⚝ ↳Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 25↰ ⚝
—No, no, no, por favor —habló Sarah desesperada, sentía una invasión en su interior, tanto de deseo como de dolor. Ella agradecía estar sola en aquella habitación—. Te pido que pares, por favor —la castaña pedía con quejidos de dolor a su loba que la ayudara, pero era imposible, ambas habían entrado en celo.
«Necesitamos de nuestro Alfa»
Para Sarah podría parecer excesiva la palabra "nuestro", porque hasta la fecha Jeon Jung Kook no le pertenecía a nadie y la castaña no le pertenecía al pelinegro, pero sus lobos habían aceptado que eran destinados y que el Alfa había esperado tantos años por su Omega.
—No, no, esto es insoportable —la castaña se abrazó a sus piernas, llevando sus rodillas al pecho, sentada en el piso de aquel desagradable lugar y sollozó, era la primera vez que la Omega entraba en celo.
El celo era diferente para cada Omega, pero lo que sí era frecuente en cada uno de ellos era la duración máxima de tres días y el deseo incesante de ser tomados por su gran Alfa, no importaba el sitio, el lugar o la comodidad, solo estaban cegados por la excitación y las ganas de aparearse, de ser anudados, de ser marcados y proclamados suyo.
No era común que Omegas no descubrieran o conocieran su etapa de celo después de su nombramiento, pero habían casos únicos dónde su loba espera a su destinado para entrar en ésta etapa, es decir, la loba de Sarah creyó viable entrar en celo para llamar al lobo del Rey Jeon, de esa forma ambas podrían ser salvadas y podrían facilitarle la búsqueda al Alfa, quien tenía un excelente olfato.
«Debemos aguantar, Sarah. Siento a nuestro Alfa, está cerca»
—Haz que pare, por favor, te lo pido —como era la primera vez de Sarah, no sabía cómo comportarse o controlarse, solo sollozaba para llamar al lobo del Rey Jeon.
«Nuestro Alfa vendrá por nosotras»
Lo único que no había previsto la loba de Sarah es que su aroma llamaría la atención de cualquier Alfa, no solo el del Rey Jeon o Beta que estuviera cerca y en cierto punto, ambas estaban expuestas y vulnerables.
—Impresionante —la puerta de la habitación nauseabunda fue abierta. Sarah alzó el rostro y observó asqueada al Alfa que estaba parado debajo del marco de la puerta—. Tu olor es magnífico, mágico, exquisito, embriagador —entró a la habitación cerrando la puerta detrás de él. Su cabello castaño estaba alborotado, de seguro había venido corriendo en su forma lobuna en cuanto se percató de aquel aroma y de dónde provenía—. Jeon no quería compartir tal joyita —sonrió de forma maliciosa, nada bueno había de pasar por su mente.
»Jeon me ha arrebatado tanto, ¿Qué pasaría si yo le arrebatara a su Omega? —se tocó el mentón con una sonrisa, se veía orgulloso por las cosas obscenas que pasaban por su mente, atrocidades— ¿Crees que llore por tí? —soltó una carcajada— Posiblemente, tenga otra después de tí. Tú no vales nada, Sarah, no te hagas falsas esperanzas. Jeon Jung Kook no vendrá por tí, no arriesgará tantos años de su vida por una insignificante Omega y menos, por una que no será capaz de darle cachorros —se acercaba lentamente a la Omega que aún no podía reaccionar ante los movimientos continuos del Alfa.
—Por favor... no me hagas nada —pidió Sarah con voz serena, casi parecía súplica.
—Tranquila, solo vamos a revivir viejos recuerdos.
|• ⚝ •|
—¿Aún nada? —el Rey Jeon estaba perdiendo el control, su lobo quería transformarse y buscar de forma desesperada a su Omega— ¿Acaso no escucharon bien? ¡NO VUELVAN HASTA QUE LA ENCUENTREN! —ordenó sin usar la voz de mando, en los Betas no tenía ninguna reacción.
