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34

“Oí el rumor de que Jeon Jungkook es un afortunado.”

«Ha sido difícil para él volver a entregar su corazón.»

Su charla con Seokjin le había dejado un millón de dudas en la cabeza al respecto de sus últimas palabras. Aunque tenía mucha curiosidad al respecto, no podía darse el lujo por el momento. Tendría que esperar pacientemente a que Taehyung se lo comentara algún día, pero Jungkook no tenía idea de cómo controlaría hasta entonces su impulso cuando era todo un chismoso.

Era un gran problema.

—¿Te inquietó e incómodo mucho? —Jungkook respondió negando con la cabeza, sosteniendo una sonrisa divertida—. No mientas, conozco lo suficiente a mi hermano para saber que te sometió a un interrogatorio en el comedor.

Se detuvieron un momento y el alfa tomó las suaves manos del chico, el parque no se encontraba lejos de la residencia del mayor, por lo que, no lo pensaron dos veces cuando Jungkook aseguró su auto, entrelazó su mano con la ajena y ambos comenzaron un silencioso paseo que había sido interrumpido por el pelirrojo debido a la desesperada curiosidad que sintió al pensar en las posibles cosas que su hermano mayor podría haberle dicho al pelinegro.

—Fue muy educado. Tranquilo, puedes ver que estoy vivo y con mis extremidades en su lugar. Soy el menor en mi familia, entiendo que ellos te protejan tanto.

A Taehyung se le removió el corazón cuando lo vio sonreír mientras le dedicaba una mirada comprensiva y enamorada de las que apenas estaba acostumbrándose a tener a diario en su vida. Y era extraño si lo pensaba bien, porque Jungkook jamás lo había visto de otra manera que no fuera con sus ojos parecidos a los de Bambi pero con ese toque especial de calidez, cariño y amor. Desde el inicio, el alfa le había entregado por completo su corazón, uno tan bonito que Taehyung sostenía con cuidado y lo protegía con todas sus fuerzas.

Jungkook era tan valioso en su vida que a veces temía equivocarse, o que, llegado el momento adecuado para relatarle sobre su antigua y devastadora relación con Bogum que tuvo como resultado un lazo roto que por poco acaba con su vida, el menor decidiera no continuar forjando el vínculo tan tierno y bonito que ambos tenían. Su lobo aún se hallaba tan lastimado que no era capaz de confiar plena y enteramente en aquel alfa que se encontraba jugueteando con sus manos y besándose mientras ingresaban al parque de diversiones.

— ¿En qué tanto piensas, hyungie? —cuestionó cerca suyo, obligándolo a detenerse y mirarlo con cautela—. ¿Te sientes bien? Podemos ir a un lugar más tranquilo si así lo deseas.

Inmediatamente el omega se rehusó. Había muchas personas, pero no era precisamente el tipo de persona que odiara estar rodeado por multitudes. Taehyung era el ser humano más extrovertido y sociable que cualquier otro.

No obstante, se sintió fatal por haberse distraído tanto con sus pensamientos inseguros al respecto del cortejo de Jungkook. Para él era un tema demasiado importante, y siendo la primera vez que accedía a entregar su corazón en mucho tiempo, las situaciones que vivía con el alfa y todas aquellas horas que han pasado juntos durante estos meses, seguían preocupando al pelirrojo y era terriblemente malo saber que más de una vez lo ha comparado con Bogum y todo lo que alguna vez vivieron.

—No te preocupes, estoy bien. Sólo estaba pensando en algunas cosas, papá y mamá se van a su crucero esta noche y ya los extraño —mintió para aliviar las facciones llenas de preocupación que Jungkook traía en el rostro. Ya encontraría el momento perfecto para hablar sobre su ex novio de la forma más sincera posible.

—Es cierto. Por favor, mándales mis saludos.

—Lo haré. Papá llamó esta mañana y dijo que le caes bien, también amenazó con encerrarte con un león en el zoológico si no te portas bien conmigo —mencionó burlón mientras comenzaban a caminar y Taehyung intensificó el agarre de sus manos.

Cuando llegaron a un sitio repleto de puestos de dulces y golosinas, el alfa revisó su billetera por milésima vez en esa tarde debido a la insistencia de Taehyung en adquirir muchos de ellos, en especial los algodones de azúcar, ¿y quién era Jungkook para negarle algo al chico que tanto le gustaba? Si así se lo pidiera, sin problema él podría gastarse millones de wones comprando todo lo que este quisiera. Jeon daría lo que fuera por ver una hermosa sonrisa en su futuro omega.

—Pongámonos en la fila.

—Quiero ir a patinar después de esto. Hace mucho tiempo que deseaba venir aquí.

—Está bien, pero hay un problema —dijo con un poco de vergüenza en sus mejillas—. Yo no sé patinar.

