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J. Jung Kook

     —Nahyun —La llamé, quería ayudarla a salir, pero no respondió, siguió aferrada a Jin.

     Me acerqué a ellos despacio, sabía que esa situación iba a traumarle un porcentaje de los próximos días de su vida. Me agaché a su altura e intenté tocarle y sobar su hermana, dándole mi apoyo en un momento crucial para ella, pero su reacción fue muy diferente a lo que tenía en mente.

     Se alejó de mí toque.

     —Nahyun —Volví a hablar, pero ella ni siquiera me miró.

     —¡No me toques, Jung Kook! —Gritó cerrando sus ojos, aferrándose más a Jin— ¡¿En dónde se supone que estabas?! —Estaba dolida y desesperada.

     —No me castigues, sabes que no fue mi culpa que pasara aquello —Me excusé, pero con la verdad, jamás hubiese permitido aquella violación.

     —Sólo no me toques —Dijo abriendo sus ojos, eran tan profundos y hermosos, imposible no perderme en ellos.

     —Vamos, debemos salir de aquí —Habló Jin poniéndose de pie junto a ella.

     Salimos de aquel salón, sabía que sería un problema para ella asistir a clases en los siguientes días, pero ella era una chica fuerte y conmigo a su lado podrá superarlo. Llegamos al comedor en donde Daisy estaba esperando a Nahyun, al vernos se levantó de golpe ¿Y cómo no hacerlo? Su mejor amiga estaba temblando y al borde de las lágrimas; ella corrió hacia nosotros, llegando con la respiración agitada y con el rostro distorsionado.

     —¡¿Qué le pasó?! —Preguntó algo furiosa, quizás ese era su rostro distorsionado— ¡ESTÁ TEMBLANDO, ¿Qué le hicieron?! —Nos miró con el ceño fruncido.

     No teníamos la culpa.

     —F-fue... J-Jeff —Intentó decir Nahyun, tartamudeando un poco.

     —¡¿QUÉ?! —Gritó. Juraría que iba a quedarme sordo— ¡Lo mataré! —Formó sus manos a puños.

     —N-no... Es... N-necesario —Habló Nahyun con dificultad.

     Caminamos en dirección a la entrada de la institución, lo menos que queríamos era estar repitiendo lo sucedido.

    —¡¿CÓMO QUE NO LO ES?! —Daisy estaba muy molesta, se le notaba a leguas, pero no estaba más que yo.

     Quería matar al tal Jeff.

     —Jung Kook, se hizo cargo —Al decir eso me sonrió, sabía que era una sonrisa fingida, pero se la devolví de todas maneras y abrazó más a Jin.

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DOS SEMANAS DESPUÉS

     22:30 PM

     A Nahyun le ha costado más de una semana ser la chica alegre, agradecida, tímida y al mismo tiempo perversa, se la pasa parte del tiempo callada mirando a su alrededor por si el tal maricón venía a lastimarla, pero jamás permitiría que le pasara eso de nuevo, así que busqué el remedio a todos sus males.

     Sí, fuí a su casa y lo amenacé.

     ❝ —Tenían que haber visto su cara, era de miedo —Hablaba el chico por teléfono muy animado con uno de sus amigos.

     Reía muy fuerte haciendo que la sangre me hirviera a temperaturas muy altas y desconocidas para un ser humano.

     —Aunque la niña estaba muy deliciosa, ¿Lo volvemos a repetir? Prometo hacerlo mejor ésta vez —Intenté tranquilizarme para no cortarle la cabeza en ese mismo instante.

     —¡Jeff, es hora de dormir! —Gritaba su madre.

     Podría apostar que era desde las escaleras que conectaba con la primera planta y la segunda, mientras yo me encontraba dentro del armario, esperando el momento ideal.

     —¡Sí, mamá, en seguida voy! —Le respondió alejando el teléfono de su oído para no dejar sordo al que estaba en la otra línea.

     —Chicos, debo irme. —Se levantó de la cama, en dirección a la ventana aún con el teléfono pegado a su oreja— No puedo prometerlo. —Cerró la ventana y se acercó nuevamente a su cama— Adiós —Quitó el teléfono de su oreja y lo bloqueó de inmediato.

     Ahí supe que era mi momento de salir.

     Sin previo aviso abrí las puertas del armario y salí de el, como si fuera un asesino a sueldo, el sujeto se sobresaltó y me miró un poco asustado, estaba aterrorizado.

     —Entonces, ¿Te pareció divertido? —Él negó y se levantó de la cama despacio— Eso no me pareció escuchar y te cuento que tengo un excelente sentido del oído —Sonreí acercándome a él.

     Empezó a retroceder, sentándose de golpe en la cama de nuevo, podía ver como temblaba, su cara estaba pálida como si hubiese visto un fantasma y además sudaba.

     —Aún no me has dado tres razones para no matarte, veo que las heridas que te dejé ya sanaron —Sonreí, disfrutaba verlo de esa forma, con mucho miedo y asustado.

     —S-sí —Tartamudeó.

     —¿Ahora no eres tan hombrecito? —Me acerqué a él, justo a su oído— Dime tres razones para no matarte, tu vida no vale nada. Tú no vales nada —Susurré bastante audible para él.

     —P-Por f-favor —Tartamudeó aún más— No fue mi intención —Se excusó.

     —¿No fue tu intención? —Reí con ganas.

     Él creía que yo era estúpido.

     Saqué una navaja y la pasé por su lindo cuello con mucho cuidado, no quería matarlo sin querer queriendo.

     —Si gritas, te mato. Si hablas, te mato. Si respiras, ¡Adivina! Te mato. —Hice una pausa— Aborrezco a las personas como tú y en mi juicio, se merecen la muerte —Acerqué mi navaja a su cuello, lo más que pude sin cortarlo.

     —No, por favor... Mi mamá me necesita. —Habló con la voz entre cortada— Te lo suplico —Sentía que sus lágrimas estaban a punto de salir y era hora de parar aquel show que había montado.

     Era suficiente.

     —Discúlpate con Nahyun, además harás lo que diga y exactamente como te lo pida, sin excepciones, no me importa si te quedas sin amigos, ¿Quedó claro? —Aclaré retirando la navaja que estaba muy pegada a su cuello.

     —S-sí. —Tartamudeó un poco más tranquilo— Lo prometo —Dijo haciendo una leve reverencia.

     —No me sirve que lo prometa. No de hombres que son capaces de lastimar a una mujer —Dije tomando su mano.

     —¿Qué harás? —Me miró temeroso.

     —Un pacto —Respondí.

     Acerqué la navaja a su mano y corté levemente la primera capa de la piel, saliendo un poco de sangre a su paso.

     —Ahora repite conmigo: Con este pacto, yo, Kill Jeff, me comprometo a seguir las órdenes de RedBlood sin rechistar, ni contradecir las mismas o él se verá obligado a degollar mi cuello —Sonreí esperando a que repitiera.

     —Con este pacto, yo, Kill Jeff, me comprometo a seguir las órdenes de ¿RedBlood? —Hizo una pausa con una risa entre sus labios.

     —¿Qué pasa? —Se me agotaba la paciencia.

     —¿No había un mejor nombre? —Preguntó callando después de ver mi cara, era de disgusto.

     —¡AHORA SÍ!

     —No, ¡Espera! —Hizo una pausa— Me comprometo a seguir las órdenes de RedBlood sin rechistar, ni contradecir las mismas o él se verá obligado a degollar mi cuello —Alzó su mano y luego la cerró.

     —Ahora estamos a mano —Guardé mi navaja en el bolsillo y me alejé lentamente.

     —¿Y ahora?

     —Espera mis instrucciones —Dicho eso, desaparecí por la ventana que él había cerrado anteriormente.❞

     Juro que lo disfruté, aunque degollarlo ahí mismo hubiese sido épico, pero por mis principios y el dolor que iba a causarle a su madre preferí no hacerlo.

     Ese día tenía suerte, pero no sabemos cuánto le durará.

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Oh si, no se me ocurrió un mejor nombre para Jung Kook 🤦

(Estoy molida y trasnochada)

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