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🔶️◇A Very, Very Weird Girl◇🔶️

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꧁༺ 𝓒𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 4 ༻꧂

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Ellie:

A veces siento como si Dios me estuviera confundiendo con Terminator o algo por el estilo, porque ya para la cantidad de desgracias que es como mi pan de cada día, solo puede se puede explicar por un sentido del humor extraño y algo bizarro.

Siendo sincera, tal vez lo merezco. Me culpo por involucrarme en la absurda apuesta de Riya en lugar de ser sensata y mantenerme alejada del drama. Esto es mi karma. No quiero sonar arrogante, pero estoy convencida de que soy mejor que esto, incluso alguien como Gabby Nowak no merece que jueguen cruelmente con sus sentimientos.

Sin embargo, un poco de pasta extra, para variar, no me caería nada mal, especialmente cuando estoy ansiosa por dejar el deplorable apartamento en el que he estado viviendo últimamente. No tengo dificultad en relacionarme con la gente o evitar enamorarme; he sido buena evitando involucrarme emocionalmente con los demás, desde que tengo uso de la razón.

No socializar no significa que no sepa cómo interactuar; es solo que, una vez que conoces la verdadera naturaleza de las personas, te preguntas si realmente vale la pena. Es difícil confiar en alguien cuando hasta tus propios progenitores te han abandonado a tu suerte.

A veces es mejor estar solo que mal acompañado.

Por eso, cuando conocí a Jake y Aiden, hice todo lo posible para mantener distancia, resistiendo sus intentos de acercarse a mí. No quería hacer amigos debido a mi negativa visión sobre las personas en ese momento. Si mis propios padres me habían defraudado, ¿qué garantía tenía de que ellos dos no harían lo mismo?

Con el tiempo, me di cuenta de que ellos dos no eran muy distintos a mi. Solo contaban con su mutua compañía y no eran malas personas. Decidi darles una oportunidad a su amistad y honestamente, fue la mejor desicion que pude haber tomado.

-Miller y Nowak. - dijo la profesora, haciendo que levantara la cabeza. -Ustedes son el segundo equipo.

Suspiré. Le pedí a Aiden que me deseara suerte y él me miró con expresión de sufrimiento. No puedo negar que me reí un poco.

Me levanté y caminé hacia los asientos traseros, donde estaba Gabby. Podía escuchar las risas de los demás y las miradas burlonas que me dirigían me provocaron una sensación de enojo, aunque suene suave. Sí, quizás Gabby sea un poco extraña, pero eso no les da derecho a tratarla de esa forma. Sé que es contradictorio después de lo que he dicho al principio, al ver quién me había tocado para la apuesta.

Cuando estuve a su lado, ella dejó de mirarme y re dirigió su mirada a su cuaderno. Se veía nerviosa ¿Era debido a mi presencia? Quizás porque está acostumbrada a estar sola. Tal vez la esté incomodado.

[...]

Omnisciente:

Ellie observó detalladamente a Gabby, su compañera polaca. Gabby era morena, con cautivadores ojos grises que reflejaban preocupación. Su cabello castaño oscuro caía en suaves ondas hasta la mitad de la espalda. Vestía un chaleco rojo sin mangas que contrastaba con el uniforme escolar: una blusa blanca de manga larga, una corbata negra y una falda corta de un azul metálico brillante.

Lo que más llamó la atención de Ellie fue la expresión de angustia en el rostro de Gabby, visible en el fruncir de su ceño y en la mirada preocupada que intentaba disimular. A pesar de su elegante apariencia, Gabby parecía cargar con un peso emocional que se reflejaba en sus gestos y la tensión en sus hombros. Aunque intentaba ocultarlo, Ellie notó cómo la inquietud se reflejaba sutilmente en su manera de moverse, como si estuviera luchando por mantener la compostura en medio de una situación desafiante.

-Hola. -se animó a decir. Para romper el hielo. De fondo se escuchaba hablar a la profesora, pero no podía importarle menos. Tal vez estuviera dándole argumentos a Aiden mientras esté seguía reclamando por tener que trabajar con James. -¿Estás bien? No te ves muy cómoda conmigo aquí.

-¿Qué? ¿Q-qué dices? Está bien. -titubea. La de cabello de zanahoria la mira, no muy convencida por sus palabras.

-Soy Ellie, a propósito. -Gabby miró algo ansiosa a la chica a su lado, quien le ofrecía su mano a forma de saludo. La morena titubeó, pero correspondió al saludo.