—Voy a divertirme mucho mientras te enseño —advirtió sonriente, causando que Taehyung le respondiera con un golpe en su musculoso y pálido brazo y Jungkook se apartó mientras carcajeaba.

Los niños y adultos correteaban de aquí para allá, con peluches o dulces en sus manos. Lotte World era gigantesco; los juegos, en su mayoría, se veían muy peligrosos, aunque eso no quitaba lo divertido que se veían entre más se ponían a fisgonear durante su espera en la fila. Taehyung estaba tan sonriente por estar allí, siempre había querido visitarlo, pero sus horarios universitarios han sido complicados desde el inicio de su carrera y apenas podía verse con Jiminnie fuera de la SNU. Era un poco complicado.

—Siguiente, por favor —llamó amablemente una mujer adulta y carismática, ocupándose de realizar más algodones y dulces en su puesto.

Taehyung tuvo su mirada puesta en los movimientos naturales que realizaba la mujer con tanta dedicación, lamió sus labios con solo ver varios algodones de azúcar de colores verde y rosas.

— ¿Qué vas a querer, jovencito? —consultó el aparente omega.

—Un algodón de azúcar verde, por favor —ordenó lamiéndose los labios. Pero en cuanto se percató de sus acciones, realizó una reverencia—. ¿Tú vas a querer algo, Jungkook? —Se giró a ver al alfa y recibió una negación de su parte, cosa que lo indignó—. ¿Cómo te atreves a rechazar dulces, mocoso?

—Hyungie, estoy a dieta, pero tampoco me gustan. Suelo empalagarme y luego me duele el estómago —explicó mirando a la mujer y a Taehyung—. Yo te invité, yo pago.

—Menos mal, porque dejé olvidada mi billetera en tu auto —rio el omega y la mujer le tendió un gran algodón de azúcar. De inmediato Jungkook se preguntó si el pelirrojo era tan capaz de devorar ese dulce en cuestión de minutos como alguna vez le comentó mientras estaban en una videollamada nocturna.

Luego de haber pagado aquel <<monstruo generador de caries>>, como el pelinegro le había apodado para molestar al omega, ambos se dirigieron escaleras abajo hasta ingresar a la pista de patinaje una vez que los empleados encargados del lugar les hayan otorgado los pesados patines.

El omega se sentía muy nervioso, era la primera vez en su vida que pisaba una pista de patinaje. De pequeño las admiraba de lejos, con solo tenerlas cerca le producía mucho pánico. Además, siempre le tocaba presenciar a muchas personas dándose golpes que nunca serían capaces de olvidar, y él claramente no se prestaría para arruinar su propio cuerpo o cara bonita, pues sus padres se habían esforzado demasiado en heredarle un rostro que era la envidia de muchos en su universidad y Taehyung era feliz sabiéndolo.

— ¿Estás seguro de esto? —cuestionó el alfa a su lado mientras ayudaba al pelirrojo a sostenerse. Su cuerpo servía como el soporte completo para que Taehyung no se cayera como en dos ocasiones casi le ocurrió ¡y apenas habían pisado la pista!

No había nada más frustrante para el omega que aprender algo nuevo como un adulto, cosas como esas siempre se le eran difíciles de dominar en poco tiempo y sentía muchos celos cuando veía a Jungkook recorrer con sus patines la mitad de la pista para mostrarle las técnicas más sencillas para aprender.

En el momento que el pelinegro lo arrastró a la pista de patinaje y lo sostuvo del brazo, no evitó reírse a carcajada suelta cuando el omega perdía la estabilidad y casi tropezaba. Veía su emoción durante sus primeros buenos intentos y le sirvió para percatarse que Taehyung no podía controlar correctamente sus emociones y ese pequeño detalle lo enamoró un poco más y llegó hasta enternecer porque no lo veía con intenciones de rendirse.

— ¿Por qué nadie te ayudó a aprender? —preguntó al avanzar tomados de la mano, ofreciéndoles una imagen muy dulce a un par de adolescentes que los estaban observando hacía rato.

—Papá y mamá tampoco aprendieron, y Jin hyung aprendió gracias a Namjoon hyung. Yo no tenía a nadie que se ofreciera, así que gracias. Es la primera vez que hago esto y estoy divirtiéndome, aunque no parece. Creo que es cuestión de saber equilibrarte —Le respondió sonriente, intentando perder el miedo a caer. Los golpes eran parte del aprendizaje, y mientras su rostro bonito no sufriera daños, Taehyung se mantendría sereno.

—Exacto, pero ahora me tienes a mí para enseñarte, al menos lo que tú no sepas y yo sí. También me estoy divirtiendo mucho, lo siento, tus expresiones cuando me sueltas son extremadamente graciosas. ¿Te sientes listo para practicar tú solo o aún quieres que te sostenga?

—Estoy bien, lo intentaré por mi cuenta. Si lo hago terrible, rescátame, ¿entendido? —Jungkook asintió y se alejó de él para patinar con total libertad, viendo que al frenar algunos trozos de hielo muy pequeños aterrizaron en su pantorrilla.

Taehyung comenzó a deslizarse y la sensación de libertad se adueñó de su cuerpo y fue algo maravilloso, nunca antes lo había experimentado. Practicó los métodos que Jungkook le enseñó y fue una osadía al principio, pero a la media hora había aprendido a dominar a la perfección los movimientos de sus piernas para poder frenar sin caerse en el proceso.

El alfa se divertía viéndolo disfrutar de la atracción, su objetivo de esa mañana se había cumplido. Aún así, tras una hora y media riéndose y aprendiendo, cuando el dolor de sus pies y piernas no podía ser soportado un minuto más, los dos decidieron sentarse en la primera banca que vieron disponible. Se quitaron seguidamente sus equipos, y en el momento que estuvieron listos, buscaron el primer banco disponible para sentarse a descansar.

—No creí que este parque fuera tan genial, Kookie.

—Lo sé, fue una buena idea venir aquí, incluso podría considerar esto como nuestra primera cita como novios oficialmente. Te prometo que estoy cuerdo, Taehyung-ah.

—Cielos —susurró el omega, desbordado de la emoción.

—Estoy muy nervioso, así que discúlpame si no es la mejor propuesta y confesión de todas, pero ya no podía esperar. El equipo me dio consejos para este momento y creo que lo olvidé todo, y es totalmente gracioso porque he estado preparándome para esto desde el momento en el que volví a encontrarte. Fue imposible para mí olvidarte en la secundaria, es decir, ¿cómo puedes olvidar a tu predestinado? Es absurdo, entonces cuando mis ojos volvieron a verte, decidí que no podía dejarte ir.

El omega se acomodó en su lugar y Jungkook mordió su labio, intensificando el movimiento de su pierna nerviosa. Taehyung no había soltado ninguna palabra por el momento, sólo estaba dedicado a procesar lo que sus orejas rojas por la vergüenza pudieron oír del alfa a su lado.

—Repite eso.

— ¿Cúal de todas? ¿El «es nuestra cita oficial como novios» o «no quiero dejarte ir por segunda vez en mi vida»? —farfulló, dispuesto a todo lo que Taehyung le pidiera en ese mismísimo instante.

—No puedo creerlo —Sus labios liberaron varias risas castas, aquellas guardaban la emoción que tenía Taehyung de saltar y de abalanzarse sobre Jungkook porque le había hecho muy feliz oírlo a pesar de su notorio nerviosismo.

—Es muy en serio. Estoy loco por tí, me fascina esto que tenemos y creo que le doy las gracias al que sea que nos haya puesto en un mismo camino. Taehyung, si estás de acuerdo, me gustaría continuar con el cortejo con la idea de algún día ser tu alfa y compartir un lazo.

—Te atrasaste, Jeongguk. Por la Madre Luna, ¡sí, accedo! ¿Cómo me negaría a esto cuando se trata de tí?

Esta vez, sin importarle demasiado hacer algún espectáculo, el pelirrojo se lanzó y abrazó con todas sus fuerzas el cuerpo de Jungkook. Se aferró a él con vehemencia y no lo soltó sino hasta que su lobo omega se adueñó enteramente de su anatomía para darse a conocer y, además, para animarse a probar los labios del alfa. Y por su parte, el menor se entregó sin más, le otorgó a Taehyung todo, absolutamente todo.

Taehyung sonrió y después de darle un suave y corto beso en los labios a su pareja oficial, su alterado novio. Más tarde, con el silencio agradable que se había formado entre los dos, el mayor apoyó su cabeza sobre el hombro contrario, viendo a las demás personas, tanto adultos y ancianos, jóvenes y niños, disfrutar del gigantesco parque con mucha emoción desbordada.

De vez en cuando Jungkook se animaba a besar la mano de su pareja, sintiéndose un completo niño tímido de quince años cuando lo hacía.

—Esto es perfecto, ¿no lo crees?

—Claro que sí, Taehyungie.

— ¿Si puedes entender que, aunque te hayas ganado un poco del cariño de Jimin, él te asesinará de todas maneras sólo porque se trata de mí? —Lo miró.

—Sí, y a pesar de que me gustaría prepararlo y darnos un tiempo antes de contarle la noticia, tú y yo somos demasiado obvios. Así que, no importa, si debo luchar contra el dragón Jiminnie, lo haré. 

Si supieran todo lo que le pasó a Jimin en menos de 48 horas 🧍🏻‍♀️

ALEX 🧊

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