53
“Has estado asustada del amor y de lo que te hizo.
No tienes que correr, sé por lo que has pasado.
Solo un simple roce, y puede liberarte.
No tenemos que apresurarnos, cuando estás a solas conmigo.”
—I feel it coming - The Weeknd.
“Oí el rumor de que eres el tío Yoonbi.”
Sus ojos lo seguían de un extremo a otro, procurando que no hiciera un hoyo en el suelo de concreto, material del que estaban hechas las gradas del gimnasio.
Las clases continuaban su curso, y era lo menos importante para la pareja. Jimin, por una parte, estaba esperando que Jungkook se comunicara con él para obtener noticias de Taehyung. No quiso insistir y prefirió aguardar a la respuesta del pelinegro.
Aunque le gustaría estar en otra parte donde no oliera a sudor de jóvenes entrenando, donde no oyera los balones de baloncesto repicar sobre el suelo infinidad de veces, ni tampoco las risas burlonas de los compañeros de su alfa; pero prefería quedarse cerca de él, era la única manera de mantenerse centrado y tranquilo, de alguna forma extraña.
Podía sentir la mirada impetuosa del alfa puro sobre él, sabía bien que eso era a causa de lo preocupado que estaba. Jimin tampoco había conseguido dominar sus emociones para no trasladarlas por el lazo, más su ansiedad le imposibilitaba concentrarse.
Encendió la pantalla de su teléfono y no se encontró con ningún mensaje de Jungkook, lo cual era terrible porque ya no soportaba la falta de información. Lo último que supo de la pareja fue que ambos estaban encerrados en la habitación de Taehyung y que, según las palabras textuales de su Jin hyung, había mucho silencio y no se percibían feromonas que fueran alarmantes.
Algo en su interior le repetía que Jungkook y Taehyung seguramente se encontraban abrazados y tomando una siesta después de las emociones vividas. Y quiso creer en esa posibilidad porque sospechaba que su anuncio pudo haberle traído recuerdos malos a su mejor amigo sin que Jimin lo pudiera premeditar.
“Entiendo que estés preocupado, pero tus emociones me están desconcentrando, Wandita.” Lo escuchó hablar y se asustó ligeramente, mientras tanto tomó asiento y lo observó.
Lo lamento. Apretó los labios, otra vez disgustado por lo poco que manejaba el traspaso de sus emociones hacia Yoongi.
“¿Recibiste noticias?” Quiso saber el joven pelimenta, recibiendo la mirada de su novio a medida que avanzaba para continuar con los ejercicios que debía realizar.
No.
“Después del entrenamiento tengo que ocuparme de Nayeon, pero antes puedo llevarte al departamento de Taehyung, ¿está bien?” Sus pies se movieron a gran velocidad cuando llegó su turno para aquel ejercicio de bloqueo directo que le tocaba practicar con Félix.
Está bien, cariño. Pero, ¿quién es Nayeon?
Yoongi se detuvo en seco, tropezando por pisar de forma incorrecta hasta torcer su tobillo, aunque el accidente no le causó ningún dolor. Su trasero aterrizó sobre el suelo y el balón pasó por encima de su cabeza, Yang gritó algo que no entendió y sus mejores amigos se reían silenciosamente de él, mientras tanto meditaba si era buena idea contárselo en ese momento.
No tenía el consentimiento de Hoseok, aunque conociéndolo como lo hacía, no necesariamente lo debía tener si a la persona a la que iba confiarle el secreto era a Jimin.
Sí... no quería ser un chismoso y que al final se equivocara con respecto a la postura de Hoseok.
En el momento que se levantó por los gritos de Yang para que dejara que estorbar en la cancha así el resto de sus compañeros continuaban el entrenamiento. Rodó los ojos cuando distinguió las risas de fondo que abarrotaban el gimnasio, risas que identificaba porque llevaba veinte años escuchándolas a cualquier parte que vaya. Aún así le sorprendió notar que Jimin se unió a las burlas de Hoseok, Eunhyuk e Hyunjin.
