—Yeji y yo nos peldimos -Informó su pequeña azabache a un lado suyo, tomando la manita de su nueva amiga con una gran sonrisa en sus belfos delgados, Seungmin desvió solo un momento su mirada hacia ella y sintió como su Omega se acercaba cuidadosa y lentamente a la cachorrita - ¿Podemos invital a Yeji a casita de tío Sungie? Te plometo que no me llevalé a Ludovico esta vez... -Sus orbes pequeñitos brillaron un poquito más al recordar a aquel peludo gatito negro que pertenecía a su tío Jisung, sus manitas se juntaron en súplica y con sus métodos ya conocidos aplicó el famoso pucherito.

— Y-Yo... -Con ambas manos en el rostro retiró las saladas e inoportunas lágrimas, se reincorporó tomando la mano de su hija pequeña, aún con su mirada fijada en la otra, ese aroma predominante en la cachorra era tan conocido por su lobo que de sólo pensarlo se le achicaba el corazón, si ya de por sí encontrar a su cachorra mayor era un golpe inesperado, sabía que encontrar al Bang mayor no iba por un buen camino.

Como si le hubiese llamado, la puerta a unos pasos de ellos se abrió bruscamente, dando paso al Alfa pelinegro igual de pálido que Seungmin antes de encontrar a su pedacito de cielo y bueno, quedó igual o más sorprendido que Seungmin cuando sus luceros pararon en el azabache de largo cabello y luego instintivamente pasaron a las otras dos.

No pasaron más de tres segundos para que Yeji reaccionara al intruso, corriendo a abrazar al Alfa y él la recibió tan pronto la vio aproximarse. Si a la pequeña le molestaban los cariños excesivos y melosos que el mayor le dedicaba cuando quería mimarla, ahora buscaba de los mismos por falta de cercanía con su papá por tanto tiempo.

—Yeji-

—Papa eles malo, muy malo -Le escuchó decir quejumbrosa entre las nuevas lágrimas que se aproximaban por sus mejillas, restregando su naricita en el pecho del mayor y sintiendo las manos del Alfa acariciar su espalda y dejarle besitos en su cabellera- ¡Yuna me ha invitado a su casa! Debemos buscal a Cucus -Murmuró emocionado haciendo que el Alfa alzara la mirada hacia enfrente.

Notó como cada maldito músculo se tensaba uno a uno, Seungmin era semejante a él en aquellos momentos, no por el hecho de estar sosteniendo a sus hijas  y estar de pie con unos pocos metros de distancia, sino también que el menor estaba serio y poco entusiasmado por un reencuentro extraño. Un punzada directa al pecho por esos luceritos repletos de lágrimas le hizo esquivarla, acomodando más a su cachorra que seguía abrazado a su cuello.

No esperaban volver a verse en lo que restaba de vida, tampoco mantener un mínimo de contacto entre ambas niñas después de la última discusión que tuvieron, y eso de "hablando se soluciona" no aplica para la pareja, en casos hablar no sirve de nada si ninguno quiere que siga.

¿Para qué forzar algo que se va a romper?

Bangchan era un Alfa demasiado estereotipado, podía tener todo lo que los Omegas buscan pero si Seungmin se enamoró de él fue porque tenía matices que le hacían ser un poquito más diferente, que esos matices se desvanecieran con el paso del tiempo fue lo que le quitó las esperanzas. Tal vez el hecho de que ahora el menor estuviera llorando iba por el vacío que avisaba en su corazón, que llamaba a aquellas dos personas.

Estaba deseoso, falto de amor después de tantos años, añorando un abrazo de su Omega, una sonrisa de su cachorra más pequeña, al fin y al cabo el ser un Alfa sensible era su debilidad.

—¿Quién es Cuscus, Yeyi? -La más pequeña ladeó su rostro hacia un lado mientras se removía en los brazos del Omega, que sorbía su nariz e intentaba deshacerse de las tortuosas gotas saladas de sus orbes.

—Mi pez -Respondió alzando las comisuras de sus labios sin prestar atención a las facetas que los mayores mostraban ahora- Papá lo adoptó y me lo legaló -Yuna hizo un puchero.

—Apa no quiele adoptal un bigotes -Se quejó.

꒰𝓣𝓣𝚊𝚎 ♡︎... ꒱