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"Oí el rumor de que hemos sellado nuestra promesa."
Sólo conoció un sector de Daegu y le fascinó la idea de volver para explorar más sitios de la mano de su pareja. Al omega no le gustó la idea de tener que regresar, y pese a eso, estaba sentado en el asiento copiloto en camino a Seúl con un celo a la vuelta de la esquina y eso le estaba generando muchos problemas para concentrarse en los informes. Aún así, el camino de vuelta fue silencioso, Yoongi concentrado en la carretera oscura con cejas fruncidas porque había extraviado en alguna parte sus lentes, y Jimin repasando los papeles más importantes de la carpeta que se encontraba sobre su regazo mientras hacía un esfuerzo enorme para que sus feromonas no salieran disparadas.
Tenía mucho que pensar con respecto a la información sobre el accidente. Todavía necesitaba tener un tiempo a solas para descansar su mente y su debido tiempo para acabar de procesar aquellas hojas que ocuparon su atención durante el viaje de regreso.
Al estacionarse frente al hogar del mayor, ingresaron por la puerta delantera blanca y se quitaron los zapatos, Jimin tuvo que maniobrar con la pesada carpeta, pero logró adentrarse hacia la cocina con sus pantuflas bien puestas y allí mismo dejó depositado los papeles y suspiró con alivio. Había hecho mucho esfuerzo ese día entre su celo y su lobo queriendo tomar su cuerpo, las prácticas de baile para su evento de este fin de semana y los archivos que trajeron de Daegu.
Sin embargo, estaba muy débil como para luchar contra los deseos de su lobo omega de someterlo a sus ocurrencias, por lo que, en un momento dado le dio pase libre para que pudiera completar el proceso de adueñarse de su anatomía.
Comenzó a inclinarse sobre el mármol de la isla, exponiendo sus atributos y eso aumentó su sed por ser tomado.
Era la primera vez que sentía un fervoroso deseo y afán. Pero comenzó a sospechar de que la causa principal era que se trataba de su primer calor donde tenía la posibilidad de pasarlo junto a su Luna, aquel buen alfa con el que Jimin fantaseaba por lloriquear su nombre en medio de una sobreestimulación post-orgasmo.
Mordió su labio y exhaló fuerte.
—Alfa —lo llamó con una voz melodiosa y dulce tiempo después, sirviendo de indicación para el mayor de que el lobo omega de Jimin estaba presente.
Por primera vez, Jimin le había otorgado todo el control a su lobo omega y le dio libertad suficiente para que este hiciera lo que quisiera. Aunque le tomó por sorpresa el pedido desesperado que le dio a conocer a su alfa, como si hubiera olvidado que no tomaba decisiones sin consultarlo antes con su parte humana.
— ¿Qué ocurre, mi omega? —El pelimenta, quién estaba cortando unas frutas, dejó de hacer tal actividad para girarse y prestarle toda su atención.
Por otra parte, Yoongi también estaba ligeramente anestesiado por su lobo alfa, pero tenía consciencia suficiente para coger fuerza y dominarlo... sólo un poco y eso gastaba su energía a gran velocidad. Su alfa estaba negado a mantenerse sereno y esto era debido a la ansiedad que sufría por los pedidos del omega que se encontraba observando.
—Tu teléfono está sonando desde hace un par de minutos, y realmente no parece que te importe —Volvió a inclinarse un poco más, de una manera que apenas pudo percibir la mirada ajena, y sus caderas se meneaban con una lentitud que torturaba al de piel pálida—. Pero es molesto y vas a despertar a todos, Yoonie alfa —advirtió el omega, marcando una falsa inocencia en sus ojos.
—Seguramente serán mis amigos —exhaló y caminó unos pocos pasos hacia la isla de la cocina donde su familia solía desayunar y agarró el aparato que no paraba de vibrar.
Efectivamente eran ellos, pero ni siquiera estaba molesto por la interrupción porque Jimin mantenía una constante tarea de envolverlo con sus feromonas que lo llamaban a gritos para... tocarlo, marcarlo, empotrarlo y follarlo sin más. Su cuerpo temblaba a causa de su propia resistencia y sus ojos se cerraban al llenarse los pulmones del agradable aroma.
Chat grupal: The F4 🃏
Eunhyuk.
Yoongi, la última vez me dejaste preocupado por lo que ocurrió con Jimin.
¿Te encuentras bien? ¿Arreglaron sus diferencias?
22:45 PM.
Hyunjin, mi novio.
Creo que es buena idea hacerte compañía, de todas maneras.
22:47 PM.
Negó con una sonrisa y buscó la mirada de su pareja, quien parecía curioso de su repentina reacción.
—No me equivoqué, son ellos —indicó—. Quieren venir aquí porque creen que tú y yo ya no estamos juntos.
Jimin se mordió el labio, dispuesto a realizar una travesura tonta e infantil porque estaba feliz.
"Hay que joderlo, tan sólo... míralo".
Y tenía razón. Incluso le costó sostenerle la mirada porque su omega lo llamaba a través del movimiento de su cuerpo, de su coqueto comportamiento, pero...
Cállate, lobo hormonal. Cállate, carajo.
—Díselos —Yoongi le lanzó una mirada acusatoria—, como broma —aclaró, levantando ambas manos y el mayor suspiró.
¿Por qué pensó que eso era una buena idea?
¿Por qué decidió continuar con la broma sugerida por el omega?
O mucho más importante: ¿Por qué Jimin parecía estar apretando sus piernas mientras se mordía el labio?
Sacudió su cabeza para alejar sus pensamientos y centró la mirada sobre la pantalla de su teléfono. Sus movimientos eran vacilantes, casi temblorosos, pensaba el omega, aunque de cierto modo era muy divertido que Yoongi se comportara de esa manera por causa suya.
Estaba orgulloso de su logro.
Min Yoongi.
Hola, chicos.
No tengo humor.
22:50 PM.
Hope-Hoseok.
Entonces iremos a verte y hacerte compañía hasta que te sientas bien.
22:50 PM.
Min Yoongi.
No, lo siento.
No quiero hablar con nadie.
22:51 PM.
Algo le decía que ninguno iba a rendirse con facilidad, pero alejó aquel raciocinio en el mismo instante que levantó su cabeza para echarle un vistazo al menor, cuyas feromonas rodearon el ambiente en un tiempo casi récord.
Otra vez se mordía el labio inferior, permaneciendo en su mismo sitio inclinado sobre el mármol de la isla a la vez que movía las caderas provocativamente.
Él lo estaba incitando a cogérselo allí mismo, y si no fuera por lo poco que le quedaba de conciencia para reflexionar que no podía irrespetar la casa de sus padres, no haría esperar a Jimin ni un solo segundo más.
La última vez que estuvo al borde de perder el control en la sala de juegos, supo de inmediato que no podía volver a vivir una situación igual y, como muchas otras, esa fue una razón más para iniciar la búsqueda intensa de un departamento, pero nada lo convencía.
—Yoonie alfa... —Sus pupilas estaban dilatadas mientras lo llamaba con las manos apoyadas en la isla de la cocina a un metro de distancia.
Reunió fuerzas. Tenía que decir que no.
—Jimin —lo llamó con firmeza.
—Quiero que me toques —puchereó al soltar su petición, sintiendo una agradable sensación en lo más bajo de su vientre—, pero creo que estamos en el lugar equivocado —lamentó y sus ojos destellaron bajo la luz.
«Al menos, ya lo sabía.» Pensó el alfa, pero su calma se fue tan rápido como llegó, ya que sus sentidos se escandalizaron tras acortar la distancia que lo mantenía lejos del cuerpo que el alfa deseaba tomar, y podía hacerlo sin ningún problema allí mismo o encerrados en su habitación, pero corrían tantos riesgos y quería que ambos disfrutaran el proceso sin verse en la necesidad de acallar nada. Además, Yoongi deseaba que tanto el lobo omega como su parte humana (del que requería su racionalidad y seguridad para tomar acción) estuvieran de acuerdo en compartir un lazo con el alfa.
