➵┆Cᴀᴘ. 29┆ʜᴀ́ᴢʟᴏ.
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K. Nahyun
—No puedo respirar —Intenté decir, pero no quitó su mano, ni se inmutó, sólo introdujo uno de sus dedos en mí, dejándome paralizada y asqueada de mí misma.
—¡Nahyun! —Se abrió la puerta de golpe, dejándome ver a un Jung Kook preocupado, haciendo sobresaltar a su vez a Alessa, que por la impresión por fin terminó quitando su mano de mi cuello. Empecé a retomar el aire con mucha fuerza, estaba desesperada, mis pulmones y mi cuerpo pedían a gritos el tan deseado oxígeno— ¿Estás bien? —Me miró preocupado, ignorando que Alessa estaba en frente de mí, con un dedo más allá de dónde cualquier persona puede mirar.
—Tan sólo nos divertíamos, ¿Te quieres unir? —Jung Kook la miró furioso sin dedicarle una palabra, la empujó y sacó su mano de mi interior, se acercó a mí y me cargó como una princesa, como si de una historia de un secuestro con final feliz se tratase.
—Gracias —Le susurré en su oído.
Él sólo me sonrió, se dió la vuelta y caminó en dirección a la puerta, terminando por fin ésta tortura.
—No sabía que ella era más importante que tu madre, que lástima, tanto tiempo que le quedaba por vivir —Jung Kook se detuvo al oír sus irónicas palabras y se giró viéndola con odio a los ojos.
Con tan sólo esa mirada me hacía temblar.
—A mi madre no la metas, ¿Me escuchaste? —Sentía que en cualquier momento Jung Kook estallaría y olvidaría que ella era mujer, en fin de cuentas, terminaría golpeándo a esa perra.
—No, no escuché. Tú sabes que con tan sólo una llamada, puedo hacerla desaparecer, —Sonrió con burla y malicia— pero tu decides, muñecote —Jung Kook bufó y se acercó a ella, estando hasta el borde de ésta situación.
—¿Qué quieres? —Sonaba preocupado, esa mujer no era de fiar y además, tiene la cabeza muy fundida.
—Que violes a Nahyun. —Me paralice mientras hablaba, ¿Era necesario?— Enséñale todo lo que yo te enseñé —Lo miré asustada, no pensaba hacerlo ¿O si? Aunque si fuera mi mamá, también lo haría sólo por salvarla.
—No puedo hacerlo, no le arrebataré su pureza —Su voz gruesa inundó mis oídos, pero me sentiría culpable si a su madre le pasaba algo.
Alessa frunció su ceño y caminó hacia nosotros, susurrandole al oído a mi guardaespaldas palabras bastantes audibles para mí.
—Entonces, tu mamá morirá —Alessa habló y caminó hasta la puerta para cerrarla nuevamente, sacando a su vez a Jung Kook que estaba en su debate mental.
—Házlo —Susurré, yo no quería vivir con la culpa.
—Realmente no quiero hacerlo. —Me miró sin ganas, suspiró y caminó hacia el escritorio que estaba a unos pasos de nosotros— Lo siento —Susurró en mi oído con cierto temblor en su voz.
Aquél infierno comenzó.
Abrió mis piernas, mientras yo cerraba mis ojos con fuerza, centrándome en la buena acción que estaba haciendo, aunque ya sabía que lo que vendría no sería bueno para mí.
Bajó mis bragas junto con mi falda, dejándome expuesta ante sus ojos, podía sentir que me ruborizaba, podría jurar que parecía un tomate. Se agachó para lamerme ahí abajo y ¡Joder! Lo hacía demasiado excitante, olvidándome por completo que esto era una especie de violación y no el chico hermoso que me hacía el amor.
Él hará que me venga pronto en su boca y sería la precoz, en vez de salir un vídeo porno, saldrá un gif.
—¡Ahhg, si! —Gemía Alessa bastante alto— Sigue así JK —¿Por qué demonios lo hacía? Abrí mis ojos y tenía cuatro dedos de su mano derecha en su interior.
Ella estaba tan abierta en su silla, lo más que podía sólo para masturbarse por ver tal espectáculo, como Jung Kook me hacía un excelente sexo oral.
