaba de buscar el bolso del pelicastaño en los vestidores del equipo, los demás se les quedaron viendo a ambos. Especialmente la atención de todos fue en dirección a Hyunjin, cuyo carácter estaba a la defensiva, muy atento a los movimientos del resto de alfas que circulaban por allí. Y él entendía su estado y su actitud era por causa de la unión eterna que su lobo alfa y el lobo delta de JeongIn tenían. Ambos estaban destinados a ser con el otro, a quererse a pesar de lo diferentes que eran, a pesar de que las demás jerarquías sentían asco de los aromas que los delta y gamma desprendían por naturaleza como ellos.

Generalmente, en su vida, no se acercaría a las flores de jazmín. Las odiaba, poseían un olor repugnante y nauseabundo que no le gustaba. No obstante, desde que conoció a JeongIn y su aroma atípico a jazmines, reconoció que no era tan malo, y unos años después, le supo más bonito y quería tenerlo impregnado en todo momento para recordarlo siempre. Encontró aquella como su señal —junto a otras más que fueron apareciendo en su camino— de que no tendría un omega, ni un alfa, sino un despistado y tímido delta del cual no quería separarse aún cuando tuvieron varias discusiones al respecto tras su confesión ridículamente tonta.

— ¡Aquí está! —señaló Eunhyuk luego de buscar por todas partes la bebida, más tarde se la entregó a su mejor amigo para que pudiera prepararlo y dárselo a JeongIn.

Los minutos fueron eternos, casi tortuosos, para Hyunjin en tanto esperaba que el castaño recuperara su color y su fuerza para poder colocarlo de pie.

Durante el tiempo que JeongIn logró sentarse con una mejor postura a la par que bebía gustoso y de forma muy entretenida su jugo de manzana, Hyunjin no se apartó de su lado y quedó enternecido luego de ver cómo sus ojos se agrandaron un poco al beber de la caja, como si fuera un niño pequeño. Sin percatarse, una sonrisa nació desde las comisuras de sus labios y eso le provocó curiosidad a quienes fueron testigos de ello.

— ¿Está todo bien, JeongIn-ah? Aún puedes visitar la enfermería si lo deseas —Yang le ofreció y el susodicho negó.

—Tengo diabetes tipo uno, me he familiarizado con tener estos episodios de vez en cuando —sonrió y con ayuda del alfa, su alfa, logró ponerse de pie—. No se preocupen, estoy mucho mejor.

—De acuerdo, pero debí haberlo sabido antes —reprochó.

—Lo lamento, me he acostumbrado a mantenerlo en secreto —confesó y bebió el resto del jugo en la caja, más tarde lo aplastó y lo guardó en su bolso.

Yang asintió en silencio, se despidió y salió de la cancha.

—Hyunjin, ¿podemos hablar un segundo? —preguntó Yoongi y se apartó del resto de sus compañeros que lentamente se fueron dispersando hacia la salida del gimnasio al haber verificado que todo estaba en calma.

El alfa siguió a su mejor amigo, encontrándose muy nervioso por lo que pudiera preguntarle. Ciertamente, él ya lo veía venir y no estaba listo, y necesitaba que todo ocurriera lo más rápido posible para regresar hacia JeongIn que se mantenía firme y de pie sosteniendo su bolso con ambas manos.

—No estamos saliendo, te lo prometo —se apresuró en decir ante la pizca de intimidación que notó en los orbes del mayor.

—Yo no dije nada —respondió Yoongi y lo abrazó, siendo de las cosas menos difíciles que podía hacer si se trataba de su mejor amigo mimado o su omega—. Pero lo harán, y creo que será pronto y finalmente cambiaré la manera en que te agendaste entre mis contactos —continuó diciendo, yendo al grano porque tenía tanta prisa luego de revisar unos mensajes que Chaerin le había enviado dos horas antes respecto de la salud de la abuela Min—. Nos vemos en el evento de Jiminnie. Fighting, Hwang.

Desapareció del lugar después de haberle palmeado el hombro, dejándolo a solas en el extenso gimnasio, y por alguna razón comenzó a nacer un molesto ardor en las cicatrices invisibles que su madre le provocó con sus cuentos escalofriantes sobre el amor por tantos años, así como también quemó en su piel el recuerdo vivido de lo que fue recibir una bofetada de su parte al confesarle que se sentía atraído por un delta. Llevaba impresas en la memoria su contestación de ese día: « ¿Cómo te atreves a querer a un asqueroso delta? ¿Acaso quieres arruinar tu reputación como modelo? Estás loco si crees que permitiré que eso avance. Olvídalo, Hyunjin. Esto es inaceptable, Dios mío. No lo vuelvas a ver, ¿me oíste?».

