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19

Oí el rumor de que te ganaste su confianza y te cuesta admitir que te preocupas por él.

Chat grupal: ¿Qué equipo? ¡Linces!


Jeongguk.

Yoongi, ¿vas a venir?

19:08 PM.

Felix.

¿Dónde diablos se metió ese enano?

19:08 PM.

Hope-Hoseok.

Bueno, Felix, tú tampoco eres muy alto que digamos eh.

19:09 PM.

Felix.

Hoseok, no estamos aquí para hablar de tonterías.

19:09 PM.

JeongIn.

Ey.

Estoy a dos minutos de la cancha de básquet. Espérenme, virgos de mierda.

19:09 PM.

Jeongguk.

Pero, ¿en qué te transportas?

19:10 PM.

JeongIn.

En una Nimbus 2000, Gguk.

VOY EN AUTO A LA UNIVERSIDAD TODOS LOS BENDITOS DÍAS.

¿Cómo crees que estoy llegando al partido, Jungkook? :)

19:11 PM.

Kihyun.

No le grites que se pondrá a llorar.

Ya está llorando.

Te dije que no le grites.

19:11 PM.

JeongIn.

Bueno, mil disculpas xd.

Estoy afuera.

Gguk, ven que te doy un besito en la frente en modo de reconciliación.

19:12 PM.

Hyunjin, mi novio.

Creo que nos desviamos del tema principal.

19:12 PM.

Eunhyuk.

Cierto.

¿Dónde estás, enano de mi corazón? El equipo te necesita.

19:12 PM.

Kihyun.

Yoongi.

19:13 PM.

Hope-Hoseok.

Yoongi...

19:13 PM.

Felix.

Yoooongiiiiii

19:13 PM.

Jeongguk.

Capitán, repórtese.

19:13 PM.

Min Yoongi.

Ey, hola.

21:26 PM.

Hyunjin, mi novio.

YOONGI.

APARECIÓ EL CAPITÁN MIN.

¿Dónde estás? SI SE PUEDE SABER, CLARO ESTÁ.

21:28 PM.

Kihyun.

Aún estamos esperándote.

21:28 PM.

Felix.

No puede ser, nos dejaste plantados.

21:29 PM.

Min Yoongi.

Ni siquiera dije algo aún.

Pero tienen razón y están en su derecho de molestarse porque no iré hoy.

Jueguen sin mi.

21:29 PM.

Kihyun.

¿Qué?

21:30 PM.

Min Yoongi.

Estoy ocupado, ya saben, cosas de la universidad que me mantendrán encerrado el resto de la semana.

Lo lamento, equipo de mi corazón.

21:30 PM.

Eunhyuk.

Está siendo sarcástico.

Será mejor que juguemos entre nosotros.

21:31 PM.

Min Yoongi.

JAJAJAJAJAJAJ.

21:31 PM.

Jeongguk.

Estoy enfadado contigo, capitán.

21:32 PM.

Min Yoongi.

Cállate y juega, Jeon.

21:32 PM.

Jeongguk.

Bueno, aun así estoy enfadado.

Es la primera vez que juego básquetbol fuera de competencia con mis compañeros y tú lo arruinaste.

21:33 PM.

Min Yoongi.

¿Me importa? No.

Los quiero, idiotas.

21:33 PM.

Con una sonrisa de oreja a oreja, el mayor elevó la vista y bloqueó su teléfono, para después lanzarlo sin cuidado a su cama.

— ¿Qué estás esperando? —Su guitarra quedó a un lado nuevamente. Sus ojos giraron hacia Jimin y elevó una de sus cejas, esperando con mucha calma la respuesta de Wandita.

—No voy a darte explicaciones —respondió al chasquear su lengua y dejar de verlo.

Jimin prefirió analizar los rincones de la habitación y se percató de cosas interesantes como los trofeos de básquetbol o las divertidas y hogareñas fotografías de Yoongi con el resto de los F4 que iban en fila, colgados en la pared izquierda de la habitación, justo donde se hallaba ubicado el escritorio. Dichas imágenes, si su vista no estaba dañada, demostraban la evolución de aquellos cuatro alfas. Desde niños con piernas cortas hasta su adultez, donde todos eran enormes debido al deporte que practicaban. Notó unas cálidas sonrisas en ellos, luciendo tan genuinos según la opinión y perspectiva del omega pelirrosa.

Aunque quiso observar más allá, la voz gruesa del alfa lo sacó de su mundo en tan solo un segundo.

—No quiero algo extenso, Wandita. Y puedes decirme que estoy siendo un entrometido, pero lo cierto es que nunca vi a alguien temerle a la tormenta de la misma forma que tú lo haces. Fue como si te fueran Na atacar —Bajó la voz y Jimin lo observó, sintiéndose débil de pronto. Por lo que decidió acercarse al puff donde estuvo anteriormente y se sentó, abrazándose a sí mismo.

—Mis padres murieron en un accidente durante una fuerte tormenta —confesó con la mirada baja esta vez, queriendo evitar la mirada de Yoongi a toda costa.

