
➵┆Cᴀᴘ. 43┆ғʟᴜɪᴅᴏs ᴄᴏʀᴘᴏʀᴀʟᴇs.
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K. Nahyun
09:45 AM
—Estás loco, tus amigos están allá abajo —señalé hacía el suelo, indicando el primer piso.
—¿Y? No nos escucharan —alzó las cejas pervertidamente, como si fuese una gran idea.
Rodé los ojos, pero no pude evitar una leve sonrisa que traicionaba mi intento de mostrar desinterés. Sus manos se posaron firmemente en mi cintura, atrayéndome aún más hacia él. La calidez de su cercanía y la intensidad de su mirada me hacían imposible mantener cualquier fachada. Aunque trataba de disimularlo, mi respiración se hizo un poco más lenta, como si mi cuerpo reaccionara involuntariamente a la electricidad que parecía llenar el aire entre nosotros.
—¿Sabes que podrías ser un poco menos encantador? —murmuré, intentando recuperar algo de control sobre la situación, aunque mi tono traicionaba el leve nerviosismo que ahora me invadía.
Le di un beso suave en la mejilla, un gesto que parecía atraparlo por sorpresa por un breve instante. Sus manos se quedaron suspendidas en el aire mientras yo me despegaba de él con calma y me dirigía hacia el baño. Mis pasos resonaron ligeramente en la habitación, y mientras me alejaba, sentí su mirada siguiéndome, como si intentara descifrar cada uno de mis movimientos.
Entré al mismo y comencé a desvestirme lentamente, esperando que por esa puerta apareciera Jung Kook, robándome un beso hasta quedarnos sin aliento, ahogando algún gemido, mientras tocaba mis pechos y baja su mano a mi parte más íntima, pero ese momento tan íntimo y caliente no llegó... Así que solo procedí a bañarme y meterme a la regadera.
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J. Jung Kook
Entre ser y no ser, decidí no ser yo mismo y seguir mis instintos de hacerla mía en la ducha de mi baño, en mi casa, lo que siempre he querido desde que lo hicimos por primera vez.
Caminé en dirección a la salida de la habitación, pero algo me detenía, el deseo de tenerla podía ser, simplemente, porque no puede irse de mi casa sin hacerlo conmigo antes, así que retrocedí y caminé hacia la puerta del cuarto de baño, giré la perilla y por suerte la niña no le había puesto el seguro a la puerta.
Gracias a todos los Dioses.
Mi pulso empezaba a acelerarse, como si estuviese haciendo algo ilegal y me fueran a descubrir, podrían encerrarme por ello, porque aunque así era, se podía empezar a notar una gran erección al escucharla gemir ¿Mi nombre?
—Jung Kook... Ah... —gemía bastante alto.
Llamando aún más mi atención y el deseo de abrir esa puerta, hacerla mía y que se venga muchas veces encima de mí.
Abrí más la puerta sin hacer ruido e ingresé al baño. Dentro de el había un gran espejo, un doble lavamanos, una bañera y al fondo una gran ducha con una mampara de vidrio, que sólo permitía observar el contorno de su hermoso cuerpo, alimentando mis ansias de entrar y penetrarla.
—¿Kook, eres tú? —preguntó intentando verme a través del vidrio.
—Sí, princesa —contesté inmediatamente con una sonrisa. De seguro me invitará a entrar.
—¿Qué te dije sobre entrar? Puedes salir, por favor —me pidió dándome la espalda.
Quedé boca abierto y perplejo ante sus palabras.
—¿No necesitas algo? —pregunté. Tenía esperanzas de que me invitara a entrar y no las perdería tan fácilmente.
—No, pero ¿Puedes enjabonarme la espalda? Es que no llego —abrió un poco la mampara y estando espaldas a mí me alcanzó la esponja con su mano, junto al jabón líquido.
—Claro, preciosa —me acerqué lentamente y tomé ambas con la mano derecha e hice lo que me pidió.
Contemplé a Nahyun desde los pies, subiendo por sus hermosas piernas, fijándome en sus redondos glúteos, su espalda, hasta terminar en su cabello largo, bastante mojado.
—¿Te he dicho que tienes un hermoso trasero? —sentí que se tensó. No despegué mis manos de su espalda, mientras hacía lo mío.
—¡Jung Kook! —me llamó por mi nombre, en forma de regaño— Apúrate, ¿Quieres? Debo volver a casa, mi familia debe de estar preocupada, ya que no fui a clases y no dormí en casa —me recordó.
Namjoon iba a matarme, eso era seguro.
—Hago lo mejor que puedo —tomé el jabón que anteriormente me había dado y bajé un poco mis manos junto a la esponja a su trasero.
—Kook.
—Será rápido, lo prometo —volví a subir e intenté acariciar sus redondos, firmes y adecuados pechos.
—Jung Kook.
—Prometo que quedarás limpia —la ingresé un poco más adentro de la ducha, para poder entrar con ella.
—¿Crees que no sé lo que haces? —su voz enojada era música para mis oídos.
—¿Qué crees que hago?
—Quieres excitarme...
—¿Segura? Sólo te enjabono —la rodeé con mis brazos, pegando mi pecho a su espalda. Mientras sentía mi gran erección— Tú sí querías hacerlo, mientras gemías mi nombre... —susurré en su oído.
—Estás loco —la ignoré y con mis manos jugaba con sus pechos.
—J-jung K-kook, n-no —decía con palabras entre cortadas— Por favor, para, hay personas abajo y sabes que mi punto débil... son mis pechos —intentó alejar mis manos de sus pechos, pero lo evite.
—Lo sé —ausurré erizando su piel— ¿Así te gusta? —seguí acariciando sus senos, pellizcando sus pezones.
—¡Sí, Kook... Sigue! —pedía una y otra vez, encendiendome.
Con movimientos acelerados y descontrolados proseguí, mientras ella seguía de espalda a mí, rozando su trasero con mi miembro... ese roce hizo que la girara para admirar ese cuerpo de Diosa que a mi parecer debía estar en todas las revistas, la televisión y en los concursos de bella para ser contemplado, pero sólo podría ser tocado por mí.
Ella se mordía el labio, mientras miraba mis labios con deseo, bajando su mirada a mi pantalón, fijándose en mi gran erección.
—Tienes un gran problema allí... —señaló con deseo— Deberías de deshacerse de esa ropa, para encargarme de ese problema —mordí mi labio inferior y como si ella hubiese encendido algo en mí, comencé a desnudarme.
Saqué mi camisa, luego mi pantalón junto al bóxer, dejando a mi gran mástil al aire que ya estaba duro y a punto de estallar, ya que estaba fuera de su cárcel.
—No me cansaré de verlo —sus ojos irradiaban deseo, aún más al ver mi miembro erecto— Siemplemente, la tienes enorme —sonreí, me sentía orgulloso de él.
—Todas dicen lo mismo, que jamás podrán olvidarlo —ella bufó y se cruzó de brazos ante mis palabras halagadoras.
—No es gracioso, Jung Kook —se dió la vuelta y abrió la regadera para seguir bañándose.
Yo solo reía.
—Ven, princesa —tomé su manoatrayendola hacía mí, chocando con mi pecho, rozando mi miembro—. Ayúdame —la miré a los ojos y uní nuestros labios sin pensarlo, mientras ella con una de sus manos, tomó mi gran mástil, acariciandolo, subiendo y bajando su mano, me encantaba su tacto.
Al separarnos, la pegué contra la fría pared de baño con el rostro junto a el, separando un poco sus piernas, así podría recibirme su intimidad. Guíe mi miembro a su entrada y empecé a penetrarla, impulsandome de su cinturita de infarto, al igual que besaba su cuello y espalda. Para facilitarme la entrada se inclinó un poco, apoyándose a la pared con sus manos.
—¡Más, Kook, más! —pedía a gemidos. Uno tras otro.
Como me vuelves loco, niña.
Mi miembro resbalaba bajo el agua, mientras entraba con suavidad en toda su intimidad. Sólo unos minutos bastaron para que ella gritara de placer al mismo tiempo que vivía un orgasmo vaginal de gran intensidad.
Llegamos juntos al clímax, estaba realmente excitado, había llegado al orgasmo mucho antes de lo que pensaba, esa niña me excitaba tanto. Cuando acabamos, nos abrazamos bajo el agua, la besé en la frente y dejamos que ésta se llevara todos nuestros fluidos corporales, dejándonos totalmente limpios y relajados.
¡Volví señoreeeesss!
¿Quién me extrañó?
Lo siento por hacerlos esperar, espero y les guste este nuevo capítulo♥️
Cualquier error, lo corregiré luego♥️💕
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Mis bebés bello, como siempre.
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Corregido: 19/04/2025
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