Regresó a la fila y le indicó a Hoseok que se acercara. Y entonces, misteriosos y lejos de sus compañeros, Yoongi le preguntó:
— ¿Puedo contarle a Jimin sobre Nayeon? La he mencionado sin darme cuenta y le gustaría saber quién es.
El alfa abrió los ojos y alzó sus cejas, bufó y tras eso pudo apreciar una sonrisa en la que enseñaba sus dientes. Lo particular, que siempre le gustaba remarcar a Yoongi de las características físicas de Hoseok, era la forma que tomaba cuando alzaba las comisuras de sus labios. Era un corazón; Nayeon heredó aquel rasgo.
— ¿Qué? —se echó a reír y ante la confusión en el rostro de su amigo, Hoseok se aclaró la garganta y dijo—: Por un momento me preocupé y pensé que no podrías cuidar a Nayeon hoy. No hay inconveniente, tonto, Jimin puede saberlo. Pero quiero que le aclares que es importante que lo mantenga en silencio por... ya sabes —sus ojos se desviaron hacia Eunhyuk e Hyunjin. Yoongi asintió.
—Sí, ya sé.
Y finalmente regresaron con los demás.
“Nunca se me ocurrió contarte que Hoseok tiene una hija. Se llama Jung Nayeon, y desde que nació suelo cuidarla cuando su padre está extremadamente atareado con algún proyecto de la universidad.”
Jimin fue curioso toda su vida, desde que tenía uso de razón, y tuvo el impulso de preguntar por la existencia de la madre de Nayeon, más se mordió la lengua y controló su naturaleza de entrometido para no incomodar a Yoongi y no darle paso a la tensión desagradable que presentía que formaría si no cerraba la boca.
En ciertas ocasiones, omitir datos era lo mejor para todos.
¡Debiste decirme sobre esto antes! Dios mío, F4, acabas de dejarme perplejo.
“Lo sé, te vi.” Comentó y Jimin notó cómo una sonrisa fue asomándose en el rostro sudoroso de su alfa a la par que éste se preparaba para lanzar hacia la red, dejándolo sorprendido cuando tomó carrera y encestó sin quitarle los ojos de encima.
Impresionante. Creo que me gustaría conocer a Nayeon, si no es problema.
El entrenamiento del equipo de baloncesto de vez en cuando funcionaba para que olvidara sus inquietudes por Taehyung al igual que su charla con Yoongi mediante su especial conexión, que no hacía más que permitir la experiencia de su amor tan bonito con el alfa.
“Hoseok dice que está bien, pero me pidió que te hiciera una aclaración respecto a ella y es que... mantengas su existencia en secreto.”
¿Por su imagen en la universidad?
“Por Eunhyuk e Hyunjin. Ellos no saben que Nayeon existe, y esto te lo explicaré más tarde.” Su voz se apagó al decir aquello y Jimin agregó ese detalle a su lista de preocupaciones de ese día. Fue inesperado conocer la parte oscura que rodeaba al grupo de amigos que alguna vez criticó con fervor. Tan sólo le bastó verlo a los ojos para captar la culpabilidad o lo que fuese que Yoongi cargaba en los hombros por conocer ese secreto de su mejor amigo y que los demás ni siquiera podían imaginarlo. “Tengo que concentrarme o Yang me pateará el trasero.” Añadió luego, centrando su atención hacia las indicaciones de su entrenador.
Jimin asintió para sí mismo y apartó la mirada, bueno... sólo un poco, puesto que Yang los había puesto a todos a realizar entrenamiento físico con diferentes aparatos, y Yoongi estaba echado boca abajo, sus codos los utilizaba como soporte mientras se balanceaba de atrás hacia adelante con ayuda de un foam roller colocado a la altura de sus muslos. Su mente jugó sucio y repentinamente le trajo los recuerdos de su primera noche juntos y se mordió el labio inferior. El omega tuvo que abstenerse de disfrutar de las fantasías que tal vista le ofrecía o una erección lo delataría.
