CAPÍTULO 20
En lo más profundo del corazón
La cita
EMMA:
—¿También tendrás una cita hoy?
—si, de echo mi primera cita después de todo.
—espero que te vaya super bien hermano, sabes que tu felicidad es la mía, Jason me ha invitado también a una cita, él es un buen chico, y nos amamos, se la lleva bien con papá.
—pues creía que era un hijo de puta... Pero la verdad si, es bien. A veces las personas nos sorprenden.
—Bueno hermanito, ya se me está haciendo un poco tarde, nos vemos, quizás mañana, no se ah que horas llegues.
—Pilas, con lo que haces Emma, escucha los consejos de mamá y papá.
—es una cita, no pasará nada, tampoco, voy abrir mis piernas
—¡Qué directa!... Pero igual, ve precavida, todo puede pasar, yo voy precavido.
—¡Oh por dios Eytan! ¡¿Vas a follar con Yazetmith?!
—shhh... No estoy diciendo que lo vaya hacer, todo puede pasar.
—bueno, entonces iré precavida.
—más te vale.
—te quiero, nunca lo olvides.
—yo también
—ven dame un abrazo.
—lo abrace, tan fuerte que par de huesos sonaron en su espalda—te amo hermano.
—y yo a ti, ya sabes, ¡cuidate!
Tomé mi cartera, y me fui, no sin antes despedirme de mamá y papá con un beso en la frente.
Estaba emocionada, papá y mamá, me habían aceptado con Jason, después de varias visitas papá terminó con más sentimientos por él que por mí.
Salí de la casa, viendo a Jason parado en su camioneta negra, con una sonrisa que me mataba y aceleraba más que mi corazón, las hormonas.
—¡Estás preciosa!
—Tu también lo estás
—bueno; entonces no perdamos tiempo.
Llegamos a un restaurante bastante prestigioso, la personas nos miraban de pies a cabeza, porque sabían que Jason y yo nos complementamos. Y éramos los más guapos del lugar.
Pedimos la orden para llevar. Se me hacía la idea de comer, bajo la oscuridad de la noche con la vista a la ciudad, en el mirador, donde los edificios se hacían diminutos y las luces reflejaban como estrellas unidas en un mismo cosmo.
—Me gustó la idea de comer aquí... En medio de la nada, pero con la vista hermosa—dictó Jason, llevando una porción de papas fritas a su boca.
—Mis planes siempre funcionan—exclame tomando de la gaseosa que teníamos a un lado.
—Creo que sin duda alguna estas son las mejores citas... ¿No crees?
—las mejores, y únicas—me acerque. besándolo.
El teléfono de Jason vibró en sus bolsillos.
—¿pasa algo? pregunte
—No, nada... Es solo Bryan que me está invitando a las carreras hoy.
—¡¿y vas a ir?!
—No. mejor es estar a tu lado, esas carreras del todo no son buenas. Si la policía nos agarra nos jodemos.
—Pues... Me gustaría ir. No hay problema, aún es temprano. Solo son las 8: 45 minutos.
—No lo sé, no me parece buen plan.
—Te dije que no te prohibiría nada.
—es qué... ¿Quieres ir?
—otras voces... Si estas dispuesto, vamos, no hay problema, aunque sabes que con el idiota de Bryan aún no me la llevo.
—Tranquila. Te estaré echando el ojo, cuidándote.
—ok, vamos.
Después de varios minutos, llegamos a un terreno desolado, un poco lejos, habían autos increíbles y motos por todos lados, se lograba ver una carrera de autos. Personas gritando, apostando, y fumándose todo menos cigarrillos, este no era los lugares que me atrevería a venir, sería un poco de nervios y miedo, pero me sentía segura con Jason al lado, además que fui yo la que dispuso en venir.
Nos bajamos del auto, viendo a Bryan al fondo, riendo de posiblemente un chiste o algo, rodeado de varios sujetos y mujeres. Fumando.
