➵𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐/𝟖𓆸
Taehyung se sentía algo avergonzado, primero: de haber despachado a Jungkook de su casa solo porque estaba Jimin, y segundo: por el compartimiento de Jimin. Y no, no estaba enojado con su mejor amigo, sabia que era sobreprotector, pero temía que su nuevo amigo halla pasado un incomodo momento.
Por ello, jugaba con sus manos de manera nerviosa, mientras esperaba sentado frente al piano al menor, ya que iba a comenzar su segunda practica.
Y dios, estaba muy nervioso.
Además, Seokjin tuvo una emergencia familia, por lo que solo seria Jungkook y el en la practica, ósea, eso significaba un montón de cosas, empezando con el tema de ayer y terminando con el desastre que tenia en su cabeza cada vez que estaba cerca del chico.
Es que nunca se había cruzado a una persona como ese chico que no podía ver pero si oír y sentir, era algo extraño porque aun tenia algo de miedo con su presencia, pero cada segundo que pasa, solo puede pensar en la amabilidad de Jungkook cada vez que interactúan.
¿Por qué ahora se sentía como un adolescente enamorado?.
Esperen, acaso pensó...
-Taehyung, que bueno verte al fin...
Okey, podía apostar que ahora estaba amas que sonrojado y no sabia como disimilarlo, pero ¿Por qué se escuchaba feliz de verle?, ni su padre se ponía así las pocas veces que interactuaban en casa.
-H-Hey... Jungkook, ¿Qué onda?- dijo super nervioso, para luego pegar la palma de su mano en toda su cara por actuar de esa manera tan tonta.
¿Qué onda?, ¿en serio?.
Nuevamente tuvo la certeza de escuchar la armoniosa risa del chico, esa risa que hacia que su corazón saltara de una manera tan extraña que era totalmente indescriptible para el.
Por lo que solo agachado mucho más la mirada, pensando que se vería más roja de lo que era hace segundos atrás, esperando no parecer ridículo, pero es que no tenia control sobre sus emociones en ese instante.
Salto en el lugar cuando sintió un peso extra al lado suyo, pero se sobresalto peor cuando la mano de su amigo se posiciono en su mentón, levantando su mirada de manera delicada.
Sabia que no lo podía verlo, pero apostaba a que Jungkook estaba haciendo lo posible para que sus ojos, de alguna forma, se conectaran entre si, entonces Taehyung tuvo que dejar su mirada solo en una dirección, deseando y esperando que sus ojitos vieran los que no podía ver.
-J-Jungkook...
-Te ves muy lindo con las mejillas rojitas- confeso sin siquiera tomarse unos segundos para medir la sinceridad en sus palabras, empeorando el estado en que se encontraba el rubio.
-No digas, n-no digas mentiras, por-por favor- pidió el mayor tragando duramente un poco de saliva.
Ahora a parte de avergonzado, se encontraba nervios, sintiendo un poco del cálido aliento del menor, chocar contra sus labios, los cuales se encargo de mojar por las sensaciones, sin saber que ese acto fue detalladamente visto por el pelinegro.
Por otro lado, Jungkook sentía que no era correcto o sano lo que estaba pensado, pues paso de ver tiernamente las actitudes de Taehyung a verlas tan ardientes y tentadoras, solo porque mojo esos apetecibles labios.
Y ahora, ahora no sabe que hacer.
-Y-Yo...- pronuncio algo nervioso por todas las ideas que se le habían cruzado por la cabeza, pero pronto sonrió a pesar de saber que no era visto -nunca te mentiría, Taehyung...
Doble vergüenza, ¡corazón deja de bailar, hay un problema en frente que no podía ver!.
Sin saber que más decir, pues si se desmayaría ahí mismo, por lo que busco la tela de ropa del menor y la estrujo con su puño, casi como si estuviera avisándole, de manera indirecta, que esa situación era demasiado para el.
-D-Deberías comenzar- opino cambiando de tema, esperando que el pelinegro no lo tomara mal, pero es que no se creía capaz de seguir soportando las extrañas sensaciones.
Pero gracias a todos los santos Jungkook solo asintió, rodando los ojos luego de saber que no podía ver y sentir tonto por unos segundos, para luego susurrar un amigable "claro", para dejar respirar al rubio, que ya muy nervioso se encontraba.
Jungkook comenzó a tocar el piano, haciendo sonar las teclas con el instrumental de su canción, aun con el agradable ambiente, viendo de reojo como Taehyung se iba relajando al paso que prestaba mucha mas atención a los sonidos para memorizarlos.
Repitió la acción una o dos veces mas, una por cuenta propia y otra a petición del mayor, era para que su mayor recordara cada nota de memoria y así poder cumplir de la mejor forma posible.
-¿Quieres intentarlo por tu cuenta?- le pregunto una vez termino de tocar el gran instrumento.
-Si- afirmo con un asentimiento muy exagerado, pero es que estaba ansioso por hacerlo con el menor al lado, mientras que este aguantaba la risa de lo tierno que había sido eso.
Quería que saliera perfecto, solo y para Jungkook.
Primero se familiarizo con el piano, tocando desde la primera tecla hasta la ultima así poder saber que tocar, para luego acomodarse en el lugar y empezar a tocar de manera tranquila, imitando lo que el pelinegro hizo hace rato.
Taehyung lo estaba haciendo muy bien, ya iba por la mitad y se veía profundamente sumergido en la concentración, sin saber que era observado por un embobado Jungkook, que hasta incluso sentía la melodía sonar mucho mas placentera, si era el mayor quien lo hacia.
El pelinegro se tomo un momento para cerrar los ojos, perdiéndose en lo increíble que su Hyung tocaba el piano, perdiéndose no solo en la melodía, si no también en aquel rostro y de la persona el cual lo portaba, aun con los ojos cerrados, quiso sentirlo de esa forma.
Recordó cuando lo conoció, incluso ahora dudaba de que ese ser fuera real, pues la belleza que tenia el rubio era indescriptible, encima ahora que ahora lo estaba conociendo, sabia que Taehyung no lastimaría ni a una sola mosca, no por el simple hecho de ser ciego, si no por su personalidad tan abundante, tan inocente.
Ya el simple hecho de ser jodidamente tierno con el, cuando el era un cualquiera, una mortal que era victima de la manera tierna en la que el rubio lo trataba, como cuando le hablaba de del tacto de las cosas o cuando se ponía rojo o cuando lo agarraba de su ropa y...
-¿Jungkook?- al escuchar su nombre, dejo de sonreír y abrió los ojos apresuradamente, notando que le rubio miraba hacia su dirección mientras también noto como este tiraba de su canguro.
¿Cuánto tiempo se había quedado perdido en sus pensamientos?.
-¡S-Si!, perdón es que...- grito de lo avergonzado que sentía de haberse perdido pensando en la persona que tenia frente suyo -e-es que recordé algo y si.. e-eso...
-Oh... por un momento pensé que te habías dormido o que te había pasado algo malo- supuso el rubio, soltando un suspiro aliviado de saber que su acompañante se encontraba bien.
También en lo tierno que se veía preocupándose por el, tomen nota.
-Estoy bien, no me paso nada solo me perdí en la música- intento calmarlo, pues entendió la preocupación en el mayor al instante.
-¿Qué te pareció?, ¿l-lo hice bien?...
-Mmm...- alargo el sonido de duda que emitió viendo como Taehyung ponía cara preocupada, pero al no resistir soltó una risa confundiendo al mismo chico -fue increíble, lo hiciste mejor que yo...
-¿E-En serio?- abrió sus ojitos celeste y con un leve sonrojo.
Tan, tan, tan, tan, tan, tan lindo.
-Ya te lo dije, Taehyung- susurro colocando su mano por encima de la que estaba aun agarrando su pulóver, solo para acariciar los nudillos con delicadeza pues esta se seguía aferrando fuerte contra la tela -yo no te mentiré jamás y eso fue increíble...
Taehyung sonrió con su típica sonrisa cuadrada, ahora un poco más sonrojado, con una calidez que se apoderaba de su pecho apenas pudo escuchar nuevamente esas palabras.
Jungkook se estaba convirtiendo en alguien en su vida y lo sabia.
-Gracias, Jungkookie- agrando su sonrisa, totalmente agradecido en haber chocado con el mencionado y con el destino de haber juntado sus caminos en varias ocasiones.
El era una buena persona y lo era con el, el que era una persona que carecía de ver.
-¿Te acompaño a casa?- propuso el pelinegro de la nada, sorprendiéndose así mismo y al rubio a la vez.
-Si, me encantaría...
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El camino a casa era sumamente agradable, las risas de Taehyung y Jungkook eran la combinación mas armoniosa jamás imaginada, era como si fueran el uno para el otro, a pesar de que uno no pudiera ver.
-A por cierto, me olvide contarte algo- recordó Jungkook caminando un poco más lento -me llamaron...
Ni pudo completar la frase cuando Taehyung soltó un gritito del asombro, pues sabía a lo que se refería el menor cuando dijo "me llamaron", era obvio que lo habían contactado de una de las empresas donde se había presentado.
-P-Perdón, me emocione- se disculpo rápidamente, pero al instante volvió a emocionarse, agarrando la manga del buzo del menor para tirar de esta -¿qué te dijeron?...
Jungkook solo podía sonreír por el chico, ni su madre se había puesto así cuando le comento, es más, creyó que no fue escuchado cuando le confeso a su "familia" su pequeña gran oportunidad.
-Me dieron una segunda oportunidad, quieren escucharme cantar una vez más antes de aceptarme oficialmente- relato algo nervioso y ansioso, pero se puso mas contento cuando su mano fue tomado por las acaneladas del rubio quien se puso frente suyo parando su andar.
-Eso es fascinante, sabia que te notarían.. eso... e-es que es increíble- hablo rápidamente, trabándose en el medio de sus palabras, sin saber que decir, pues estaba muy contento por el menor, muy, muy contento.
-Si, gracias- agradeció, algo sonrojado por la felicidad del rubio.
Esa felicidad que era por el, pues esa persona no parecía fingir, no, esa persona estaba genuinamente contenta por su logro, que a pesar de no ser nada oficial, sonaba más feliz que el mismo Jeon incluso.
-¿Qué empresa fue?, ¿Cuándo fue?, ¿Qué mas te dijeron?- pregunto algo desesperado, pero eso no molestaba al pelinegro que solo se sentía cada vez mejor que Taehyung hablaba.
-Se llama Big Hit Entertainment, es la ultima a la que me fui a presentar y ayer fue cuando recibí una respuesta por lo que tengo que ir la otra semana- respondió animadamente, ni su madre sabia a donde lo habían aceptado.
Al instante que respondió el menor, Taehyung solo pudo ponerse más que contento, pues su Jimin también era idol de aquella empresa, de tan solo imaginarse a sus dos amigos cumpliendo sus sueños, lo ponía muy feliz.
Incluso más por Jungkook, ya que era lo que el menor quería, era uno de sus sueños, no solo eso, el chico tenia una voz preciosa, tan preciosa que debía si o si ser escuchada por todas las personas del mundo y aun sabiendo que se trataba de una segunda oportunidad, confiaba ciegamente que lo iban a aceptar.
Tan feliz se encontraba que no pudo evitar expresarse otra forma.
-¿Acaso estas... estas llorando?, Taehyung, ¡hey!, ¿estas bi-...
-Es que... m-me pone muy feliz saber que t-te llamaron- confeso dejando salir sus lagrimitas sin cesar, mientras que inocentemente se aferraba al pecho del menor.
Ver a Taehyung llorar, llorar de felicidad por el, era la obra de arte más preciosa y trágica que pudo haber visto jamás, ver como de aquellos hermosos ojos celestes salían lagrimitas, que paseaban por sus hermosas mejillas sonrojadas a causa del llanto y para finalizar, el puchero, ese hermoso puchero formado por aquellos abultados labios.
Simplemente precioso y hermoso, porque no conoció jamás una persona que sintiera tanta felicidad por un logro suyo, hasta el punto de llorar, justo como lo estaba haciendo aquel rubio.
Entonces Jungkook solo pudo dejarse llevar por lo que sus corazón aclamaba, por lo que alejo su mano de las del mayor, para rodear con ambas su fina cintura y atraerlo hacia su cuerpo para poder abrazarlo.
Taehyung se quedo sorprendido por el acto, aun oculto entre aquel gran pecho, se dejo llevar al instante, relajando su cuerpo con una leve sonrisa, pues se sentía protegido enredado en aquellos musculosos brazos, que lo ahogaban de cariño, porque el lo sentía de esa forma.
Hace mucho tiempo no tenia un abrazo de esos.
Ambos sentían como las sensaciones aumentaban su poder dentro de sus pechos, sentían como todo se sentía tranquilo a su alrededor, el como el palpitar de sus corazón se mezclaba y las ganas de poder separarse se esfumaba.
El primero en sentirlo y en aceptar lo que le pasaba, fue Jungkook, quien con mucha valentía, hablo nuevamente.
-Taehyung, ¿te... t-te gustaría?... digo, solo si tu quieres, ¡claro!, no puedo obligarte, e-es decir... ¡jamás te obligaría!, Ahsss... olvida eso, solo-solo es que... q-quería saber, si tu... y-y... yo... yo...
-¿Si?- sonrió con ternura, Jungkook se escuchaba tan tierno estando nervioso.
El menor se separo del abrazo y agarro nuevamente las manos acaneladas del contrario, acerco su rostro un poco para poder animarse a decir lo que quería decir y dejar de sonar cómo un idiota frente a Taehyung.
-¿Te gustaría t-tener una verdadera ci-cita conmigo?- dijo al fin, cerrando fuertemente los ojos, preparándose mentalmente para cualquier tipo respuesta.
Si el lo rechazaba iba a tirarse del primer puente que viera y morir ahogado en tristeza, pero si Taehyung aceptaba, el iba a...
-Si, me gustaría mucho, Jungkookie...
¿Podría desmayarse en medio de una vía publica?.
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Esta escritora se va a poner la 10 con las historias, prepárense GENTE
Y AQUÍ ME RETIRO Y SIGO ESCRIBIENDO
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