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24

“Oí el rumor de que vas a pelear con... ¿el ex de Park Jimin?”

—Entonces, Yoongi —Hwang volteó curioso hacia su mejor amigo, quien ya se encontraba tecleando como loco sobre la pantalla de su teléfono—, ¿quién o qué ha entretenido tu fin de semana? Ha logrado que suspendas un encuentro amistoso con tu equipo de baloncesto, eso realmente es extraño.

—Si tienes algo qué decir, tan sólo escúpelo, Hyunjin —contestó el alfa con calma y sin dejar de prestarle atención a la pantalla frente a él. El resto de sus mejores amigos se mantuvieron a la expectativa.

Su fin de semana no había sido el mejor, luego de mucho tiempo algo más allá que sus padres logró que su humor no fuera muy bueno.

Horas después de haber dejado a Jimin en el edificio donde habitaba, Yoongi se alejó de cualquier tipo de contacto y condujo hasta el río Han. Llegando allí, el mayor cerró sus ojos frente a uno de sus lugares favoritos con recuerdos especiales y su mente comenzó a analizar todo lo ocurrido durante la estadía del omega en su hogar, entre ellas, las últimas palabras que le dedicó.

¿A qué se había referido el omega al decirle todo eso? Porque claramente, Yoongi se sintió atacado, raro, mareado con las preguntas que quedaron estancadas en su boca.

Perdió la cuenta de las horas que pasó frente al río, pero le había servido para sentirse acorralado en un agujero negro repleto de preguntas que ponían en duda el órgano vital del alfa puro en todos los jodidos sentidos.

—Solo tengo curiosidad. Ya casi no podemos verte, mi amigo, te extrañamos.

—Mmh no, a Hoseok y a mí no nos metas en una misma bolsa —Eunhyuk se unió a la conversación y abandonó su comic de SpiderMan, apoyándolo sobre la mesa.

—Aún así, Hwang no se equivoca. No hemos podido vernos fuera de la universidad, creo que ha pasado un mes y medio desde la última vez que apoyé mi trasero por horas en el playroom. Quiero acabar mi partida de Resident Evil 4 —intentó ganarse a Yoongi, misión que se convirtió en algo imposible y fallido porque aquel alfa solo le obsequió una expresión de asco y comenzó a buscar a alguien, ladeando su cabeza un par de veces hasta que...

¿Quién diablos era ese hombre y por qué se estaba dirigiendo a besar el rostro de Wandita?

Jimin casi se soltó a llorar por haber causado que el hombre que más aborrecía tuviera la facilidad increíble de encontrarlo porque él lo había visto y, sin quererlo, ese alfa lo ubicó y se dirigió hacia su mesa sin pensarlo dos veces.

Taehyung quedó estático en su lugar y optó en accionar rápido en sostener la mano de su mejor amigo, envolviéndolo en su aroma para calmar la ansiedad que podía notar que estaba creciendo muy amenazante en Jimin, quien respiraba profundo mientras ideaba una mejor manera de evadir la situación, huír de Seojoon lo más lejos posible. Pero fue un momento inevitable para el pelirrosa porque ya lo tenía a dos pasos de su anatomía. Fue entonces que se limitó a cerrar sus ojos, sin premeditar que llegaría a sentir un beso corto sobre su mejilla. Tal acción lo llevó a abrir sus ojos entre estupefacto y nervioso.

Su ex, un pelinegro de hombros anchos, repleto de músculos que se marcaban en su fina camisa blanca, alto y con una sonrisa que tenía el poder de derretir a muchos, pero Jimin solo sentía rechazo por él, se fue acercando aún más con las “mejores intenciones hacia su antigua pareja; estaba muy feliz de volver a reencontrarse con el menor.

—Hola, Diminnie —saludó sonriente y el susodicho sintió náuseas de haberlo oído llamarle por aquel apodo que solo Namjoon tenía el permiso de hacer, Seojoon no; él podía retirarse de la universidad e irse al infierno, lugar que merecía por todos sus malos actos en el pasado.

—No me vuelvas a llamar de esa forma —pidió sin verle a los ojos.

A unos cuantos pasos, algo lejos de aquella mesa con el ambiente más incómodo de todos, yacía aún la presencia del alfa puro que no había querido quitar sus ojos de la situación que se estaba dando con el pelirrojo, Wandita, y ese joven pelinegro que mantenía una actitud muy intensa al dirigirse a Jimin.

No supo cuándo recogió sus cosas y abandonó la mesa sin quitar sus ojos de Wandita, y detrás suyo pudo oír a sus mejores amigos decirle:

— ¿A dónde vas, capitán? —Eunhyuk fue el primero en voltearlo a ver.

Luego siguió Hoseok diciendo:

—Creo que nuestro capitán va a meterse en problemas —anunció con poca gracia, pero quería reírse porque los malhumores de Yoongi siempre traían sorpresas detrás.

—Hay que detenerlo —dijo esta vez Eunhyuk, poniéndose nervioso y tratando de llevarse a Hoseok e Hyunjin con él para apartar al alfa puro fuera del campus antes de que se metiera en problemas.

—Déjenlo, solo... véanlo. No va a pelear, por Dios, esa etapa fue superada —dijo Hyunjin, deteniendo a sus mejores amigos con sus palabras. Se sintió observado por ellos e intensificó su mirada en dirección a Yoongi, curioso de lo que pronto estaría por hacer al ir hacia la mesa de aquel pelirrosa que pudo reconocer gracias a la fiesta de Halloween.

Mientras tanto, el actual alfa de cabellos color verde menta condujo sus pies a la mesa de Jimin de manera casi automática, y entre más corto se hacía su camino, más cerraba sus puños por lo que estaba oyendo y notando al analizar la conducta del menor frente a aquel... alfa.

No, no, no.

Su lobo identificó de inmediato la jerarquía, aunque no fue demasiado difícil adivinarlo debido al aspecto de ese hombre alto.

— ¿Por qué? —Le cuestionó aquél, aumentando la rabia de Yoongi.

En definitiva, se había levantado con el pie izquierdo ese día.

— ¿Tú no puedes comprender el significado de un “no”? ¿Qué tan difícil es para tí?

Apretó sus puños, llegando a su nivel máximo de paciencia, y sin interesarle que Taehyung o quien fuera quisiera detenerlo, decidió tomar cartas en el asunto.

El alfa rio.

—Ji-.

Un fuerte carraspeo hizo callar a Seojoon, su lobo había sentido una amenaza detrás suyo.

—Oye.

Yoongi apareció por el campo de visión de ambos omegas, ofreciendo su completa atención a uno de ellos en específico. Seojoon no tardó en voltear sobre sus talones, lamió sus labios y se cruzó de brazos. Lo desafió únicamente con una sutil aunque burlesca mirada. Sin embargo, él había desaparecido del campo visual del alfa, y esto debido a que se hallaba demasiado concentrado en Jimin sin razón alguna.

— ¿Qué se te ofrece? —Encaró Seojoon sin ningún tipo de miedo. ¿Cómo podía sentir una pizca de terror hacia un tipo de estatura media? Dios santo, era algo irreal e imposible.

Yoongi alzó una ceja, burlándose en la propia cara del alfa que se hallaba en su costado izquierdo.

—Tú —señaló al pelirrosa sin titubear—, ven conmigo, tenemos que hablar.

Al oírlo, un inexplicable alivio le inundó el cuerpo y por dentro sonrió. Perdió la cuenta de los agradecimientos que le había dado al F4 por interrumpir la incómoda situación.

Giró su cabeza para conectar sus ojos con los de Taehyung, este se encogió de hombros y, al igual que su mejor amigo, muy dentro de su ser le estaba agradeciendo a Yoongi de que estuviera allí.

—Es de mala educación que no respondas cuando te estoy hablando —Su tono fue tosco, sin vida y hasta lo percibió brusco.  A Jimin no le gustó.

Quiso preguntarle al capitán de piel pálida si aquello solo era actuación o realmente continuaba ofendido y muy enfadado por el comportamiento y las palabras del omega, que luego de haberlo reflexionado en el departamento que compartía con Namjoon, comprendió que había cometido varios errores. No obstante, Yoongi no le dio acceso a expresarse, ya que sintió un repentino fuerte empuje de este sobre su adolorida espalda.

—No vuelvas a hablarle a Jimin de esa forma —solicitó y mostró con orgullo sus colmillos, aunque no logró inmutar al alfa puro. Dicha escena casi causó una carcajada en Taehyung.

—Cierra tu inutil boca, Seojoon —exigió sin ninguna gracia y segundos más tarde se acercó al pelirrojo—. Debo irme, nos vemos luego —besó la frente del omega y le otorgó una última mirada amenazante a su ex pareja. Yoongi sonrió y tomó su brazo con una asombrosa fuerza ejercida para apartarlo y arrastrarlo hasta la enfermería.

El lugar casi siempre estaba vacío, la enfermera en cuestión vivía fuera de allí la mitad del día; era el lugar perfecto para esconderse unos minutos.

Un par de ojos fueron testigos de la partida de Jimin con el capitán popular, pero ninguno se atrevió a siquiera asegurarse de si el chico estaba bien. No querían arriesgarse a ser sometidos a uno de los F4 y su personalidad aterradora y cuestionable. Había tantos rumores y todos preferían creerlos sin darle paso a la duda.

Jimin ingresó a la solitaria sala lleno de furia mientras se sentaba sobre la camilla y sobaba su lastimado brazo en la zona exacta donde el idiota de Yoongi ejerció fuerza exageradamente, aunque todo fuera por un propósito en específico que el pelirrosa aún desconocía. Sólo lo observó tomar el pestillo de la puerta y asegurarlo con unas pequeñas llaves plateadas. ¿De dónde demonios había conseguido aquello?

Frente a la camilla, Yoongi fue posicionándose y descansando su cuerpo sobre la silla de escritorio giratoria a la dulce espera de alguna reacción de Wandita.

—Creo que tengo suerte de no haber sido golpeado aún —mencionó como si fuera un recordatorio para Jimin, este reaccionó de inmediato y apretó sus carnosos labios al levantar sus cejas pobladas.

Segundos después de escuchar al alfa, Jimin se apresuró en bajar de la camilla y abalanzarse a golpear a Yoongi en su brazo izquierdo, dispuesto a destruirlo si tan solo tuviera la fuerza suficiente.

— ¡Auch! —Pronto los gemidos de dolor comenzaron a oírse muy alto. El pelirrosa ni siquiera se inmutó, la falsa actuación del mayor no le provocaba nada en absoluto—. No debiste ser así de brusco conmigo. La próxima vez que lo hagas, voy a golpear tu bonito rostro —advirtió, entrecerrados sus ojos y señalándole con su dedo índice.

— ¿Soy bonito? —preguntó con curiosidad el omega, fingiendo perfectamente que ese comentario le había gustado.

Yoongi lamió sus labios y fue bajando su mirada hacia el contínuo balanceo de sus contorneadas piernas atrapadas en aquellos pantalones ajustados que exponían sutilmente esos muslos fuertes... Oh, mierda.

—Como sea —chasqueó su lengua e ignoró la presencia de Jimin por, al menos, tres minutos.

—Gracias, F4 —El menor rompió el silencio primero y se bajó de la camilla.

—Te veías incómodo, no fue nada agradable ser testigo de cómo estaba hostigándote —confesó con los ojos perdidos en algún sitio específico del suelo—. ¿Tú... te sientes bien?

—Ahora que me encuentro lejos de él, si lo estoy.

Yoongi suspiró ante aquella contestación. Su lobo le rogaba que hiciera más por ese omega mandón en lugar de quedarse viéndole pasear por la pequeña sala de enfermería. Pero el animal y su alfa tenían un humano muy idiota y horriblemente testarudo.

— ¿Puedo preguntar quién es? —cuestionó con calma, mientras tanto apagaba su teléfono ante las incontables notificaciones que aparecían en la pantalla.

—Ya lo estás haciendo, F4 —sonrió el omega, deteniéndose otra vez en aquel armario lleno de medicamentos extraños—. Es Seojoon, mi ex pareja. Acaba de llegar a la ciudad para terminar sus estudios aquí o simplemente para arruinar mi vida.

—Mmh... —Yoongi asintió un poco descolocado con aquella información—. Eso es interesante.

«¿Arruinar tu vida”? ¿Qué rayos acabo de oír, Park Jimin?» no dudó en comenzar a pensar como loco, y tuvo que controlar ese impulso de fuerza que estaba dispuesto a arruinarle la vida al tal “Seojoon” así como este, según su interpretación hacia las palabras de Jimin, pretendía hacer también con la vida del pelirrosa.

«Antes que él lo haga, yo se la arruinaré hasta que me vaya a implorar de rodillas que lo deje en paz. Tenlo por seguro, Wandita.»

—Las clases están por comenzar, ¿no deberíamos ir?