—¡Jason! Pensé que no vendrías. —exclamó Bryan abriéndose de brazos.
—Jason dio una sonrisa poco acertada—casi no venía.
—Qué aburrido, últimamente estás tan ausente de las carreras y todo.
—si, he estado un poco ocupa...
—Hola, cielo—exclamó una chica con cabellera rojiza—por fin, ya nos hacías falta—acaricia sus mejillas, mientras Jason daba pasos inseguros hacia atrás.
La rabia recorrió mi mente hasta que me di paso.
—¿perdón?—tomé a Jason de las manos.
—Por eso, ya no vienes tan seguido, te has enculado con una tía—expuso Bryan riéndose sarcásticamente.
—Esta tía tiene nombre, y ni me haga que te den de ostias—dije sarcásticamente a regañadientes.
—perdón, perdón, pero si es la... La. ¿eres la hermana de Eytan?.
—si... ¿Algún problema?
—para nada... Por cierto, he invitado a Yazetmith y no vino, ¿qué sabes de ella?
—Con qué valor me dices eso, Yazetmith no vino, porque está pasando su tiempo con alguien mejor.
—Ella no pasa tiempos mejores si no es conmigo.
—solté una risa sarcástica—Ella está con mi hermano, y él es alguien mucho mejor que tú, ¡Pendejo de mierda!.
—para que sepas. A Yazetmith me la follo las veces que...
El sonido de una cachetada hizo eco, Bryan, se sobo sus mejillas, que quedaron marcadas en carmesí.
Me puse furiosa al escuchar esas últimas palabras, que mi reacción fue esa.
Jason me tomó, y me alejo del grupo.
—Ya, no tienes porque alterarte.
—es que, ese idiota se lo merece.
— tranquilízate.
—Bueno, como hoy estamos todos bonitos y alegres, Haremos una carrera en moto, ¡Jason te apuntas!—grito Bryan, haciendo que las personas que allí estaban dieran un júbilo.
—solo vine a ver, no a participar Bryan—respondió Jason.
—¡acaso estoy hablando con una marica! Jason, eres mi mejor amigo, nunca fallas en esto.
—cambiamos para ser mejores—exclamó. Haciendo qué las personas se rieran burlonamente de su respuesta.
—¡No te cagues! Jason, vamos joder.
—Sabes que si no quieres no lo hagas, podemos irnos—le dicte, mascullando.
—No voy a dejarme humillar por ese idiota—musito Jason, tomandome de las manos—pero esta vez no quiero
—acepto tu decisión.
Nos fuimos montarnos en el auto cuando Bryan volvió a replicar sarcásticamente:
—¡Eres un pésimo Jason, esa novia virginal te cambió!
Me puse furiosa, que detuve mi andar—ok hagamos esa carrera—le propuse a Jason
—¿En serio?, ¿estás segura?
—No vine para que un hijo d repita nos humillara—Jason asintió
—ok, Bryan, acepto tu reto, ¿qué haremos?
—bueno, competirán con Richard, no solo es una simple competencia, tendrás que correr con tu amorcito.
—Voy hacerlo solo, siempre lo hemos hecho así—respondió Jason a regañadientes.
—Los tiempos cambian amigo. Si viniste con tu AMOR, tienes que competir con ella.
—Pensé que eras diferente Bryan.
—Nunca terminamos de conocer a las personas, pero aquí siempre me tendrás amigo...
—Jason, ya no sigas, podemos irnos—interrumpí, tomando a Jason de las manos.
—Vámonos, mejor no caer en tentaciones—expuso Jason, mirando fijamente a Bryan, quien mantenía una cara serena y burlona.
Caminamos hacia el auto nuevamente. Y la voz de Bryan me detuvo una vez más.
—Jason, estás así porque te estas comiendo a una perra menor
quede pasmada de la rabia, que Frunci mi ceño, y temple mis puños, tan tensos que mis nudillos quedaron blancos.
