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K. Nahyun

     —Debes de ser Nahyun —Habló la chica que estaba atada a la pared.

     Me giré un poco confundida, aliviada, molesta, asqueada, mentalizandome que esto no era nada y que vendrán cosas peores.

     Asentí en respuesta.

     —Tú debes de ser la esposa de Jin —Sonreí al igual que ella, juraba que me veía como su salvación.

     Era una mujer hermosa, ojos claros que a lo lejos se veían azulados, cabello de color amarillo bastante largo y alisado, por sus rasgos, ella no era asiática, más bien parecía latina de estatura promedio y piel blanquecina.

     —Sí, soy Elizabeth Taylor. La esposa de Seok Jin. —Sonrió y se removió en donde estaba— ¿Sabes cómo está él? —Preguntó con esa típica mirada, esa mirada en la que denotas interés.

     —Seok Jin, es mi tío. —Abrió levemente su boca— Está muy preocupado por tí. También está muy molesto con Jung Kook, por no salvarte aquel día —Comenté distrayendo su mente.

     —No es su culpa, su padre es un hombre muy poderoso. —Hizo una pausa— ¿Sabes cómo está mi bebé?--- Sus ojos se iluminaron al hacer tal pregunta, esperando a que le dé una buena respuesta.

     —Está grande y muy fuerte, se parece a ti —Mentí. Ni sabía cómo se llamaba la pequeña.

     Una lágrima rodó por su mejilla, se notaba feliz y emocionada. Sé que dentro de poco podrá estar con su esposo y su hija, al igual que Suni, podrá vivir en paz con su mamá y su hermano.

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J. Jung Kook

Actualmente;

     —No te veo, Kimball —Me escabullí por el gran jardín, intentando burlar la seguridad que tenía mi padre.

     —Estamos detrás de los grandes arbustos —Susurró a través del teléfono.

     —Voy para allá —Como pude y sin hacer ruido caminé hacia ellos, a donde los grandes arbustos que caracterizaban la entrada principal.

     —Señor Jeon —Rigsby hablo mientras estrechaba mi mano.

     —Señor Wayne, me alegra verlo con vida —Debía aceptar que a veces me hacían mucha falta.

     —Igualmente, señor.

     —¿Qué pasó con Seung? —Pregunté. No quería un infiltrado en mi equipo.

     —Hice lo que tuve que hacer, para hacerlo desaparecer —Dijo Evans uniéndose a la conversación.

     —¿Y eso fue? —Estaba consciente de que eso pasaría.

     —Mi bala atravesó su cabeza, Señor —Puntualizó Smith de manera poco sutil.

     Suspiré pesadamente.

     —¿Qué les he dicho sobre ello? Si no es necesario matar a esas personas, no lo haremos. —Giré los ojos y me concentré en mi objetivo— ¿Cuál es el plan? —Pregunté viendo hacia la casa, habían muchos hombres armados protegiendo la misma.

     —Tengo hombres en la parte trasera. —Aportó Evans con total seguridad— Debemos disparar justo en la cabeza, señor Jeon —Lo que dijo, hizo que se me erizara la piel.

     —¿Es necesario matarlos a todos? —Pregunté alzando una ceja.

     —¿La quiere viva o muerta? —Preguntó Kimball cruzándose de brazos.

     —Las quiero vivas —Contesté.

     —¡MR. JEON, SAL QUE TENEMOS QUE HABLAR! —Esa voz. Conocía esa voz.

     —¿Quién es ese? —Cuestionó Smith, mirando hacia donde estaba parado el personaje.

     —¡ÁBREME LA MALDITA PUERTA! ¡SAL Y SÉ UN HOMBRE! —Volvió a gritar.

     Está buscando que lo maten.

     —¿Señor? —Me llamó Rigsby, tocando mi hombro— ¿Lo conoce? —Asentí con la cabeza.

     —Es Jin, el hermano de Namjoon.

     Todos rodaron los ojos.

     No podíamos dejar que Mr. Jeon, matara a Jin.

     —No me jodas —Expresó Evans algo enojado.

     Era bastante inesperado, ¿Por qué no dejó que los profesionales hicieran su trabajo? Era menos riesgoso.

     —¿Qué quieres, Kim? Estoy harto de que aparezcas de esa forma a mi propiedad —Dijo mi padre con mucho fastidio. Se notaba que estaba enojado.

     —Quiero a mi esposa y a mi sobrina, ¿Qué no te cansas? —No debió preguntar aquello.

     Mr. Jeon, sólo rió y eso no era bueno, nada bueno.

     —James, has tu trabajo —Dió la orden a uno de sus guardaespaldas.

     —Es nuestro turno —Advertí con tiempo, sacando el arma y apuntando hacia ese tal James, debía morir.

     Aunque suene raro, nadie toca a Jin.

     —¿Qué hará? —Preguntó Rigsby un segundo antes de que disparara el arma y apretara ese gatillo sin compasión.

     Justo en la distancia que estaba y gracias a mi gran puntería, dí justo en el blanco, su cabeza.

     —¡SEÑOR, ADENTRO! ¡NOS ATACAN! —Gritó uno de ellos.

