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“Oí el rumor de que el silencio es el peor de los castigos.”
—Yoongi, necesito que la próxima semana me ayudes con la apertura del restaurante en Gangwon-do —dijo su padre luego de haber tomado su maletín y las llaves de su camioneta—. Chaerin irá con nosotros —agregó para convencer completamente a su hijo menor y suspiró aliviado al obtener una respuesta positiva de su parte.
—Oí que no tenemos chefs —comentó el menor, apagando la estufa—. ¿Nosotros nos encargaremos de los alimentos?
Su padre asintió y agregó:
—Somos buenos en lo culinario, ¿por qué no? Quiero dar una buena impresión en el primer día, es importante. Nuestros chefs llegarán al día siguiente de la inauguración —explicó apresuradamente, Yoongi asintió y vertió el agua caliente sobre ambas tazas con un saco de té pequeño—. Debo irme —informó y a su nariz llegó el aroma delicioso de un kimchi recién preparado y al echar un vistazo hacia la cocina, se sintió confundido al ver las dos tazas de té que su hijo estaba preparando junto a dos platos—. ¿Los chicos están aquí o por qué has servido tanta comida?
La pregunta descolocó al menor e intentó pensar si realmente era correcto informarle de una vez a su padre que las citas a ciegas se acabaron porque el pelimenta se encontraba más que enamorado y bobo por el omega que estaba descansando en su habitación, sobre su cama abrazado a una enorme almohada de la que Yoongi se había ocupado de impregnar con su aroma para que Jimin no despertara.
Siempre había sido una pelea constante cuando se trataba de las citas a ciegas que sus padres le obligaban a tener cada mes desde que cumplió dieciocho años. Jamás estuvo de acuerdo, pero debía aceptar que gracias a ello había desarrollado una habilidad muy buena para comunicarse y socializar, quitando de una vez aquel constante problema de timidez con el que había nacido. Sin dejar de mencionar que Jisoo y él se conocieron y enamoraron por medio de ello.
No todo fue malo, si lo pensaba mejor.
—Es para Jimin —respondió vacilante, puesto que la mirada de su padre se intensificó y no supo qué esperar.
—Oh... Oí ese nombre, creo que tu hermana lo ha mencionado hace unos días. ¿Quién es?
—Este no es el momento para hablar sobre Jimin —dijo con severidad, pero sin esperanzas de que su padre comprendiera lo incómodo que comenzaba a sentirse.
— ¿Por qué lo dices?
—Porque estoy muy seguro de que terminaremos discutiendo, y si soy sincero contigo, eso es lo último que quiero que ocurra con Jimin en esta casa. Abstente de preguntar de más, por favor —farfulló mientras se acercaba a la mesa de la cocina para servir el desayuno, sintiendo su estómago rugir hambriento.
—Soy menos exigente que tu madre en esos aspectos. Lo sabes, ¿no?
— ¿Desde cuándo decidiste eso? —cuestionó el pelimenta, finalmente enfrentando a su padre en la sala de estar contigua al comedor.
—Luego de tu ruptura con Jisoo, pero podemos hablar sobre eso más tarde. Tu madre está furiosa y está gritándome por medio de nuestro lazo, y eso no es nada bueno —comentó el mayor entre sonrisas pequeñas y se dispuso a correr a su camioneta, dejando muy pensativo a su hijo menor.
No obstante, Jimin y él debían ir a la universidad y Yoongi se apresuró en ordenar cada plato de kimchi con huevos, panes tostados y las tazas con té. Aceleró sus pasos hacia la escalera, sin embargo, su novio gruñón ya se encontraba bajando a paso lento por ellas con el aspecto más adorable y gracioso que le ha tocado ver en su vida.
Jimin llevaba uno de sus pijamas de kumamon, sus cabellos rosas eran un completo desastre y un puchero decoraba sus labios, mientras tanto sus ojos estaban entrecerrados y estiraba sus brazos cada cierto tiempo. En cuanto lo vio bajar, se le ocurrió decirle con el tono más burlón posible:
—La ciencia está tan avanzada que hasta los bombones caminan —mordió su labio inferior, inmediatamente después Jimin le respondió mostrándole el dedo medio junto a un murmullo que no comprendió en absoluto—. Buenos días, Wandita.
— ¿Qué carajo hay de bueno? —cuestionó alzando la voz. Su camino se desvió hacia el alfa y lo rodeó con sus brazos, posando su vista en la mesa del comedor—. ¿Cocinaste? Huele delicioso.
—Sí, tengo la esperanza de que tu humor mejore con esto. Llamé a Jungkook, él me dijo que a tí te gusta mucho el kimchi.
—Gracias a la Madre Luna por darme un novio millonario y chef —bromeó diciendo luego de un momento de silencio, más su vergüenza lo había dominado por completo que apenas podía ver a Yoongi a los ojos, por eso mismo permaneció abrazado a él con su rostro escondido en su pecho—. Gracias, idiota.
—De nada, idiota —contestó y le otorgó un beso en su cabeza antes de separarse—. Pero hay algo en lo que te equivocas... —pausó un momento y Jimin por fin se atrevió a mirarlo—. El dinero es de mis padres.
—Yoongi, eres accionista de la empresa de tu familia, no jodas —Jimin entrecerró sus ojos y el alfa elevó una de sus cejas, aguantando las carcajadas que querían salir de sus labios finos—. No es necesario que seas tan humilde, siempre trabajas duro y puedes presumir de vez en cuando.
—Está bien, fue suficiente. Quiero desayunar, Wandita.
Ambos tomaron asientos enfrentados y desayunaron en un silencio cómodo, aunque no fue por mucho tiempo debido a los constantes mensajes que llegaban al teléfono de Jimin y que lograron irritarlo hasta el punto de soltar sus palillos de metal muy bruscamente para poder desbloquear el aparato con impaciencia. Rodó los ojos al leer el nombre de su pelirrojo mejor amigo y sostuvo su teléfono con ambas manos para responder lo más rápido posible.
My Soulmate TH.
BUENO... TE TENGO BUENAS NOTICIAS PARA DARTE.
Estoy muy feliz
Te llamaré ahora mismo y te contaré todo con detalles.
07:56 AM.
Park Jimin.
Taehyungie...
No me encuentro de buen humor, ¿podrías llamarme luego o contarme en la universidad?
Te quiero, ¿si?
07:56 AM.
My Soulmate TH.
Oh, no lo sabía.
¿Quieres hablarlo?
07:57 AM.
Park Jimin.
Déjalo, ya se me pasará.
No quiero arruinar tu buen humor, nos vemos en la universidad.
07:57 AM.
Por décima vez, Yoongi oyó otro suspiro de los labios de Jimin.
— ¿Qué ocurre? ¿Te sientes bien para asistir a la universidad? Podemos quedarnos aquí y-.
—No, no es necesario, Yoonie —interrumpió con una media sonrisa. En las últimas horas, Jimin había sido llenado de tanto amor por parte de su pareja que se le hacía difícil acostumbrarse a pesar de adorar lo comprensivo y detallista que era el alfa en la situación delicada en la que se encontraba—. Debo ir, no tengo demasiadas opciones. Taehyung acaba de hablarme, está muy feliz hoy —comentó, bebiendo el último sorbo de té que quedaba en la taza.
— ¡Entonces Jungkook lo hizo! —exclamó el capitán con una sonrisa—. El equipo trabajó duro para que su propuesta saliera bien, y creo que conocí su lado más tímido —farfulló sin pensar demasiado, logrando confundir a su novio con lo dicho.
— ¿A qué te refieres? ¿Qué hizo? —comenzó a cuestionar con sus pobladas cejas muy juntas, mirando al alfa con sus aterradores ojos. Tenía un millón de dudas en la cabeza y diferentes escenarios, unos bonitos y otros que causaban que su lobo encrespara su lomo.
— ¿Jungkook no te lo dijo? Se preparó durante toda la semana para pedirle a Taehyung que acepte ser su novio. Creo que funcionó —explicó con total naturalidad y sintió una extraña corriente en su espina dorsal en el momento que levantó su vista y se encontró con las pupilas dilatadas de Jimin—. ¿Qué?
—Lo voy a matar —declaró y se levantó de la mesa, Yoongi imitó su acción y no perdió tiempo en atrapar a Jimin entre sus brazos—. ¡Suéltame! ¿Cómo se atreve a hacerlo sin mi autorización? —farfulló y se removió desesperadamente—. ¡¿Dónde diablos quedaron los modales?! —elevó la voz y Yoongi deseó haberse cubierto los oídos ante semejante chillido del omega—. ¡Suéltame, F4!
—Tienes que tranquilizarte. Jungkook ya lo hizo, es muy tarde para detenerlo como una perra loca. Deja de comportarte como un niño, Wandita, limítate a ser feliz por la felicidad de tu mejor amigo, eso es lo que malditamente importa ahora —opinó muy serio luego de haberlo liberado de su agarre—. Si lo piensas mejor, a Taehyung tampoco le agradará demasiado la idea de que seas novio de un F4 —soltó una risa corta que enfureció a Jimin.
—Acabas de llamarme “perra loca”... —murmuró y para el alfa fue bastante claro porque se encontraban relativamente cerca del otro—, ¡me llamaste “perra loca”, desgraciado! ¡Ven aquí! —demandó y saltó sobre su pareja para otorgarle golpes pequeños en su cuerpo que Yoongi no podía esquivar tan fácil como creyó—. ¡Nadie me insulta de esa forma!
— ¡Lo siento, lo siento! —formuló apenas el pobre y maltratado alfa, quien intentaba cubrirse con sus antebrazos mientras era golpeado por su novio—. ¡Lo siento, Wandita!
— ¡Tú piensas que soy una perra loca! —Lo acusó totalmente indignado y Yoongi, en un falso movimiento que descolocó a Jimin, sostuvo con sus manos ambos brazos del omega y lo arrastró lo más rápido que pudo hacia una columna que se encontraba cerca de los dos, estampándolo allí después.
Se observaron un momento con sus respiraciones sincronizadas y agitadas, Jimin no podía dejar de subir su vista a los orbes negros de su novio ni tampoco bajarla para apreciar aquellos tentadores belfos pequeños y juguetones.
Sin embargo, la acalorada e intolerable tensión les jugó una mala pasada y muy pronto el espacio dejó de existir entre la pareja una vez que Yoongi decidió atacar los carnosos labios de Jimin, sin permitir que algún rincón no fuera tocado por él. Con el tiempo comprendió que aquella acción era la mejor solución para callar al omega y lograr mermar el posible enojo que pudiera estar sintiendo en esos momentos.
El chasquido de sus labios no tardó en reclamar presencia por todas las esquinas de la habitación, formando un eco jodidamente excitante por el enorme comedor, cargando de lujuria a la pareja.
Para Jimin, en ese último tiempo, su cosa favorita en el mundo era probar cada minúsculo rincón de la boca del pelimenta, y lo llevaba a cabo sin ningún tipo de vergüenza desde que ambos correspondieron sus sentimientos y se declararon de una manera tan ridícula como única y bonita a la vez.
Ninguno demoró en elevar el ritmo de sus labios desgastados a un nivel más allá del que estaban acostumbrados, un ritmo o nivel al que llamarían “inocente”. Pero era una guerra constante de control y dominancia, pues el lobo de Yoongi no dejaba que el omega tomara el mando sencillamente; ambos peleaban y nunca existía un ganador.
—Yoon~... —jadeó el omega tras haberse separado violentamente de su pareja para poder llenar sus pulmones de oxígeno.
—Jimin.
Su cuerpo entero se estremeció al oír la voz baja y ronca que Yoongi estaba utilizando por primera vez para decir su nombre. Aunque amagaron con detener cualquier acción más allá de sus candentes y desnivelados besos, tanto el alfa como el pelirrosa se encontraban ensimismados en la tensión tan atrayente que los rodeaba a los dos a cada hora.
Jimin tragó saliva, su lobo quería exponer su cuello a toda costa y él no podía permitírselo aún, sería demasiado apresurado para los dos. No obstante, se sintió atraído y totalmente desnudo cuando notó la dilatación en ambos orbes de su luna, y estos destellaban complacidos de tenerlo tan cerca y sentirlo tan suyo.
Yoongi, por otra parte, se mantenía inserte y respiraba con fuerza. Quería continuar y sabía que Jimin lo deseaba también porque la inocencia se había esfumado de su personalidad, para pasar a convertirse en un ángel demasiado sexy y travieso y con el que, sin duda alguna, perdería el poco control que todavía le quedaba en ese momento. Él deseaba con todas sus fuerzas poder tocarlo, pero todo se iría al carajo si siquiera lo intentaba.
Entonces renunció al ferviente sed por Park Jimin, dejó de lado sus pensamientos impuros y cargó sin esfuerzo al omega, tomándolo por sorpresa. Lo colocó sobre uno de los extremos de la cocina, por instinto el menor abrió sus piernas y se acomodó en medio de ellas, para luego lanzarse a los carnosos e hinchados labios rosas con un beso ansioso mientras repartía caricias y unos cuantos apretones por debajo de su pijama superior. Las manos frías del capitán lograron que Jimin liberara infinidad de suspiros a causa de los escalofríos que le recorrían la espalda de extremo a extremo, y que por momentos provocaron que se retorciera tal cual un gusano... uno muy necesitado de la atención que su alfa estaba dándole.
—No tengan sexo aquí, se los imploro —La voz de Chaerin retumbó por la sala de estar, Jimin abrió muy grande sus ojos y empujó lejos el cuerpo jadeante del alfa—. Gracias por compadecerte de los pobres, Jiminnie.
La timidez lo invadió y llevó sus manos a su rostro y se escondió allí, manteniendo la vista baja debido a la vergüenza que estaba sintiendo por todo el cuerpo. En cambio su alfa parecía no inmutarse ante la situación. Yoongi únicamente sonreía de manera ladeada y lamía sus labios repetidas veces porque estos se secaban en cada momento que sus oscuros ojos le prestaban atención al aspecto desordenado de Jimin y aquellas musculosas piernas aún abiertas mientras permanecía sentado al borde de la mesa, ofreciéndole la imagen más sexy con la que el mayor se había topado en años. No obstante, la interrupción causó que se irritara de una manera tan sencilla que Chaerin estaba lista para burlarse por ello.
—Mierda —masculló y desordenó sus cabellos.
—Buenos días para tí también, hermano.
Su clase estaba tan aburrida y su mente tan torturadora con los recuerdos recientes de lo ocurrido esa mañana con Jimin, por lo que, ignorando lo que el anciano Han decía, Yoongi sacó su teléfono y lo desbloqueó para ingresar al chat que mantenía con sus tontos tres mejores amigos.
Chat grupal: The F4 🃏
Min Yoongi.
¿Qué piensan de vernos en dos horas? Vayamos a algún bar o simplemente a caminar por ahí para pasar el tiempo juntos.
16:37 PM.
Eunhyuk.
Yo me apunto.
Siempre.
Ya tu sabe', fiel a la party.
16:38 PM.
Min Yoongi.
No vamos de fiesta, idiota.
Vayamos a un bar o a cualquier otro sitio bonito, TRANQUILO y otra vez TRANQUILO para que tu cerebro diminuto pueda captarlo.
16:38 PM.
Eunhyuk.
¿Dejarías de ser tan cruel con mi inteligencia si te lo pidiera?
16:38 PM.
Min Yoongi.
¿Quieres que te diga la verdad?
16:39 PM.
Eunhyuk.
No me escondas nada, puedo soportarlo.
16:40 PM.
Hope-Hoseok.
🤣
16:40 PM.
Eunhyuk.
Hoba, ¿te unes?
16:41 PM.
Hope-Hoseok.
Claro que sí, hace tiempo que no tenemos no nos damos un rato libre para vernos fuera de aquí.
16:41 PM.
Min Yoongi.
Tienes razón.
Sugieran lugares y allí nos vemos.
16:42 PM.
Eunhyuk.
Perfecto, me pondré en la búsqueda.
16:42 PM.
Hope-Hoseok.
Yo lo haré después de esta clase.
Nos encontraremos en la cafetería, ¿ok?
16:43 PM.
Min Yoongi.
Ok.
Hyunjin, ¿tú qué dices?
16:44 PM.
Hope-Hoseok.
Está preguntándole algunas cosas al profesor Choi.
Corrección: TOMÓ SUS COSAS Y SE FUE.
HYUNJIN, VEN AQUÍ.
HYUNJIN.
16:46 PM.
Eunhyuk.
🕴🏻
16:46 PM.
Aquello fue tan insólito para el alfa puro que tan pronto Han les otorgó el permiso a todos para poder retirarse, él se dirigió a la cafetería tal como Hoseok lo había indicado. Su tobillo dolía un poco menos que ayer, por lo que fue un poco más sencillo acelerar sus pasos al atravesar la mitad de la universidad.
Tras encontrarse con sus amigos, finalmente decidieron ir por sus respectivas cuentas al río Han y sentarse a disfrutar del hermoso atardecer y esperar el escondite del sol.
La finalización de la tarde era la más encantadora del universo para aquellos tres alfas que se encontraban sentados uno al lado del otro, pero apenas realmente concentrados en disfrutar de ello porque la ausencia de uno de ellos los tenía descolocados. Hyunjin había decidido escabullirse de la sociedad y no responder a las intensas llamadas de sus tres amigos.
Por pedido de Hoseok, todos dejaron de insistir e intentaron comprender que quizás había tenido una discusión con Choi y eso generó que su día se arruinara por completo. Y ellos lo conocían perfectamente para entender que cuando aquellas cosas sucedían, su mejor amigo prefería alejarse.
El sol era bonito, pero no había comparación cuando comenzaba a esconderse y los colores se entremezclan entre sí, creando una armonía en el cielo digna de tomarle fotografías.
—Estoy preocupado por nuestro amigo —Eunhyuk soltó por fin, intentando que su mente se concentrara en la vista que tenía frente a él.
La luna lentamente hacía su aparición.
—Yo también, quedé muy impactado por la actitud que tomó hoy. Es decir, no estaba discutiendo con Choi porque de otra manera todos lo hubiéramos escuchado. Mis compañeros han discutido con ese profesor antes y tiende a elevar mucho su voz cuando se enoja —explicó desconcertado. En todo aquel rato que Hyunjin y Choi se mantuvieron conversando, Hoseok no sospechó absolutamente nada raro, puesto que su mejor amigo le sostenía una sonrisa muy bonita y real al profesor.
—Sabemos que últimamente ha tenido problemas con su madre y eso siempre le provoca ataques de ansiedad y mucho malhumor por días. Le afecta demasiado. Él nunca lo admitirá, al menos no tan seguido —agregó Yoongi con su mente recordándole la última vez que visitó la casa de su mejor amigo, precisamente cuando sus ojos vieron aquel moretón mal cubierto en el cuerpo de Hyunjin y no había sido capaz de comentárselo a nadie desde ese día.
—Me molesta mucho que su padre no haya hecho nada al respecto. Se separaron cuando Hyunjin tenía trece años, ¡debió haberlo llevado con él a Australia! —dijo Eunhyuk con suma molestia que Yoongi comprendió por completo; él se sentía de la misma manera y opinaba igual.
—Todos sabemos perfectamente por qué se quedó aquí.
Eunhyuk suspiró.
—De todas formas... Carajo, él no iba a permitir que su madre hiciera lo que quisiera con Yeji. Jamás, Yoongi.
Mientras los demás charlaban al respecto de la familia Hwang, Hoseok tuvo que apartarse debido a su insistente tono de llamada. Gruñó y sin darle aviso a sus amigos, se alejó unos cuantos pasos y atendió.
—Hoseok, h-hola.
Era la madre de Hyunjin y eso ameritaba que comenzara a pensar en los peores escenarios, porque hasta el momento la madre de ninguno de sus mejores amigos lo ha llamado desesperadamente y con la voz quebrada.
— ¿Señora Hwang? —Vaciló y volteó a observar a sus amigos por un par de segundos antes de centrar su atención en aquella mujer.
—Hoseok, mi hijo está mal.
Y su sangre se congeló, exactamente igual que aquella mañana cuando Solar y él observaron el test de embarazo positivo mientras el miedo se apoderaba de sus cuerpos. De inmediato volteó a ver a sus amigos, quienes parecían estar riendo y bromeando. Eunhyuk y Yoongi le daban un ambiente cálido a algo que podría tornarse desastroso.
— ¿A qué...? —Respiró profundo e intentó mantener la calma—. ¿A qué se refiere? ¿Qué le sucedió a Hyunjin?
—No-no lo sé, pero ha estado encerrado en su habitación desde que regresó de la universidad. No prueba bocado desde ayer y tampoco quiere abrir la puerta de su habitación. Hay demasiado silencio, estoy desesperada. Tienes que venir ahora mismo —sollozó.
—Maldición —masculló bajo luego de alejar su teléfono—. Estoy con los chicos, iremos para allá en diez minutos. Intente de nuevo, él... debe estar bien.
La llamada finalizó y se acercó de forma apresurada a sus amigos. Los dos fruncieron el ceño casi al mismo tiempo, ninguno tenía un buen presentimiento por la mirada que Hoseok les dedicaba a ambos y entonces Yoongi fue el que se animó a preguntar debido a la insoportable tensión que comenzaba a gobernar su cuerpo.
— ¿Qué ocurrió con Hyunjin? —Había algo en su pecho que le decía que se trataba de Hwang y que no era ninguna buena noticia.
—Es Hyunjin. Está mal, no lo sé —Su voz tembló de repente—. Su madre ha llamado desesperada, hay que irnos ahora mismo.
Ambos alfas asintieron y con un nudo formándose en sus gargantas al imaginar lo peor porque no sabían exactamente qué podría estar sucediendo y eso creaba más angustia en ellos; sus manos temblaron al tomar los respectivos volantes de sus autos y nada los detuvo a acelerar la velocidad, ni siquiera aquellas posibles multas que podrían llegar a sus puertas al dia siguiente.
Casi 4000 palabras 🧍🏻♀️
Espero que esto les guste.
ALEX 🧊
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