—Me di la vuelta—¿A quien le dices perra?, ¿acaso te parieron por el orto, grandísimo?...
—Jason me detuvo, porque sabía, que si me dejaba a solas, terminaría golpeando con una roca a Bryan—Emma, ya no te alteres, solo te está provocando.
—Me ha insultado Jason, eso no puede... —musite, hablando solo para él, furiosa.
—Y entonces... Van a seguir ahí. O van a aceptar—gritó Bryan.
—Podrás tratarnos como quieras, pero no voy a seguir tu juego Bryan—gritonea Jason, también furioso.
—Jason, es mejor que... Aceptemos esa carrera, no puedes dejarte rebajar por ese tonto—le hable, mirando sus ojos fijamente.
—No Emma, es, no Quiero hacerlo, es complicado.
—Hagasmoslo.
-¿estás segura?
—más que segura.
—Ok Hijo de puta, aceptamos tu reto—dicte
Una vez aceptado el plan, estábamos en la salida para comenzar la carrera, no era una simple carrera. Se trataba de recorrer varias calles de la ciudad.
Era una locura lo que estábamos haciendo, unos chicos nos amarraron de la cintura a Jason y a mi de frente una vez montados en la moto.
Jason iba un poco más atrás y yo en frente, ajustada por la cintura y esposada de la manos, enrollando su cuello, sentada casi al tanque de la moto. No solo era una locura, era complicado que Jason manejará conmigo de esa manera. Pero fui la tonta que terminó motivando el plan.
Bryan estaba del lado izquierdo con otra chica, en la misma posición que yo. Las motos se aceleraban. Bryan terminó aceptando la carrera con él, y Richard solo apostó por Bryan.
Hasta que pasó en frente de nosotros una chica, alta, delgada, llevaba puesto unos short de Jeans, que dejaba ver casi su culo, sus piernas adornadas por tatuajes y un malla negra, con unos botines de planta alta, su cabello corto como un chico teñido de verde, alumbraba ante la luz de las motos.
—en sus marcas—dictó la chica—Listos—las motos se aceleraron—¡FUERA!
El bullicio de todos se convino con las llantas frenadas de las motos, hasta arrancar.
Solo cerré mis ojos, no si antes pegar un grito como chillido de los nervios, repose mi barbilla en el hombro de Jason, confiando de que todo saliera bien. Era una prueba de muerte, una de las reglas era no ir con ningún tipo de seguridad.
Sentía la fuerza del viento chocar mi espalda, mientras Jason aceleraba la moto. Dimos un par de giros; casi nos cabíamos. Después de un tiempo, recorrimos las calles.
—Tenemos ventaja—exclamó Jason, casi gritando.
—¿Ya casi acabamos?
—Ya casi, solo...
Jason manejaba a toda velocidad, cerré mis ojos y escuché los ruidos de las personas, estábamos casi en la meta. Abrí nuevamente mis ojos y vi a Bryan riéndose, como si él estuviera seguro de ganar, la meta estaba cerca porque los gritos de las personas se intensificaban cada vez más. Sentí que todo se puso en cámara lenta y le saque el dedo medio a Bryan, pasando la meta.
Jason acento en un gran frenazo, y todas personas se acercaron a nosotros, se traían una algarabía, mire nuevamente a Bryan quien de rabia le dio una patada a su moto tumbandola al suelo. Me di cuenta que su enojó era porque habíamos ¡GANADO!
Una sonrisa se marcó en mi rostro, tanto que solo tomé a Jason y lo besé, en medio de todo el grupo de personas que allí estaban, haciendo sus apuestas por nosotros.
—¡Te dije que ganaríamos!
—Nunca me atreví a tanto con alguien.
—ni yo, sentí una adrenalina enorme.
Nos abrazamos...
De pronto, las sirenas de la policía se escucharon a la lejanía, para cuando nos dimos cuenta ya estaban casi pisando los talones.
Jason me tomó de las manos y salimos corriendo al igual que todas las personas que allí se encontraban.
Llegamos al auto, y Jason no encontraba sus llaves, rebuscaba por todos sus bolsillos, pero era imposible abrir la puerta. La policía llegó y nos rodeó, era solo dos patrullas.
estaba asustada, nunca había estado en algo así.
—No quiero que te pase nada malo—musite, mientra los policías gritaban:
—¡Manos arriba! ¡No den ni un pasó más!
Obedecimos a la orden.
—Nada te va a pasar baby—susurro Jason.
—No quiero perderte, te mentí todo este tiempo en decirte que era mayor; no Quiero que por mi culpa vayas a la cárcel.
—Tranquila, mayor o menor igual este sentimiento que tengo por ti, no se va a ir. Confía en mí.
Jason me tomó de la mano, guiñandome el ojo, haciendo gesto con sus labios, señalando la moto, que estaba a escasos centímetros de mí.
Los policías se iban acercando poco a poco. No dude ni un minuto. En cuestión de segundos, corrimos hacía la moto, Jason prendió la prendió y nos marchamos rápidamente, los policías no dispararon, pero no tardaron en prender la patrulla y perseguirnos.
Tratábamos de esquivar. Era una adrenalina más grande que la carrera que había hecho hace poco, Jason iba a toda velocidad, esquivando los escasos vehículos que circulaban, mientras la patrullas venía atrás de nosotros.
Al final de la calle, el semáforo estaba en rojo, no podíamos esperar a que se pusiera en verde, porque estaríamos en la cárcel, por fuga a la policía.
Jason aceleró la moto, lo abracé fuerte. que en solo milímetros de segundo alcanzaba ver en los árboles y postes pasando borrosos por la gran velocidad.
A veces tenemos todo bajo nuestras manos, tratamos de cambiar un final, pero nada es eterno, ni duradero.
Un golpe acabó todo.
sueños
anhelos
seguir viviendo más tiempo con las personas que amó.
vivir mil vidas más.
a veces, nos preguntamos si, ¿hubiéramos sido más felices? ¿si hubiéramos optado por otro rumbo?. Pero la vida es un constante juego de apuestas, un baile entre lo que queremos, lo que necesitamos y lo que nos quita. A medida que avanzamos en el tiempo, dejamos atrás a personas y lugares que una vez fueron fundamentales en nuestra existencia. Los amigos de la infancia se convierten en extraños en la multitud, y los lugares que solían ser nuestro refugio se desvanecen en la distancia. Extrañamos las risas compartidas, las conversaciones interminables y los abrazos cálidos. Esos abrazos que quizás no podré dar más. La vida es un caleidoscopio de experiencias y emociones, un reloj de arena qué avanza según el tiempo de la vida y, quizás mi tiempo se ha agotado, se ha consumido.
solo recuerdo salir volando por los aires, ruidos, vidrios, frenazos, y mi dolor de huesos roto. Hasta que mi vista quedó en una oscuridad atroz.
***
—Familiares de la señorita Emma Ponce.
—si, soy la mamá, ¿con quien hablo?
—Hablamos desde el hospital Santa Rosa. Para informarles qué su hija se encuentra grave, hace pocos minutos llegó...
El teléfono resbaló de sus manos. Estaba estupefacta por lo escuchado, que no terminó de recibir el mensaje de la llamada completó, de aquella enfermera. Unas cuantas lágrimas brotaron de sus ojos.
Clara, sabía que era como un balde de agua fría, ¿su hija en un hospital Grave?, era la peor información que había escuchado.
El reloj marcó las 10 con 27 minutos.
—¿Cariño qué te pasa? — preguntó Emilio, su esposo.
—A-amor, E-e-ma…
—¿Qué pasó porqué estás así?
—Emma ha tenido un accidente— sus lágrimas salían sin cesar, soltando un chillido al final.
—¿cómo?... Pero… ¿donde? .
