➵┆Cᴀᴘ. 15┆sᴀʟ, ᴊɪɴ.
Maratón 1/3
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K. Nahyun
Entró Jin al comedor, el hombre que había conocido en esa habitación, que ahora mi profesor de historia y mi ¿Tío? ¿Pueden haber cosas peores en la vida? Entonces, Jin es el hermano de mi papá, eso podría explicar mucho su apellido.
—Hermanito, te estabas tardando —Le dijo mi padre con una sonrisa, invitándolo a sentarse.
—Siempre llega tarde a los eventos de familia que tenemos o mejor dicho, nunca llega —Especificó mi mamá, tomando de la copa de vidrio con vino tinto.
—Es un gusto conocer por fin a mis sobrinos —Sonrió sentándose en la silla de la mesa. Tragué bastante duro y Jung Kook carraspeó, esperen ¿Qué hace él aquí?
—También es conocido como uno de mis más grandes orgullos —Comentó mi abuela con cierto ego, ¿Qué esa señora nunca se calla?
—Es un placer conocerte, no sabía que mi papá tenía un hermano menor —Fingí una sonrisa, mejor dicho, forcé una sonrisa, no me salía con naturalidad la condenada.
¿De esto me habla Jung Kook? Porque pudo haberme ahorrado la sorpresa, la decepción y vergüenza que traigo ahora.
—Uno de mis hijos era el dueño de la empresa Kim y el otro era el mejor administrador de empresas, ambos hacían un gran equipo, pero Jin se me descarriló en el camino y también se graduó como profesor de historia —Hizo una pausa, tragando el bocado que se había metido a la boca y mejor así, nadie quería escuchar esa aburrida historia.
—¿Más vino?
Se acercó Jung Kook con una botella de vino tinto entre sus manos. Mi abuela asintió y abrió levemente su boca, toda arrugada para hablar de forma poco cortés he de imaginar.
—¿Tú quién eres? —Preguntó directamente mi abuela, sin despegar sus ojos de él.
—Soy Jeon Jung Kook, un empleado nada más —Sirvió vino en su copa de vidrio y se acercó peligrosamente a mí, poniendose detrás de mi.
Él vigilaba aquella escena tan incómoda por encima de mi cabeza.
—¿No quisieras trabajar en mi casa? —Por Dios, abuela. Era suficiente comértelo con la mirada.
Todos ignoramos su gran pregunta, como si realmente ella no hubiese hablado en toda la cena.
A veces me ponía a pensar que les habrá pasado a mis abuelos para ser detestables al hablar, ignorantes al saber y juzgadores antes de indagar o siquiera mirar, ellos pensaban que se estaban comiendo al mundo, cuando realmente, el mundo los escupía de la peor forma por su propia carencia de valores, sentimientos y conocimientos.
La hora de comer había llegado y era muy esperada por mí, mis pobres tripas estaban cantando, pero no precisamente de la alegría.
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—Permiso, debo ir al baño —Mi madre asintió y me levanté de la mesa, haciendo una reverencia frente a todos.
Caminé hasta el pasillo, perdiendome por los escaleras, necesitaba un respiro y uno muy largo.
—¿Cómo haces para fingir? —Esa voz hizo sobresaltarme y pegar un pequeño brinco en mi lugar.
—De la misma forma que tú lo haces. Tú lo sabías todo y te negaste a siquiera decírmelo —Contraataqué, dándole la espalda, para encaminarme en dirección al baño.
Sin mi consentimiento, el tomó fuertemente de mi muñeca, lastimando la misma, haciendo que soltara varios quejidos por el dolor.
—¡Me duele! —Me quejé, no era la primera vez que lo hacía y estaba harta de que lo hiciera.
—Puedes soportar eso y más —Me arrastró hasta el baño más cercano de la segunda planta.
Al entrar, cerró la puerta con seguro y me soltó con fuerza delante de él, arqueando una ceja y posicionando sus manos en las caderas.
—¿Qué es lo que quieres, Jung Kook? —Pregunté alejándome de él, tocando la baldosas con mi espalda.
—Sólo quiero que las cosas estén bien entre nosotros —Decía con un tono bastante sincero y creerle no era una opción para mí.
—¿No hay otra cosa que quieras? ¿Sexo oral o me vas a desvirgar aquí mismo sin más? Que falta de romanticismo —Dije con sarcasmo.
—¿Por qué eres tan inmadura? —Preguntó arqueando de nuevo la ceja.
—¿Por qué eres tan mentiroso? —Me crucé de brazos, la guerra había empezado y sólo era entre nosotros dos.
—Yo pregunté primero —Y todo se fue por un caño.
—Eres mi empleado, no debería concedirte siquiera dirigirme la palabra —No había mejor respuesta que esa.
Jaque mate.
—Juegas sucio, niñita —Susurró con cierta molestia.
—Tú eres un imbécil.
—Y tú eres una...
—¿Nahyun, estás ahí dentro? —Era la voz de Jin, interrumpiendo la no tan interesante conversación.
—Sí.
Fingí estar ocupada dentro del baño, viéndome en el espejo del mismo, mientras abría el chorro del lavamanos, dejando correr el agua.
—¿Puedo pasar? Necesito hablar contigo —Preguntó con voz firme.
Jung Kook me miró con los ojos bien abiertos, no podía creer lo que estaba pasando y todo lo podía ver a través del espejo.
—¿No puedes esperar a que salga? —Quería negarme o le creería todo.
—No. Es urgente, Me urge hablar contigo —Me daba pena su insistencia.
Le hice señas a Jung Kook para que se metiera en la bañera y cerrara la cortina, además de dejarle claro que sí hacía algún ruido iba a patearle los testículos.
—Está bien.
Me acerqué a la puerta, después de esperar que él se metiera en la bañera, quité el seguro y Jin giró la perilla por fuera.
Jin entró de golpe, chocando nuestra miradas de la misma forma, sin pensarlo o quizás el ya lo había practicado en su mente, junto nuestro labios frenéticamente, como si no lo hubiésemos hecho antes. Bajó su mano por mi espalda baja, sin dejar de saborear sus exquisitos labios, sus manos traviesas llegaron a mi trasero, masajeando el mismo, no sé el porque, pero me excitaba que lo hiciera, no estaba en mis cabales.
La cuestión subió de intensidad, tomándome de la cintura para sentarme en la encimera del lavamanos con mucho cuidado de no romper las esculturas caras que mi mamá había puesto en ella. Algo invadió mi cabeza y era que él es mi tío, estábamos cometiendo un incesto involuntario.
Lo separé de mí, colocando mis manos en su pecho, alejandolo de mí.
—¿Qué haces? —Lo miré a los ojos suplicante— ¡ERES MI TÍO! —Grité, aún no podía creerlo.
—¿Y? —Dijo indiferente— ¿Te molesta que lo sea? —Relamió sus carnosos labios.
—¿Por qué no me dijiste? —Ignoré esa acción tan excitante de ver.
—No lo sabía.
—¿Crees que me comeré ese cuento? —No te alteres, no te alteres. Me alteré— TÚ LO SABÍAS TODO —Tomé la perilla y la giré, abriendo la puerta— Sal, por favor —Pedí intentando sonar tranquila y no afectada.
—Pero, Nahyun —Hizo un pequeño puchero, bastante tierno.
—Sal, Jin.
Caminó, hasta salir completamente del baño, atravesando aquel pasillo, perdiéndose en el mismo, suspiré y cerré la puerta, no sabía si era capaz de volver y hacerme suya.
—Si no lo detienes, veo como tu tío te folla ahí mismo —Comentó Jung Kook, creerá él que fue muy divertido.
—Sí, gracias por recordarlo. Yo no te metí aquí conmigo, te lo recuerdo —Jung Kook me examinó de arriba hacia abajo.
—Pensandolo bien, podemos terminar lo que él apenas empezaba —Hizo una cara muy pervertida, acariciando a su amigo por encima del pantalón.
—Ni lo sueñes, Jeon.
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Este Jung Kook sólo piensa en sexo🤦
Disculpen si los capítulos están aburridos, prometo traer mejor contenido para los siguientes capítulos.
01/10/2020: Disculpen la tardanza, no había luz en donde yo vivo y en gran parte de Venezuela😶
Gracias por esperar y leer❤️
Corregido: 01/10/2020.
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