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5

“Oí el rumor de que eres demasiado prejuicioso con los alfas”.


Dos jóvenes caminaban a la par, cada quien en su propio mundo. Claro que Jimin no duró demasiado tiempo en sus pensamientos debido al sonido tan fuerte que provocaban las botas negras de Jeon Jungkook, y se abstuvo a cuestionarle o insultarle debido a que las feromonas del alfa ya estaban respondiendo todas sus preguntas. El chico estaba de malhumor, y casualmente Taehyung se había ausentado ese día.

Por su parte, Jungkook no paraba de maldecir en sus pensamientos porque a cierto omega se le había ocurrido no asistir aquel día a clases y como consecuencia tenía que portar a su lado a la bestia de Jimin, porque eso era aquel omega de aspecto inocente. A pesar de tenerle un gran aprecio, ambos siempre entraban en conflicto cuando se trataba de Taehyung. Ya sea por las acciones nada malvadas de Jungkook o porque este se quedaba observándole más de la cuenta en ciertas ocasiones, colocando en alerta al pobre omega pelirosa que buscaba proteger a su mejor amigo de cualquier ser humano.

A decir verdad, Jimin se mantenía al tanto de

la situación entre el alfa y el omega, más cuando estaba cerca de los dos y estos parecían perderse en los ojos del otro. Habían iniciado con el pie izquierdo, pero a esas alturas ya lucían más cercanos, cosa que el omega vigilaba de cerca ante cualquier movimiento en falso que pudiera herir al menor. No permitiría una herida más en su Taehyungie, no permitiría la entrada de un nuevo Bogum a la vida del pelirrojo.

— ¿Por qué él decidió faltar? ¿Le ocurrió algo? —Jeon cuestionó al sentarse frente a Jimin en una mesa de la cafetería.

—Él está de viaje —Le respondió simple, Jungkook asintió aunque muy intranquilo. Sospechaba que había algo más allá que Jimin parecía no dispuesto a contarle—. ¿Por qué la curiosidad? —Alzó su ceja con levedad.

—Simple curiosidad, Jimin-shi.

—Te he dicho un millón de veces que no me gusta ese apodo —El omega reclamó y el chico estalló en risas.

—Ya, lo siento. Es un apodo bonito, eso es todo.

— ¿Bonito? Por favor, Jeon. Métete ese tonto apodo por el trasero —gruñó, acción que enterneció al alfa frente a él.

—Qué vulgar. ¿Con esa boca tan sucia le dices 'te amo' a tu hermano mayor todos los días?

Jimin negó.

—Con esta boca hago gemir a muchos alfas y betas.

— ¡Jimin! —El alfa chilló con mucha vergüenza, sus mejillas ardían y tuvo que palparlas repetidas veces—. Cuida esa boca.

—Cállate, alfa bobo. Necesito a Taehyung aquí, tú no me sirves.

— ¿No te sirvo para qué exactamente? —Se insinuó burlón, causando que Jimin lo golpeara en la frente—. ¡Ay!

Jungkook rodó los ojos y Jimin bufó. Tiempo después, el sudor en su frente comenzó a notarse, y entonces agarró sus cosas, caminando en dirección al baño. Había comenzado a sentirse terriblemente, pero creyó que duraría un par de minutos, como solía ocurrirle siempre. Quizás si lavaba su rostro estaría mejor, ¿cierto? Ni siquiera tenía fuerzas para caminar tan rápido como quisiera, y eso lo asustó.

En el camino por aquellos pasillos, el timbre de su teléfono sonó en el bolsillo pequeño de su bolso y tuvo que detenerse y cerrar sus ojos cuando leyó la inesperada notificación. Su celo había iniciado, y en el peor momento, en definitiva.

¡Ash! ¿Cómo pudo olvidarse de algo de suma importancia? ¡Estaba en una universidad rodeado de alfas por todas partes! Jimin realmente temía por lo que pudiera sucederle gracias a aquel descuido. Los alfas no se controlaban, era muy difícil para ellos dominar sus instintos más primitivos para evitar hacerle daño a un omega en celo.

De hecho, ya le había sucedido antes. Para su suerte, no pasaba más allá que toques asquerosos por su cuerpo porque Taehyung, Namjoon o cualquier otra persona que pudo ayudarle en esos momentos. Fueron las situaciones más traumatizantes de su vida aun así, su mente tenía recuerdos muy borrosos de aquellos días. Las únicas veces que recordaba cómo se había sentido eran sus épocas de celo, y siempre se han caracterizado por ser tan fuertes que a veces Jimin se vio obligado a no salir de su cama.

—Mierda, mierda, mierda —repitió como un loco, se estaba desesperando mucho con cada síntoma de celo que hacía presencia en su cuerpo.

Al divisar la puerta del baño para hombres, Jimin se adentró allí con una rapidez que hasta a él mismo le sorprendió, ingresó a un cubículo y se quedó encerrado en ese estrecho sitio por mucho tiempo y conforme este pasaba, sus síntomas empeoraban.

Era la sexta vez que marcaba al teléfono de Namjoon, pero su contestadora era lo que oía en cada ocasión, señal de que su hyung traía el teléfono apagado o había decidido no portarlo con él en su guardia.

Santo Dios, ya no podía soportar un segundo más el dolor en su vientre. Estaba matándolo conforme los minutos pasaban y no se sentía seguro de salir en busca de ayuda.

Su temperatura estaba por los altos, el sudor en su frente se había encargado de mojar sus cabellos poco a poco, sentía mucho dolor y a su vez un deseo muy fuerte por satisfacerse. Sin embargo no quería, ni tampoco buscaría a un alfa para saciar a su omega necesitado.

Marcó una vez más a Namjoon y suspiró. En su bolso no había ningún rastro de supresores, tampoco tenía idea de cómo llegar a la enfermería a salvo y buscar allí.

—Por favor, contéstame —Suplicó demasiado débil y nervioso, mordiendo la piel de alrededor de sus uñas.

—"El número que usted intenta-..." —Otra vez falló y colgó.

Pronto, el corazón de Jimin estuvo a punto de detenerse cuando a sus fosas nasales llegó un aroma a nicotina y whisky... un jodido alfa había ingresado al baño.

Oh no. Jimin cubrió su boca completamente asustado, no quería omitir ningún ruido. Le rogaba al universo, a la Madre Luna, a todos los dioses que conocía para que ese alfa se fuera de una vez y así poder huir de la universidad.

—Huele delicioso aquí... —Gimió de puro gusto aquel alfa, caminando frente a los cubículos—. ¿Acaso tenemos un omega en celo en alguno de estos cubículos?

El asqueroso aroma a nicotina y whisky estaba cada vez más cerca. Jimin cubrió aún más su boca, echándose a llorar por el terror que le causaba una situación como esa. Los recuerdos hicieron de las suyas, trayéndole los familiares temores y emociones que sintió en esas dos ocasiones en las que casi fue profanado por un alfa debido a su celo.

Las sensaciones eran desesperantes, y en cada oportunidad que ese alfa se colocaba frente al cubículo donde el omega se escondía, olvidaba lo que era respirar por varios segundos.

Jimin quería soltar muchos jadeos y gemidos porque el leve roce en su cuerpo lo hacía temblar, su lobo realmente estaba pidiendo por un alfa, petición que el menor le negaba casi siempre.

—Oh, pequeño gatito, sal de tu escondite y pasémosla de maravilla —murmuró el alfa y antes de que la puerta de su cubículo fuera abierta, otra persona se hizo presente en el lugar y Jimin no supo qué rayos pensar al respecto.

— ¿A quién estás hablándole?

—F4 —musitó el omega y alejó sus manos de su rostro.

—No te metas, Min.

—Si es cierto que hay un omega en celo, por supuesto que voy a meterme. No sé quién demonios seas, pero voy a pedirte de la forma más amable posible que te largues de aquí.

El aroma a café y cítricos invadió en las fosas nasales de Jimin, hipnotizándolo por momentos. Su omega pedía más de aquello, y el menor no pudo más que sentirse sumamente raro por ello. Frunció su ceño y continuó prestando atención a lo que sucedía, sosteniendo la puerta con todas sus fuerzas disponibles.

—Te dije que no te metas, Min. Tus perras no están aquí para defenderte, así que, por tu bien, vete —Advirtió, causándole gracia al mayor.

