12
“Oí el rumor de que Cosmo y Wanda han desaparecido de la fiesta.”
Michael Jackson sonaba por las bocinas, casi diez hombres estaban esparcidos por diferentes partes del club, buscando al capitán gruñón sin ningún tipo de éxito.
Cuando el bartender les dejó sus respectivos tragos, ninguno se preocupó de que Yoongi no estuviera. Claro, pensando erróneamente que el alfa puro por fin había encontrado diversión que pudiera quitarle las quejas que todos se habían agotado de escucharle, ¡que se callara de una vez! ¡Venían a divertirse, cielos!
Sin embargo, pasaron media hora divirtiéndose y sin ningún regaño de Yoongi. Entonces entraron en pánico, y su desesperación aumentó al estar frente a la barra de tragos y percatarse de que el mayor no estaba allí. Ni siquiera el barman tenía idea a dónde había ido.
Eunhyuk gruñó, sintió como el efecto del alcohol se esfumaba de su cuerpo tan pronto el equipo de baloncesto le notificó la noticia. En respuesta, frunció el ceño, ¿y ese enano a dónde podría ir? No traía su motocicleta, pero tampoco tenía suficiente dinero para pagar un taxi.
No obstante, quien no se encontraba tan alterado como los demás era Hyunjin. El joven alfa llevaba tiempo analizando a Yoongi, porque de alguna manera u otra, algo estaba mejorando sus días, lo estaba cambiando un poco sin que él mismo pudiera darse cuenta de ello.
Aún no tenía idea de lo que podría tratarse, pero su principal sospecha fue aquel omega pelirrosa al cual su mejor amigo se vio un poco obligado por el resto en ir a saludar. Y fue demasiado evidente que los dos se conocían, ninguno lo disimulaba.
Fue entonces que prefirió mantenerse cerca de la barra y esperar por noticias del paradero de su mejor amigo, rezándole a los Dioses que ese hombre apareciera antes de que a todos les provocara un ataque.
Se habían prometido permanecer juntos todo el tiempo, y si alguno iba en búsqueda de diversión, debía volver a la mesa que estaban ocupando. Sin rechistar, pues tenían que mantenerse a salvo, y aún más si querían salvar sus traseros cuando Yang les indicara un duro entrenamiento el lunes. Porque de alguna forma u otra, el beta siempre se las arreglaba para saber cuándo sus muchachos asistían a una fiesta a alcoholizarse, y cuando no lo hacían.
Por otros extremos, tanto Jungkook cómo Taehyung buscaban al pelirrosa, iniciando por la pista. Este último comenzó a entrar en desesperación al oír por cuarta vez el contestador de su mejor amigo, y de nuevo pensó en lo peor. El alfa a su lado intentaba todo lo posible para que no perdiera la cordura, pero a veces sus intentos eran inútiles.
— ¿Dónde demonios estás metido, Park Jimin?
—Taehyung, debes respirar, por favor.
— ¿Respirar? ¡Jimin está perdido en esta fiesta y puede estar…! ¡No, ni quiero imaginarlo! Mierda, mierda, mierda.
«And my friends you have seen nothin'.»
«Just wait 'til i get through because i'm bad, i'm bad- come on.»
Luego de varios pasos lentos por las constantes quejas y burlas del chico pálido de los F4, lograron ingresar al baño. Jimin se encargó de meter en un cubículo al mayor y esperó pacientemente a que saliera. Había varios alfas, betas y omegas rondando cerca, y el baño público le provocaba escalofríos, le erizaba los vellos de su piel, y todo por lo sucedido en la universidad.
Demonios.
— ¿Wanda? Creo que en serio estoy muy ebrio. Pensé que el efecto ya-.
— ¡No me digas! —Ironizó el omega, interrumpiéndole y ganándose una mirada llena de fastidio de Yoongi.
Jimin notó como este fue acercándose, lo observó en cada una de sus acciones. El alfa levantó su dedo índice, posicionándolo sobre la frente contraria y dándole un suave empujón, haciendo tambalear al menor.
— ¿Y ese tono de ironía, pequeñín?
— ¿'Pequeñín'? Oh, Dios Santo —Rio—. Lo siento, F4. No pensé que fueras tan sensible a un estúpido tono de voz. ¿Qué les sucede a los alfas hoy en día?
Yoongi gruñó e intentó dar un paso, pero Jimin retrocedió casi al instante. Su bonito rostro estaba lleno de maldad, y la sonrisa que lo decoraba en ese instante, delataba lo genial que se sentía por molestar al alfa. Se lo merecía, el omega había tenido suficiente.
—Vuelve a repetirlo, Wandita.
«Desafíame. Por favor, hazlo.»
— ¿Qué parte exactamente? ¿Tu sensibilidad o por qué te considero un idiota? —Lo enfrentó y no le apartó la mirada en ningún momento.
La sonrisa de derrota fue su mayor obsequio y logro de esa noche. Jimin lamió sus labios y sintió al alfa cada vez más cerca de él. Daba un paso hacia adelante para alcanzarlo y luego el pelirrosa retrocedía... Le gustaba jugar.
—Te gusta meterte en problemas y ser un completo maleducado, ¿no es así?
Avanzó otro paso y el omega se alejó un paso. Yoongi sintió su sangre hervir, cuánto le gustaban los desafíos, cuánto le fascinaba que ese hombre le produjera cólera. Joder.