Y allí se acabó todo.

Seguía sin entender por qué pensó que sería una excelente idea decírselo como si alguna vez hubieran creado tanta confianza para eso.

— ¿Quieres que... caminemos? —le propuso con una ligera timidez que le pareció increíble a Hyunjin, porque ellos se la pasaban empujándose y discutiendo en los desacuerdos que tenían y ahora sus actitudes eran diferentes—. Tenemos un parque aquí enfrente, podríamos ir y... no lo sé, sólo estar ahí.

—Creo que está bien, ¿vamos? —sonrió leve con la mano extendida en su dirección, invitándolo a que la tomara y así fue.

Secretamente Hyunjin estaba fascinado de tener a JeongIn a su lado, se volvió loco de sentir el aroma a jazmines tan cerca y le pareció increíble el silencio cómodo y confortable que los rodeaba en ese tiempo que les tomó atravesar la universidad y el parque hasta encontrar el lugar perfecto para detenerse y sentarse a descansar unos minutos.

Para el lobo delta era la primera vez que experimentaba tanto tacto con una persona, con un lobo alfa que no lo repudiaba como el resto de las jerarquías habían hecho con él. JeongIn sonreía por ese motivo, ni siquiera se atrevió a procesar lo que estaba sucediendo entre ellos porque era tedioso y lo único que prefería hacer era mantenerse junto a Hyunjin y disfrutar al máximo de su compañía que, luego de la serie de discusiones que vinieron después de la salida del hospital de su carismático destinado, podía tenerlo de vuelta con él.

Recuerda haber sufrido mucho los días posteriores porque Hyunjin no le permitía verlo, tampoco le contestaba las llamadas, ni los mensajes, absolutamente nada. Y en la vuelta del alfa a la universidad, cada entrenamiento fue un infierno a su lado. Buscaban la atención y el contacto visual de manera permanente, aunque no hicieron nada más al respecto.

Sin embargo, supo que no fue fácil para los dos. Mientras él se torturaba todas las noches por su situación con el alfa, Hyunjin también se sometía a su propio tormento por todas las abruptas decisiones que fue tomando debido a su familia aún cuando entendiera que eran las correctas y por fin estaría bien en su vida, y para él no había lugar en su mente.

Al momento de haber hallado el asiento perfecto con una vista hacia un estante mediano en el parque, ambos tomaron asiento y un pequeño espacio los separaba y eso le resultaba fastidioso a Hyunjin porque todavía sentía una enorme necesidad de protección hacia su compañero.

Permanecieron en un silencio que dio paso a pensamientos diversos, entre ellos, a JeongIn se le vino a la mente aquel «cariño» con el que Hyunjin lo llamó en medio de su tormenta de desesperación y preocupación por el estado del castaño.

Y sin perder el tiempo, se le ocurrió preguntarle al respecto.

— ¿Qué fue eso? —lo volteó a ver e Hyunjin se perdió en aquellos orbes grises que lo observaron curioso.

— ¿A qué te refieres? —ladeó su cuerpo y una de sus piernas se apoyó sobre la banca.

Cariño —le recordó entre risas suaves—. Cariño... Eso compensa que me hayas esquivado en estas últimas semanas.

—Te conformas con tan poco —lo oyó al alfa rechistar—. Entré en pánico, nunca pensé que eso se debiera a que estuvieras enfermo.

—Suele pasar únicamente cuando descuido mis niveles de insulina —explicó y una vez más lo oyó rechistando, pero en esa ocasión le apartó la mirada—. Los preocupé a todos, en serio lo lamento.

—Jamás lo vuelvas a hacer, estamos hablando de tu salud y eso es muy importante para mi, ¿entendiste? —JeongIn se sintió un niño regañado, pero asintió—. Por esto, ahora debo asegurarme de tener jugos de manzana en todas partes. Es más, esta misma noche iré a comprar cajas en alguna tienda de conveniencia.

—Entonces me aseguraré de tenerlas también, incluso una bomba de insulina si hace falta. ¿Estás contento, Hwang? Lamento ser tan despistado.

—Me gustan los despistados —murmuró, pero el ruido de las personas había disminuído mucho y JeongIn alcanzó a escucharlo—. Deberé convertirme en tu novio para cuidarte de que te golpees la cabeza.