El camino hacia el departamento del mejor amigo de su omega fue corto, pero entretenido porque pudo resolver todas sus dudas con el relato que Yoongi preparó para él. Si bien no le contó todos los detalles, supo sobre el único amor que Hoseok experimentó y que de allí nació Nayeon, cuyo físico y características le parecieron hermosas junto a los cachetes rechonchos y abultados por la unión de sus labios al formar un pico de pato en la fotografía que Yoongi le enseñó en su teléfono con una sonrisa y el pecho inflado de orgullo por esa niña de seis años.
Se preguntó cómo se vería el día que ambos tuvieran a sus propios bebés. El aspecto físico lo repasó de principio a fin con Yoongi, teniendo la seguridad absoluta de que sus cachorros podrían ser físicamente parecidos al alfa puro con el cabello azabache, la piel pálida y suave de éste, hasta quizás la misma sonrisa; pero su carácter podría ser similar al del omega, y Yoongi apostaba demasiado por ello, aún cuando a Jimin no le gustara la idea de criar niños que tuvieran su personalidad. Él era jodido y lo aceptaba sin rechistar.
—Todavía hay algo que no entiendo, ¿por qué tú sí, pero ellos no? —Lo volteó a ver.
—Esa es una pregunta que sólo puede responder Hoseok.
—No espero que tenga una buena razón —contestó con una mueca mientras escuchaba a Yoongi suspirar—. Es decir, ¿por qué le harías eso a un amigo?
—Lo sé, es... es complicado, Jimin. Todo ocurrió en una época de mi vida que no me gusta recordar —Su voz se volvió un poco distante y las curvas de sus labios quedaron rectas.
Jimin sintió un escalofrío en todo el cuerpo por el aura que desprendía Yoongi en ese momento, pero reunió las fuerzas necesarias para continuar con esa conversación que lo había llevado por un camino que nunca se atrevieron a atravesar y que era importante hacerlo para el pelirrosa.
—Cuando comenzaron tus crisis de ira, ¿no es cierto? —lo formuló con ligera duda, vacilación y temor por la reacción de su novio. Afortunadamente, obtuvo una respuesta simple y afirmativa expresado por un movimiento de cabeza—. ¿Y qué las... causó?
—Mi familia. Fue la época en la que Chaerin y yo nos unimos más como hermanos. Tenía que aprender cómo se manejaba la cadena de restaurantes de mis padres; todos tenían expectativas sobre mí, como en las películas cliché —Detestaba hablar sobre ese tema, pero por alguna razón en particular Yoongi no pudo evitar curvar las comisuras de sus labios y formar una sonrisa pequeña.
—Eres una película cliché andante —se burló para aligerar un poco más el ambiente.
—Algo así. Yo nunca aprendí a gestionar mis emociones, a expresarlas. Creo que tenía quince o dieciséis cuando la convivencia con mis padres llegó a un límite; su abusivo control; los gritos; el maltrato psicológico de mi madre; fue un combo peligroso y un día... pasó. Destruí las cosas del comedor, lo solté todo, pero fue el primer episodio de muchos. Encontré ayuda en un centro de terapia y mejoré, fui dado de alta, y soy quien soy ahora.
—Qué relato interesante —su mano apretó el antebrazo de Yoongi y se vieron a los ojos, sonriéndole, transmitiendo a través de su conexión una dulce sensación de felicidad y calma de tenerlo junto a él—. Gracias por contármelo. Estoy orgulloso de ti.
En la tenue oscuridad que ya se acentuaba en la ciudad debido a la época de invierno, Jimin logró avistar un resplandor en los orbes negros de Yoongi durante el tiempo que se observaron, incluso su reflejo estaba allí y eso ocasionó que se derritiera de ternura hasta que le apartó la mirada y sonrió con timidez por lo amado que se sentía.
El resto del camino, las voces de Ariana Grande y la banda australiana 5 Second of Summer colmaron el auto del pelimenta y la pareja cantó varias canciones de aquellos artistas entre risas porque la voz rasposa del alfa y la voz agradable de Jimin no combinaban a la hora de realizar notas altas. Pero se divertían pasando el tiempo juntos, contando historias de sus propias vidas, aprendiendo cosas sobre el otro que todavía desconocían, complementándose como les salía.
