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⚝ ↳Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 09↰ ⚝


     —¿Me dirás por qué estabas en mi despacho? —Interrogó Jeon inspeccionando a la acusada de arriba hacia abajo, deleitando su vista con aquel lindo y delicado cuerpo, que ahora estaba a salvo y un poco más calmado.

     Tras la salida de Jacobo y los demás Betas, Sarah pudo respirar con tranquilidad y calmar aquellos gritos de impotencia que tenía dentro de su cabeza, las ganas de matar a ese Beta eran impresionantes y más el saber que sólo era una Omega, quizás un Beta lo hubiese pensado y un Alfa lo hubiera ejecutado, pero las Omegas serían incapaces de pensar tal atrocidad, ellos debían ser su mayor adoración.

     —Yo sólo... Estaba limpiando —Se excusó tragando saliva, su garganta comenzaba avisarle a su cerebro que necesitaba un poco de agua, pero no sabía si eran por los nervios aquella falta de líquidos o por la cercanía de aquel imponente Rey.

     —Mis hombres nunca mienten y menos para aprovecharse de una Omega —Alzó la ceja en respuesta, ¿Por qué la Omega a de mentir? Su vida depende de lo que diga en éste momento, aunque sólo sea juzgada por el Rey, él era el único que tomaba las decisiones importantes sobre el futuro de todos.

     —¡Él iba a destrozarme la mano! —Se exaltó al recordar como Jacobo sostenía su mano con fuerza a punto de destrozar la suya con destreza.

     Ella no tenía que mentir, estaba asustada y aterrada por el bienestar de su mano, pero si el Rey Jeon se hubiese tardado un poco más, esto posiblemente, hubiese terminado en tragedia. Jeon prometió proteger a las Omegas y si alguno tenía en mente maltratarlas, él los haría pagar acabando con sus vidas.

     —¡Ellos sólo hacían su trabajo! —Defendió el Rey deteniendo sus pasos, quedando a sólo unos centímetros del hermoso rostro de la Omega, detallando cada rasgo de el.

     El silencio invadió el espacio donde se encontraban ambos muy cerca del otro, dejando que el tenso momento hiciera de las suyas, por ejemplo: hacerlos hablar para que se vaya el silencio y la tensión entre ambos.

     —¿Puedo confiar en tí? —Jeon no dudó en preguntar, ya que tenía la habilidad de descifrar mentiras a través de los ojos.

     —¿Yo puedo confiar en tí? Sería la pregunta adecuada. Ahora no estaré cómoda sabiendo que ese Beta estará por todos los rincones de su hogar, esperando a que esté sola y piense en atacarme hasta matarme —Exageró relamiendo sus labios sin dejar el contacto visual.

     Ya ella sabía que el Rey la había examinado de arriba hacia abajo, mientras la interrogaba, pero aquello no la dejaba más tranquila. Ella no tenía la atención completa del Rey, por ende podría estar en peligro y más si sale del castillo.

     —¿No acabas de escuchar? Nada te pasará, ni un cabello podrán tocarte, no bajo mi mando y te apuesto que no terminará pronto —Aseguró con la cabeza en alto, dedicándole una vaga sonrisa.

     El Rey no sabía con exactitud qué estaba sintiendo por esa Omega que hacía lo posible para meterse en problemas y que él venga en su rescate, pero lo que sí sabía, era que adoraba ser aquel licántropo que fuera en su rescate.

     —Gracias por eso —Se acercó con cuidado, dejando un casto beso en la mejilla del Rey Jeon, poniendose apenada de inmediato, tiñendo sus mejillas de un lindo carmesí.

     —No es nada. Como ya te lo he dicho, todas las Omegas que trabajan en mi hogar son protegidas por mí —Repitió aceptando aquel beso en la mejilla que no lo dejaría dormir por unas cuantas noches.

     —Sin dudas eres el mejor rey que haya existido —Aplaudió con una gran sonrisa coqueta y se apartó de él, ya comenzaba a invadir su espacio personal.

     —Y tú sin dudas eres una Omega problemática.

     Le guiñó un ojo en respuesta a la cara seria que tenía la Omega, no podía creer que aquellas palabras habían salido del Rey. Ella no se consideraba problemática, sólo un ser pensante que no tenía la menor intención de seguir las ideologías de otros.

     —Ni te imaginas lo que pudiera lograr —Su voz se había tornando más coqueta, más sensual y sobre todo, más atractiva, jugando a quemarse con fuego.

     El Rey no era aquel Alfa que tuviera una Omega a su lado, tenía a varias por ser maldecido por la misma Diosa Luna; nadie les obligó a desaparecer una especie de licántropo, por ende, habían condenado al Rey a no ser feliz.

     —Me doy una idea.

     Recordó aquellas palabras que repetía su madre: “El amor es algo mágico y muy difícil de encontrar, sólo no te rindas”. Por lógica, su difunta madre sabía que su hijo había sido condenado antes de su nacimiento, sólo era cuestión de tiempo para asegurarlo.

     —Puedes retirarte —Pidió el Rey amablemente señalando hacia la puerta que daba al pasillo.

     —Gracias —Ella hizo una reverencia y se dió la vuelta para desaparecer, y volver al trabajo, posiblemente le den una amonestación por faltar dos horas injustificadas a sus labores.

     —Por cierto, lindas bragas.

     Ella soltó una leve risa antes de mentalizarse que Jeon era un Alfa en busca de una Omega que fuera digna de reinar, no una Omega de limpieza con aires de grandeza.

|• ⚝ •|

     —¿Y no lo besaste? ¡Estuviste a escasos centímetros de sus labios, de él, de su hermoso rostro! —MinHa tenía razón, su mejor amiga había estado a punto de besar al hombre más deseado de todos los territorios, al gran Rey.

     —Minnie, has silencio o las demás Omegas te van a oír —Abrió los ojos haciendo reaccionar a la peliblanca, podría armarse un escándalo sólo por escuchar aquellas palabras salir de sus bocas.

     —No. —Negó con la cabeza y una sonrisa traviesa en su rostro se asomó— Es que no voy a superarlo, jamás. —Tomó el vestido de gala que el Rey Jeon había mandado a hacerles especialmente para la noche de hoy— Ya les tengo nombre —Alardeó pasando aquel vestido lila con piedrería sumamente caras por sus blanquecinas piernas, era largo con escote en "V", tirantes del mismo color y detalles únicos en morado al final del vestido.

     —¿De qué hablas? —Preguntó Sarah tirada en la cama, ni le daba curiosidad averiguar qué contenía aquella caja grande blanca con un moño rosado a su lado.

     —JungRah. —Soltó terminando de pasarse aquellos tirantes por sus delgados brazos. MinHa tenía la mala costumbre de fusionar nombres de un Alfa y una Omega que serían tal para cual— Ustedes serían la pareja más poderosa de todos los territorios.

     Sarah estaba aburrida y más con ese tema de conversación. Ella no se encontraba dispuesta a tener una relación con un Alfa que tenía miles de pares de ojos encima de él, siguiéndolos a todos los lados que iba y menos, que estaban pendiente de lo que él hacía.

     —Ha pasado una semana de ello, ¿Y aún no lo olvidas? —Soltó un suspiro cansado, tomando la almohada de su cama para depositarla en su cabeza, intentando recobrar el sueño que tenía.

     —No, sólo no entiendo porque tú sí. —La peliblanca insistió por enésima vez. Se acercó a la castaña con cuidado y desapareció aquella almohada dejándola volar por los aires unos cortos segundos, aterrizando en algún rincón— ¿Por qué no lo volviste a buscar?

     Sarah la miró con molestia, su insistencia iba más allá de lo que ella podía soportar y ni teniendo un vestido costoso vistiendo su cuerpo la hacía olvidar el tema.

     —Porque no es apropiado, ¿Por qué lo haría nuevamente? —Confundida se sentó en la cama, atando su larga cabellera castaña en una cola alta desaliñada.

     —Porque es un hombre muy apuesto, por eso —Alzó ambas cejas, insinuando que Jeon estaba más que apuesto.

     —Sabes que intentó violarme.

     La puerta fue abierta bruscamente, resonando aquel golpe en toda la habitación, dejando los vellos de punta a aquellas dos jóvenes Omegas y mejores amigas. La figura femenina las veía con desprecio y sin ninguna pizca de remordimiento en sus actos, no era la primera vez que intentaba atacar a Sarah o a MinHa ya que parecía su pasatiempo favorito.

     —No es como si antes no lo hubiesen hecho contigo —Respondió la mujer con una sonrisa maliciosa en su rostro, quería vengarse y más por haber descubierto que Sarah había robado su identidad para estar con Jeon.

     —Gia —Soltó Sarah con sorpresa.

     Ella simplemente, había pensado que esa Omega había desaparecido del mapa, pero lo que captaban sus ojos no podría ser un espejismo, ya que ellos no hacen que las cosas se muevan solas y menos se habrán con tan brutalidad.

     —Retractate, idiota —Defendió MinHa acercándose a ella sin importar la diferencia de estatura.

     —No, ¿Por qué debería? —Rió con cierta ironía— Sarah se hizo pasar por mí sólo para que el Rey Jeon la tomara en cuenta, pero adivina... Ya sé olvidó de tí, mientras jadeaba mi nombre —Le divertía hacer sufrir a otras Omegas, pero ninguna era capaz de mencionar algo al respecto.

     —¡Sal idiota! —Le ordenó MinHa con molestia, porque la cara de su mejor amiga se había apagado y aquel brillo había desaparecido por completo.

     —Nos vemos en el baile real, ilusas —Sacudió su cabello y con aquel vestido azul marino con escote de corazón, largo y ciertos bordados, desapareció.

     El Rey Jeon decidió complacer a su hermano mayor y hacer una reunión muy formal para socializar entre todos los Lores, sus respectivas esposas y hermanos, además de los empleados de Jung Kook.

     —Ella tiene razón, Minnie. —Sarah ya no era la misma desde aquel acto de maltrato, de violencia— Sólo seré aquella Omega que rescataron y marcaron para toda su vida —Su voz quería quebrarse, pero ella misma lo evitó pensando en lo feliz que sería si su familia aún estuviera viva.

     —No, tu sabes que no tiene razón, jamás la ha tenido. Tú sólo seguiste órdenes —Intentó acercarse a la castaña, pero sólo se alejó de ella, evitando cualquier contacto.

     —¿Y cómo crees que me fue? —La miró fijamente a los ojos, ya los tenía cristalizados— El Rey y los Lores no se fijarán en nosotras, Minnie, date cuenta de una buena vez y deja de soñar —Soltó dura, como si su mejor tuviera la culpa de ser las Omegas huérfanas.

     —Sarah... Sólo, no le hagas caso.

     —No, tú no entiendes.

     —¿Qué no entiendo? ¿Crees que no sé qué se siente ser violada? ¿Lo sucia y asqueada que te puedes sentir? —MinHa alzó su rostro y con la frente en alto se dió la vuelta, ella si iría a la reunión con Sarah o sin ella— Sólo no te arrepientas de estar aquí encerrada toda la noche.

Holaaaaaaaaaaa!

No sé si leyeron mi anuncio, pero me molesta de sobre manera que quieran eliminar las historias o la cuenta por algo que no hice y que estaba en borradores sin segundas intenciones😥... Síganme en Srta_De_Im- por si la decisión que toman es desfavorable para todos mis lectores.

Gracias bebus por todo💕

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