Jimin arqueó sus cejas hacia arriba, esperando alguna respuesta del alfa. Pero en cuanto lo observó allí cómodamente sobre la silla de escritorio y con sus oscuros orbes direccionados hacia ningún lugar en específico, más bien parecía perdido en su mundo, el menor comprendió que el otro estaba muy despreocupado por sus siguientes clases.

—No es una asignatura importante —mintió y sus ojos se toparon con los ojimiel de Wandita—, puede esperar.

Le latió el corazón fuerte cuando pensó en el informe que se le entregaría a su padre esa semana sobre sus faltas y algunos logros que provocarían la furia de este. Era muy consciente de sus inasistencias continuas en estos días. No obstante, su prioridad era que ese omega molesto no fuera incomodado por “Seojoon”, quien inútilmente quiso desafiarlo.

—Tú no pareces ser muy fan de tu propia carrera —comentó el pelirrosa muy sonriente y cruzado de brazos mientras decidía sentarse sobre la camilla y apoyar su espalda sobre la pared.

—No lo soy, de hecho. Pero eso no significa que la aborrezca, más bien, siempre pienso en lo aburrida que es y en que cada año el contenido de esa licenciatura empeora —explicó, liberando una risa casta.

Claramente no amaba la carrera de administración de empresas, había tenido buenos y malos ratos junto a ella así como le ocurría con ingeniería musical, pero estaba llevándose mucho aprendizaje que le serviría en algún futuro cercano porque él no tenía planeado depender de otra empresa, Yoongi crearía la suya propia con sangre, sudor y lágrimas si hacía falta.

— ¿Y qué te gusta?

—Muchas cosas me gustan.

—Oí que estudias música —mencionó Jimin y sonrió con sutilidad por el asentimiento del alfa puro.

—Estoy estudiando ingeniería musical —esclareció—, espero poder ser un buen productor musical en un futuro.

—Entiendo. Yo estudio derecho porque quiero ser un excelente fiscal en un futuro. El misterio, la investigación, los juicios y las acciones penales contra los sospechosos y cómo todo puede dar un giro en cualquier momento es... fascinante —habló con emoción, comenzando a imaginarse a sí mismo en un juzgado con aquella túnica negra con detalles rojos.

Tanto Jimin como Yoongi notaron en el otro un brillo que se acentuaba en sus ojos cuando hablaba de la música o de juicios penales. Entonces ambos entendieron que estaban hechos para las carreras que eligieron, pero desafortunadamente uno de ellos quizás tuviera el camino más difícil debido a sus padres.

El timbre sonó y los despabiló, causando que ambos captaran que durante todo ese tiempo habían estado fundidos sobre la mirada del otro y se avergonzaron por aquella tontería.

Entre maldiciones bajas abrieron la puerta, se vieron una última vez y sus caminos se separaron luego de eso... o eso era lo que Jimin había creído.

— ¿Tienes alguna clase ahora? —preguntó aquella voz ronca a la que estaba muy acostumbrado.

Se volteó y a unos pasos suyos se encontró con Yoongi, le sonreía genuino y mostraba una eyesmile que alteraba sus sentidos por razones desconocidas. El hombre parecía muy atento a las expresiones de su rostro.

—Deja de seguirme. ¿Por qué te interesa saber eso? —Ladeó su rostro, sosteniendo las correas de su mochila con esfuerzo, pues estaba más pesada debido a la cantidad de libros que necesitó de la biblioteca para colocarse a estudiar.

— ¿Te gustaría acompañarme a un lugar? —consultó, desvaneciendo su sonrisa poco a poco. Le dolían las mejillas de haber sonreído por tanto tiempo junto a aquel omega de actitud detestable.

—Tenemos clases —Le recordó Jimin, señalando la hora en su reloj.

—Acompáñame —insistió, restándole importancia a su responsabilidad con la universidad—, te aseguro que va a gustarte.

—No lo sé, mmh depende... ¿Habrá dulces en el camino?

— ¿Eso es lo que quieres? —Yoongi bufó por el asentimiento del omega, quien sin miedo demostraba lo divertido que la estaba pasando en aquella situación—. Está bien, Wandita, tú ganas. Pero vámonos ya. 

Hace poco tiempo me entregaron los nuevos gráficos de esta historia y ME ENCANTAN. Espero que a ustedes también les guste, realmente se refleja la personalidad de Cosmo y Wandita, a mi parecer.

Siento que este fic va para rato, aunque trate de exprimirlo todo lo que pueda.

Voten y comenten, se los agradecería mucho!

Nos vemos en la próxima actuuuu.

ALEX 🧊

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