Cuando Yoongi estacionó frente al complejo de departamentos bien ubicado en el centro de la ciudad, se apresuraron en salir y conseguir el ascensor. Jimin movió el pie impacientemente durante el tiempo que les tomó llegar al departamento de su mejor amigo y Jin hyung. En el transcurso de la caminata por el pasillo, el alfa se cuestionó a sí mismo si era buena idea aparecer allí como el desconocido que le tomaba la mano a Park Jimin.
El omega levantó su brazo para tocar el timbre, pero una mano pálida detuvo aquel movimiento y se adueñó de su muñeca. Lo miró con las cejas muy juntas intentando encontrar una explicación.
—Yo me quedo aquí afuera esperándote.
— ¿Enloqueciste? Todavía no te he presentado a Jin hyung, es como otro hermano mayor para mí. Jungkook está dentro, puedes charlar con él —informó sonriente.
Accedió, y tuvo unos minutos agradables junto a Jungkook, Taehyung, Jimin y Seokjin, quien se convirtió en la primera persona en muchísimos años a la que llamaba “hyung” con un especial cariño que surgió de su corazón apenas su pareja se lo presentó; tuvo la sensación de que lo conocía.
¿Cuál era el tiempo estimado para considerar a alguien como tu familia aunque sepas poco sobre esa persona, nunca hayan tratado y aún así experimentes que formaba parte de ti de cierta manera?
Yoongi se sintió extraño tras pensar en eso.
— ¡Ya podemos irnos, Yoonie! —anunció por lo alto el pelirrosa, saliendo de la habitación tomado del brazo de Taehyung.
— ¿Por qué tienes que irte tan pronto? —refunfuñó Taehyung, aferrándose como pudo de su mejor amigo. Jungkook y Yoongi se vieron entre sí mientras escuchaban la risa amortiguada de Seokjin.
—Yoongi y yo tenemos planes.
—Cancelalos —demandó y su vista cayó sobre la anatomía del alfa puro, a quien le enseñó su lengua y Jungkook carraspeó para llamarle la atención ante tal actitud infantil—. Me lo robaste.
—Y le di cachorros, ¿qué te parece eso? —atacó de manera intencionada sonriéndole, buscando inmediato refugio o protección en la puerta de ingreso del departamento. A su vez, Taehyung se indignó y sus labios se abrieron exageradamente, teniendo el impulso descontrolado de abalanzarse sobre ese alfa y golpearlo hasta que olvidara cuál era su nombre.
Pero su novio no se lo permitió y accionó de inmediato para envolverlo entre sus brazos fuertes y manchados en tinta negra.
—Sólo fue una broma tonta —aclaró sin deshacerse de su traviesa sonrisa—, me disculpo contigo, Taehyung.
Y tanto su pareja como el alfa puro estuvieron de acuerdo en que eso continuara siendo una broma tonta y no una realidad a la que tuvieran que enfrentarse y responsabilizarse.
“Una broma tonta.”
Si, Yoon, tiene que ser una broma tonta.
— ¡Adiós, TaeTae! ¡Te amo, te veo en la universidad!
Corrió a la puerta, salió del departamento arrastrando a su alfa con él, dejando al resto descolocados y con demasiadas dudas por resolver y que Jimin en un futuro cercano sería sometido a responder sin que tuviera la oportunidad de negarse.
Descansaron sus espaldas en la pared, sometidos al penumbroso silencio del corredor que más tarde fue llenado por el sonido de sus respiraciones ligeramente agitadas a causa de los nervios de enfrentar al omega pelirrojo. Y en sólo unos segundos pasaron de sentir miedo a emocionarse, Jimin observó hacia la otra pared y confesó con labios temblorosos:
—Sé que hace un par de días dije que estaría listo para lo que fuera, pero no quiero ser padre a esta edad. Prefiero que sea a mis treinta o algo así. ¡No puedo tener una panza exageradamente enorme y estrías! Además, santo Dios, ¡mis pies se hincharán y comeré como oso después de la hibernación y tendré las mejillas de una ardilla! —se escandalizó y entonces Yoongi vio aquel perfil, la manera en la que Jimin sobaba su vientre con una expresión llena de temor, reflejando lo que experimentaba en ese instante.
Claro que Yoongi no objetó, su omega tenía razón, pero aquella regordeta mano descansando sobre su vientre le jugó una mala pasada y frente a sus ojos tuvo la imagen más bonita de todas: Jimin en estado, esperando un cachorro producto del afecto inmenso que ambos se tenían y compartían cada día.
Y sonrió sin poder creer que estaba imaginando tal cosa en medio de la crisis existencial de su omega.
—Pero ya eres cachetón, Wandita —replicó, mordiendo su labio inferior, derritiéndose de amor—. Oh~ Qué tierno te verías con tu vientre abultado —murmuró explotando de calidez y ternura—. Podría pasarme admirando tu cuerpo en cinta todo el maldito día, y cómo no, también le contaría historias a nuestro pollito.
— ¿Sabes una cosa? —sonrió, aunque el asunto de su posible estado de a momentos le disgustaba. Jimin fue caminando despacio hacia el alfa y le rodeó el cuerpo con sus brazos—. Algunas veces te veo y siento ganas de golpearte —Su mano se deslizó por el brazo del joven pelimenta, experimentando bajo su palma y las telas de ropa la tensión de los músculos trabajados y lo pellizcó y se apartó, dándole finalmente la espalda—. Vámonos, F4 bobito. Fueron suficientes fantasías para hoy.
Yoongi sonrió con más fuerza y trotó unos segundos para alcanzar al omega, extendió su dedo meñique y lo entrelazó con el ajeno, acción por la que Jimin no resistió más y dejó liberar una risa casta para luego curvar sus labios hacia arriba hasta que sus ojos formaran una ranura donde apenas podía observar su panorama.
Al llegar al auto, Jimin se encargó de ambientar el viaje —que sólo duró unos cortos y simples cinco minutos— con I feel it coming de The Weeknd y la tarareó con emoción porque, a causa de sus exámenes y proyectos, no había podido disfrutar de sus canciones favoritas.
En el momento que su novio estacionó, Jimin se quedó unos segundos impactado con el lujo que acogía el barrio donde se encontraba ubicado el departamento de Hoseok. Acabó dándole la razón a ese rumor que seguía circulando por los pasillos de la enorme Universidad nacional de Seúl sobre el patrimonio de cada uno de los F4.
Salió, notando la presencia del mejor amigo de su alfa allí con una niña que se parecía tanto a él como esas fotografías que todavía guardaba en su mente, y lo saludó de manera tímida. Ella lo vio, quedando muy anonadada por aquel desconocido que acompañaba a su tío Yoongi, y no desperdició un segundo más para hacerle una pregunta y saciar su curiosidad.
Nayeon se acercó en medio de la conversación que su padre y su tío Yoongi sostenían, atrayendo la atención de los tres adultos presentes. Jimin parpadeó cuando la pequeña hizo una reverencia en su dirección. Abrió su boca ligeramente y optó por sonreír.
—Un gusto, señor. Soy Jung Nayeon, ¿y usted?
—Park Jimin —respondió con una voz dulce—. Ansiaba conocerte. Tu tío Yoongi y yo te cuidaremos muy bien.
—Eso es cierto, abejita. Haremos pijamada en el salón de juegos, ¿qué te parece? —Yoongi acotó con la risa escandalosa de Hoseok detrás.
— ¡Sí, sí, sí! —dio unos saltitos y observó al nuevo adulto que se encontraba conociendo en esos momentos y que llevaba un rosa muy llamativo en su cabello. Le gustó, pues era su color favorito—. ¿Es amigo del tío Yoonbi?
— ¿Yoonbi? —repitió con una ceja alzada mientras le dedicaba una mirada sutil a su pareja.
—Nayeon, Jimin es tu tío, así como el tío Yoonbi —le explicó, conteniendo una carcajada ante el apodo de su mejor amigo—. Los dos se quieren mucho, ¿recuerdas lo que significa?