—Pruébalo. Estabas apunto de aprovecharte de un omega en celo, será justo que te castigue por tus malas acciones, maldito loco.

Yoongi estaba perdiendo la cabeza, sus feromonas lo delataban y sus ojos dieron un destello que no pasó por desapercibido por nadie. Jimin había abierto la puerta de su cubículo justo a tiempo, el mayor estuvo a escasos segundos de lanzarse sobre el cuerpo del otro alfa, y sus intenciones de desfigurar su rostro eran más que claras. No parecía medir las consecuencias, rugía por dentro y sus nudillos estaban blancos por apretar sus manos fuertemente.

— ¡No! —Chilló Jimin, dejándose dominar un poco por su omega—. ¡B-basta ya!

La próxima acción del menor fue empujar a Yoongi, quien no se lo tomó demasiado bien, pero decidió obedecerle debido a las miradas furiosas que se le fueron dedicadas. No quería problemas con el omega, pero se rehusaba a dejar las cosas sin resolver. Necesitaba moler a golpes al alfa que desde una esquina le sonreía, como si fuera un tonto chiste para él.

— ¡Voy a matarte! —Exclamó Yoongi, la vena en su frente resaltaba y le daba un aspecto aterrador. Jimin se cuestionó si podía sentirse a salvo o no.

— ¡Dije que ya basta, carajo! —Jimin se aproximó al alfa puro, este bajó su mirada para poder verlo con la mandíbula tensionada, el omega se mantuvo firme y lo enfrentó hasta olvidarse que había alguien más presenciando la situación—. Salgamos de aquí, p-por favor.

Ya no tenía fuerzas, las utilizó a todas y cayó al suelo, asustando a Yoongi, quien reaccionó un poco tarde para poder levantarlo. Y cuando el joven alfa que estaba molestando a Jimin por fin había decidido largarse, el capitán del equipo de basquetbol cargó como pudo al omega. Aunque sentía que hacía el ridículo, agradecía al universo que todos estuvieran, al menos en esa zona de la universidad, en sus respectivas clases.

Él también luchaba y era lo suficientemente fuerte para que su alfa no lo dominara ante la presencia de cualquier omega en pleno celo. Era demasiado difícil negarle algo a su lobo, pero tenía la situación bajo control a pesar de estar endulzándose por el aroma que desprendía el chico entre sus brazos.

Una gran satisfacción se instaló en el pecho del omega cuando se vio colocado sobre la camilla, por fin estaba en la enfermería y podría quedarse allí en lo que Namjoon se dignaba a responder sus llamadas.

Observó a su alrededor, notó la incomodidad del F4 y suspiró. Luego su vista se dirigió hasta la repisa de vidrio que se encontraba a su costado derecho.

El mayor en la habitación se percató de la curiosa mirada y carraspeó.

— ¿Necesitas algo? —Jimin asintió—. ¿En qué puedo ayudarte?

—Los supresores, por favor. Estoy seguro de que en esa repisa hay muchos de ellos.

El alfa puro asintió y con cuidado fue buscando los supresores, encontrándolo en cuestión de pocos minutos. Se los tendió a Jimin y al ser pastillas muy pequeñas, el omega pudo tomarlas sin problemas.

Yoongi prestaba atención a todo lo que el otro hacía, buscó a la enfermera Sunhee por todas partes en aquella sala, pero no existía rastro de ella y su bolso de cuero marrón tampoco estaba sobre el escritorio, cosa sumamente rara para el mayor.

—Gracias. Tuve muchísimo miedo, creí que volvería a suceder y no... —Un hipido se escapó de los gruesos labios ajenos, alarmando al capitán—. No podría haberlo soportado.

— ¿Volver a suceder?

—Viví dos situaciones parecidas cuando estaba en la secundaria —Explicó, sorbiendo su nariz en el proceso y recostándose después.

—Oh, entiendo. Lo siento. Yo... Creo que será mejor que me vaya —El pelirosa asintió de acuerdo, sonriéndole.

—Gracias, Yoongi.

— ¿Me conoces? —Preguntó curioso el alfa puro, soltando el pomo de la puerta.