Él se alejó de aquella zona, subiendo poco a poco, desabotonando de a uno los botones de mi camisa. Al desabotonarlos todos, tiró la camisa por algún rincón de la dirección y se acercó peligrosamente a mis pechos, y los mordió, sí, como leen, me mordió el muy hijo de su mamá, me quejé por el gran mordisco h sólo él sonrió con morbo.
—¡Basta, Jung Kook, basta! —Pedía a gritos, pero sabía que no se detendría, ésto era su verdadero ser.
—No parará, no ahora —Miré de mala gana a Alessa, ya tenía su mano entera en su intimidad y ella tan sólo gemía como una perra en celo.
Jung Kook pasó sus manos por mi espalda, ascendiendo hasta llegar al broche de mi sostén, erizando por completo mi piel.
—¡Kook, para! —Le pedí otra vez, pero no lo hizo. Desabrochó mi sostén y lo aventó por algún rincón. Ahora atacaría mis pezones— Me dijiste que si te pedía que pararas, lo harías, ¿Recuerdas?
—Te mintió, niña tonta —Habló Alessa como si la conversación fuera con ella.
—¡Cállate! —Le grité ahogando un gemido desde lo más profundo de mi garganta.
Subió a mi cuello, dejando chupetones en el y posiblemente algunas marcas, gracias a sus mordidas. Tomó mi mano y la colocó encima de su gran erección, era muy notoria y gigantesca. Lo sobé completamente haciendo que gruñera a cada contacto que hacía.
—¡Oh, sí! ¡Me vengo! —Gimió Alessa, como si estuviésemos pendiente de lo que ella estaba haciendo.
Éramos ajenos a la situación.
Ignorandola, Jung Kook bajó la cremallera de sus pantalones y sacó por ahí su gran miembro, me tomó de las piernas y acercándome más a la orilla del escritorio decidió sobarme las piernas desnudas, detallando a su paso lo blanquecina que eran. Antes de penetrarme, metió su mano en el bolsillo del pantalón y sacó un paquete cuadrado, asumía que era un condón.
—¡No! —Gritó Alessa molesta— Te vendrás dentro de ella —Muchas cosas pasaron por mi cabeza, ¿Y si quedaba embarazada?
Por instinto, cerré mis piernas y retrocedí encima del escritorio.
Alessa se puso de pie y tomó mis brazos, inmovilizandome, mientras que Jung Kook tomó mis piernas acercándome nuevamente a la orilla del escritorio y me penetró, haciéndolo sin ningún tipo de cuidado, desgarrándome por dentro.
No lo iba a negar, chillé como nunca antes lo había hecho
—¡Sácalo! —Grité, pero no me hacía caso— ¡Me lastimas! —Ni se inmutó, sólo siguió con lo suyo.
—No puedo, estás tan estrecha —Aumentó sus embestidas a una gran velocidad, no era delicado como lo había sido fue ayer, éste era el verdadero Jung Kook que me aterraba.
Sus embestidas eran muy fuertes y desgarradoras, aunque ya no era virgen, igual me dolía, como nunca antes. Alessa tomaba como le daba en gana mis senos y apretaba mis pezones, muy fuerte. Gemía del dolor, más que todo, no pude evitar soltar algunas lágrimas.
—Muy bien, Kook, lo estás haciendo muy bien —Decía orgullosa, admirando al monstruo que estaba dentro de mi, lo que ella había creado no era ningún niño dulce.
—¡Nahyun... M-me v-vengo! —Sí, señores, sentí un líquido caliente dentro de mí, era muy extraño, pero no desagradable, se deslizaba un poco por mi exterior y mis muslos.
Sin previo aviso salió, dejándome vacía y le rogaba a Dios, mentalmente, para que no lo volviera a repetir. Cerré mis piernas y ambos me soltaron. Me paré como pude sin besar el suelo y tomé todas mis cosas, me las coloqué poco a poco, me dolía todo el cuerpo, los chupetones, las mordidas, los posibles hematomas.
Salí corriendo por esa puerta, hecha un mar de lágrimas, yo no me merecía esto y menos, después de haber perdido la virginidad de la forma más hermosa con la misma persona.
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Como cuando se te va la luz y florece tu inspiración, bueno, tipo así.
Gracias por leer♥️
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