꒰ ⌗ Septimo (Especial navidad) ! ꒱
—¿Me das? -La más bajita se inclinó sobre sus manitas para lograr ver lo que la azabache sostenía entre sus manos, pero está frunció su ceño antes de responder de mala manera.
—No, dile a tu papá que comple pala ti, estos son míos —Respondió alejando su bolsita de caramelos de la cachorra más pequeña, su ceñito seguía fruncido pero en sus belfos se alzaba un pequeño pucherito.
—Apa no me deja comel dulces -La escuchó decir quejumbrosa y suplicante mientras buscaba con sus ojitos pícaros la bolsita azul de plástico donde estaban los dulces de la mayor- Solo uno... -Canturreó a nada de llorar posicionándose frente a la mayor con sus luceritos cristalizados.
Ambas niñas estaban en la banca continua a sus padres, habían salido de la sala con la clara intención de no cruzar palabra alguna y utilizando una táctica de escape, Seungmin fue el primero que salió por la puerta cargando a su cachorrita más pequeña, sus maletas estaban a la espera así que si Bang se oponía sería una excusa que le iría como anillo al dedo.
Pero tanto Yeji como Yuna alzaron voces en gritos para nada sutiles con tal de estar juntas otra vez, pataleando en los brazos correspondientes y gritándoles que querían jugar.
Yuna no era una niña caprichosa ni mucho menos llorona a la hora de pedir algo que de verdad quería, era más de preguntar si podía tenerlo o si se había portado bien como para que fuera una recompensa, mientras que Yeji era lo contrario en todos los sentidos, si no lloraba para pedir algo, no era Yeji.
Y sentado en una banca con las piernas cruzadas y una mirada clavada en el suelo, Seungmin esperaba a que su cachorra le dijera que se fueran de allí, era más su deseo que el de Yuna pero no soportaría mantenerse tan firme junto a Bangchan por mucho más tiempo, si ya de por sí ver a Yeji le daba fuertes punzadas en el pecho, sentía como si balas se incrustaban en su corazón al verla reír.
Bangchan no era muy diferente, solo que éste no se cortaba un pelo en dejar libres sus lágrimas, sin embargo lo hacía en silencio, como todos estos años. Limpiando con una servilleta aquellas tediosas lágrimas, absteniéndose el sollozar, se sentía el Alfa más débil y llorón de todos. Pero quien le podía culpar, si el amor de su vida y su cachorrita pequeña estaban más cerca que nunca, las lágrimas solo eran una muestra de lo roto que estaba.
—¡Apa! -Ambos se giraron a la vez para ver a las azabaches correr hacia ellos, Yeni y Yuna a Bangchan y Seungmin, respectivamente, la más pequeña dejó caer las comisuras de sus labios al ver esa mueca tristona y melancólica de su papá pero al girar su rostro encontró a Yeji retirando con sus deditos las gotitas que bajaban por las mejillas del mayor- ¿Pasa algo, apa? El papá de Yeyi también está tliste, ¿hice algo malo? ¿Lo puedo aleglal? -Yuna era tan parecida a Bangchan en ese aspecto y Seungmin no pudo evitar hacer esa comparación en esos instantes.
—Los mayoles no llolan, papá -Renegó Yeji dando suaves toquecitos en las mejillas del mayor con un pucherito en sus gruesitos belfos
—No pasa nada, Yunnie... -Murmuró peinando sus desordenados cabellos rebeldes, mintiendo un poco a su pequeña- ¿Estás lista para ir a casa ya? -Rápidamente sacudió sus cabecita negando haciendo esos ojitos de cachorra regañada.
—Solo si Yeji viene con nosotlos a casa de tío Sungie -En un tono meloso y suplicante unió sus manitas en lo alto, escuchando a Yeji confirmar su petición con un "Polfi papá de Yuna"
Seungmin sin embargo vio de soslayo a Bangchan, éste estaba dando vueltas en su cabeza al indagar un poco más en la pequeñita que estaba en las piernas del Omega, esa carita pequeñita y morenita le recordaba a Seungmin pero aquellos lunares en zonas específicas sabía que eran cosa suya, le hería de la peor forma posible verle pedir algo así a sabiendas que si aquella petición estuviera a sus ordenes, siempre sería afirmativa, su niña pequeña tendría todo aquello que quisiese.
—¿Harás algo? -Seungmin preguntó, Bangchan lo sintió tan lejano.
—Dejar las maletas en casa... -Respondió cabizbajo, arrastrando las palabras.
—¿Dejas... a Yeji en casa de Jisung... un rato? -Su voz pausada, forzada y siendo más un murmullo que una pregunta estructurada fue recibida por el Alfa, mismo que asintió suave- ¿Deberíamos...? -Preguntó otra vez, asustado con la misma pregunta, algo dolido por tener que hablar de aquello en unas circunstancias extrañas.
—Hablamos a solas... -Limitó sus palabras bajando a Yeji de su regazo e incitando al menor a repetir sus acciones.
Tal vez Bangchan sí era un Alfa débil, o tal vez ver a su hija pequeña después de cuatro años era más doloroso de lo que imaginaba, observarle era comparable a flechas de fuego clavándose una a una en su corazón, desgarrándolo, de la misma manera extrañaba a Seungmin pero, al centrarse en Yuna, era diferente. Era su bebé, la cachorrita que a pesar de no ser planeada, amó con todas sus fuerzas, hizo tanto por remediar aquella rota e irreparable relación con tal de ver crecer a su pequeña.