-Gabby. Pero seguro ya me conoces. -sonríe con algo de nervios. -Todos lo hacen, de hecho...

-Lo sé, la gente de este lugar es un asco. -escupe Ellie, frunciendo el ceño. -Pero tú me agradas.

-¿De verdad? -la polaca la ve con un brillo de ilusión en sus ojos y Ellie sonríe, asintiendo con la cabeza. -Pues, gracias. Aunque creo que eres la única persona que piensa eso de mi. Cuando empiezo a hablar mucho me gritan para que me calle, me han hecho bromas pesadas y a veces me gustaría ser una nube porque digo, las nubes no se molestan entre ellas, y se deben llevar relativamente bien. Por eso suelo mirar al cielo y ver a las nubes y pensar en lo bonitas que son.

-Se ven esponjosas. -Ellie sonríe algo entretenida. Siempre creyó que Jake era la persona más parlanchina en todo el mundo, pero aquello acababa de cambiar. Lo que no entendía la pelirroja era por qué no le molestaba escuchar aquellas divagaciones tan excéntricas. Gabby pensaba igual, estaba acostumbrada a que la frenaran tan pronto empezaba a soltar su vómito verbal.

Entonces ¿Por qué ella no lo hacía?

-¿Por qué me miras así? -Ellie suelta una risilla algo nerviosa debido a la fija mirada que mantiene su compañera sobre ella. Gabby parpadea y niega con la cabeza.

-Perdón. Es que me sienta mal que te haya tocado conmigo. Todos se burlan de ti por estar conmigo. -Ellie sintió una opresión en su pecho ante sus palabras. -Es culpa mía.

-No digas tonterías. -La pelirroja puso su mano sobre el hombro de la morena, quien la volvió a ver con ojos tristes. -A mi me vale lo que piensen de mi, que les valga si hacemos juntas el trabajo o no. -Gabby se sorprendió ante la declaración de la gótica. -No le des tanta mente a eso ¿Sí? No se le puede caer bien a todo el mundo.

-Su... supongo...

-Mejor vamos a hacer el trabajo ¿si? -Ellie le ofreció una cándida sonrisa a la polaca y su mano para que se levantara. Gabby sonrió finalmente con un poco más de confianza y tomó la mano de la pecosa. -Nuestro collage de fotos será el mejor.

-¡Sí!

Gabby se levantó con un brillo renovado en sus ojos y un ligero temblor de emoción. Ellie notó cómo su compañera parecía más relajada y dispuesta a colaborar. Se dirigieron juntas hacia el exterior tras recibir su cámara instantánea por parte de su maestra, cada una llevando consigo una energía distinta pero complementaria.

Mientras buscaban los mejores lugares para tomar sus fotos para el proyecto, Ellie no pudo evitar sentir una especie de conexión con Gabby. A pesar de sus diferencias y de las opiniones ajenas, había algo especial en esa chica que irradiaba autenticidad y pureza en su forma de ser.

-Y así fue como me pasé toda la tarde tratando de sacar a mi hermanito menor del pozo.

Ellie soltó una risa ante la anécdota de la polaca. Podría ser una chica rara, muy rara, para algunos. Pero a sus ojos resultaba algo linda y dulce también.

-¿Y tú mamá no se enojó? -pregunta, sin dejar de reír.

-Buff, estaba enfadadísima. No nos quería ni ver en pintura porque tanto Adam como yo estábamos llenos de barro y agua sucia. -Gabby se ríe ante el recuerdo y Ellie también.

-Yo nunca he tenido hermanos. -comenta entonces la pelirroja, pensativa. -Bueno, tengo un hermano mayor pero está viviendo en Florida. Así que he estado sola desde hace mucho, pero me agradan los niños.

-Pensarías completamente distinto si conocieras a mis hermanitos.

Entre risas y comentarios sobre las fotos que tomaban, las dos chicas comenzaron a trabajar en su proyecto. Ellie notó cómo la timidez inicial de Gabby se desvanecía lentamente, dejando paso a una faceta más alegre y entusiasta. La gótica se sorprendió gratamente al descubrir la creatividad y el ingenio que Gabby aportaba al trabajo conjunto.

A medida que avanzaban, compartieron anécdotas, gustos e incluso sueños. Descubrieron que tenían más en común de lo que inicialmente pensaban. Gabby dejó de sentirse juzgada por Ellie y comenzó a abrirse más, mostrando una parte de sí misma que rara vez permitía que los demás vieran.