«Como papá y mamá.»

«Pero ellos tuvieron una desgraciada suerte

—Oh, lo lamento mucho.

«Ve con él, está triste. Debemos protegerlo.» su lobo le dijo descaradamente, iniciando una guerra de fuerzas para impulsar al humano a acercarse a Jimin. Pero eso no ocurriría por el momento.

Yoongi no pudo evitar sentir como una angustia le invadía el pecho, su aroma a café se había vuelto amargo y los cítricos eran apenas perceptibles. Ver a Wandita en aquel estado de terror absoluto mientras sus feromonas le indicaban el malestar que una simple tormenta le provocaba al menor.

La forma en que sus manos acariciaban sus propios brazos en cada trueno que retumbaba afuera y dentro de la habitación, haciéndolo sobresaltarse levemente. Miraba la tormenta, dándole la espalda al alfa y se concentraba en cada gota que se deslizaba por su ventana.

Yoongi juraba que Jimin lucía como un niño observando la furia de un monstruo.

—Era muy pequeño y aun así lo recuerdo con detalle —continuó diciendo, perdido en el vago sonido de la tormenta—, pero ya no quiero hablar de esto. A ti no te incumbe —finalizó con una expresión neutra, girándose a verlo y levantándose de aquel puff para enfrentar al pelinegro de cerca.

Asintió, estando de acuerdo. Para luego erguirse y caminar hacia su escritorio, tomando algunos libros de economía que debía poner al día para sus estudios, los cuales no podía darse el lujo de perder o su padre y la familia Min serían capaces de crucificarlo. Los conocía de pies a cabeza perfectamente a todos, y no dudaba que eso sucedería. Además, él ya no era capaz de abandonar esa carrera a esas alturas donde le faltaba muy poco tiempo para graduarse.

— ¿En qué piensas llevarme a casa? ¿Cómo te atreves a darme la espalda de esa manera cuando soy tu invitado? ¿Así te educaron tus padres, F4? Mmm... ¿sabes cocinar? Espero que sí porque tengo hambre, ¿puedes preparar algo? De preferencia que no tenga muchas calorías, estoy en medio de una dieta —Farfulló cruzado de brazos, intentando con mucho esfuerzo recibir atención del alfa, pero este parecía tan concentrado en sus libros y en subrayarlos que no le había oído.

Y así transcurrieron varios minutos donde Jimin lo observó con ojos curiosos, el alfa continuaba fundiéndose entre esos libros grandes y quizás pesados, utilizando diferentes colores para marcar cosas importantes y trasladarlas a una gran libreta donde realizaba sus apuntes.

—F4, F4, F4, F4, F4, F4, F-.

— ¿No notas que estoy concentrado y estudiando? —El alfa volteó a verle con su silla de escritorio, Jimin sonrió porque estaba cumpliendo su objetivo y debía apresurarse en hacer bajar al mayor hacia la cocina porque su estómago se lo pedía a gritos.

—F4 —Lo llamó otra vez.

—Déjame en paz. Tengo una habitación de juegos —Le informó sin mirarle—, se encuentra abajo, justo al lado de las escaleras. Es una puerta blanca y con letrero que casualmente dice “Playroom.

—Pero no respondiste mis preguntas, y además este no es mi hogar para ir por donde yo quiera, es de mala educación, ¿lo sabías? —Se quedó quieto en su lugar después de haber recorrido toda la habitación del alfa mientras este se concentraba en estudiar.

—Te llevaré en mi motocicleta. No te doy la espalda, simplemente estoy estudiando. Mis padres me dieron una educación que hoy en día he olvidado, mi hermana se encargó y lo hizo mejor que ellos. Y por supuesto que sé cocinar. Comerás lo que te sirva en mi plato, ¿de qué dietas me estás hablando? —Frunció el ceño molesto—. Olvídalo, ahora entiendo por qué siempre te encuentro en la enfermería.

—Ese es mi problema, Yoongi —masculló, señalándole con su dedo índice—. No voy a dejar mis dietas sólo porque el popular capitán de básquetbol de la SNU no le gusta, ¿entiendes, F4?

Ouch, eso le había dolido. Comenzó a pensar que se estaba convirtiendo en un entrometido, en un curioso por la vida de un omega casi desconocido para él. Sin embargo, su lobo se comportaba insistentemente en busca de más información sobre la vida ajena, como si fuera importante saber un minúsculo dato suyo. A Yoongi no podía interesarle menos Jimin y su vida personal, o hasta ese momento se obligó a creerlo.

Estaba enloqueciendo por dentro, la actitud del omega provocaba su irritación. No obstante, se contradecía tantas veces a sí mismo cuando pensaba en las miles de razones para besar al pelirrosa. Dicha acción era en lo único que podía concentrarse, en lugar de sus libros, sus responsabilidades con la universidad.

—Lo entiendo —Sonrió de pronto, levantándose de su silla—. Voy a preparar la cena —Avisó con una ceja alzada levemente y el omega asintió, preparado para seguirle el paso.