— ¡Se dan besitos! —dijo con risitas en el medio y quitó la mirada de Hoseok para acentuarla en el nuevo integrante de su pequeña familia—. ¡Tío Jimin! Eso suena muy bien —expresó y aplaudió seguidamente—. ¡Jugaremos mucho, mucho!
—Por supuesto que sí —se sonrojó.
Y jugaron con las muñecas Barbie, luego la menor comenzó a cantar a todo pulmón las canciones de “La princesa y el sapo” acompañada de su tío Jimin mientras su otro tío los filmaba. Se divirtieron hasta que Nayeon se quedó dormida sobre el extenso sofá de la sala de juegos.
A Jimin le sorprendió su energía, juguetona, simpática y encantadora que era, la mayoría de características que le recordaron al día en el que convivió con Hoseok en una fiesta y conoció aquella personalidad que lo distinguía y de la que todos hablaban. También pudo reírse mucho debido a las pequeñas peleas que se generaban entre ella y Yoongi, quien le seguía la corriente como si hubiera olvidado por completo que estaba a la mitad de sus veinte y se veía ridículo. Pero ese pensamiento se esfumó inmediatamente después tras observar su lado protector y paterno y afectuoso, aunque este último ya lo conocía, de la personalidad de su alfa. No dejó de sonreír mientras éste se encargaba de rodear a Nayeon con almohadas y la cubría con una manta color rosa.
Pocos tiempo después, alfa y omega formaron su propio nido de amor frente al mueble de la televisión, con un colchón inflable y cobertores por doquier. La cabeza de Yoongi descansó sobre el abdomen de su pareja, a la par, se centraron en sus propias respiraciones, en la sensación de calma que viajaba por el lazo, y el silencio que era partícipe en esa habitación.
—Jimin, ¿quiénes cuidaron de ustedes?
No hizo falta que mencionara algo más para saber a qué se refería.
—Mis abuelos maternos. Pero fue difícil convivir con ellos, así que Namjoon a sus diecisiete años consiguió un empleo y al año siguiente nos mudamos.
— ¿Por qué fue difícil?
—Mmh... siempre sentí que a mi hermano y a mí no les agradamos por completo. Mis padres contrajeron matrimonio a pesar de los problemas económicos de mi padre y la objeción de la familia de mi madre. Cuando nací, las cosas se aligeraron sólo un poco. Pero luego mis padres decidieron adoptar a Namjoon hyung y... ya sabes, otra vez fueron rechazados por ellos. Mi madre pudo soportar todo eso, mi padre no; él era de una familia tradicional donde el respeto y la bendición de tu familia es muy importante, y el rechazo de mis abuelos y del resto lo lastimó por años.
—El rechazo de tu manada... Debió ser muy difícil —murmuró, aferrándose al cuerpo de su omega con su brazo al sentirlo temblar.
—Lo fue, y ya sabemos cómo acabó su historia. Todo esto lo sé gracias a Namjoon, creo que a veces comprendo la razón de su sobreprotección. Él fue testigo de toda esa situación, no quería que nos sucediera lo mismo a nosotros. Porque, aceptémoslo, los dos estamos en una situación económica y clase social diferente —una sensación agridulce los invadió a los dos a través del lazo—. Me mantengo en esa universidad tan costosa gracias a una beca por la que me esforcé mucho en adquirir; tú sólo... —exhaló—, te presentaste a ese exámen y obtuviste un lugar gracias a tu inteligencia, ni siquiera debes preocuparte por la cotización mensual.
»¿Y sabes por qué hablo sobre esto? Porque si en las próximas semanas los resultados salen positivos, temo que los patrones de la historia se repitan, y quiero que sepas que siempre escogeré el bienestar de nuestro bebé por encima de cualquier persona que se atraviese en mi camino.
No respondió, aunque en su mente pensó mucho tiempo en la preocupación que su omega estaba planteando. Le disgustó su creencia por las clases sociales de sus respectivas familias, pero entendía que todo eso se debía al país super desarrollado en tecnologías pero poco desarrollado en las mentes y los pensamientos de sus ciudadanos, en el que ambos nacieron. Y en el fondo, también era una preocupación para Yoongi que su madre se escandalizara con todas las noticias que le tenía sobre su vida íntima y personal.