Ellie juraba que jamás se había sentido tan culpable de hacer algo.

-¡Mira su cara!

-Creo que a las ardillas no les gusta ser fotografiadas. -dice Ellie y ambas muchachas estallan en risas.

Al finalizar su proyecto, se miraron la una a la otra con orgullo. Su collage no solo reflejaba el tema asignado, sino que también simbolizaba la unión de dos personalidades distintas que, a pesar de las adversidades, habían logrado encontrar una conexión genuina.

Y no fue la única pareja extrañamente funcional, pues Ellie notó con una sonrisa divertida que Aiden ya no miraba tan mal a James, logrando realizar de los mejores collages junto a ella y su nueva amiga.

Al ver la inocente y alegre sonrisa que Gabby le dedicaba, a Ellie la invadió un gran pesar interno. "No te encariñes, Ellie. Esto es temporal..."

Le devolvió de forma falsa la sonrisa a Gabby sin querer reconocer que en la polaca, podría tener una valiosa amistad que aseguraba risas, compañía, y sobre todo lealtad. Ambas chicas se despidieron con la satisfacción de haber hecho un trabajo impecable, tras finalizarse la clase.

-¿Cómo te fue con James? Me parece milagroso que hayan trabajado tan bien sin matarse entre ustedes. -Ellie le dedica al de tez aperlada una sonrisa divertida.

Este resopla y hace un puchero en sus labios.

-No es tan... Imbécil, como yo creí. No al nivel de Yul, al menos. Pero sigue siendo un idiota. -la pelirroja alcanza a ver un leve rubor en las mejillas del más bajo.

-No me digas que tú...

-¡NO! Maldición, ¡Nunca, jamás! ¿Cómo se te ocurre? Que asco. -exclama, alterado.

Pese a su reclamo ofendido, tenía el rostro rojo cuál tomate. Provocando así las risas de la pecosa. Pero le tuvo piedad y lo dejó en paz, cambiando de tema.

-¿Me acompañas a la soda?

-Ah... Está bien.

-Tengo antojito de un batido... -dice la pelirroja mientras camina junto a su amigo. El E-Boy la miró con una expresión de cansancio.

-¿En leche y de oreo?

-¿Cómo sabes?

-Eres muy predecible, siempre pides el mismo.

Ellie no respondió nada, aunque mantenía una gran sonrisa sobre sus labios mientras jaloneaba del brazo a Aiden, pasando entre los estudiantes.

Después de que Ellie comprará su batido en la soda del colegio, se retiró junto a Aiden por el pasillo. En el camino, Yul, uno de esos chicos populares, arrogante e insufrible para casi todo el mundo, intencionalmente interrumpió a Ellie metiéndole el pie, causando que tropezara y derramara todo su batido.

A pesar de los reclamos de Aiden defendiéndola, Ellie notó que otros estudiantes estaban grabando la situación con sus cámaras. Sintiéndose avergonzada, se escapó corriendo con su uniforme manchado, ignorando los llamados de su amigo. Gabby, que estaba cerca guardando algo en su casillero, observó la escena y decidió seguir a Ellie. La encontró más tarde y tras correr un buen, sentada en un rincón de los baños femeninos, evidentemente angustiada por la situación.

Gabby se adentró en los baños femeninos y vio a Ellie, quien se encontraba en un rincón, con el uniforme manchado y visiblemente afectada por la situación humillante. Sin embargo, Ellie trató de disimular, limpiándose rápidamente y asegurando a la polaca que estaba bien, aunque su expresión mostraba lo contrario.

-Ellie, ¿estás bien?- preguntó Gabby con preocupación, acercándose lentamente.

-Estoy bien, de verdad. -respondió Ellie, tratando de sonreír, pero era evidente que estaba afectada por lo sucedido.

Gabby decidió no presionarla, pero se sentó a su lado, ofreciendo su presencia en silencio. Después de unos momentos de vacilación, Ellie finalmente habló.

-No debería haber corrido así... No sé qué me pasó. Me siento estúpida por haber salido corriendo de esa forma. -se maldijo la pelirroja. Gabby la miró con ojos tristes, cuál cachorro.

-No tienes que disculparte por sentirte mal. -respondió Gabby con calma. -Está bien no estar bien después de algo así. A veces, las cosas nos afectan más de lo que creemos, y está bien mostrar cómo te sientes. Tampoco está mal admitir cuando las cosas nos afectan, no nos hacen menos débiles o algo así. -la morena trató de dar su mejor sonrisa para transmitir confianza.