"Quiere nuestra marca."
Lo sé.
"Entonces, hazlo."
No. Aquí no.
Lo primero que tenía que hacer era charlarlo con la cabeza fría, aunque eso implicara someter al agua helada a Jimin para mantener el control de su calor.
—Jimin —carraspeó—, escucha-...
—Mi celo se adelantó —murmuró con los ojos puestos en cualquier otra parte, luciendo muy pensante frente al mayor, a quien observó segundos más tarde—. ¡Fóllame, fóllame, fóllame! —Elevó la voz y esta retumbó por todos los rincones, ocasionando que Yoongi se sonrojara y le cubriera la boca con ambas manos.
—No grites, santo Dios —suplicó entre dientes, posando su vista en diferentes lugares con desesperación. No quería que nadie de su familia los viera en esa situación, en especial su madre, cuyo escándalo sería tan grande que le provocaría migraña—. No voy a hacer esto aquí porque, en primera instancia, tenemos que discutirlo con seriedad; y en segunda instancia, estamos en la casa de mis padres. Así que será mejor que controles a tu lobo, Park Jimin —advirtió y se alejó. El susodicho le lanzó una mirada de odio e hizo un berrinche sobre su lugar, sacudiéndose frustrado por no ser atendido como quería—. Necesito que te tranquilices o me veré en la penosa obligación de meterte a la ducha con el agua fría al máximo.
—Pero Yoon...
El omega se sintió rechazado por su propio alfa.
Bajó la cabeza apenado y jugueteó con las manos de sus dedos. Por otra parte, Yoongi tragó saliva y despeinó sus cabello sin quitarle la vista de encima.
—Puedo cogerte y marcarte en cualquier parte, como alfa estoy a tu disposición —afirmó sonriente y Jimin se acercó a él, le abrazó la cintura y lo rodeó de sus feromonas—, pero necesito que tú y tu lobo estén seguros de esta decisión. No podemos tomarlo a la ligera, mi amor, es importante que consientan esto.
Y no se equivocaba. Jimin tuvo que hacer realmente un gran esfuerzo para arrinconar a su lobo para tomar el control por un momento; luchó y luchó hasta que él fue el vencedor y su lobo se sentó en alguna parte entre tanto esperaba que le comunicara lo que deseaba a su angustiada pareja.
—Lo consentimos —Esta vez, era su gruñón Jiminnie quien hablaba—. Quiero portar tu marca, sin miedos ni arrepentimientos futuros porque eres el hombre con el que deseo compartir mi vida —confesó sobre sus labios. Yoongi notó su nerviosismo y a su vez la seguridad, por más extraña que fuera la combinación, entendía los sentimientos que Jimin experimentaba en esos momentos.
Si su "yo" de hacía algunos meses lo viera o escuchara en ese momento, Jimin estaba seguro de que lo golpearía por sonar tan cursi frente a su supuesto enemigo.
—Estamos de acuerdo en algo —le dijo y contempló el movimiento de los belfos ajenos—. ¿Qué quieres hacer?
—Montarte —respondió enseguida de forma despreocupada, dejando a Yoongi perplejo—. He fantaseado con hacerlo desde que te vi accidentalmente sin camiseta en tu entrenamiento. ¿Por qué no me comentaste sobre ese tatuaje pequeño que tienes en tu hombro?
— ¿Qué? —rio cortamente y Jimin le robó un beso tan sólo un par de segundos después—. Puedes hacerlo, claro que sí. Las veces que quieras y hasta la hora que te apetezca. Y respecto al tatuaje, es algo que comparto con mis mejores amigos. Nos conocimos en julio, séptimo mes del año. Fue idea de Eunhyuk, lo hicimos hace un par de años.
Yoongi sonrió y sus manos fueron a parar en las mejillas del menor, cubriéndolas y apretándolas ligeramente antes de adueñarse de sus belfos por medio de un movimiento experto que Jimin captó y continuó junto a él.
A medida que el tiempo fue transcurriendo, la cocina y parte del comedor fueron impregnándose de sus feromonas sexuales que invitaban al otro a abandonar los besos y toques inocentes para ir más allá.
Sus respiraciones se hicieron más pesadas, el aire les hacía falta y tuvieron que detenerse. Pero, para Yoongi fue el peor de los errores porque acabó perdiendo la poca cordura que tenía por ceder su alma y su cuerpo a los ojos de su ángel, de aquel pecado que en su rostro expresaba una ligera preocupación por él y que sus orbes le decían cuánto se hallaba disfrutando Jimin de tenerlo a la expectativa de sus movimientos y en la palma de su pequeña mano.
Pero Jimin estaba jodido. Muy jodido.
El omega estaba desesperado por ser tomado y Yoongi ni siquiera movía un músculo al respecto, sólo dedicaba su tiempo a detallar su rostro y por un instante creyó que había algo malo en él, pero entonces...
—Eres hermoso —soltó en una exhalación con una expresión ida, como si estuviera hipnotizado por él—, tan hermoso y tan... —pausó y succionó el labio superior del omega, y luego lo liberó para finalizar su frase— follable. Y tengo que sacarnos de aquí pronto.
— ¿Pero a dónde podemos ir?
—Confía en mí.
Los segundos pasaban y Jimin se debilitaba a causa de su fuerte celo, y el alfa tuvo que tomar su cuerpo entre sus brazos al estilo princesa para después depositarlo en el asiento del copiloto.
— ¡Espera! —Lo miró repentinamente y tragó saliva, las mejillas se le calentaron y supo que iba a tartamudear de la vergüenza y los nervios—. ¿Podrías... llevar... algo de ropa? —Yoongi alzó ambas cejas, entonces el menor aclaró—: Quiero hacer un... nido. Para ti y para mí —sonrió tímido—, para... ya sabes.
El alfa simplemente asintió, comprendiendo la referencia. Su lobo y él se derritieron de ternura.
—Claro. Nuestro nido será genial, Wandita —comentó sonriente.
— ¡No te burles de mí! —chilló, cubriendo su rostro con ambas manos.
—Yo no hice eso, mi amor —repuso, sonrojando a Jimin—. Vuelvo en un momento —avisó y se tardó unos cinco minutos en recoger una cantidad exagerada de ropa en un bolso que solía llevar a sus entrenamientos.
Al bajar, se llevó una manta que se encontraba depositada en una esquina del gran sofá en la sala de estar, pasó por la cocina y colocó dentro del mismo bolso un par de guarniciones y frutas y luego guardó correctamente el bolso en los asientos traseros de su auto.
"Eres lento, humano."
— ¿Dónde estamos? —indagó mientras salía del auto y se envolvía el cuerpo con la manta que Yoongi le ofreció ni bien comenzó a conducir.
Estaba helando y su cuerpo no era capaz de soportar esas temperaturas, tampoco podía culpar a alguien cuando él debió tomar más precaución antes de salir, incluso Jin hyung le advirtió sobre el clima y lo mal que la pasaría si no se colocaba una capa más de ropa que lo calentara de pies a cabeza.
—Es el AC Hotel Marriot —respondió, colocó el bolso sobre su hombro y entrelazando su mano libre con la de Jimin.
El menor asintió en silencio y avanzaron hacia la puerta de ingreso, donde ambos se encontraron con la recepción que era lo suficientemente grande para albergar a sus inquilinos recién llegados que estaban a la espera por ser atendidos.
Jimin visibilizó la puerta del gimnasio en un extremo del extenso escritorio de recepción, también los diversos estilos de sillones y sofás en el recibidor y a lo largo del enorme salón; eran de colores neutros y oscuros, un estilo simple y a su vez lucía elegante. Y cuando junto a Yoongi se acercaron a uno de los recepcionistas, cuyo nombre no alcanzó a comprender porque le entretenía mucho la arquitectura y el diseño del hotel. Nunca tuvo la necesidad de visitar uno, pero sin dudas lo dejó impresionado.