—no lo sé, Emilio, No lo sé—respondía con su voz quebrada, lanzando al suelo.
—cariño dime ¿en dónde está Emma?
—Vamos al hospital. ¡Ya!
La preocupación de los padres era tan grande, que no tardaron ni un minuto en salir de su casa para marcharse rápidamente al hospital.
Mil llamadas a Eytan eran imposible.
Clara, marcaba, pero nada resultaba.
Llamando finalmente a Kler. contándole lo sucedido.
Pasado los minutos Llegaron al Hospital, preocupados preguntado por su hija, una enfermera los atendió:
—¿Ustedes son los familiares de la señorita Emma y Jason?
—Somos los padres de Emma, y Jason es su novio—respondió Emilio tan rápido como pudo—¿Jason también se encuentra grave?
—Tuvo complicaciones. La señorita Emma está siendo tratada.
—pero... ¿Cómo pasó?
—Según las autoridades, fue en un accidente, tras la persecución de la policía. Pero desconozco con total claridad lo sucedido.
—¿cómo que de la policía?—preguntó Clara, desconcertada.
—Ellos se encontraban en carreras ilegales, la policía los detuvo y se dieron a la fuga, chocando con un auto.
—Esto... Esto no puede estar pasando—exclamó Clara, mirando al techo, llevando sus manos a la sien, con lágrimas en sus ojos.
Kler llegó al instante al hospital, abrazando a los padres de Eytan.
—¿Y Eytan?—preguntó Kler.
—No lo sabemos, lo hemos llamado y no contesta. No sabemos nada.
Las horas latentes pasaban, los minutos se hacían casi eternos esperando respuestas de los médicos de la salud de Emma.
El reloj marcó las 12:11 minutos. Todos estaban desesperados preocupados.
Eytan:
Reviso mi celular después de replicarlo un par de veces. Enciendo los datos y me llegan miles de mensajes de mamá, papá y Kler. Llamadas perdidas desde las 9 de la noche.
Hasta qué me llegó un mensaje de Kler.
Kler: ¿Eytan donde andas? Tu hermana acaba de tener un accidente y se encuentra grave en el hospital.
El mensaje me dejó estupefacto, que mi ojos se llenaron de lágrimas, caí de rodillas al suelo. Estaba sonámbulo.
—¿Eytan pasa algo?—exclamó Yazetmith, pero su voz se hizo como eco—Eytan, Eytan, pasa algo...
Volví a la realidad.
—Tenemos que irnos ya.
—Me estás asustando, ¿qué ha pasado?
—Emma acaba de tener un accidente y está grave en el hospital.
Yazetmith puso su cara de asombro que corrió a arreglarse.
Después de varios minutos llegamos al hospital, viendo a mis padres, sentados esperando respuesta, preocupados al igual que Kler.
Corrí hacia ellos abrazándolos. Contándome lo sucedido.
Las horas se hacían casi eternas, que mis ojos estaban hinchados.
El reloj marcó las 7: 00 de la mañana, me había quedado dormido un rato, pensando en todo ese largo proceso. Esperando respuestas de los médicos.
Hasta que el doctor encargado salió de su habitación.
—¿Ustedes son los familiares de Emma?
—Si, si—exclamó papá al instante.
—La joven está con graves problemas, no podemos hacer mucho por ella—Mi corazón se arrugó, que unas cuantas lágrimas salieron de mis ojos, al igual que el resto—le imputamos su pierna izquierda, su brazo derecho fue reconstruido,al igual que un par de costillas, tuvo un un derrame cerebral. Pero aún así la chica es fuerte, y ha despertado. pide verlos. Por favor no la toquen con brusquedad, ni tampoco le hablen tan fuerte.
Seguimos el paso del doctor, al abrirse la puerta estaba ella ahí, acostada, enyesada de sus brazos y la pierna qué le quedaba, con collarín, su cabeza vendada, cicatrices, golpes y moretones, era casi indescriptible verla así. Conectada a miles de máquinas que me daban escalofríos.