Ellie asintió levemente, agradeciendo el gesto de Gabby, aunque aún reacia a abrirse completamente. Lo cierto es que la gótica era bastante terca y testaruda, alguien a quien no le gusta hablar de sus sentimientos porque se siente débil al hacerlo. A pesar de su negativa inicial, Gabby decidió quedarse a su lado, ofreciendo una presencia reconfortante.

Las dos chicas permanecieron en silencio por un tiempo, hasta que Ellie finalmente se levantó, tratando de parecer más animada de lo que se sentía realmente.

-Gracias, Gabby. Pero de verdad, estoy bien. Solo fue un pequeño incidente. -Gabby sonrió comprensivamente, sabiendo que Ellie necesitaba su espacio en ese momento.

-¿Quieres mi chaleco? Creo que somos la misma talla y así no te preocuparás por mancharte el resto del día.

Ofreció Gabby con amabilidad. Ellie se sintió avergonzada al ver a Gabby quitarse su chaleco rojo de manga corta. Le respondió con una sonrisa agradecida. Ahora, Gabby lucía solo su blusa blanca y corbata negra.

-No puedo, es tuyo. -respondió Ellie, incómoda por el gesto generoso de Gabby.

-Pero insisto. -dijo Gabby sin pensarlo dos veces. Se acercó y ayudó a Ellie a quitarse el chaleco gris.

Ellie se ruborizó de vergüenza ante la amabilidad de Gabby, sintiéndose mal por aceptar. Gabby dejó su chaleco sobre el lavabo y comenzó a abotonar el chaleco de Ellie.

-El rojo te queda genial. -añadió Gabby con un leve rubor en sus mejillas.

Gabby y Ellie decidieron, tras salir de los baños escaquearse de la monotonía de las clases de música del profesor Trent, optando por las gradas de la cancha de fútbol del colegio. El sol de la tarde las acariciaba mientras observaban a los jugadores entrenar.

-¿Sabes, Ellie? Este lugar tiene una paz especial. -comentó Gabby, con una sonrisa, mirando el campo.

Ellie asintió, disfrutando de la brisa suave que mecía sus cabellos.

-Sí, es agradable cambiar de ambiente, sobre todo con buena compañía. -Ante su comentario, Gabby sonrió con genuidad.

No mucho rato después, Aiden las encontró y se sorprendió al verlas tan compenetradas. Decidió no interrumpirlas y simplemente se sentó con ellas, disfrutando del silencio cómodo que se había establecido entre las tres personas. El sonido de las risas y la charla informal llenaba el aire. A pesar de que Aiden notó la inusual conexión entre Gabby y Ellie, optó por no mencionarlo. Disfrutó del momento y se sumó a la conversación de manera relajada.

Cuando finalmente llegó la hora de salida, Gabby y Ellie se retiraron a la salida del colegio antes de Aiden, debiendo separar sus caminos y separándose con un gesto amistoso.

-Ten mi número, así seguimos en contacto.

-¡Sí!

Ellie le dictó su número telefónico a la morena y esta, una vez hubo registrado el contacto, envió un stiker para mantener el chat. La pelirroja aprovechó para guardar su contacto y, ahora sí, se despidieron.

Ellie salió del colegio esa tarde en medio de un clima lluvioso y sombrío. El cielo estaba cubierto de nubes oscuras que amenazaban con descargar su carga en cualquier momento. Sin un paraguas a mano y con poco dinero en el bolsillo, se vio obligada a caminar bajo la lluvia durante un buen trecho hasta llegar a su apartamento.

El agua fría empapaba su ropa y el viento hacía que se sintiera aún más desprotegida. Cada paso se volvía más pesado a medida que avanzaba por las calles mojadas, tratando de encontrar refugio en los escasos rincones protegidos de la lluvia. La falta de resguardo y el largo camino solo aumentaron su frustración al llegar a su hogar en condiciones lamentables, sumando un toque más de desánimo a su ya agotadora jornada, exhausta.

Al entrar, un sentimiento de enfado y frustración la invadió al ver el desorden y la mugre que inundaban cada rincón. La pared descascarada y los muebles desgastados solo aumentaron su irritación. Con un suspiro cargado de exasperación, Ellie dejó caer su bolso y, cegada por la ira acumulada, comenzó a golpear la pared repetidamente, sin control, sintiendo cada golpe como una liberación momentánea de su creciente frustración. Cada choque contra la pared parecía una descarga de las tensiones acumuladas durante mucho tiempo. Sin embargo, entre golpe y golpe, una sensación de agotamiento empezó a apoderarse de ella, y sus puños doloridos la hicieron detenerse para tomar aire y reconsiderar su reacción.