     Jin sólo se tiró al suelo, tapando su cabeza con las manos, era lo típico que hacías cuando habían disparos al azar en algún sitio.

     —Es hora de actuar —Salí de nuestro gran escondite junto a mi equipo.

     —¡Ahí están! —Uno de ellos nos señaló y empezó el juego.

     Al verlos alarmarse, apunté a uno de ellos con mi arma y sin fallar le dí en la cabeza, habían alrededor de quince hombres armados; me sentía orgulloso, tenía una muy buena puntería.

     Kimball, Rigsby, Smith y Evans al igual que yo corrimos a salvar a Jin que se encontraba aún en el suelo asustado, temblando y sin pensarlo Kimball junto a mí, nos acercabamos a él, mientras Rigsby, Smith y Evans apuntaban a aquellos hombres, resguardando nuestras espaldas.

     —¿Todo está bien? ¿Te hirieron? —Pregunté preocupado.

     Su mirada me lo dijo todo, estaba destrozado y sobre todo, desesperado.

     Kimball ayudó a Jin a levantarse del suelo, no era fácil salir de las garras de ese hombre tan malo, desquiciado y despreciable, pero debíamos sobrevivir ante ello, si no, ¿Qué sería de nosotros si no lo intentabamos?, teníamos un porque en esta casa, no podíamos dejar que Mr. Jeon se saliera con la suya.

     —Señor debemos proseguir —Rigsby habló con voz firme, aún apuntando hacia esos hombres.

     Un movimento en falso y éramos la cena, ellos comenzaron a disparar y nosotros no nos podíamos quedar atrás, matando poco a poco a cada uno de ellos.

     Al matarlos a todos ingresamos a la casa, la puerta no tenía seguro ni le habían pasado llave, ya era el momento de atacar, pero no había ningún hombre a la vista.

     Cada uno de nosotros apuntaba hacia un lugar distinto por si los hombres de Mr. Jeon nos quisiera emboscar, pero sólo noté algo fuera de lo común, un objeto no identificado se acercaba hacia nosotros... al detallarlo mejor, tuve que gritar.

     —¡GRANADA, CORRAN! ¡AL SUELO! —Antes de que explotara observé a cada uno de ellos correr en dirección opuesta a la futura explosión, también hice lo mismo.

     La granada explotó volando todo a su paso. Habían escombros por todo el suelo, una mesa que estaba allí voló golpeándome fuertemente, tumbandome al suelo de golpe y sintiendo un gran dolor; un trozo de madera había atravesado mi hombro, intenté no llorar y menos pensar en el dolor.

     —El dolor es psicológico —Repetía una y otra vez en mi cabeza.

     Sólo me importaban mis hombres, la verdadera familia que he tenido todos estos años, los que han cuidado de mí, los que se han preocupan por mí, los que darían la vida por mí, los que sacrificarían todo por mí, no podía dejarlos morir.

     —¿Están bien? —Grité poniéndome de pie. No era fácil, quizás un poco de la pérdida de mi sangre era el culpable del mareo que sentía en el momento.

     Escuché como algunos escombros eran levantados del suelo, haciendo bastante ruido y haciéndome entender que estaban vivos, quizás algo maltratados, pero no heridos.

     —Señor, estamos bien —Respondió Rigsby.

     Los miré con una sonrisa de lado, mientras Evans se apresuraba junto a su arma, para revisar el pasillo.

     —Limpio —Gritó. Todos se apresuraron, menos Jin.

     Miré hacia todos lados intentando visualizarlo, pero para mí desgracia no lo veía.

     —¡Prosigan ustedes, sigan el plan! —Grité. Kimball sólo asintió y siguieron su camino, en busca de mi hermana, mi novia y la esposa de Jin.

     Sólo pasaban cosas por mi cabeza. Jin no podía hacerme esto, no podía morir así no tan cerca de recuperar lo que tanto había luchado por años, no tenía porque terminar así.

     Como pude lo busqué desesperadamente entre los escombros, solo quería que diera señales de vida, no importaba lo que me hizo sufrir años atrás, sólo quería saldar mi deuda, remendar mi error al no salvar a su esposa junto con mi hermana, sólo quería que volviese a ser mi mejor amigo.

     —¡JIN! —Grité al verlo bajo pedazos de sofá.

     —Dile a mi esposa que la amo, —Empezó a decir— que besé a Nahyun sólo por un trabajo, no porque dejé de amarla —Lo interrumpí.

     —¡No me hagas esto! —Estaba muy enojado, veía a mi mejor amigo desplomado en el suelo intentando levantarse, pero le era imposible.

     —Dile que siempre fue y será el amor de mi vida.

     Lágrimas salieron de mis ojos sin permiso. Como pude, quité aquellos escombros que adornaban su cuerpo, había mucha sangre en su camisa, en vez de ser blanca lucía totalmente roja, era de alarmarse.

     —Estarás bien, claro que lo estarás —Me agaché a su altura, tomándolo en mis brazos.

     —Salva a mi esposa —Fue lo único que dijo.

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Me inspiró "Butterfly", "Lights" y "Forever Young" de Bts, a escribir este capítulo.

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Gracias por leer❤️