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J. Jung Kook

Cuatro días después;

     —¡Nahyun, Nahyun! —Gritaba desesperado, había caído en las garras de mi padre.

     —¡Jung Kook! —Seguía corriendo. Seguía su voz, pero por más que lo intentara, no la alcanzaba.

     Maldita sea.

     —Prometí protegerte y no pude cumplirlo. Te juro por mi madre que voy a recuperarte, aunque tenga que dar mi vida para salvar la tuya —Susurraba corriendo en plena oscuridad, a quien sabe dónde.

     Estaba desesperado y más por la gran noticia de que me había dado ¡Íbamos a ser padres! A penas tenía unas tres semanas de embarazo. Pensaba en comprar una casa aún más grande que la suya, en dónde tuviese un gran jardín y donde pudiesen correr los niños todo lo que quisieran; una gran piscina con protector, una sala de juegos y de cine.

     Si fuese una niña la protegería con mi vida; tendría novio cuando muera y sería vírgen toda su vida, ningún hombre es digno de ella. Si fuese un niño, le inculcaré que las mujeres no son un juego y menos un juguete sexual, que cada una merecen respeto, amor incondicional, caricias, atención y que todo se resuelve hablando o teniendo sexo duro en la habitación.

     —¡Nahyun! —Seguí gritando, quizás estaba cerca y así pudiera oírla.

     El silencio en aquel bosque oscuro fue lo único que pude escuchar.

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     —¡Nahyun! —Grité abriendo los ojos y sentándome de golpe en aquella cama.

     ¿En dónde estaba? Era un cuarto de una clínica.

     Miré a mi alrededor, Nahyun no estaba en ningún lado sólo estaba Jinyoung sentado en un sofá durmiendo, que a mi parecer se veía muy incómodo.

     —Auch —Me quejé.

     La cabeza me dolía como no tenían una idea. Llevé mis manos a la misma y tenía una venda en la parte posterior de mi cabeza, ¿Qué me pasó?

     —Jinyoung. —Lo llamé suavemente, pero no se movió, ni sé inmutó— ¡Jinyoung! —Alcé un poco más la voz, pero ni al caso— ¡JINYOUNG! —Grité desesperadamente.

     —¡Jung Kook! —Se puso de pie rápidamente ignorando el susto que le había causado.

     Mi mejor amigo tiene el sueño muy pesadito.

     —¿En dónde está Nahyun? —Pregunté rápidamente.

     —¿No quieres saber cómo está tu madre? —Respondió con otra pregunta.

     Sabía que eran malas noticias.

     —Jinyoung —Alargué su nombre.

     —Te fallé, Kook. —Su semblante estaba tenso— No tenemos la menor idea de donde está. Sus padres están muy preocupados y te hechan la culpa de todo. Tus hombres también lo intentaron e incluso, hirieron a Minho.

     Me sorprendí por sus palabras, ¿Cómo no iba a saber en dónde estaba? Ese era su trabajo.

     —¿Qué mierda me estás diciendo? ¿Qué mientras estaba en esta maldita cama no pudieron protegerla? —Cuestioné— Si la tiene mi padre... No me lo perdonaré jamás —Una lágrima rodó por mi mejilla.

     El dolor que sentía ahora, era el mismo dolor que sentí cuando pensé que mi padre me había arrebatado lo más valioso para mí, mi madre.

     —Debo irme —Arranqué la vía permeable intravenosa, al igual que las sábanas que me cubrían.

     —¿Qué demonios crees que estás haciendo? —Me miró confundido.

     —¿Qué no ves? Iré a buscarla —Me levanté de la cama.

     Necesitaba una ducha y un cambio de ropa, pude notar un bolso lleno a mi lado.

     —No, no y no. Aún el doctor no te ha dado de alta.

---Y a mi me importa una mierda si me la dá o no.

     —¿Por qué es tan importante para ti? Es sólo una jodida niña mimada —Giró los ojos molesto y se cruzó de brazos.

     Vaya arrepintiendo.

     —Porque esa niña mimada como tú le dices, me atrae más que cualquier mujer con la que he estado. —Sonreí como un tonto al ver su rostro en mi cabeza— Puedo decir con seguridad que me estoy enamorando de ella y no sólo porque se entregó a mí, quiero aclarar —Jinyoung no podía creer lo que le decía.

     —Ahora todo encaja, ¿Por eso aceptaste el trabajo? Claro. Ya estabas enamorado de ella —Me quedé estupefacto, ¿Qué análisis fue ese?

     —¿De qué hablas? —Lo miré confuso.

     —A la niña que espiabas en aquel instituto era Nahyun, ¿No es cierto?--- Lo miré algo impresionado.

—Flashback—

Dos años antes;

     Día número seiscientos.

     Descubrí que amaba las rosas y el color violeta, aunque niegue que le gusta y opte más por el negro o blanco; usaba un rico perfume con olor a vainilla ese que puedes percibir a cuadras más atrás y por lo que sé, nunca ha tenido un novio.

     —Señor —Me llamó Minho, interrumpiendo mis pensamientos.

     —Dime, Minho —Él me miraba por el retrovisor.

     —La chica se llama Kim Nahyun y es hija de su mejor amigo, Kim Namjoon —Abrí drásticamente mis ojos, ¿Era una broma?

     —No me jodas, Minho —Me crucé de brazos, mientras la veía a través de la ventana del auto.

     Tenía un gran grupo de amigos. Uno de ellos me hacía molestar de sobremanera la abrazaba a cada rato e incluso, tomaba de su mano.

     —¿Qué sabemos del castaño que siempre la acompaña hasta su casa? —Pregunté frunciendo el ceño.

     —Es Kim Taehyung, señor —Achiné un poco mis ojos, visualizandolo con mucha rabia.

     —¿Qué es de ella?

     —Su hermano, señor Jeon —Respondió y sin darme cuenta ambos no estaban en la acera, los había perdido de vista.

—Fin del flashback—

     —¿Entonces? Estoy esperando una respuesta.

     —Es complicado —Contesté.

     —Te conozco mejor que a mi propia mano. Jamás has sido gentil y menos con una mujer. —Alzó una ceja, insinuando que tenía razón— ¿Ir a una cita? ¿Tú? —Rió— Eso jamás, Jeon. Sólo esperabas a la mujer perfecta.

     —Quizás —Respondí caminando en dirección al baño.

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¿Qué tal?

Quiero decirles, que esta historia está llegando a su fin... La voy a extrañar mucho 🙈