Los cientos de Betas que estaban formados en filas, uno al lado de la otra, asintieron y tomaron sus espadas de plata, aunque los Betas no podían transformarse en Lobos poseían una gran fuerza, muy parecida a la de un Alfa, claramente, no podrían ganarle a un Alfa en una batalla y menos, si ese Alfa se transformaba en lobo; por ello, solo los Alfas eran los líderes de las manadas y eran capaces de embarazar a las Omegas.
Sin embargo, no quiere decir que un Beta y una Omega no puedan tener sus propios cachorros, hay pequeñas excepciones y tratamientos para ello. Esa es la explicación más corta del porque los territorios estaban más poblados de Betas, abarcaban más del cincuenta porciento (50%) de la población tomando en cuenta a todas las manadas existentes; los Omegas abarcaban más del treinta porciento (30%) y los Alfas eran la minoría, eran los privilegiados.
La única forma de que nazca un Alfa (tanto mujer como hombre) era por la unión de un Alfa y una Omega, junto con la aprobación de la Diosa Luna. Aunque sus antepasados creían que la mejor forma de llevar a una manada era que los Alfas pelearan por su puesto de líder, eliminando a la mayoría, quedando solo los pocos que hoy en día se conocen.
El Rey Jeon creía que era absurdo, matarse entre ellos no era una solución, ¿Por qué sus cachorros tendrían que pelear con los cachorros de los Lores? Por lógica, uno de los hijos del Rey, es decir, uno de los príncipes (el más apto para gobernar, dirigir y proteger) debía ser el próximo Rey cuando tuviera la edad adecuada para serlo, no tendría porque herir a los demás Alfas que buscan el trono para gobernar.
Sin embargo, la Diosa Luna no estableció reglas para romperlas y por ende, los hijos del Rey debían ser más fuertes que los hijos de los Lores para continuar en el trono.
«Estoy cansado de esperar, Jung Kook. Si no actúas ahora, lo haré yo»
El lobo del Rey no estaba de acuerdo con todo lo que Jung Kook hacía, pero ambos eran uno y debían estar conectado todo el tiempo.
—Debemos esperar, no puedo exponerme y hacer un gran revuelo —le respondió a su lobo, pidiéndole prácticamente que mantuviera la calma, que todo de resolvería y que la iban a encontrar.
«¿Por qué no? Siento su aroma en todos lados. No me quedaré aquí sentado viendo como éstos inútiles no la encuentran»
—Deberías ser más respetuoso con nuestros subordinados, ellos se esfuerzan día y noche para superar a los Alfas, así serán de utilidad para mí —Jung Kook estaba igual o más desesperado que su lobo, pero no podía demostrarle a las personas que estaban bajo su mando la desesperación que invadía su cuerpo.
«Si lastiman a mi Omega, lo vas a lamentar»
—¿Me estás amenazando? ¿Otra vez? —el Rey aún tenía problemas con su parte animal, no podían estar ambos del mismo lado, por ello, Jung Kook evitaba a su lobo.
«No. Después de esta, no habrá próxima vez»
—¿A qué te refieres?
Su lobo estaba sentado, totalmente imponente, demostrando el poder que poseía sin mover ni un músculo. Aquel lobo de pelaje negro y ojos de color de las avellanas mezclado con dorado era aterrador, no quisieras meterte con él, sin duda, perderías.
«No volveré a salvarnos, Jung Kook»
—Mi señor, disculpe la molestia —Nick apareció después de estar buscando sin parar en el territorio de la manada de los Park—. Mis hombres encontraron pequeños rastros y pistas —gotas de sudor bajaban por el rostro del joven Beta y le faltaba el aliento, intento tomar aire en varias ocasiones, calmando el ritmo acelerado de su corazón y su respiración.
—¿Qué encontraron? —el Rey abandonó la conversación que tenía con su lobo para atender su llamado como líder.
—Por favor, le digo que mantenga la calma —le pidió Nick antes de soltarle lo que habían encontrado en una de las pocas carreteras que tenía el territorio Jaspe.
—¿Qué encontraron, Nick? —repitió el Rey, esperando que lo próximo que salga de la boca del Beta sea la respuesta a su pregunta.
—La ropa de la Señorita Sarah.
Gracias por leer y todo su apoyo ❤️
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