— ¿Disculpa? No estoy interesado en ser la pareja del estudiante más egocéntrico y narcisista de la universidad —mintió mientras luchaba por no emocionarse con la propuesta del alfa—. Búscate a alguien más.

—No necesito a alguien más porque te quiero a ti en mi vida para que puedas desordenarla como gustes. Y quiero que te quedes permanentemente en ella para siempre —su mirada se suavizó por completo y el delta comprendió que no estaba jugando y las inseguridades comenzaron a batallar en su contra.

—Yo... no lo sé.

—Si lo sabes —aseguró, viéndolo jugar con las cintas de su bolso—. ¿Se te ha olvidado lo que hablamos mientras estuve en el hospital?

— No, francamente no pude. Me gustas, no, de hecho estoy enamorado de ti —se corrigió y se colocó nervioso, por lo que, Hyunjin decidió sostenerle la mano—. Pero soy un delta y eso me ha hecho muy inseguro, Hwang, y naturalmente le doy asco a todo el mundo. ¿Por qué tú deberías ser diferente? —se acomodó sobre la banca para tenerlo aún más cerca por el pedido de su ansioso lobo—. He querido hacerte esta pregunta en muchas ocasiones.

—Siendo sincero, no tengo una respuesta concreta para eso. Lo único que sé es que mi lobo y yo te hemos aceptado como nuestra pareja. Quizá no haya explicación, pero nuestra situación es así.

— Soy defectuoso —contestó dudoso e Hyunjin apretó su mano casi sin fuerza—. Te verán raro.

—Sé que he dado una imagen contraria durante estos años, pero francamente no me importa lo que unos desconocidos piensen sobre mi. Entiendo que lo dices por los prejuicios de tu jerarquía, aún así, todos ustedes merecen ser amados por quienes son. Yo quiero hacerlo, ¿por qué no me dejas?

— ¿Puedes vivir con un delta que no es capaz de darte hijos?

—Afortunadamente existen muchas maneras para convertirnos en padres. Pero aún es muy pronto, JeongIn, ¿por qué te preocupas por eso?

—Tengo miedo que el futuro Hyunjin me rechace por eso.

—No puedes estar en estado, lo comprendo perfectamente. Eso no cambiará mi decisión, te lo acabo de confesar de una manera tonta otra vez: Te quiero en mi vida para siempre, Yang JeongIn.

—Prométeme que me lo dirás, no quisiera que me lo ocultaras —le pidió al borde sus labios y con sus manos entrelazadas con las del alfa—. Si has dejado de amarme por cualquier motivo que esté relacionado a mi jerarquía, tienes que hablarlo conmigo.

—Bésame, delta tonto, para que elimines de tu cerebro inteligente que eso pasará. Porque, escúchame bien, te amo en esta vida y en las próximas que nos faltan por atravesar. Ni siquiera te dejaré en paz cuando muera porque reviviré como un zombie guapo y bailaré Thriller para ti, eso te lo prometo —soltó una risa porque estaba sometiéndose a una expresión muy seria y ya habían tenido suficiente él y su pobre alma—. ¿Me aceptas?

—Deberás practicar Thriller desde ahora —bromeó y recibió un beso en la frente que le produjo un cosquilleo casi imperceptible—. Ser mi pareja te costará un dulce por día, ¿estás bien con eso?

—Cariño, pídeme que compre una fábrica de dulces y yo lo haré.

Y se besaron. Fue suave y sin prisas, saboreando la menta provenientes de los labios de Hyunjin y los caramelos en los belfos de JeongIn. Ambos querían mantener el recuerdo de ese momento grabado en sus mentes para toda la vida.

El chasquido de sus labios era el sonido más maravilloso que pudieron haber escuchado en mucho tiempo, el lobo alfa saltaba de alegría dentro de su humano al igual que el delta, aunque este dejó de hacerlo a los pocos segundos para disfrutar de la nueva experiencia de sentimientos cálidos de JeongIn.

—Tienes sabor a manzana —murmuró sobre los labios de su pareja y sonrió con ganas—, es delicioso.

— ¡Woah! Amor, amor, amor... El amor es tan bonito y adorable, ¿no es cierto, Jungkookie? —Una tercera y cuarta presencia se sumaron a su encuentro poco secreto en el parque.

—Tienes razón, hyung —asintió con los labios formando un pico, que luego se deformó tras unas carcajadas que dejó salir de lo más profundo de su ser junto a Hoseok.

JeongIn abrió los ojos y se levantó enseguida, pero acabó trastabillando e Hyunjin lo sostuvo antes de que su cabeza golpeara contra el pavimento.

