➵𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐/𝟕𓆸
Taehyung se encontraba muy nervioso, demasiado para ser exactos, ese día comenzaría los ensayos con Jungkook y el piano, pero tenia un buen presentimiento del día, lo sabia porque la mañana había comenzado estupenda.
Su padre acepto a Yeontan, incluso juro oírlo algo feliz de tener un perro en la casa, luego recibió un llamado de Jimin de que lo iría a ver a la casa después de sus ensayos.
Todo aquello lo ponía feliz, pero sobre todo, lo ponía aun más entusiasmado la idea de ensayar con el menor que tanto le estuvo agradando los primeros días que lo conoció.
Sabia que no necesitaba de su vista para darse cuenta que Jeon era una buena persona con el.
-Eso es todo por hoy alumnos- hablo el profesor Seokjin luego de que sonara la campana de fin de clases.
Aquella era su ultima clase, ahora solo debía esperar a que Jungkook se desocupara de sus otras clases, por lo que no quiso moverse del asiento del piano.
-Tae, tengo que ir a buscar algunos papeles, ¿estarás bien?- le pregunto Jin dejando su portafolios en su mesa de trabajo.
-Si, Hyung, no se preocupe- le aseguro con una leve sonrisa hacia su dirección sabiendo que de ahí provenía el sonido de su voz.
El mayor le otorgó una sonrisa, a pesar de saber que no lo puede ver, aun le causaba fascinación la personalidad extravagante del rubio, simplemente lo admiraba mucho.
-De acuerdo, no me tardo- le aseguró y lo ultimo que escucho fue el sonido de la puerta cerrarse.
Taehyung se quedo unos segundos en silencio pensando en que podría hacer hasta la llegada de su nuevo amigo, apoyo sus manos en el teclado del piano y se escucho el sonido del instrumento.
El bello sonido del instrumento logro darle una idea para matar el momento, por lo que usando su capacidad para recordar notas, empezó a imitar el sonido de la música que Jungkook le había mostrado el día que eligió la canción junto a el.
Intento como pudo imitar la pequeña balada que le había dedicado el pelinegro el otro día, incluso en algunas notas se había equivocado, pero fue hasta que logro definir el sonido a la perfección y logro copiar lo que su memoria recordaba.
Sonrió orgulloso, ya tenia una primera parte del tema acordado y ahora no tenia la paciencia para mostrarle al menor lo que había logrado.
-¿Ya la sabes?- una segunda voz se escucho muy cerca de su derecha provocando que soltara un gran gritito por el susto que le causo.
-¿J-Jungkook?- lo llamo abrazándose a el mismo y pudo confirmar de quien se trataba a penas escucho la armoniosa risa que le pertenecía al nombrado.
-Perdón, entre silenciosamente cuando escuche por afuera mi tema- se disculpo luego de dejar de reír mirar con ternura al mayor.
El rubio se deshizo del auto abrazo y se fue tirando una de sus manos hasta tocar un pedazo de la prenda del pelinegro que ya veía común aquella acción, pero lo que nunca pensó fue tener de repente a acanelado chico cerca de su rostro.
-En serio me diste un buen susto- murmuro sonriendo sin saber a distancia en la que estaba su rostro contra el contrario.
Por inercia el menor trago saliva nervioso, últimamente Taehyung hacia lo posible para acercarse cada vez más hacia su anatomía de forma inocente, pero ahora mismo era un abuso de su poder inofensivo el tener que tenerlo asi de cerca.
-Taehyung...- susurro esperando que el mayor notara la distancia en la que se encontraban.
-O-Oh... estamos muy...- se dio cuenta pero sin siquiera importarle coloco una mano cerca de la mejilla del menor haciendo una mueca -estas caliente Jungkookie, ¿estas bien?...
Taehyung nuevamente se volvió a acercar a su rostro, con su delgada mano acariciaba la mejilla blanca del menor, gracias al tacto y de la forma suave en que le hablo, Jungkook sintió la sensación extraña que se había instalo en su pecho hace días, comparándolo con las estúpidas mariposas que le contaba su madre cuando tenia seis añitos.
Iba a decir una cosa, pero recordando la cercanía que tenia se quedo sin aire y quiso aprovechar el momento, lo tenia de frente, eso significaba que estaba admirando una de las mejores obras de la vida, esa piel tan acanelada, el color de su cabello, la forma de sus labios, esos interesantes lunares y aquellos bellos ojos, joder, esos diamantes eran la cereza del postre.
Alguien debía salvarlo, estaba flotando en el aire en ese momento y no dejaba de sonreír como estúpido.
-¿Todo bien?- pregunto soltando una mini risita mientras alejaba su mano del rostro del menor, provocando que sintiera frio en aquella zona a penas aquel tacto desapareció.
Entonces Jungkook volvió a la realidad.
-¡¿Q-Qué?!, di-digo... yo... si, bien- hablo lo más rápido que pudo y totalmente rojo.
Pero su pequeña pena se esfumo en cuanto empezó a escuchar la risa del rubio que al parecer, parecía muy autentica, muy, muy de el mismo, parecía que estaba viendo a un ángel reír.
-Perdón...- una risa -ahora mismo... - otra risita -a-ahora se te escucho muy lindo estando nervioso- dejo hablar queriendo calmar sus carcajadas.
Jungkook en cambio no dijo nada y no, no estaba enojado, simplemente sentía que se podría desmayar en ese mismo instante, tampoco le daba vergüenza, pero si sentía que debía morir si seguía quitándole oxigeno a Taehyung con su simple existencia.
-Así que... ¿te parecí lindo con solo escucharme tartamudear?- le inquirió viendo como la expresión del rubio se intercambiaba con la suya segundos atrás.
Estaba tan rojito que juro que le sacaría una foto para tenerlo como recuerdo, pero como muestra de venganza, las risas no faltaron, esta vez, de parte del pelinegro.
Y a los segundos Taehyung se le unió a las incontrolable risas de Jungkook, lo ninguno de lo armonioso que sonaban juntos, lo bien que conectaban y el hecho de que Seokjin estuviera viendo todo con una sonrisa desde la ventana de la puerta.
-Si... Jimin, Taehyung esta practicando con uno de mis alumnos- le hablo al celular, ya que se encontraba en una llamada con el primer nombrado, se había comunicado con el profesor porque el rubio no le contestaba los mensajes y se había preocupado -¿qué como se lo ve?...- volvió a dirigir la mirar hacia ese par -lo veo muy feliz...
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-Entonces, ¿mañana seguimos practicando?- le hablo Jungkook una vez que llegaron a la entrada de la casa del rubio.
-Sin dudarlo- le aseguro con su típica sonrisa.
Estaba listo para caminar por el pasillo que lo llevaba hacia la puerta, pero fue grata su sorpresa cuando choco con el buzón de la casa, provocando que soltara un quejido de dolor, ¿acaso acaba de tropezar?, ¿qué le estaba pasando?.
-¿Estas bien?- el menor se acerco rápidamente hacia el rubio quien se dejo auxiliar por los brazos que ahora rodeaban su hombro.
-N-No se que me paso- soltó una suave risa acompañada con nerviosismo.
-Es normal, supongo...- le intento animar.
-¿Quieres entrar?- soltó como si nada, ni siquiera lo pensó, simplemente lo dijo, incluso ahora se arrepentía sabiendo que se encuentran totalmente rojo de la vergüenza -d-digo... para que veas a Yeontan- encontró una maravillosa escusa mientras agradecía internamente.
El pelinegro se quedo un rato en silencio, preocupando al rubio por haber dicho semejantes estupidez como si nada, sin saber que el menor estaba igual o peor de rojo que el.
-Solo si quieres... c-claro- volvió a hablar con preocupación al notar que no recibía alguna respuesta.
-Si, si quiero- contesto rápido al volver a escuchar su profunda voz.
El mayor sonrió suavemente, asintiendo se dejo guiar por el pelinegro para ir caminando hacia la puerta de la entrada, saco las llaves de su bolsillo y pasaron.
A penas entro, el invitado, fue recibido por el perro, que con pasitos chiquitos, se acerco feliz entre saltos para saludarlo, Jungkook se agacho a su altura y acaricio su cabecita feliz de poder verlo mejor que con su anterior y diabólica dueña.
-Yeontan es muy cariñoso- le dijo el rubio escuchando como el perro se encontraba ansioso e recibir a quien si lo amaba en aquella casa.
-Se lo ve mejor acá- le contesto el pelinegro dejando a la bola de pelos que ahora saludaba a su actual dueño.
El rubio sonrió enternecido sabiendo que alguien le estaba pidiendo que lo alce entre sus brazos y así lo hizo, talvez no podía ver al animalito, pero bien sentía que este era extremadamente tierno y hermoso.
-¿Quieres algo?, ¿o prefieres que vallamos a mi cuarto?- pregunto agarrando un uno de sus brazos el pequeño ser, mientras que con la otra estiraba su brazos queriendo agarrar alguna prenda de su invitado.
-Estoy bien así, gracias Tae- dijo de ante mano, acercándose a aquella mano que buscaba su cercanía.
-Bien, vamos a mi cuarto- lo invito a pasar a la siguiente habitación, tirando de su campera guiándolo el mismo hacia su cueva personal.
Al entrar el menor se puso totalmente nervioso, si antes lo estaba un poco, ahora desbordaba ansiedad, miedo y un manotón de sanciones, estaba a solas con el chico más lindo que pudo haber conocido.
¿Cómo más podría ponerse?.
-Por favor, no te muestres tímido, siéntate donde quieras- le aviso dejando al animal en el piso y soltando de la vestimenta del menor.
-De acuerdo, me... me sentare en la cama, con tu permiso- aviso encaminándose lentamente hacia el lugar nombrado.
El rubio sonrió y luego el mismo se encamino al lado del pelinegro, toco sus hombros para saber donde estaba, así poder ubicarse a una distancia razonable, no queriendo incomodarlo.
-¿Tu padre trabaja?- Jungkook fue le primero en romper el pequeño silencio que se había creado.
-Si, tiene horas extras, ya es normal para mi estar solo en la casa- contesto jugando con sus manos algo nervioso, nunca había traído a alguien a la casa que no sea Jimin, porque no tenia amigos.
-B-Bueno, ahora no estarás más solo- aviso mirando atentamente el magnifico rostro frente a sus narices.
-Es verdad, ahora con Yeontan no me siento solo en casa- dejo sus manos para tratar de perder los nervios picar la punta de sus deditos, contestando animadamente en el proceso.
Jungkook agacho la mirada mientras mordía su labio, no estando seguro si decirle o no lo que acababa de pensar, creyendo que seria muy repentino pero era algo que deseaba de verdad.
-T-También me tienes a... a m-mi- casi que susurro, pensando en lo tonto que había sonado y esperando no haber sido escuchado con su totalidad.
Pero cuando alzo su mirada para comprobar si sus palabras habían llegado a los oídos del rubio, noto como este se sonrojaba fuertemente y colocaba las palmas de sus manos contra sus propias mejillas acaneladas queriendo ocultar dicho color en ellas.
-S-Si te parece, me gus-gustaria invitarte más seguido, Jungkookie- hablo tímidamente el mayor, estaba tan feliz y avergonzado que no comprendía porque se le había formado un nudo en su garganta tras escuchar al pelinegro.
Jungkook sonrio.
-Si, me gustaría, Taehyung...
Y sin poder evitarlo, agarro el mentón del acanelado chico, con delicadeza posiciono sus rostros uno frente al otro y con una mínima distancia separando sus labios corazonado de los suyos.
Era una lastima que Taehyung no pudiera admirar la cálida mirada que le dedicaba Jungkook, pero el que no perdía tiempo era el menor, que nuevamente se fijo cada detalle en su delicado rostro acanelado.
-Jung-...- antes de que pudiera pronunciar su nombre, el perrito comenzó a ladrar con fuerza al escuchar el ruido de la puerta abrirse y ser cerrada con fuerza.
Efectivamente ninguno se alejo, pero no fue hasta que aquella persona que había ingresado a la casa abriera la puerta del cuarto en donde estaban.
-Desde cuando tiene un perr-... ¿y ese quién es?...
Jungkook se dio la vuelta rápidamente notando a un castaño mirando curioso su presencia, mientras que Taehyung por la voz, supo que era ni más ni menos que Jimin, con quien tenia acordado verse hoy.
-¡Jimin!- grito su nombre el único que lo conocía en aquella habitación.
-E-Eh...
-¿Quién es el?, no lo volveré a repetir Kim Taehyung- ordeno el castaño mirando con furia hacia el menor que lentamente quito su agarre del mentón del rubio con algo de miedo.
Jungkook pensó que estaba en presencia de un hermano muy sobreprotector o un novio celoso, no podía descifrar con exactitud como lo miraba aquel castaño, pero podía jurar que quería matarlo.
-El es Jungkook, e-el... es alguien especial- presento algo sonrojado, sonrojo que no paso desapercibido por su mejor amigo aun mirando con odio al pelinegro -Jungkookie, el es Jimin, mi mejor amigo...
-H-Hola- saludo nervioso y con un mínimo alivio crecer en su pecho al saber que aquel sujeto no era nada mas que el mejor amigo del rubio.
-¿"Jungkookie"?- Park ignoro el saludo y solo se concentro en las palabras del rubio -¿"alguien especial"?, espera... ¿este no es el de la tienda de la otra vez?- interrogo acercándose peligrosamente al par.
-No seas grosero, y si, el es quien recupero mi billetera aquel día- le hablo el rubio notando el tono enojado en su mejor amigo alterado.
-Eso no lo vuelve una buena persona, ¿por qué lo metes a tu casa sin conocerlo del todo?- sin embargo, Jimin siguió con su regaño, logrando hacer sentir algo incomodo al pelinegro.
El no quería causar una disputa, solamente siguió al hermoso rubio que bien le había dedicado una invitación, además de que se sentía maravilloso estar con su compañía, no esperaba que un enano castaño los interrumpiera de esa forma.
-Jiminnie... basta, por favor- pidió por ultimo el rubio, con un leve brillo en sus ojitos casi avisando que se largaría a llorar si continuaba con los regaños.
-Perdón, solo...- soltó un suspiro notando que se había pasado al ver la expresión en el rostro de su mejor amigo.
Antes de pudiera seguir hablando, vio como descaradamente el pelinegro llamado Jungkook agarraba las manos de SU rubio, abrió los ojos al máximo cuando este comenzó a acariciar sus nudillos notando que dejo de mirarlo con miedo para observar con ternura y preocupación a SU Taehyung.
Y entonces, uno de su peores miedo se estaba haciendo realidad, aquel niñato estaba interesado en su mejor amigo, su amigo ciego.
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Jiminie sabe lo que pasa AHHHHH
Perdónenme, no estuve actualizando pero ahora que estoy de vacas vuelvo a recuperar esta proyectito...gg
Nos vemos
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