Mis ojos no tardaron en nublarse por el llanto, verla así, verla de esa manera era lo más horrible que podía experimentar en la vida. Ella está tan llena de vida, alegre y su vida dependiendo de unas cuantas cirugías más.
—cariño, aquí estamos—dijo mamá, lentamente, tomando suavemente su mano.
—Emma abrió escasamente sus ojos, parpadeando un par de veces. Sus ojos sollozos, heridos—ma-ma-mamá.
—aquí estamos todos cariño—dictó papá. Quien se encontraba destrozado—siempre estaremos aquí.
—Pa-papi, Te amo, Te amo, a pesar de mis bobadas, de mis cosas—Emma hablaba suave, con su voz agobiada casi susurrando—¿Y mi hermano querido?
—Aquí estoy Emma—hablé con ese nudo en la garganta que dolía tanto.
—Her-hermano. Sabes que siempre estoy aquí para ti.
—Eres fuerte Emma, sé y, tengo la fe de que saldrás.
—Ya estoy jodida hermano, no. No. No ahí más.
—No Hija, eres fuerte, saldrás de está—masculló mamá, con su voz quebrada.
—¿y… y Jason?
—él también está grave hija aún no despierta.
—Él vivirá más… Los amo. Soy fuerte, pero esta vez no creo poder...
—Emma, eres grandiosa, eres una reina, yo tengo la fe que saldrás de esta—expuso Kler con su voz quebrada.
La mamá de Yazetmith quien se encontraba de turno llegó acompañada de Jason, quien también estaba herido, con fuertes heridas, y yesado de una pierna, ayudándose a caminar con una muleta
—A-amor. Emma, cariño—le dijo cayendo de rodillas al borde de la camilla, tomando delicadamente a Emma—Saldremos de esta, por favor quédate, te quiero para mí, te convertiste en alguien más que especial—su voz se quebró—Quiero vivir toda mi junto a ti… Por favor.
—Emma se sumió en un llanto—le he tenido pánico a la muerte pero, la vida a veces te sorprende. En este momento en el que el velo de la vida comienza a desvanecerse, me encuentro reflexionando sobre los recuerdos que hemos compartido juntos—todos lloramos incluso los médicos que ahí estaban—Cada risa, cada lágrima, cada abrazo lleno de amor. Los llevaré conmigo en mi corazón mientras me preparo para cruzar el umbral hacia lo desconocido.
Siento una tristeza profunda al saber que pronto dejaré de caminar por los senderos familiares que una vez recorrí con alegría y entusiasmo. Me llena de nostalgia pensar en las conversaciones que nunca tendremos y finalizamos, en los abrazos que nunca daré más y en las sonrisas que nunca volveré a compartir.
Pero, a pesar de la tristeza que me embarga, encuentro consuelo en el hecho de que nuestras vidas se entrelazaron en este vasto universo. Kler, Yazetmith, tu amor Jason, y ustedes padres y mi incondicional hermano. Cada uno de ustedes han dejado una huella imborrable en mi alma, y por eso siempre estarán conmigo, incluso más allá de la muerte. ¡Si es que hay vida más allá!
Quiero que sepan que no me arrepiento de nada en la vida. Cada experiencia, cada fracaso y cada victoria han sido parte de mi viaje personal. A través de ellos, he aprendido lecciones valiosas y he crecido como ser humano. Me despido con gratitud en mi corazón por todo lo que he vivido. Deseo que encuentren consuelo y esperanza en la idea de que la vida sigue. Aprovechen cada día al máximo, abracen a sus seres queridos y permitan que el amor guíe sus acciones. No desperdicien el tiempo en rencores o resentimientos, porque en última instancia, la única cosa que realmente importa es el amor que compartimos.
Mi viaje llega a su fin, pero mi espíritu perdurará en cada uno de ustedes. No lloren por mí, sino celebren la vida que tuvimos juntos y sigan adelante con la certeza de que nos encontraremos algún día en algún lugar más allá de las estrellas.