—Buenas noches, señor Min —Una mujer un poco más baja que él se les acercó con la mirada puesta en su alfa—. Sea bienvenido una vez más a nuestro hotel —le sonrió amigablemente y Jimin tuvo que apretar sus labios para que su boca maliciosa no le ocasionara problemas a Yoongi.
Estaba demás aclarar que los celos lo comían vivo, y su estado de calor tampoco ayudaba al humano a calmar a su propio lobo.
—Gracias, señorita Ahn —Yoongi le devolvió la sonrisa y Jimin reaccionó casi de inmediato y apretó su mano.
— ¿Le preparamos su habitación de siempre? —El alfa lo pensó un momento y luego negó con un movimiento de cabeza—. ¿Tal vez una habitación común o suite?
—Una suite, por favor —contestó y la señorita Ahn se retiró.
Jimin apretó la mano ajena con todas sus fuerzas, logrando llamar la atención del mayor.
— ¿Qué ocurre, Wandita?
— ¿Tu "habitación de siempre"? ¿Has venido aquí antes? —indagó con las orejas rojas y ambas cejas juntas.
—Celoso —acusó con los ojos entrecerrados y una expresión divertida—. El hotel le pertenece a una amiga íntima de la abuela Min, y vengo aquí cuando discuto con mi familia y no deseo dormir bajo el mismo techo que ellos. Llamémosle mi ruta de escape —relató en voz baja, la expresión de su novio se modificó tras escucharlo.
En el momento que recibieron la tarjeta, Yoongi despreocupadamente lo condujo hacia el ascensor y llegaron a la habitación en cuestión de minutos, en un particular ambiente tenso, o eso sentía el omega mientras ingresaban a la suite tras oír cómo su alfa le indicaba a alguien del personal del hotel que no podían ser molestados durante las próximas horas.
No conocía a nadie más discreto que su novio —sarcásticamente hablando—, pero Jimin estaba comenzando a acostumbrarse a aquella característica que le provocaba un sentimiento de bochorno porque Yoongi nunca disimulaba —un poco— la satisfacción que le otorgaban los besos con el pelirrosa o sus toques desesperados, o cómo olvidar su cara de niño feliz tras haberle hecho, pensaba él, el mejor oral de su vida.
— ¿Tenemos nuestra propia piscina? —preguntó curioso en el instante que corrió las cortinas blancas y pulcras, hallándose con un jardín, unas sillas, y en el fondo, alumbrado por luces de neón, había una piscina rectangular que poseía el grandor exacto para que dos o tres personas se divirtieran en ella.
—Te traeré de vuelta en el verano para que podamos disfrutarla —repuso mientras se estiraba a medida que rompía la distancia con el omega, rodeándolo con sus brazos desde atrás y se permitió apoyar el mentón sobre su hombro derecho—. ¿Te sientes mejor?
—Bueno... He intentado ser muy fuerte durante todo este tiempo para abalanzarme sobre ti en el momento y lugar correctos —respondió en voz baja y dio un giro entre los brazos que lo acorralaban. Más tarde su lobo omega comenzó a controlar su cuerpo—. Y honestamente, ya no puedo hacer eso —terminó por decir al mirarlo a los ojos, las puntas de sus narices rozando y ocasionándoles cosquillas—. Tómame ya, he sido bueno y he aguantado hasta llegar aquí, así que... Tómame —volvió a repetir, esta vez y provocado por su sucia imaginación, sus pupilas se dilataron—. Quiero ser tuyo, por la Madre Luna. —confesó en aquel corto espacio que les quedaba.
No sé qué pasa con Wattpad últimamente, pero si lo notan, las imágenes tienen FONDO. Ustedes no lo ven en borradores, pero es ESTRESANTE Y FASTIDIOSO porque te hace un espacio GIGANTE en cada separación 😭
En fin, #SEVIENE
ALEX 🤍
P.D agregado a último momento: Así luce la recepción de y la respectiva habitación YoonMin en AC Hotel Marriot.
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