— ¡Finalmente lo han concretado! Por la Luna, la tensión entre ustedes en el gimnasio fue... Santo Dios —arrugó las cejas—, no quiero volver a recordarlo. Pero pasando a un tema diferente en esta noche tan bonita, ¿qué hacen aún aquí? El evento de baile está por comenzar y Yoongi no contesta mis mensajes.

Hyunjin revisó la hora en su teléfono y gruñó. Comprobó que aún faltaba media hora y volvió a gruñir debido a que lo único que les debía ocurrir a todos en esos momentos era que su mejor amigo no respondiera mensajes o llamadas, porque eso significaba que algo estaba sucediendo en el hogar de la familia Min.

Todos emprendieron camino hacia los vestidores del gimnasio, ya que allí podrían darse una ducha rápida y vestirse. Hyunjin se colocó un pantalón de vestir negro junto a unas zapatillas, camiseta blanca y un suéter de color negro de lana gruesa debido a las temperaturas, que había escogido esa mañana misma antes de marcharse a la universidad. Hoseok y Eunhyuk ya se encontraban listos, por lo que, los encontró fuera de los vestidores charlando muy serios y con teléfonos encendidos en el chat privado que cada quien sostenía con Yoongi, entretanto lo esperaban para asistir juntos al evento.

Utilizó una coleta para atar la mitad de su largo cabello azabache a la vez que conducían sus pasos hacia la facultad de artes.

— ¿Ha contestado? —Ambos negaron con un movimiento de cabeza e Hyunjin bufó—. Faltan quince minutos, ¿qué vamos a hacer? Esperen, ¿y si algo le sucedió?

—Cállate, Hwang. Yoongi va a aparecer, sólo tenemos que ir, sentarnos allí y esperar por él.

—Jimin reservó nuestros asientos, no hay de qué preocuparnos. Los demás ya están en el teatro.

Sin embargo, el show comenzó y Jimin apareció sobre el escenario treinta minutos después y Yoongi no estaba allí. Su baile inició, las luces bajaron, el instrumental lleno de un sonido espectacular y único por la delicadeza del violín, el frenesí dramático de los violonchelos acompañados de las armonías de un arpa y varios instrumentos más que crearon un ambiente dramático, misterioso, desesperado para el ballet y la mezcla de la danza contemporánea que el omega pelirrosa iba a expresar en los próximos minutos.

Al dar comienzo, Jimin levantó su vista y notó a todos sus mejores amigos, al equipo de baloncesto a la par de Hyunjin, Eunhyuk y Hoseok, y se agotó de buscar a Yoongi entre la multitud. Se decepcionó un poco tras ver el asiento vacío, aún así continuó con sus movimientos. Elevó los brazos, dejándolos caer delicadamente hasta arrastrarlos desde su cadera hasta el mentón.

Se arrastró sobre el suelo, estirando sus piernas de forma sensual y sorprendente para los ojos de las personas, en especial del alfa que había ingresado apresuradamente al salón con algunos mechones de cabello unidos en su frente a causa del sudor provocado por la velocidad que puso a prueba en sus piernas para correr y llegar a tiempo a la presentación de su pareja. Sus mejores amigos le dieron la bienvenida, aliviados de verlo saludable y sin ningún rasguño.

Los movimientos del baile de Jimin eran cada vez más angustiosos sin dejar de lado la pasión que lo caracterizaba al pelirrosa, su rostro expresaba uno a uno los sentimientos de la música que se reproducía de fondo como la locura, el desamor, tristeza y aflicción que abarcaba el significado mismo del baile del cisne negro.

Yoongi se sintió atrapado por él, por su baile, por la música. Una sensación irreconocible lo envolvió, pero supo que era bueno. Le gustaba lo que veía, Jimin tenía la capacidad innata de conmover a quien deseara con un par de movimientos delicados y estremecedores. Identificó que se trataba del instrumental del baile del cisne negro, la cual consideraba una pieza única y hermosa de principio a fin.

En un momento dado, varios bailarines vestidos completamente de blanco se unieron a Jimin en el escenario para alzar su cuerpo y éste se rindió sobre ellos. Segundos más tarde sus pies desnudos tocaron la madera marcada, y en el punto más alto de la canción sus rodillas tocaron el suelo y giró sobre ellas para coger una tela de seda negra que combinaba con su vestimenta y se cubrió con ella.

Jugó con ella, llevándola por los aires y por el suelo, combinándola con el movimiento de sus brazos y piernas. La deslizó en su cuerpo, pasando por su abdomen, cuello y cabeza, y finalmente giró un par de veces sobre el escenario junto a la tela que lo envolvía en todo momento.

Expresó sus propias emociones a través de lo que más le apasionaba hacer desde que era un niño perdido en el mundo que sufría constantemente porque sus padres ya no estaban con él, y encontró en el baile una forma de hablar por medio de los movimientos de su cuerpo.

Dio un par de giros sobre el suelo y se levantó para continuar con la parte final, sabiendo que al día siguiente le dolería hasta la última porción de músculo que poseía en el cuerpo.

Tomó la tela de seda una vez más y la deslizó sobre sus piernas, dando saltos acompañado de ella. Y su cabeza se levantó para observar al público, a su alfa y rápidamente se encendieron en él tantos sentimientos, pero no podía sonreír.

Estoy aquí.” Le aseguró su alfa, pero sólo pudo obtener la mirada del omega unos ligeros segundos antes de que éste finalizara su baile arrastrando sus piernas para bajar poco a poco al suelo y deslizarse de una forma magnificamente deleitante sobre el escenario para luego colocarse de pie, lanzar la tela y mantenerse en una posición con la respiración acelerada tras la sobreexigencia a la que se sometió para que fuera perfecto.

Los aplausos colmaron el teatro y los telones se cerraron para que él y todos sus compañeros dieran el agradecimiento final con una reverencia en el momento que las gruesas telas de peluche rojas se abrieron y allí estaba Min Yoongi viéndolo con sus ojos soñadores, festejando por él acompañado de todos sus amigos.

Terminado el evento, los jugadores halagaron y se enorgullecieron del talento del omega y de su performance solitaria. Le recordaron a su capitán que todo había sido perfecto, aunque él mismo ya lo supiera. Mucho después, ellos se retiraron, Yoongi se escabulló tras bambalinas para buscar a Jimin y lo encontró en su propio camerino junto a Jungkook, Taehyung y Namjoon.

Cuando éste notó su presencia a través del espejo, no pudo evitar emocionarse y sonreír como no pudo hacerlo en el escenario porque aquello hubiera arruinado el concepto de todo lo que el baile del cisne negro significaba.

No dudó en correr hacia el alfa para que él lo atrapara entre sus brazos y buscara sus labios con desesperación.

—Lo lamento mucho mi tardanza. Ocurrió algo con la abuela Min y Chaerin y yo tuvimos que correr para solucionarlo —explicó sobre sus belfos antes de otorgarle otro beso.

—Lo entiendo, ¿ella está bien?

—Tuvo un pequeño accidente en las escaleras, pero afortunadamente está bien —respondió y Jimin lo abrazó, impregnándose de los aromas de su alfa.

—Me sentí decepcionado y frustrado cuando no te vi, pero no tenía tiempo para llorar en medio de ese escenario —sonrió a medias, aunque Yoongi no pudiera verlo porque había decidido esconderse en la cobertura de su cuello pálido—. Es la primera vez que me ves aquí, ¿qué te pareció?

—Estuviste increíble —expresó con sus ojos puestos sobre los ajenos—. Eres tan asombroso, talentoso y hermoso —confesó, llenándolo de besos por todo su rostro, y tal escena le provocó una pequeña sonrisa al hermano mayor del pelirrosa—. Fue muy emocionante, Wandita.

—Bobo —contestó avergonzado—. Muchas gracias por estar aquí... Y me refiero a todos porque Taehyung es un amigo muy celoso —se giró en dirección a su mejor amigo, permaneciendo acorralado entre los brazos del alfa puro.

—También te quiero, idiota —Le enseñó el dedo medio y Jungkook le golpeó suavemente la mano en forma de regaño—. ¡Es hora de beber soju!

—Alto ahí —interrumpió Jungkook—. Jimin está en cinta, no puede beber alcohol.

—Jungkook, aún no sabemos eso —le respondió virando los ojos y Namjoon entrecerró los ojos cuando lo miró.

—Es cierto. Lo lamento, Jimin, no hay alcohol para ti hasta que tengas tus análisis de sangre listos —se burló Taehyung.

Fue entonces que Yoongi apoyó su mentón sobre el hombro de Jimin y decidió preguntarle:

“¿No has presentado ningún síntoma aún?”

Aún no.  

La presentación de Jimin fue una combinación de estas performances:

Con este instrumental:

De paso, así iba vestido Hyunjin:

Mucha producción (Un total de 4900 palabras).

Espero que les haya gustado 👀

ALEX 🤍

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