LOS AMO, PAPÁ, MAMÁ, GRACIAS, GRACIAS POR TODO, NO SON LOS PREFECTOS, PERO SI PARA MI.
Gracias Eytan, por, enseñarme a no rendirme, vive mil vidas, tienes mucho futuro. Cree en ti siempre, y no dejes de soñar, de crecer, de hacer tu arte. Te amo, y doy gracias por ponerme a un hermano increíble como tú. Los amo—su voz, se apagaba, agonizando.
Las palabras de Emma, nos destrozaron tanto que las lágrimas no eran suficientes, esas últimas palabras sabía. Que eran de un adiós.
La máquina de pulsaciones fue disminuyendo, hasta hacerse ese sonido grave, agudo, ese sonido que destroza nuestras almas. Vivir en carne propia la muerte de alguien que amas con tantas fuerzas, era como si algo de mi alma también se fuera con ella. Recordaré su forma de ser, su espíritu tan intrépido y único. Mi única hermana se había ido de la vida física, pero más allá, creí que estaría saltando el los brazos de Dios. Llena de gozo por todas sus experiencias de vida. En su corta edad, aprendió que nada es para siempre, y que todo termina en un abrir y cerrar de ojos, que la vida es solo un vaivén de sentimientos y experiencias.
Hoy estamos, pero mañana puede que se acabé todo.
Todos lloramos inmensamente en aquella habitación de hospital, jason dio un grito que nos estremeció, él la quería, y mucho más que eso, la amaba y guardaba sus sentimientos, en tan poco tiempo se lanzó sin paracaídas, se atrevió a que todo en la vida puede pasar. Suceder e irse. Ser efímeros, nada es eterno, nada es tan recíproco como el verdadero amor. Ese amor real, que es inefable.
El cuerpo de Emma, aún seguía en la camilla, y los médicos nos pidieron desalojar la sala.
Mis padres estaban destrozados. Estaban casi petrificados por el dolor.
1 día después:
Estaba listo, vestido fúnebremente , vestido de negro en el acto de sepelio de mi hermana. Ver su cuerpo inmóvil en el ataúd me estremecía, me hacía pensar en miles de cosas. Todo lo que nos faltó por vivir, por hacer, por formar y creer.
Pase a la sala, para dar unas palabras, palabras que ella me había reconfortado, palabras llenas de todo su amor, palabras que venían a mi acompañadas de lágrimas, palabras que me había dicho días atrás:
—sabes que eres grandioso y no puedes dejar a pagar tu luz por los comentarios de los demás.
—Tu también lo eres, y sabes que todo lo que hagas yo estaré ahí para ti.
—Se que cuento contigo siempre... Mi sueño es ser escritora, sacar mi libro en físico, que todo el mundo conozca mis letras.
—Sé que eres una escritora famosa.
—Aún no lo soy
—Pero es bueno soñar en grande, soñar aún estando despierto... ¿Cómo se llama tu libro?
—Bueno, pues… En mi laptop, está escrito, dicen que los escritores llevamos parte de nosotros en los escritos, así sean personajes ficticios siempre llevan algo de ti, como mi novela, la he llamado: todo lo que quisiera. No solo de mi lleva algo, también ahí cosas de ti, ese sentimiento de hermanos, amor, reconciliación. Solo estoy esperando salir de la secundaria y ponerme en contacto con alguna editorial qué se interese por mi obra, y darla a conocer. Creo en mí, y también en ti, porque somos cajones llenos de arte, arte por lo que amamos.
—Se que llegarás lejos con tu novela hermana, el día menos pensado, te daremos tu novela. Te acompañaremos en todo este procesó, tu, como la futura escritora.
—Y a ti, como el futuro artista.
Nos abrazamos, qué lloramos, siempre fuimos los hermanos ideales, no perfectos pero si ideales, cerrando cicatrices con nuestro amor.
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