Tenía una idea en mente, sólo rogó que sus padres aún estuvieran encerrados en el estudio.
Se levantó y le tendió la mano a Jimin, quien la sostuvo para poder colocarse a su altura sin captar lo que tramaba la mente de su alfa.
—Voy a presentarte a mis padres.
— ¿Q-qué? ¿Ahora? ¿Te drogaste, idiota?
—Ahora. —afirmó con severidad, llevándolo a rastras hacia la puerta del estudio—. Y no, no consumo drogas.
Tocó la puerta dos veces, recibiendo un “pase” de una voz femenina y con ello Yoongi comprobó que sus padres continuaban luchando contra aquellos papeles de la empresa familiar.
Jimin inhaló y exhaló hasta llenar sus pulmones. Yoongi le envió a través del lazo un poco de calma que realmente estaba necesitando para ganar contra sus nervios repentinos.
—Entonces, ¿esta es tu respuesta final a lo que acabo de plantearte en la sala de juegos? —Lo observó con su labio inferior rojo por haberlo maltratado con sus dientes.
—Quiero demostrarte que mis padres no son como tú piensas. Tal vez sí sean un poco jodidos, en especial mi madre y sus citas a ciegas a las que constantemente le gusta someterme, pero sé que podemos salir adelante aún si no aprueba esto —aseguró y entrelazó su mano con la ajena, dándole un apretón fuerte.
—Yoongi, eso no está ayudándome.
—A mamá le importa el dinero, pero no de la forma en la que tú crees. Está obsesionada con que a la cadena de restaurantes le vaya excelente y jamás nos veamos tratando una crisis, ya sabes... empresarios.
Se vieron a los ojos por un buen tiempo, sin premeditar que los padres de Yoongi estaban siendo testigos del brillo y la sonrisa peculiares que se presentaban en la pareja siempre que creaban un acto amoroso y tierno entre ellos.
—Puedo imaginar que tú los entiendes más que nadie —le obsequió una sonrisa, ensimismados en su burbuja donde el cariño, la admiración y el respeto gobernaban.
—Bueno...
Un carraspeo de una voz gruesa no permitió que Yoongi acabara su respuesta, pero si le ocasionó a los dos un gran susto hasta el punto en el que tomaron una ligera distancia.
—Jimin... Es un gusto volver a verte —El padre de Yoongi habló primero y el omega sonrió lleno de nervios en su interior—. ¿Qué hacen rondando a estas horas?
—No es eso, en realidad estamos aquí porque tenemos algo que decirles.
Un aura extraña se acentuó en el ambiente, y en cuanto Jimin la vio imponente al lado de su esposo, quiso salir huyendo.
—Hola... —Esta vez fue el turno de la señora Min en acercarse hacia la pareja—, soy Min JooHee —se dirigió al pelirrosa al notarlo. Extrañamente también le sonreía, pero Jimin no confiaba en ella—. Nunca te he visto. ¿Eres amigo de Yoongi?
Está intimidándome.
“Lo lamento.”
—No. Él es Park Jimin, y estamos juntos hace un par de meses. Quiero que especialmente tú —clavó sus ojos gatunos sobre su madre— entiendas que se trata de mi Luna. Compartimos un lazo, es importante para nosotros que ustedes lo sepan. Y... también cabe la posibilidad de que estemos esperando un bebé —soltó por último con vacilación.
“¿Lo hice bien?”
Voy a matarte.
Una oleada de sentimientos intensificados cayó sobre el lazo que los padres de Yoongi compartían. El señor Min alzó sus cejas y abrió grandemente sus ojos gatunos comos los que su hijo había heredado; JooHee viró los ojos y tambaleó, y en el momento que menos lo esperaron, los dos alfas tuvieron que socorrerla mientras Jimin la veía caer sobre el suelo como si fuera una película dramática de los años noventa en cámara lenta.
Me imagino que sabrán las nuevas nuevas sobre Yoongi.
Siento que todavía no lo procesé 😔
Qué tengan una bonita semana (el 22 de septiembre se nos va a la colimba este wacho 😔)
ALEX 🤍
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