Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

(CAP8) - Esto no puede volver a suceder

                                    (Anna)

Me dirijo a la cocina en busca de un vaso de agua, esperando que eso logre calmar mis nervios. La fiesta sigue vibrante en la sala, pero necesito alejarme del ambiente opresivo y, sobre todo, de él. Abro la puerta del refrigerador y busco una botella de agua, tratando de ignorar la creciente sensación de que alguien me sigue.

El sonido de pasos a mis espaldas confirma mis temores. Me giro lentamente y ahí está, apoyado en el marco de la puerta, observándome.

- ¿Necesitas algo? —pregunto, intentando sonar casual mientras tomo un sorbo de agua.

-Solo un momento a solas contigo—responde.

Intento mantener las distancias moviéndome hacia el otro lado de la cocina, pero no me lo permite. Se acerca, cada paso suyo, reduce el espacio entre nosotros hasta que su cuerpo queda a solo unos centímetros del mío.

- ¿Así que te atrae la idea de ser la dominante? —la forma en que me pregunta, como si estuviera descubriendo un nuevo y emocionante secreto, hace que mi respiración se acelere.

-Abel, no podemos hacer esto—murmuro, tratando de mantener la compostura—No puedo hacerle algo así a Camille.

-No has contestado a mi pregunta.

-Esto es un error—insisto, mi voz apenas un susurro—Es mi amiga.

-Lo sé—responde, y aunque sus palabras deberían ser una barrera, su tono es pura tentación—Pero no puedo evitarlo. Eres...irresistible.

-Si, —digo, mi voz temblando ligeramente—la idea de controlar cada detalle, de tener el poder...es algo que me resulta increíblemente atractivo.

Sonríe, un gesto que enciende una chispa en el aire.

- ¿Qué opinas de agregar un poco de... "equipo" a la mezcla? —pregunta, con un tono cargado de insinuación, mientras deja caer la palabra con una pausa dramática que intensifica la atmósfera.

-No está bien—respondo.

-Entonces, ¿por qué no te alejas? —su aliento cálido acariciando mi piel y enviando un escalofrío por mi espalda.

Antes de que pueda decir algo más, sus labios se encuentran con los míos en un beso que derrumba toda mi resistencia. Es un beso ardiente, cargado de un deseo que he estado tratando de negar. Sus manos exploran mi cuerpo con una urgencia que me desarma, y aunque sé que esto está mal, no puedo detenerme.

-Anna, —murmura contra mi piel—te necesito.

Sus brazos se deslizan bajo mis piernas, elevándome para que mis extremidades rodeen su tronco. Mis brazos se envuelven alrededor de su cuello, permitiéndome gemir de placer con cada beso. Sus labios devoran los míos con una intensidad que nunca había experimentado. Me sienta en la encimera y siento cómo sus manos se deslizan bajo mi vestido, ansiosas por despojarme de la ropa. Sus dedos se aproximan a mis bragas, a punto de deslizarse por mis muslos, pero en lugar de eso, me las arranca con un desgarro que deja el tejido hecho trizas. Sus dedos se introducen en mí, penetrándome mientras gimo de placer con la frente presionada contra sus hombros.

- ¿Te gusta? —su voz llena de lascivia.

Mis gemidos aumentan, alcanzando el borde del grito, mientras Abel tapa mi boca con su mano. Posteriormente, devora mis pechos, primero tocándolos y estrujándolos, para después lamerlos con su lengua.

-Te follaría aquí mismo—confiesa él, incendiando el aire entre nosotros.

Estoy completamente consumida por la pasión de sus besos. La encimera se convierte en nuestro escenario íntimo, y cada caricia de su piel contra la mía se vuelve más osada. Me abandono a su deseo, perdiendo toda noción del entorno. De repente, el sonido de una puerta abriéndose rompe el hechizo del momento. Nos detenemos de golpe. Me giro, con el corazón martilleando en mi pecho, y veo a un hombre desconocido en el umbral de la cocina. Su expresión de sorpresa es inconfundible. Abel se aparta de mí rápidamente, aunque con evidente esfuerzo, y se interpone entre el extraño y yo. La atmósfera se torna tensa con la intrusión inesperada, y busco desesperadamente una forma de ocultar mi enojo por la interrupción.

-Será mejor que te vayas—dice Abel, intentando mantener la compostura mientras sus ojos buscan los míos en busca de aprobación.

El sonido de la puerta cerrándose detrás de él deja un silencio ensordecedor, cargado de tensión y frustración en la cocina. Abel se vuelve hacia mí, sus ojos reflejan una mezcla de arrepentimiento y deseo insatisfecho. Sin perder un segundo, me inclino para recoger mi ropa dispersa. Entre la confusión y la prisa, veo los restos de mis bragas desgarradas. Mi rostro se ruboriza mientras intento recoger los pedazos con la mayor dignidad posible. El me observa, su mirada todavía encendida, pero sabe que el momento ha pasado.

- ¿Dónde estábamos? —pregunta, su voz baja y cargada de anhelo, mientras intenta recuperar la chispa que apenas hemos tenido tiempo de disfrutar.

-Esto no puede volver asuceder—digo rápidamente mientras me enderezo y corro hacia la puerta.

Mi corazón aún late con fuerza mientras abro la puerta del baño y me encierro adentro. Me miro en el espejo y apenas me reconozco. ¿Quién soy? ¿En qué me he convertido? Con manos temblorosas, trato de alisar mi cabello enredado por la pasión del momento y borro el labial corrido en mi rostro. Termino de acomodar el vestido y, en un instante, noto un círculo de tonos morados y marrones en mi cuello. Entro en pánico. ¿Un chupetón? Recojo mi cabello nuevamente y lo cubro a duras penas, lo suficiente como para mantener mi dignidad. Salgo disparada del baño y me dirijo de nuevo al salón con mi mente aún repleta del caos que acaba de suceder.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro