➵┆Cᴀᴘ. 37┆ʙɪᴘᴏʟᴀʀ (ᴘᴀʀᴛᴇ #3)
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K. Nahyun
Soltó grandes carcajadas en respuesta a mis palabras.
—Te tengo como quiero, ¿Sabes no? —Soltó con voz coqueta. Suspiré pesadamente, él tenía razón y me había metido hasta el fondo como una tonta— No te resistas, sé que quieres —Sentí como sonrió, su respiración chocaba contra mi nuca.
Minutos así, mientras el degustaba mi cuello recordé la escena de una película en donde la chica practicaba defensa personal, ya que su ex-esposo la golpeaba, pero ni modo me iba a salir igual, no tenía siquiera algún entrenamiento. Como pude me liberé de su agarre, ya que estaba tan concentrado en mi cuello que tomarlo por sorpresa era pan comido, dejándolo un poco atontado, quería golpearlo en la cara, pero tenía un rostro demasiado hermoso como para ser estropeado, así que opté por patearle en la entrepierna.
Gracias cerebro.
—¡HIJA DE...! —Jung Kook estaba arrodillado en el piso del ascensor, retorciéndose de dolor.
—Planta baja —Anunció el ascensor y sin pensarlo, corrí hasta la entrada principal de la clínica sin mirar atrás.
Al llegar a ella y esquivar algunos de los empleados de Jeon, crucé la calle, ignorando que gritaban mi nombre desesperadamente, pero para mí mala suerte, el auto tenía seguro y maldije por lo bajo, ¿Cómo era posible que me hiciera esto? Ahora de seguro se dará su postín para salir por esa puerta. Se nota que no salió como su mamá: amable, sincera a mi parecer, honesta, entre otra cualidades, si no con unas muy similares a la de su progenitor.
Visualicé aquel monumento salir por esa puerta con las manos en su miembro, claro que por encima de la prenda de vestir, miró hacia los lados y cruzó la calle, llegando de forma silenciosa a mí.
Maldita sea.
—¿Fue muy divertido? —Preguntó frunciendo el ceño, estaba muy enojado— Casi nos dejas sin hijos. —Comentó sin gracia, pero para mí fue muy cómico, el problema, es que él no tendrá esos hijos conmigo— No te rías, fue muy doloroso —Se alejó de mí y se dirigió a la puerta del piloto, quitando el seguro y subiendo de golpe al auto.
—No te quejes tanto, Jung Kook. Pareces un llorón —Dije alzando los hombros sin importancia.
—¿Qué no me queje tanto? ¿Llorón? —Soltó una carcajada de miedo— Me las vas a pagar, Nahyun —Encendió el auto y lo puso en marcha.
Al parecer tenía prisa.
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Veinte minutos más tarde, él estacionó el auto a un lado de la carretera tomándome por sorpresa, lo miré un poco asustada y tenía una cara muy perversa en aquel precioso rostro, asumí lo peor y no me equivocaba, se desabrochó el pantalón junto a la correa y bajó un poco este dejando ver su bóxer de color gris y su gran erección, metió su mano en el y sacó su gran mástil, sólo miraba lo grande e hinchado que estaba.
Mierda y más mierda.
—Si no tienes sexo conmigo ahora, te bajas del auto y te vas caminando a tu casa. —Miró su reloj de muñeca y me dedicó una sonrisa pícara— Serían dos horas caminando hasta llegar a tu casa —Él se sentía victorioso, pero esto apenas empezaba.
—Prefiero irme caminando a casa que tener sexo contigo, debes tener cualquier enfermedad de transmisión sexual —Lo miré de arriba hacia abajo e hice el ademán de abrir la puerta, pero pensándolo bien era demasiado recorrido para mí, no hacía ningún deporte e iba a tardar más que eso.
—Tuvimos relaciones sin protección, tanto tú como yo, tenemos las mismas enfermedades, ¿No crees? —Rió ¿Cree que la vida es un maldito juego?— Pero tranquila, aún te faltan un poco más para terminar tu colección —Giré los ojos y me removí en el asiento, no iría caminando hasta mi casa.
Su trabajo era llevarme a casa segura.
—Será rápido —Aseguré.
Acerqué mi mano a su miembro comenzando a acariciarlo lentamente, mientras que Jeon gruñía.
—S-sigue a-así —Sus palabras se entrecortaban, indicándome que hacía un buen trabajo.
Movió su mano del volante a mi camisa, tocando por encima mis senos haciéndome gemir ante el tacto, él sabía cómo tocar a una mujer y dominaba el arte del placer. Acercó su cabeza a mi pecho, desabotonando mi camisa, algo nervioso o desesperado por ver mis senos con un hermoso sostén de encaje, ví como mordió su labio inferior y sacaba uno de ellos de la lencería, metiendo uno de mis pezones a su boca.
—T-te... o-odio —Solté con palabras entrecortadas, jamás me había sentido tan bien.
Aumenté el ritmo de mi mano, sintiendo el líquido preseminal en mis dedos, sabía que le faltaba poco para correrse en ella, bajó una de sus manos de mis senos, recorriendo mi abdomen hasta llegar a la tela de mi falda, por instinto abrí mis piernas y siguió su camino hasta el interior de ellas, tocando por encima mi intimidad.
—Estás tan mojadita, princesa y apuesto que estarás muy estrecha —Soltó introduciendo uno de sus dedos en mi interior, robándome un gran gemido.
Aumentó el ritmo y número de dedos o dígitos en mi interior, hice lo mismo, hasta que sentí una de sus manos apartar la mía de su miembro.
—Aún no —Dijo contra mi pecho, sintiendo su aliento chocar contra mi piel, erizando la misma.
Para mi desgracia, yo me corrí en sus dedos, soltando un gran gemido al final, elevando mi excitación al ver como lamía sus dedos con mi escencia. Jung Kook dió una serie de golpes leves en su pierna con la palma de su mano, indicando que me sentara en él, me pedía de forma directa que lo cabalgara. No puse resistencia y menos me opuse, como pude me senté encima de su regazo, rozando su sexo con el mío, pero antes de autopenetrarme, quería sentir esos carnosos labios, si no fuera tan jodidamente sexy, no hiciera todo esto con gusto y más que todo, con las ganas que le tenía.
—No me mires así o me vendré sin haberte penetrado — Dijo en tono casi audible.
Patán.
Ignoré lo que había salido de su boca y junté nuestros labios. Nuestro compás era algo melodioso y bastante deseoso, hasta que introdujo su lengua en mi cavidad bucal, abusando de la misma, peleando con mi lengua solo por el control total, pero no podía más, me levanté un poco y tomé su miembro con una de mis manos, conduciendolo a mi entrada y sin pensarlo, me senté en él soltando un gemido ahogado desde lo más profundo de mi garganta.
Comencé a moverme desenfrenadamente, estaba realmente excitada, él me ponía de esa forma tan cachonda. Luego de unos quince minutos cabalgandolo y escuchando sus grandes jadeos junto a mis gemidos, era melodía para cualquier pervertido, escuché lo que cualquier mujer quisiera escuchar.
—Me vengo... —Anunció jadeando.
Aumenté aún más mis movimientos, también quería venirme junto a él.
Al cabo de unos minutos, el deseado orgasmos llegó para ambos, estaba agotada, sólo decidí recostarme en su pecho, él con sus manos acariciaba mi espalda y depositó un beso en mi frente como pudo.
—Gracias —Fue lo único que dijo antes de encender el auto.
Fue por obligación.
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¿Qué hubiesen hecho ustedes? ¿Se irían caminando?
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Hermoso VKook😻💕
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