La lucha constante de Ellie por controlar su ira y frustración en el instituto se convertía en un desafío diario. A pesar de intentar mantener una fachada de calma frente a sus amigos, sus emociones, intensas y salvajes, a menudo escapaban a su control. En esos momentos, recurría a vídeos de yoga en YouTube, una especie de salvavidas digital en medio del caos emocional que la embargaba.

Las sesiones de terapia eran un lujo que su bolsillo no podía permitirse, y aunque ella se empeñaba en afirmar que no las necesitaba, esa negación era solo un disfraz, una mentira dolorosa que se repetía a sí misma. Al regresar a su destartalado apartamento, su rostro se deshacía de esa sonrisa artificial, revelando a una Ellie completamente diferente: una joven solitaria con un torbellino de problemas que se negaba a afrontar, enterrándolos bajo capas de ego.

Cada día, la batalla interna que libraba Ellie se convertía en una tormenta desgarradora. Sus emociones, reprimidas durante el día, encontraban una salida violenta en su refugio solitario. En ese espacio íntimo, las paredes eran testigos mudos de sus arrebatos emocionales, de la desesperación y la rabia que inundaban su ser. Era la verdad cruda y sin adornos: una existencia marcada por la soledad y un peso emocional insoportable que amenazaba con consumirla por completo.

Respirando profundamente, se dio cuenta de que necesitaba encontrar una manera más constructiva de lidiar con sus emociones y mejorar su situación de vida. Decidió que era hora de buscar soluciones en lugar de permitir que la ira la consumiera.

Un susurro de frustración, "Mierda..." se escapó de los labios de Ellie al escuchar los golpes en su puerta. Ignorando la sangre que manaba de sus nudillos, se aproximó a la entrada y la abrió sin prestar atención a su herida.

-Señora Jones... -comenzó Ellie, interrumpida por la casera antes de que pudiera terminar.

La casera, la señora Jones, era una mujer de aspecto austero y mirada penetrante. Tenía el cabello plateado recogido en un moño apretado que evidenciaba su edad, su rostro arrugado reflejaba una seriedad implacable y sus ojos, detrás de unas gafas pequeñas y ovaladas, parecían escrutar cada rincón con agudeza. Vestía un conjunto de chaqueta y falda gris oscuro que parecía haber sido su uniforme desde hace décadas, otorgándole un aire autoritario y rígido que no dejaba lugar a dudas sobre su papel como casera.

-Señorita Miller, lleva dos días de retraso en su pago mensual. Si no lo realiza antes del mediodía de mañana... -advirtió la mujer de edad avanzada con tono firme.

-Va a desalojarme, lo sé. -murmuró Ellie, acariciándose la sien. La pelirroja no estaba de humor para lidiar con la insistencia de su molesta casera.

-Además, los vecinos se quejan de usted. -continuó la señora Jones, desatando un torrente de emociones reprimidas en Ellie. -Agradeceríamos que dejara de golpear las paredes antes de que derrumbe todo el edificio.

Ellie sintió cómo su paciencia se agotaba hasta límites insospechados mientras la anciana continuaba enumerando las quejas. Antes de que pudiera seguir, la pelirroja cerró la puerta en su cara. Un suspiro exhausto escapó de su pecho, sumida en la fatiga de una realidad abrumadora.

Después de cerrar la puerta en la cara de la señora Jones, Ellie se dejó caer con desánimo sobre su colchón, sintiendo la dureza de sus circunstancias. Sus puños heridos aún goteaban sangre, pero eso era lo de menos en comparación con la lucha diaria que enfrentaba para mantener un espacio que apenas se podía llamar hogar. La frustración y la sensación de impotencia se acumulaban en su interior, y la falta de opciones viables la llevó a reflexionar sobre la urgencia de cambiar su situación antes de que fuera demasiado tarde.

El apartamento de Ellie era un espacio pequeño y desolado. Las paredes descoloridas estaban marcadas por el paso del tiempo y los muebles, desgastados y de aspecto desaliñado, apenas cumplían su función. El suelo manchado mostraba señales de descuido, mientras que el colchón raído en una esquina representaba el único mueble que pretendía ser cómodo.