—Claro que me gusta meterme en problemas, creí que ya lo habías deducido en nuestros anteriores encuentros, capitán —Alzó una ceja, respondiéndole burlón. La mirada de esos ojos color avellana simplemente hechizó y encantó al ebrio alfa.
Su corazón bombeó fuerte contra su pecho. Carraspeó mientras repetía la misma acción de antes, y en consecuencia Jimin retrocedió otra vez, aguantando las ganas de reír. Vamos, él también estaba afectado por el alcohol.
Sus miradas no podían desconectarse, era una acción imposible. No entendieron por qué.
Yoongi decidió mantener sus manos detrás de su espalda, tomando una postura rígida y superior que logró causarle un fuerte escalofrío al omega en toda la extensión de su cordón espinal.
Su lobo esperaba ansioso sus próximas acciones, su alfa comenzaba a impacientarse y pensar en tomar su cuerpo de una vez por todas.
Rememoró la cantidad de veces que Jimin le faltó un poco el respeto, cómo ese omega siempre lograba que se sintiera pisoteado por sus palabras, y cómo causaba una enorme incertidumbre su manera de tratarlo. Nunca se quedaba callado, y joder, durante su vida Yoongi fue presenciando a muchos estudiantes quedándose en silencio ante sus palabras, sin omitir ni un sonido o pretender opinar. Pero que ese omega tuviera el descaro de tratarlo de la forma en que lo hacía, para el alfa era tan curioso, aunque se tornara insoportable a veces.
Sólo le bastó analizar su mirada, le bastó tenerlo en esa fiesta, le bastó mirar sus labios para que los suyos le dijeran:
—Quiero besarte —Articuló, aunque sonó más a un balbuceo.
En la fiesta, Die for you de The Weeknd había puesto un ambiente más sensual y caliente, permitiendo que las personas comenzaran a buscar con quienes pasar el rato.
La tensión entre los dos crecía cada segundo en ese lugar, era demasiada y se tornaba insoportable para sus pobres cuerpos ebrios. Jimin respiró totalmente relajado en esa situación, al contrario del alfa frente a él.
«I try to find reason to pull us apart.»
«It ain't workin' 'cause you're perfect.»
¡Qué extraño se sentía! Pero no pensaba salir corriendo a pesar de que el pedido de esos labios delgados fue tan repentino para Jimin, diablos, ¿por qué a él?
—Pídeme permiso.
Min rio de forma nasal, desviando su mirada unos segundos en dirección al techo, para después regresar al pelirrosa. Su cuerpo comenzó a sudar y no dudó en seguir la órden.
— ¿Puedo besarte?
Esperaba no recordar nada de ese momento con todo el alcohol que estaba viajando en su cuerpo, así que, por esa noche ¿por qué no ceder ante las necesidades de sus cuerpos?
Fue entonces que Jimin dio un paso, deleitando sus oídos por Die for you. Maldición, el corazón le latía tan fuerte, y esa canción era tan sexy. De repente el F4 se volvió sexy para él, ¿qué diablos ocurría?
«I would kill for you, my baby.»
—Puedes besarme.
Lentamente fueron acercándose, la distancia se limitó e hizo que sus narices se tocaran en un tipo de beso esquimal. Y así miraban con mucha tentación los labios del otro, deseosos por probar lo desconocido. El alfa ladeó su cabeza y sus manos se posaron sobre las mejillas del pelirrosa.
Probó sus labios y... mierda, no quería soltarlo jamás.
Descubrió que se acoplaban de una forma tan perfecta, y los dos mantenían un ritmo demandante y cargado de ansias pasionales. Yoongi fue el primero en tomar el labio inferior de Jimin, cargándolos de un deseo muy peligroso cuando el omega decidió jadear suave.
Sus lenguas entraron en juego, entrelazándose y saboreando al contrario. Uno sabía a fresas mezclado con Vodka, el otro a licor y se percibía el sabor a menta.
Caminaron juntos entre sonrisas cómplices en medio de aquel beso, Jimin tomó una bocanada de aire y recorrió los labios de Yoongi una vez más.
Las personas iban y venían, sus amigos maldecían en el aire por haberlos perdido de vista. Pero ninguno podía imaginar que los “desaparecidos” se encontraban en un rincón del baño de hombres, besándose con tanta necesidad y demanda encima, como si esa fuera la única y última vez que ocurriría.
Y esto era un pensamiento dramático quizás, pero los dos creían que morirían en los labios del otro. No obstante, el alcohol también ayudaba mucho para que estuvieran en esa situación. Pasando del desagrado u odio mutuo al deseo.
Habían dejado sus diferencias atrás sólo para tener minutos eternos suspirando en los labios ajenos. Jimin disfrutaba de ese beso y Yoongi igual, y este último se animó a deslizar su mano izquierda por la cintura del menor hasta envolverla con él, ocupando su mano derecha para que el mentón del omega se apoyara en medio del dedo índice y pulgar.
Para eso tuvieron que separarse para respirar un poco de aire y en consecuencia otra vez se observaron, complacidos con las acciones cometidas.
Y los dos llegaron a una única conclusión esa noche, y era que... besarse resultaba muy adictivo, una droga. Sus besos eran una droga endemoniadamente adictiva.
Amigues, agarrenme que esta autora no puede con tanta tensión de estos dos.
Permítanme: AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH
Adoro con todas las fuerzas de mi alama este momento.
Bendita sea la fiesta de Halloween y el ALCOHOL, paaaaaaa.
ALEX 🧊
[SIN CORREGIR] Perdonen algún error.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro