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CAPÍTULO 22

Reconciliación

3 semanas después:

Kler:

—Eytan ¿y qué opinas tú de esto?

—Es lo más necesario—contestó de la forma más seca posible. 

—Quiero verte como antes.

—No soy el mismo, nunca lo he sido, solo soy otro simple mortal.

—Tienes que tener los ánimos y las fuerzas amigo.

—tengo todo pero, no tengo a mi Hermana.

—saldrás de esta.

—he salido de los peores infiernos. 

—Entonces ¿me dices un sí? 

—Emma en sus últimas palabras, dijo que viviéramos sin rencor. Es lo mejor que puedes hacer después de todo este tiempo. 

Cuelgo la llamada, y me alistó.

No podía vivir toda mi vida, con rencor, remordimiento y odio hacia la persona que me trajo al mundo, me dio la vida, y aunque nunca tuve vida, mi vida la viví en las calles, era necesario volver, volver aquella casa donde viví lo peor, pasé por cosas que pintaron cicatrices imborrables. Pintaron a una Kler sin alma y rencores así misma, vacía. 

Iba camino a ver a mi madre. Sentía una presión en el pecho, después de tanto tiempo, regresaria y miraría la cara de mi madre, y la de mis nuevos hermanos, abrazarlos y decirles de mis errores, perdonar, y aceptar a la  nueva pareja de mi mamá, quizás como mi nuevo "papá". 

Estaba parada allí enfrente de la casa, como la última vez, cuando la vi asomarse por la ventana y darme una mirada entrañable y fulminante qué me mató por dentro de sentimientos encontrados. 

Cuando comencé mi vida en las calles, las malas influencias me llevaron a como era hoy en día, que ya ni lo era, Eytan me sacó de ese mundo oscuro en el que vivía, y las palabras de Emma quedarán en mi corazón. mis orejas estaban repletas de aretes, tatuajes por mis brazos y, aquel que tenía tanto significado para mí. Ese significado no lo dije en palabras, y yo sola en medio del llanto creí el boceto, y me lo tatué, porque sentía que ese era un alivió. El piercing en mi nariz. Y cada cicatriz en mis brazos qué yo misma me causaba cuando estaba agobiada, y fuera de este mundo, sonámbula en las drogas, esas cicatrices que eran imaginarias pero yo las hice visibles después de intentar varias veces cortarme las venas. 

Vi a un pequeño asomarse por la ventana, aquella misma ventana donde vi a mi madre, tenía una edad aproximada de 8 años, se me quedó mirando, tenía los ojos de mamá, el cabello de mamá, y los mismos gestos de mamá. Cuando me vio a través de la ventana. No se movía, solo me miraba. Una lagrima acarició mi mejilla lentamente, qué cayó en el jardín, aquel jardín donde me imaginaba mil cosas de pequeña, el césped verde y fresco, y yo a escasos centímetros de tocar la puerta. Cuando en un instante aquel niño, me abrió sin previo aviso. 

Solo le sonreí, y limpié mis lágrimas, tratando de disimular que no lloraba, cuando en realidad quería explotar en llanto. 

—¿por qué lloras? —preguntó el pequeño con su voz tan angelical y suave que me estremeció. 

—¡Marlon con quien hablas! —La voz de mamá se escuchó fuerte en una de las habitaciones. 

Mi casa no era tan grande, no era un castillo donde vivía la princesa guardada por dragones, no era un palacio, y no era un lugar disfuncional, hasta que mi padre biológico intentó asesinar a mi madre a puñaladas. La princesa se convirtió en villana, sin sentimientos hacía el padre, y el padre el peor de las bestias. Ese amor debía morir, debía matarlo. Intente varias veces asesinarlo, pero creí en la justicia divina meses después, un infarto paro su vida, murió en el extranjero, sólo, sin un familiar que lo acompañara, me enteré después de que una tía me lo dijera. Era mi padre, pero no sentía afecto hacía él. Me abandonó, se fue del país sin decir una palabra. Mi casa era pequeña, tres habitaciones. Sala, cocina, y 2 baños. Pero aquella bestia era tan grande que no sentía espacio para mí. Tomando el riesgo de largarme. Parecía un cuento de hadas, un cuento de esos que pasan por la televisión. Blancanieves "murió" por una manzana envenenada, y yo, por palabras envenenadas. 

—¿con mi hermana? —contestó el pequeño. 

quedé atónita ¿cómo sabía que yo era su hermana? ¿Cómo me reconocía? ¿Cómo sabía de mi existencia? 

—¿Cómo sabes de mí? —pregunte desconcertada, pero solloza. 

—Mamá, siempre nos habla de ti hermanita, no había día que nos mostrará fotos tuyas. 

Las lágrimas salieron, intensificando el dolor. 

—¡Kler! —se escuchó la voz de mamá. Asombrada con mi presencia, dejando caer de sus brazos una fila de ropa, Quizás para lavarla. 

Me lance a sus brazos, abrazándola fuertemente, sintiendo como ella me ajustaba las costillas del fuerte abrazo. Sus ojos se llenaron de lágrimas y un beso en mi coronilla, hizo que ese amor de madre e hija renaciera. En realidad nunca había muerto, sino estaba ahí, vivo, pero resguardado en un cajón de rencores que nunca fueron hablados. 

—¡Te extrañaba tanto hija! —se escuchaba la voz de mi madre, ahogada en mis hombros. 

—Yo también, mami, perdón por todas las cosas que hice, perdón por ser esto. 

—no me pidas perdón hija, yo soy la que tiene que pedir perdón por todas las cosas. 

—A veces el perdón no es necesario, cuando se estima con amor. Te quiero mami. 

—y yo a ti hija. 

Nos mirábamos fijamente, sonriendo ambas de gran alegría. 

—No sabes lo grande que anhelaba qué esto algún día pasará. —exclamó mamá, mientras me servía una taza de café con las galletas de jengibre qué tanto me gustaban. 

—Y yo lo soñaba, que lo hice realidad. 

—Sabes que puedes venir acá cuando quieras. 

—Me sentiría incómoda con él... Ya sabes. 

—las personas cambian, Kevin no es el mismo, y me ha ayudado a no desvanecer mis sentimientos, después de perderte. Después de que te fuiste de la casa. 

—No quiero que mis hermanos piensen, o hagan las estupideces que yo cometí, y me pongan de ejemplo. 

—Tus hermanos son los mejores, y a pesar de tu ausencia, siempre les he hablado de ti de la mejor manera. 

—Te amo mamá, fui una  estúpida...

—la estúpida fui yo por no valorar a una gran hija. 

La abrace fuerte junto con el pequeño y mi otro hermanito de solo 3 años. Que solo balbuceaba. 

—¿y dónde estuviste  todo este tiempo? 

—Desde que me fui, vivía en la calle. Hasta que... Yo creo inmensamente en la palabra esa, de: la luz al final del túnel. Un chico llegó a mi vida y me ayudó, me motivó, fue mi luz, mi salvación, junto con su hermana, que en estos momentos estará orgullosa de su estúpida amiga drogadicta. 

—Kler, ¿aún sigues en eso?... ¿consumiendo? 

—tomé un sorbo del café—ese chico del que te hablo fue mi luz, llevó varios meses limpia sin nada de sustancias ilícitas en mi cuerpo. 

—No sabes todas las veces que caí de rodillas pidiéndole al padre celestial por ti, hija. 

—Y aquí estoy mamá, Dios escucha las oraciones, mírame. 

La puerta se abrió, y vi entrar a un chico de una edad entre 15 años, tenía los ojos de mamá, pero todo de él era igual a mi "padrastro" Kevin. Él solo se quedó allí parado, con su uniforme escolar, tirando la mochila al suelo, frunciendo su ceño, y yo como tonta mirándolo con ojos sollozos. 

—¿Quién es esta chica mamá? —exclamó, confundido por mi presencia. 

—Es la hermana de la que tanto te hablaba hijo. 

—sabes que nunca aceptaría a una desconocida como hermana. —pasó en frente de mamá y de mi, molesto, y se marchó a su habitación. Escuchando el fuerte golpe de la puerta cerrar. 

—Es la edad, la rebeldía, la adolescencia...—exclamó mamá, tocando su sien. 

—Me lo dices a mi... Y por lo que veo  soy la única mujer de todos. 

—siempre serás la reina de la casa hija. 

—Pero veo que hay un príncipe que no quiere a la reina. No aceptaría entregar su tronó. Lo entiendo porque él todo este tiempo ha sido el hermano mayor. 

—Kael siempre ha tenido su genio así. 

La puerta de la habitación, donde se había metido mi hermano Kael, se abrió, venía con su teléfono en la mano, mirando algo, y mirándome de vez en cuando. Hasta que se puso enfrente de mí, abriendo sus ojos, sorprendido. 

—¡¿esta eres tú?!—me mostró su celular, y vi lo que era aquel rels famoso qué habíamos creado, de aquel Graffiti, que pintaba ahora cicatrices. 

—Si, soy yo, ¿por qué? 

—se me lanzó encima, abrazándome—siempre quise una hermana famosa. 

—Ya va, ya va, ya va... —Fruncí mi ceño—¡¿Acabas de ignorarme y decirme que no querías una Hermana?! 

—Lo decía de juego. 

—He aprendido a leer las miradas, y veo que estás mintiendo. Solo me acabas de aceptar por un video que no vale, que vale más los sentimientos, y eso que acabas de hacer, de ignorarme se sintió como una patada en el estómago, que te deja sin aire. 

—esque... Tiene millones de likes, ni yo he llegado a tanto... Yo solía hacer el hermano mayor, nunca quise y le decía a mamá todo el tiempo, que tú no aparecíeras, no sabes como ella sufrió por tu culpa, y no sabes como...

—él que no sabe eres tú. Te estás  comportando como nuestro hermanito menor, que creo que tiene más mentalidad que tú. No sabes como mamá sufre por tus cambios de humor y rebeldía. 

—Nunca he sido grosero, y mucho menos rebelde, no me conoces... 

—lo estas haciendo por el simple hecho de excluirse cuando llevo tu sangre. 

—la sangre no define parentesco. 

—y tus comportamientos no definen excluir ese parentesco. 

—vete por donde viniste... Como te llames—soltó Kael como reproche y de mala gana. 

—hice puchero—no me iré, he venido para reconciliarme con cada uno de ustedes, para que formen parte de mí, como la familia que somos... y sales con esto. 

—¡Ya basta! —exclamó mamá—No quiero que el mejor día que he tenido, lo dañen con discusiones. Y tu Kael, siempre con tú altivez excluyendo a las personas.

—Perdón si vine a causar molestias, no lo quería hacer, me retiro —dicte. Con mi voz quebrada. 

—Esta es tu casa hija. No causa molestias para nada. 

—siempre he sido la causante de todos los problemas, si acabo de discutir con mi hermano. Ahora imaginate con Kevin, me sacarían a patadas de acá. 

—Eres bienvenida acá hija, lo sabes. 

—Soy bienvenida, siempre y cuando todos me acepten, y perdonen mi ausencia. Te amo mamá. 

—¡Kler no te vayas!... Esta es tu casa. 

—Me he acostumbrado a la soledad, creo que ese es mi hogar—lo dije parada en el Umbral de la puerta. 

—no vuelvas a las calles hija. 

—No volveré jamás, gracias a tus oraciones... Iré a mi habitación. Creo que allá estaré mejor—gire el pomo y abrí la puerta. 

—Hija, perdón... 

—aceptaré los perdones que sean  necesarios, pero no me volveré esclavos de ellos—cerré la puerta y me marché. 

Salí del lugar, con lágrimas en mis ojos que me opacaban la vista. El plan de reconciliación no resultó del todo bien, entendía a Kael, yo solo venía ocupar el puesto de hermano mayor cuando él siempre lo fue. Aunque sus palabras hirieron.

Caminé pasando por la plaza, y por sorpresa aprecie a la lejanía aquella cabellera rojiza de Lucas, parecía discutir con unos tipos, y eran rostros conocidos. Uno de los tipos lo insultaba empujándolo fuertemente, cayendo uno de culo en el pavimento, corrí rápidamente a salvarlo. 

Llegue  al lugar y empuje al sujeto que estaba apunto de meterle una patada en el estómago a Lucas, lo empuje con toda la fuerza que tuve, logré tumbarlo, pero el otro sujeto me detuvo, tomándome con su antebrazo por el cuello. 

El sujeto tirado en el suelo se levantó, y me miró furioso. 

—Pero, ¡vaya, vaya!, si es Kler—dictó el sujeto, sacando un cuchillo de sus bolsillos y pasando la filosa y brillante punta por mi cuello. 

—Dejen a Lucas... Él... Él no tiene la culpa de nada Gaston—le dije, casi como chillido ahogado, ya que el antebrazo del otro sujeto me apretaba el cuello con fuerza. 

Los conocía, ¡claro qué los conocía!. Era nada más y nada menos que Gastos y "títere" socios de Santiago. 

—Hoy serán dos pájaros de un tiro—exclamó el sujeto que me sostenía  con fuerza del cuello, soltando una risa que se escuchó sarcástica. 

—claro que si títere. El culicado de Lucas y la Perra de... 

Una patada en la entrepierna  hizo que Gaston se tragara sus palabras. Gatie de de cunclillas, agarrándose su miembro qué estaría agonizando de dolor, golpee al otro sujeto con mi cabeza, dejándolo perder un poco fuerza, Lucas forcejeo con títere para que me soltara totalmente, pero casi era imposible ya que era bastante fuerte y musculoso. Hasta que logré sacarme de su agarre mordiendo fuertemente su brazo, que sentí el sabor a sangre en mi boca, tornándose mis dientes de carmesí. Logrando al fin safarme de su agarre total. 

Ayude a Lucas con "Títere" lo golpee en la cara y lo deje tirado en el césped del parque. Por desgracia nadie pasaba en ese momento para salvarnos de esos sujetos, que más que expertos vendiendo droga. Eran asesinos. 

Tomé a Lucas por las manos y salí corriendo con él. Mientras los gritos e insultos de Gaston se escuchaban por todo el parque como eco. Disparando para asesinarnos. 

¡Bendita sea su mala puntería, porque ninguna bala nos hirió! 

—¿por qué te tenían así? —pregunte mientras corrimos sin parar. 

—Lucas contestó con su voz agitada y agobiada—Me-me querían matar Kler, sabes que les debo un dinero a esa gente... 

—no eres el único con deudas. Yo también, mi vida corre peligro si no logro terminar de pagar todo. 

—Pero, tú ya llevas bastantes días y meses sin ir a pedir merca. 

—Las personas cambiamos Lucas, no soy la misma, He dejado ese mundo de oscuridad, y decidí poner un poco de mi parte y ayudarme, no solo mi cuerpo, sino mi círculo social... Te animo a que dejes ese mundo. 

—He intentado. Pero ver a mis padres que no me prestan ni un poco de atención, qué solo viven pendientes de sus trabajos empresariales. Me lleva a esto, a tomar un porro y fumarlo, o tomar coca, ponerla sobre la mesada e inhalarla hasta que no me acuerde de mi. 

—La familia son las personas que menos nos captan, y son prácticamente nuestros enemigos... Te puedo ayudar con esto... 

—Es la total realidad... Mis padres, hablo más con los fantasmas de mi casa que con ellos, y eso duele... Por cierto vi un rels de ti en las redes, ¿fuiste tu la del gran arte ese? 

—Fui yo y otro chico, que justo él me ayudó a salir de esa oscuridad. Ese Graffiti representa, lo que era. 

—Es muy hermoso por cierto. Yo no contuve la idea de sacarme una selfie con él. 

—y gracias a esa obra, puede que me vaya al extrangero. 

—¡¿enserio!? 

—Si. Nos están ayudando con una beca para ir a estudiar arte... Pero aún no lo habló y prestó atención. 

—Deberías... Las oportunidades se dan una sola vez en la vida. 

—pero la vida es solo una, y no me puedo ir debiendo dinero a esos mafiosos, irían por mi familia. 

—Tienes razón... Esa es mi preocupación, porque a pesar de todo amo a mis padres 

—A pesar de como sean, siempre  quedan y hay amor por ellos. 

Después de correr un buen rato, llegamos a un puesto de comida rápida. Allí paramos para descansar. Nuestra respiración estaba agitada, y la garganta seca. 

Converse con Lucas otro rato más sobre los casos familiares y sobre cómo Eytan había aportado en mi jodida vida. Hasta que nos despedimos y cada uno cogió rumbos distintos pero con miedo que Gastón y títere aparecieran y esta vez nos dejará como colador. 

Llegué a casa cansada, las piernas me dolían, después de correr varias cuadras,  corrí el maratón más peligroso. Estaba ansiosa, pero llena de paz. Porque pude hablar con mi madre, a pesar de todo este tiempo, de todo lo malo, ella me recibió con brazos abiertos, lo intente y pensaba en ella a cada instante. 

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