Así que uno al lado del otro estaban tras el cristal sentados en el mullido sillón, Jisung jugaba con las niñas en el patio confundido por verlos llegar juntos pero comprendiendo un poco por esas miradas destrozadas de los mayores, aquello no iba bien, tal vez nunca lo estuvo.
Seungmin no pudo evitar retener más sus sollozos.
—¿Qué deberíamos hacer? -Preguntó Bang entre frustrado y triste, una mezcla mortal para aquellas fechas de diciembre.
El arbolito de Jisung era su fuente de luz, las luces amarillas y blancas deslumbraban y se reflejaban en las doradas esferas decorativas, la alternación de colores daba la sensación de calidez al ser colores amarillos y naranjas.
Seungmin no tomaba aquel signo navideño como algo que le detonara felicidad, su felicidad se resumía en tres personas y dos de ellas estaban en peligro por una conversación llena de incertidumbre.
—No lo sé... no es como si esperara volver a verte... -Respondió siendo sincero, sintiendo las lágrimas danzar.
—No me alejes de ella... -Murmuró apenas audible, su rostro deformándose en tristeza- No me alejes de Yuna otra vez, por favor... -Volteó hacia él entre su petición, a sabiendas que aquello sería negado por varias razones.
—C-Christopher... -El Omega tampoco quería abstenerse a ver a Yeji por tiempo indefinido, no quería saber que estas horas podrían ser las últimas y que dentro de unos cuantos años la volviera a ver, ese conocimiento de haberse perdido tanto de su vida era doloroso, aún ahora le era complicado verla.
—S-Sé que lo nuestro fue muy complicado... -Reconoció con dolor- Sé que tal vez éramos muy jóvenes para decidir tal cosa, que Yunnie no estaba planeada y que nuestras peleas solo ponían en peligro a nuestras hijas... pero ya no somos dos jóvenes, hemos salido adelante con ellas..
—¿Jóvenes? -Inquirió confuso- Yeji fue planeado, hicimos planes desde que comenzamos a vivir juntos, no éramos dos jóvenes deseosos de libertad y diversión, Christopher-
—Decidir quedarnos uno con una cachorra fue algo muy cobarde de nuestra parte, Seungmin -Interrumpió- Privarles de un padre por nuestras peleas fue muy egoísta, Yeji no te reconoce, Yuna no me reconoce, ¿te parece bien eso? Que después de un año con Yeji, ella no sea capaz de ver que eres su padre Omega, ¿está bien acaso?
—Privarles de un padre era necesario para que no crecieran entre gritos, entre malos tratos, era una infancia arruinada para las dos, ¿preferías eso? Me parece bien porque vimos por su futuro, Christopher -Sus rojizos ojos le vieron directamente, debatiendo con la mirada- No me hiciste caso cuando te pedí que habláramos mejor, que solucionásemos nuestros problemas, decidiste seguir en lo mismo, ¿Qué esperabas que hiciera?
—No llevarte a mi hija dos semanas después de nacer, por ejemplo-
—¡Me separé de Yeji sabiendo las consecuencias que tendría mi Omega, Christopher!
—Te marchaste como si nada de casa esa tarde, la dejaste en la cuna después de amamantarle sin ella saber que nunca más le darías pecho, que nunca más la mimarías como llevabas haciéndolo -El mayor suspiró, su corazón ardiendo- Ni siquiera me respondiste cuando te pregunté si aún me amabas...
Seungmin esquivó su mirada, su garganta ardiendo por las palabras que se amontonaban unas con otras.
—Pensé... sinceramente pensé... que regresarías...
—Estuve esperando a que me buscaras...
Especial Navidad
Flashback
La rechoncha bebé de cuatro meses dormía cómodamente en una pequeña alfombra azul especial para ella, sus manitas estaban tapadas por dos pequeños guantecitos que le impedían arañarse o hacerse daño, su cuerpecito estaba tapado por una gruesa mantita blanca de plumas. Ella estaba tan dormida que no escuchaba el parloteo de los mayores a unos metros de ella.
—Abre el rojo -Dijo coqueto, sentándose con las piernas cruzadas mientras se ponía el gorro rojo con temática navideña que acababa de abrir unos segundos atrás. Seungmin tomó un tono rojizo para sus rellenitas mejillas, sonriendo levemente tomó el regalo con envoltorio rojo.
Al tener forma cuadrada podía hacerse una idea a lo que era puesto que no era muy grande pero sí el tamaño perfecto para lo que él había pedido como regalo esas fechas de navidad.
Con la ilusión mostrándose en sus luminosos luceros, Kim rasgó el papel sin delicadeza alguna dejando al descubierto una cajita blanca de terciopelo la típica de los anillos de bodas pero siendo éste un pequeño capricho del año.
—Has sido un papá muy bueno estos cuatro meses y Yeji y yo decidimos comprarte algo especial...
Seungmin sonrió con pequeñas lágrimas asomándose por sus luceros.
—Tú pediste un gorro de navidad y tú me regalas un anillo... -Se quejó infantilmente gateando hacia él, tomó asiento en su regazo y Bangchan sonrió enternecido.
—Te amo mucho, Seungminie...
—Yo también te amo mucho, Chanie...
Fundiéndose en un beso tímido, lento y lleno de amor, la pareja olvidó que unos días atrás estaban discutiendo en la habitación, su cachorra en la cuna llorando, las lágrimas de desesperación recorriendo sus mofletes.
Porque al fin y al cabo después de pedirse perdón pudieron seguir en calma.
꒰𝓣𝓣𝚊𝚎 ♡︎... ꒱
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