꒰ ⌗ Catorce ! ꒱
—Chup chup -Sus deditos soltaron las nubecitas blancas sobre el chocolate caliente, con sus ojuelos brillantes por las luces del árbol de navidad veía como estos dulces se hundían y se mezclaban con el líquido, un puchero se alzó- Papá quielo más -Murmuró viendo de soslayo a la otra azabache resguardar con recelo sus nubes- ¡Yeji tiene más! -Se quejó sorprendida y se sentó en la gran alfombra dirigiendo una mirada fastidiada a la castañita.
—Tienen la misma cantidad -Avisó Bangchan crispando sus labios antes de remover con una cucharita su chocolate, Seungmin a un lado sonrió leve.
—¡Es mentila! Yeji noona tiene seis y a mi me dielon cuatro -Vociferó ahora poniéndose de pie y yendo a su refugio, los brazos de Jisung- Tío Sungie, ¿me da más nubes?
Jisung en cambio vaciló en ceder, soltando un suspiro por la mirada de reproche que sus padres le lanzaban sin filtro, dando dos dulces más a la pequeña se sintió como un traficante.
—¡Yo también quiero más! -Alegó la otra cachorra con su ceño fruncido.
—Yeji ya son muchos, tómate el chocolate antes de que se enfríe-
—¡Claro que no! -clavó su mirada en el Omega castaño, notablemente más molesta que Yuna y no era por la edad, solo se llevan un año y cinco meses, a Yeji le dieron una educación algo diferente teniendo en cuenta que se crio con un Alfa.
—Yeji -Avisó el pelinegro mayor endureciendo la mirada sobre la cachorra.
—¡Si Yuna puede tenel más, yo también! -Se quejó en un tono firme e intocable, Yeji portaba el carácter de Seungmin en todos los sentidos pero si tan solo se le hubiese dado una enseñanza buena de modales a aquella cachorra no sería tan irrespetuosa.
Pero Seungmin había criado a uno también.
—No vas a tener más, han igualado los dulces, ahora se toman el chocolate tranquilamente sin gritar -Yuna la escuchó atento, su boquita entreabierta viendo los dulces en sus manitas, tal vez sus cuatro piezas de nubes eran suficientes y no necesitaba más, así que las devolvió a Jisung.
El rubio le observó confundido y la menor marchó a su sitio sentándose como un indio y tomando su tacita de PuppyM con cuidado para no quemarse, la tensión que le rodeaba no era de tomarle demasiada importancia puesto que no debía alterarse por temas irrelevantes, Seungmin se lo enseñó.
—Pues no me lo tomo -Cruzó sus brazos y estuvo a poco o nada de tirar la taza que le habían dado, Seungmin asintió lento echando un vistazo rápido al otro.
—Sube a tu habitación, estás castigada -Jisung y Bangchan se quedaron sin un indicio de lo que decir ante la decisión de la castaña que tranquilamente bebía de su tacita de Wolf chan con un gusto especial por el chocolate negro.
—No -Declaró en su contra sin apartar esa mirada- Papá, dile que no puede hacel eso -Acudió al Alfa en caso extremo al quedarse sin ayuda porque Yuna ya estaba fuera de juego.
—Obedece...
—¡No!
—Veo que alguien se está portando muy mal estas vacaciones... ¿deberíamos hacer algo más, Bangchan? -El castañito le vio divertido ante la mueca de pánico que tenía el aludido, a decir verdad nunca había castigado a Yeji por algo así, esto debido a que siempre le complacía los caprichos.
—Hoy no cena -Dijo Jisung sin más y el azabache no vaciló en molestarse más- Duerme con Hades -Añadió- Tampoco tiene desayuno...
—Jisung.. -Frenó su mejor amigo desde la alfombra algo más serio.
—¿Qué? Si buscan castigos, quítenme gastos ya de paso, un bicho de esos consume más en una semana que yo en todo el año...
Seungmin dirigió una vez más sus ojitos a la cachorra mayor, exhalando suavemente dejó pasar unos segundos para comprobar si Yeji seguiría sosteniendo su enfado o si había posibilidad de librarle del castigo
— Si no vas a beber el chocolate, llévalo a la cocina, por favor -Intentó soñar amigable pero el menor no distinguía la amabilidad en aquellas palabras, más bien sonó como una orden.
—Que lo lleve papá -Le escuchó decir mientras se daba la vuelta, echó a correr tan pronto tuvo la oportunidad y Jisung se burló soltando una carcajada.
—Admiro el trabajo pésimo que hiciste, Bang...
—Tú tienes hijos peludos que van a cuatro patas, no me lo compares con una persona.
—Si bueno, Seungmin también tenía a uno de esas y Yuna en un ángel sin alas -Bangchan rodó los ojos dando las últimas vueltas al chocolate que aún había en su taza.
Seungmin sin embargo solo suspiró en dirección a Yuna que contenta se puso de pie en un salto y tomó su servilleta y la tacita usada, yendo con cuidado a la cocina y dejar lo utilizado en la encimera.
No había sido cosa fácil educar a una niña pero Seungmin buscaba maneras y obviamente Yuna paso por una etapa donde no quería compartir nada con nadie, también por una fase de llorar por todo y pedir todo a gritos, al ser una niña a veces se le excusaba por no recoger todo perfectamente o directamente por dejar sus juguetes tirados.
Pero a base de regañinas suaves o castigos necesarios, la pequeña de las Bang fue por un buen camino, aunque al juntarse con otros niños aquellos buenos modales los deje de lado.
—Solo le hace falta corrección en sus acciones -Minimizó el castañito recibiendo a Yuna entre sus brazos que bostezando decidió que dormiría en el pecho de su papá.
—Lanzaré sus regalos por la ventana si sigue de malcriado -Murmuró Jisung.
Mientras, Bangchan hacía pucheros involuntarios desde su sitio al escuchar a los menores conversar, sus luceros decaídos posados sobre la taza blanca entre sus manos. No pensaba que estuviera ejerciendo una mala educación a su cachorra, sobre todo porque llevarlo hasta donde está le ha costado demasiado, recibió muchas críticas sobre el comportamiento de la menor en su guardería pero quiso pasarlo por alto al ser una cachorra pequeña, sin embargo ahora ve que realmente la edad no importa.
Por esos minutos sintió que todo lo malo recaía sobre él y que las veces que fue juzgado no fueron relevantes al ser de personas desconocidas, que ahora tomaba más sentido al ser Seungmin quien le corregía.
Era un Alfa tristón, muy sensible y llorón
—¿Estás bien, Chanie? -La suave voz del castaño llegó en un susurro que se hacía más audible al final de sus palabras, alzando la mirada le encontró ya en un enorme pijama marrón y esponjocito, sin rastros de la cachorrita pequeña y cuando buscó a Jisung éste había desaparecido también- Llevas un rato allí...
—O-Oh... -Sacudió suavemente sus cabellos y lentamente procesó lo que debía hacer.
—¿Te encuentras bien? -Insistió sin perder el más mínimo movimiento del mayor- Estás triste y decaído...
—¿Tan mal padre he sido? -Preguntó de repente con la mirada deambulando por las decoraciones de la casa, su mente quería distraerse y no centrarse en la respuesta a su propia pregunta, era consciente de la respuesta pero aún así quería escuchar a Seungmin, éste siempre suavizaba todo.
Escuchó un chasquido, de soslayo le vio avanzar hasta que se sentó a su lado, esas manitas finas y cálidas tomaron las suyas con cuidado.
—No has sido un mal padre, Bangchan-
—Yeji es muy parecida a ti y desde que estaba más pequeña me ha costado llevarle la contraria al corregir sus comportamientos, siempre le quise dar todo porque es igual que tú... sentía que de esa forma ella iba a ser feliz y con eso me bastaba... -Exhaló, buscando calmarse pero siempre había sido delicado a la hora de tocar el tema de sus cachorras.
Cuando se separó de Yuna recuerda que quitó las sábanas de la cuna que le pertenecían y las dobló perfectamente, sacándolas cuando quería recordar a su pequeña bebé, aquellas veces que no sabía qué hacer con Yeji, cuando sentía que debía ir a buscar a Seungmin porque le necesitaba.
Estaba tan malherido, tan mal quedo después de la separación que poco a poco fue descuidando a la cachorra azabache que quedó a su cuidado. Le complacía todo tipo de capricho, le compraba todo lo que quería, dejaba que gritara e hiciera desastres cuando salían, no le ordenaba nada en casa y no se molestaba nunca en enseñarle a compartir.
Pensó que al paso de los años cambiaría por sí solo, pero lo que realmente está haciendo en moldeando a un niña egoísta y soberbia.
—Entre más crece más se asemeja a ti... y me cuesta... -Por la falta de valor no le veía pero aseguraba que Seungmin estaba preparando un sermón- Muchas veces quise llamarte, pedirte ayuda, más que todo en los primeros meses, Yeji lloraba por ti y no sabía qué hacer, él buscaba a su mamá y yo me quedaba sin salidas...
[Al referirse a su "Mamá", Yeji buscaba al Omega que lo amamantaba, independientemente del género, es su mamá porque lo alimenta]
꒰𝓣𝓣𝚊𝚎 ♡︎... ꒱
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