—Sabía que podías ser un poco educado con tu invitado cuando te lo propones.

— ¿Invitado? Se llama caridad con el prójimo, o también se le dice lástima por el enemigo —El alfa se acercó, dejando poco espacio entre ellos y Jimin se burló descaradamente de su comentario.

— ¿Ahora soy tu enemigo? Qué ridículo —preguntó entre risas, apartándose de la imponente anatomía para luego salir de la habitación, siendo seguido por el dueño de esta. 

Mientras más exploraba los alrededores de la casa con su vista, más prefería quedarse en la habitación de Yoongi. Puesto que la tensión podía percibirse por todas partes junto a una pesadez insoportable, como si malas energías estuvieran rondando por allí.

La “Yoongi cueva”, como Jimin se había animado a nombrarla, era la excepción a todo aquel ambiente que lo colocaba inquieto. La habitación del alfa llevaba impregnado sus aromas a café y cítricos, combinados con unos aromas tenues a manzana y canela provenientes de los sahumerios que había visto cerca de la cama del susodicho mientras este se dedicaba a ignorarlo por esos enormes libros.

—Pareces impresionado —comentó el dueño de sus pensamientos recurrentes, quien se hallaba en la cocina sacando la cantidad justa de alimentos que pensaba utilizar—. Deberías ayudarme aquí en lugar de quedarte observando toda mi sala de estar, ¿no crees?

— ¿Mmh? —Volteó a verle, admirando cómo se colocaba un delantal color marrón—. Si... está bien. ¿En qué te ayudo? La cocina no me quiere demasiado, estás advertido.

—La cocina quiere a todo aquel que la trate con paciencia y cariño, Wandita. Necesito que cortes las cebollas.

Yoongi le tendió el cuchillo una vez que se acercó y el menor lo tomó entre sus manos, golpeándose y regañándose por dentro porque en su hogar quien se encargaba del arte culinario era Namjoon hyung, su hermano. Rara vez alguien tenía el honor de presenciar a Jimin tocando un utensilio de cocina.

Se quedó un momento hundido entre sus pensamientos y luego, vacilante y hasta un poco asustado, procedió a cortar en rodajas. Sus líneas de cebolla eran algo gruesas para el gusto exquisito del alfa puro y el menor lo supo captar mirándole con ojos juzgadores.

—Di lo que tengas que decir, F4 —ordenó impaciente, tirando el cuchillo sobre la mesada.

—Déjame enseñarte cómo se hace. ¿Me autorizas a acercarme? —preguntó de pronto, descolocando al otro. El omega pestañeó y asintió tontamente.

Entonces respiró muy profundo en el momento que tuvo a Yoongi detrás suyo mientras sus manos sostenían las suyas con delicadeza, acciones que lo hicieron verse pequeño en medio del cuerpo del basquetbolista. Pero todo empeoró para su lobo al ser dirigido por el alfa; su mano izquierda fue direccionada a la cebolla, y todo este tiempo el otro se encargó de que el pelirrosa sostuviera la pequeña verdura con fuerza y así comenzó con movimientos ligeros, rebanando la cebolla con mucha parsimonia y facilidad impresionante.

—Es sencillo, déjame intentarlo.

Esta vez fue el turno del alfa en pestañear y asentir distraídamente debido al acercamiento que habían tenido con anterioridad.

Cuando Jimin realizó los cortes a la perfección y sin ningún tipo de error que ocasionara alguna queja del alfa, se sorprendió tanto que notó el orgullo del omega casi al instante. Yoongi no podía entender cómo había aprendido tan rápido.

Sin embargo, y mientras Jimin seguía más indicaciones del capitán, ninguno tuvo alguna charla extensa en todo el rato que pasaron preparando la cena para ambos.

Pasadas dos horas, Yoongi apagó el fuego y se dedicó a servir la cena para el omega, él podía esperar unas horas más. Normalmente siempre llegaba tarde a su hogar por distraerse en las noches y así evitar verles los rostros a sus padres cuando estos llegaban de sus viajes de negocios, y a consecuencia de sus demoras, su apetito no aparecía sino hasta pasada la media noche.

Preparó todo sobre una bandeja y limpió lo que habían utilizado, acabando con lavar muy bien sus manos para que el picante no se quedara entre medio de sus dedos. No había comprado guantes de látex para evitar aquello, recordaba que en la lista de compras Chaerin y él se habían olvidado de varias cosas por comprar, entre ellas, los guantes.

—Yo debo subir a estudiar. La habitación donde te quedarás hoy es aquella —señaló con su dedo—. Come y olvídate de las dietas. Hasta aquí llega mi solidaridad.

Vayan atando cabos los que son primerizos o primerizas leyendo este fic🤠
Por otra parte, discúlpenme si los capítulos son tan largos, pero es la única manera de avanzar a un buen paso.

Poco a poco, Cosmo y Wandita van ablandando sus corazones 😭

Lxs quiero <3

ALEX  🧊

[SIN CORREGIR]

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