— ¿Por qué te sorprende? Tú y tus amigos son muy populares, claro que los conozco. Los F4 son malos, eso dicen los rumores.

—No creas todo lo que rumorean de nosotros. Existen muchos prejuiciosos en este lugar.

— ¿Quieres saber el concepto que tengo sobre ustedes? —Yoongi limitó a hacer un ruido de asentimiento, dándole paso al omega para que continuara—. Los F4 son algo así como una farsa, quizás un grupo de alfas algo ordinarios y sin nada en especial, ¿qué destaca de ustedes más allá de ser bonitos, tener dinero y ser los mejores en el equipo de básquetbol de nuestra universidad? Absolutamente nada.

— ¿Te parezco bonito? —Yoongi sonrió, llevando sus manos hacia atrás y dando un corto paso en dirección al omega—. Provenir de familias con buena estabilidad económica no nos hace especiales. Tenemos muchas cosas donde destacamos más allá de lo que acabas de nombrar. Conócenos y verás de lo que hablo. Hasta entonces, cuídate y sal con cuidado de aquí.

Sin nada más que agregar, Yoongi salió por aquella puerta y Jimin refunfuñó al pensar en sus palabras. Lo admitía, era un maldito prejuicioso y el mayor se había desempeñado muy bien en cerrar la boca del omega.

— ¡Ugh! No dejarás de ser arrogante.

Aquel lado de su facultad era estupendo, tanto que siempre le emocionaba pasar por los pasillos y llenar sus oídos de buena música, o presenciar obras de teatro. Joder, cuánto amaba el arte. ¡Cuánto amaba su carrera musical! Prepararse para ser productor de música era un largo camino, no solo conllevaba estudio, sino también esfuerzo máximo en su tiempo libre.

No importaba cuánto se esforzara en ser el mejor en sus clases de economía para que su padre estuviera feliz, no sentía las mismas emociones que cuando se sentaba enfrente de un piano de cola para presentarse frente a un público pequeño y demostrar con orgullo lo que sabía hacer. Para nada se comparaba.

—Lo haces bien, continúa el ritmo, Yoongi-ah.

Su profesor de piano le indicó y él lo acató, centró todos sus sentidos en esas notas que sus dedos formaban con las teclas blancas y negras. Se sabía de memoria la partitura, no necesitaba verla y eso molestaba mucho a su competencia en el mundo de la música, Noh Jonghyun.

—Jonghyun, estás sonando terrible, no pierdas el ritmo —El chico se molestó en demasía por aquel comentario, pero no le respondió, y dio todo su esfuerzo—. Eso es.

Media hora más tarde, aquel profesor finalizó la clase y los dejó en libertad. Yoongi sonrió, tomó su bolso y sacó su teléfono, mientras salía de la sala, entre todos los mensajes que tenía para responder, decidió entrar a su chat privado con Hoseok.

Su bolso apestaba un poco por su uniforme bañado en el sudor que le causó el entrenamiento de ese día. Yoongi pudo aprender una vez más que llegar tarde a su entrenamiento por quedarse al lado del charlatán omega pelirosa, siempre le traería serias y dolorosas consecuencias. Yang no toleraba absolutamente nada.

Hope-Hoseok.

Yoongi, ¿estás bien?

16:12 PM.

Min Yoongi.

Mmm... Sí. ¿Por qué?

16:20 PM.

Hope-Hoseok.

Es que estás sonriendo demasiado hoy.

Te sonrojaste dos veces mientras estábamos hablando con Yang.

¿Qué te sucede estos días? Incluso hoy llegaste tarde.

16:21 PM

Min Yoongi.

¿Por qué nunca normalizamos el hecho de verme feliz por nada en específico?

16:21 PM.

Hope-Hoseok.

No lo sé. No es normal y ya.

Min Yoongi.

Son muy malvados conmigo, y por eso mismo me iré a comer solo a la cafetería.

16:22 PM.

Hope-Hoseok.

Yoongi.

16:23 PM.

Min Yoongi.

¿Qué?

16:23 PM.

Hope-Hoseok.

Prácticamente nos ordenaste a todos que no fuéramos a molestarte.

No sé qué te suceda últimamente, pero comienzo a preocuparme. Ayer Hyuk habló conmigo porque lo dejaste muy asustado sobre algo que pensabas contarle y al final no lo hiciste.

16:25 PM.

Min Yoongi.

Qué entrometido.

No te contó la otra parte de la historia donde acabé diciéndole que le restara importancia, que no se preocupara.

16:26 PM.

Hope-Hoseok.

Está bien, le diré al resto que no sucede nada.

Pero ¿podríamos acompañarte? No queremos dejarte solo, sentarnos en otra mesa y que los demás sospechen que algo sucedió entre nosotros.

16:27 PM.

Min Yoongi.

Les importa demasiado lo que piensen en esta universidad.

Hoy hablé con una persona que me hizo saber sobre su propia opinión de nosotros, no fue nada bonito oírlo, y me di cuenta de que nosotros también permitimos que estas cosas sucedan.

Qué lamentable, Hoba.

16:28 PM.

Hope-Hoseok.

Interesante, pero somos el mejor grupo de amigos de esta universidad, claramente tenemos que preocuparnos.

Tal vez tengas razón y nosotros también tengamos algo que ver con alimentar esos rumores.

16:29 PM.

Min Yoongi.

Está bien, pueden venir.

Los quiero, pero todos son un par de idiotas.

16:30 PM.

Hope-Hoseok.

Lo sabemos, y dependemos de ti, alfita.

16:30 PM.

—Qué conmovedor —comentó con sarcasmo el mayor, observando a su equipo sin una pizca de gracia mientras se acercaban e iban acomodándose alrededor de la mesa, y él dejó su teléfono de lado para brindarles toda la atención del mundo.

— ¡Nosotros te amamos, capitán! —Exclamó Kihyun, haciendo reír a Jungkook.

—Qué asco. Mejor cierren sus bocas y coman algo, el entrenamiento nos dejó a todos muy hambrientos. Que sea algo nutritivo, tenemos un partido importante en dos semanas —Les recordó, sacándole la ilusión de un buen batido dulce a varios del equipo.

Mientras su adorado equipo estaba en risas por las ocurrencias de Hyunjin y Jungkook, Yoongi los había puesto en segundo plano cuando lo ocurrido esa tarde le vino a la mente como si fueran olas muy fuertes golpeando la arena.

No conocía al omega pelirosa, no se molestó en preguntarle su nombre, pero de alguna forma u otra Yoongi sabía quién era, al menos un poco. Ambos tuvieron un accidente en la cafetería, claro que recordaba todo lo que ese enano le había escupido en la cara sin pensarlo dos veces y él como única solución optó por molestarlo al entregarle una cantidad razonable de dinero junto con un comentario que colocó rojo hasta las orejas al omega. Aún no entendía por qué diablos hizo algo como eso, pero estaba más que claro cuánto se divirtió con las reacciones del pelirosa.

«¿Habrás llegado bien a casa?», cuestionó en sus pensamientos, teniendo mucha incertidumbre por el estado del otro. Quería saber cómo se encontraba, quería saber si necesitaba ayuda, quería saber solo un poco más sobre ese omega. La curiosidad lo estaba torturando. 

“¿Habrás llegado bien a casa?” era un tweet privado que Yoongi había puesto después de lo que pasó con Jimin y ese alfa en el baño. Ahora pasó a ser un pensamiento suyo porque realmente se mantuvo preocupado por él el resto del día una vez que se fue de la enfermería.

Alguna vez me quejé de la forma en que había tratado la casi violaci*n de Jimin, por lo que intenté mejorarlo todo lo que pude, tratar este tema con respeto era mi prioridad.

También modifiqué la conversación que Yoon y Jimin tienen en la enfermería, creo que así luce más bonita y completa.

Por último, modifiqué el motivo por el cual Taehyung faltó ese día a clases. Quienes recuerdan en el au, él faltó porque estaba en su época de calor. Sin embargo, acá quise cambiarlo y meter algo que será más que importante en el transcurso de la historia. Nuevamente, quienes ya conocen el au, sabrán a lo que Jimin se estaba refiriendo con respecto al viaje a Jeju y por qué es tan importante para Taehyung tomar ese viaje.

Y creo que eso es todo.

Tengan una bonita semana <3

ALEX 🧊

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