—¡Rey Jeon, disculpe la intromisión! —entró Nicholas sin tocar la puerta de la habitación de Sarah, ¿Dónde habían quedado sus modales y educación? Sarah no estaba en condiciones para que la vieran de esa forma y menos, vernos en un momento tan comprometedor. Aún seguíamos abrazándonos—. Señorita Sarah —hizo una reverencia y saludó a mi futura Omega, ella sonrió e imitó su acción separándose poco a poco de mí.

     —¿Qué pasa, Nick? —acomodé mi traje color chocolate y atendí al llamado apresurado de Nicholas.

     Había demasiada paz.

     —Su primo, el Señor Kim Hoseok ha llegado de imprevisto al Castillo, los Betas lo vigilan en el recibidor —anunció preocupado—. Entró con aires de grandeza, mi Rey —me advirtió, ¿Cómo se le ocurre ignorar mi petición? Necesitaba dos semanas para mentalizarme sobre su llegada.

     —¿El Ex-lord Kim está en el Castillo? —negó Nick ante mi pregunta. Ésto no podía estar pasando, no ahora— ¿Podrían entretenerlo unas cuantas horas? En estos momentos estoy un poco... ocupado —le hice algunas señas con la mirada, señalando a Sarah que estaba detrás de mí.

     —Lo siento, Señor, pero es importante que usted baje a ponerlo en su lugar —se apresuró a explicar, ¿La razón? Hoseok creía que era de la realeza.

     —Lo siento, Sarah, prometo que volveré pronto —su olor a vainilla era embriagador y separarme de ella en estos momentos no era una opción, pero el deber llamaba.

     —Espero cumpla todas sus promesas, Rey Jeon.

     Yo, Rey Jeon Jung Kook, cumpliré y sobrepasaré todas sus expectativas.

     Mi madre me había enseñado que no todo te lo servían en bandeja de plata, los sentimientos no era un objeto y el amor no podías seleccionarlo, obligarlo, condenarlo, maltratarlo, solo los más pacientes eran los más felices y si tenía que esperar trescientos años más por su amor, esperaría todo lo que haga falta.

     —Vamos, Nick, llévame con ellos —Ordené con voz grave, irguiendo mi postura.

     Volveré, Sarah, solo espérame.

| • ⚝ • |

     Avaricia. Tacañería o afán desmedido por acumular riquezas.

     Este hombre derrochaba demasiado de ella. Yo lo tenía todo y no por poseer un buen apellido o una familia con muchas riquezas (aunque podría ser el caso en el pasado), yo me lo había ganado a pulso, con esfuerzo, esmero, sacrificio y con mucha fuerza de voluntad, por ello yo estaba aquí, ¿Él que había hecho para tener riquezas? ¿Por qué no sabía nada de él? ¿Por qué ahora quería aparecer sin previo aviso en mi hogar? ¿Qué pretendía?

     —Primito, un gusto —hizo una reverencia con una sonrisa muy fingida—. Aunque ya sabes quién soy, sin embargo, me presento soy Kim Hoseok —al levantarse no dejaba de observar el gran recibidor, había mucho oro en ella, por ejemplo: las vasijas de oro blanco era una de las más raras y costosas en nuestro territorio, y él no pensaba despegar su mirada de ella.

     ¿De verdad éste Licántropo, Alfa, era de mi familia? Porque debía ser una cruel mentira.

     —Soy Jeon Jung Kook, tu Rey, trátame con respeto

     —Oh, jugaremos al Plebeyo y al Rey —se burló alejándose de mí, observando por completo la habitación en dónde estábamos, ¿Qué ya no la había visto lo suficiente?—. Me parece increíble que aún no tengas una Omega, pero es que con ese carácter, ¿Quién quisiera?

     —Nick, por favor llévate a los demás Betas y salgan del recibidor, los llamaré si los necesito —ordené sin dejar de mirar a Hoseok, su actitud era sospechosa.

     —Sí, señor —hizo una reverencia y desapareció por la puerta junto a los diez Betas que estaban al cuidado de mi persona.

     Ya sabía que Kim Hoseok no era ninguna amenaza, podríamos tener una conversación bastante objetiva, no tenía ganas de perder mi tiempo con él.

     —Ya déjate de rodeos y dime ¿Qué quieres? —no era un Rey que le encantaba andar con juegos.

     —¿Qué quiero? —finalizó su visualización y andar para quedar a un costado de mi persona, ¿Analizaba mi comportamiento? Este personaje comenzaba a intrigarme—. Es una pregunta muy directa, primito.

     —Déjate de juegos, ¿Qué quieres?

     —Quiero ser el primo del Rey, ¿Que más? —alzó los hombros sin descuido—. Tú no sabes que es vivir en la miseria.

     —No, claro, yo no sé —intenté no usar la ironía, pero sería ilógico de mi parte hacerle saber todo lo que he pasado para estar aquí.

     —No sales de éste enorme castillo, tienes hermosas mujeres a tu alrededor mimandote siempre, atendiendote, acostándote con cada una de esas hermosas Omegas, dispuestas a dar lo que sea para que tú les prestes atención; lujos, riquezas, los mejores platillos son para tí —pasó saliva—. Lo mejor de éstas jodidas tierras son para tí —sus palabras salían con cierto dolor de su boca, ¿Qué le había pasado a este Alfa como para desear mi vida? ¿Solo por la riqueza? Él no estaría dispuesto a morir por todas las manadas que confiaban en mí— ¿Quién no quisiera esa vida?

     —Perfecto, haré una bienvenida en tu honor y te daré una hermosa cabaña amueblada con todas las comodidades que pidas —puntualicé.

     —No.

     —¿No? —quería volver con Sarah, no quería perder mi tiempo con él.

     —Quiero una Omega también —negó con su cabeza sin evitar el contacto visual—. No, mejor que sean dos —intenté tranquilizarme, ¿De verdad el creía que iba a obligar a mis Omegas a complacerlo, satisfacerlo? Yo las protejo.

     —No, no puedo aceptar tu absurda petición.

     —¿No puedes aceptar que te pida algo tan tonto? —se burló, empezando a caminar a mi alrededor—. Creí que aceptarías, tienes tantas Omegas en este Castillo sedientas de un gran Alfa, no como tú, un payaso.

     Calma, Jung Kook, él solo quiere provocarte.

     —Por favor, si tienes una queja con mi mandato, reúne firmas y presentalas en mi oficina —le guiñé un ojo, preparándome para abandonar el recibidor—. Sin más que agregar, me retiro. Un placer conocerte.

     —¿Y te irás sin saber el por qué estoy aquí realmente?

     —No perderé más mi tiempo.

     —Creo que esto te importa y mucho —caminó en mi dirección, dispuesto a soltar la gran "amenaza"—. Se rumorea que hay una Omega con sangre Lee infiltrada en tu Castillo y no solo eso, sino que su media hermana trama algo en su contra, ¿Por qué será?

     —¿Y qué te hace creer que eso es cierto?

     —Son solo rumores, Jung Kook, pero ¿Y sí son ciertos los rumores? —no me gustaba lo que insinuaba, ¿Cómo pudo esparcirse tan rápido la verdad acerca de Sarah? Debía ser más cuidadoso— ¿Las aceptarías?

     —¿Y eso qué debería importarte?

     —Yo podría ser un gran aliado tuyo, ¿No crees?

     —No —negué erguido en mi posición—. No aceptaré que seas mi aliado, porque esos rumores no son ciertos, ¿Crees que sería tan estúpido como para que se burlen de mí? —solté una carcajada—. Claramente, no, primito.

     —Jung Kook.

     —No representas ninguna amenaza, por ello, decido que tengas aún tu libertad, estar detrás de esas rejas en mi sótano no es agradable.

     —Su nombre es Sarah, ¿No es cierto? ¿Tu Omega? —alzó una ceja esperando mi pronta respuesta.

     Algo no estaba bien.

     ¿Cómo se esparció tan rápido esa información? Era un increíble y fuerte Alfa, pero no sería capaz de protegerla si los territorios estaban en mi contra, y que Hoseok tenga información tan valiosa de mi vida personal lo hace mi enemigo.

     —¿Viniste a amenazarme?

     —No, solo a negociar.

     —Ya te lo dije, Hoseok, toma o deja lo que te ofrecí.

     —Quiero un lugar en este castillo y que la hermosa de Sarah me atienda solamente a mí... —suspiró— me han dicho que es jodidamente hermosa.

     —No.

     —¿No? —se burló nuevamente de mí— ¿Estarías dispuesto a perderlo todo por ella?

     —Empezar de cero no es algo que realmente me preocupe, solo me ocupo, Hoseok, algo que un ser tan inferior como lo eres tú, no entendería.

     Debo proteger a Sarah, cueste lo que me cueste.

     —Acepto.

     —¿Mis condiciones?

     —Sí. Tu gran secreto está bajo llave, primito.

Gracias por la espera ❤️