El techo, con algunas manchas de humedad, daba testimonio de la falta de mantenimiento del lugar. La cocina era diminuta y estaba abarrotada de utensilios desordenados y electrodomésticos viejos que apenas funcionaban. La sensación general era de abandono y desorden.

Sin importar cuánto anhelara Ellie dejar aquel lugar, abandonarlo no era una opción fácil. La brecha entre las palabras "decir" y "hacer" era vasta, especialmente cuando su única tabla de salvación para no terminar en la calle era su empleo como cajera en el supermercado del barrio. El sueldo apenas y le alcanzaba para subsistir, eso sin contar la generosidad de la señora Jones, quien le otorgaba un descuento considerable en el alquiler del apartamento, limitaba sus opciones a prácticamente nada.

El agotamiento la envolvía, al borde de caer rendida en un sueño profundo, cuando su teléfono vibró interrumpiendo la pesadez del cansancio. Lo tomó con desgano, solo para encontrarse con una notificación en la pantalla. Sin percatarse, una sonrisa tonta se dibujó en su rostro al leer el nombre que parpadeaba en la pantalla del teléfono.

[Nuevo Mensaje]

GᗩᗷᗷY

Holaaa Amigui :D

[Responder] [Marcar como Leído]

Decidió entrar al chat y hablar un poco con la polaca, tal vez eso la animaría.

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GᗩᗷᗷY

Hoy

Holaaa Amigui :D

Hola Gabby

Como estas? Te vi algo rara en la salida, esta todo en orden?

Gracias por preocuparte, pero estoy bien

De verdad?

De verdad :)

Ok! Solamente quería agradecerte por ser tan buena conmigo hoy, amigui <3

Sería raro si no jaja eres una buena persona Gabby

Tu también eres una buena persona Ellie

Mmm tu crees
Por cierto, gracias por llevarte mi chaleco para lavarlo
No tenias que hacerlo, me siento mal 😅
Te devolveré el tuyo mañana, gracias por haber sido tan amable conmigo

Está bien! No te preocupes a mi me gusta mucho lavar :] también te lo llevo mañana

Y si! Eres super buena
Estas ocupada o podemos seguir hablando? Te molesto?

Na, esta bien. Pero me duelen un poco los nudillos al escribir

Porqué??

Ah, solo golpeé un poco la pared en un ataque de ira
No es para tanto :)

Qué?! Y por qué golpeas paredes?! Eso te lastimará! No lo vuelvas a hacer xfa :((

Tranquila, Gabby, estoy bien

No lo estas, que dirían tus padres si te vieran?

No vivo con ellos

Ou.. perdón

Calma, esta bien
Ellos no me importan mucho que digamos, y el sentimiento es mutuo

Como sea, mejor háblame de ti 🫠

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El consuelo que Ellie hallaba al conversar con Gabby era innegable, una brisa tranquilizadora en medio de su turbulencia emocional. Sin embargo, a pesar de sentir esa calma reconfortante, Ellie se mantenía renuente a desvelar la totalidad de sus sentimientos y pensamientos. Por su parte, Gabby, respetuosa de los límites invisibles que Ellie establecía, optaba por no adentrarse en cuestionamientos incómodos.

Esa noche, entre charlas que abarcaban un abanico de temas, el sueño se adueñó de Ellie cerca de las dos de la madrugada. Sin embargo, Gabby se vio incapaz de entregarse al reposo: la emoción de haber encontrado a alguien con quien compartir había encendido una chispa en su corazón. Era la primera vez que sentía una conexión tan genuina, y esa sensación la mantenía despierta, expectante ante la posibilidad de una amistad sincera.

Con el anuncio del gallo al amanecer, un nuevo día se asomaba en el horizonte. Ellie se hallaba preocupada por la cercanía emocional que podía estar desarrollando con Gabby, una sensación tanto reconfortante como aterradora.

Mientras tanto, Gabby, imbuida por la necesidad desesperada de aferrarse a la primera persona que mostrara interés en ser su amiga, se encontraba emocionalmente despierta, anhelando que la amistad recién nacida se fortaleciera y perdurara en el tiempo.

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Los problemas de ira de Ellie son algo serio, prometo que con el tiempo explicaré más a detalle los motivos de esto y el pasado de cada uno (más que nada, el de Jake y Tom)

Y para los que se preguntan por qué no han sabido nada de Ruta, no se preocupen porque lo entenderán... Muy pronto 🤭

Por cierto, no sean culeros y lean mis anuncios en mi perfil para que estén al tanto de las actualizaciones javdkdhdkd

Los quiero, Nos vemos~

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