CAPÍTULO 12
Amor a ciegas
Después de ver el atardecer, hasta el último reflejo del sol esconderse esconde a través de las nubes, dándole paso a la noche. Regresamos a casa. Aún no olvidaba ese beso único.
Como buen amigo, deje a Kler en una habitación qué yo le había alquilado. No quería verla en la calle vagando, porque su familia ahora era yo, aunque me dolía dejarla sola, porque ella necesitaba compañía más que nunca. Yazetmith me acompañó a casa, mi madre se había ido tiempo antes para ir preparando la cena ya que papá llegaba del consultorio a las 7:30pm y más que cansado llegaba con el estómago rugiendo a gritos con querer comer.
***
Hago sonar el timbre de la casa, ya que mis llaves las había dejado en el otro carro, el que papá se había llevado. Me abre una mamá preocupada con la mirada fulminante viéndome como un milagro.
—¡Eytan! Llegaron, por fin, ¿por qué ninguno de los dos no me contestaban?
—saqué mi teléfono del bolsillo de mi suéter, y confirmé unas 22 llamadas perdidas de mi mamá—perdón, tenía el teléfono en silencio, ¿también llamaste a Yazetmith?
—No, no, a Emma, ¿Dónde está? ¿No viene con ustedes?
—¿Emma?... ¿No vino contigo?
—¡No puede ser Eytan! Ella dijo que se vendría contigo.
—a mi me dijo que se vendría contigo.
Los dos estábamos tan confundidos como nadie, mi mamá me miraba y yo la miraba a ella con nuestros rostros expresando preocupación y yo más que preocupación rabia, ¡Jason! Acaso se la llevó a escondidas a algún lugar, ¿Estará con él?
No dude en marcarle cuando escuche a la señora de la contestadora Decirme: el número que usted llamó no puede ser localizado en este momento...
—¿Dónde estás Emma? —masculle, frunciendo mi ceño.
Papá se acercó rápidamente y me tiró una mirada asesina, de esas que parecen balas y te matan al instante.
—contigo quería hablar ¡Eytan Gael Ponce Galdan!—me dijo papá en tono grave como regaño.
—No tengo la culpa de que Emma haya mentido—le respondí al instante antes que que terminará la última letra de mi apellido.
—su rostro reflejó una gran impresión —¿Qué Emma qué? —exclamó tocándose ligeramente la sien—lo que faltaba para completar esta maldita discordia.
—Cariño ya calmate, esta la amiga de Eytan acá, Calmate.
—¡Estoy en mi casa y si quiero gritar grito cuando yo quiera!.
Yazetmith me miró confundida y quizás un poco agobiada por los gritos de mi padre.
—creo que debo irme Eytan
—No quédate, que hoy se enteren que eres más que una amiga—le sonríe tocando su rostro suavemente con las yemas de mi dedo.
—¡Y por fin dónde coño está Emma!
Yo alcé mis hombros como respuesta, frunciendo mi boca ligeramente, mis gestos siempre eran los más solidariamente jodidos, pero era así y no podía cambiarlos.
***
Emma:
—Jason, soy virgen, estás seguro que quieres intentarlo.
—y me vas a dejar con las ganas, estoy loco por sentirte.
—pero aún no somos nada.
—te dije que en el sexo se conocen más a las personas.
Si; ahí estaba yo, excitada, mojada, mi corazón palpitando de temor y deseo. Con mis piernas un poco abiertas, sentada en el capó del carro, mis senos al aire siendo tocados con furor por Jason y su lengua lamiendolos como si fuese algún tipo se dulce al que nunca desearía que acabará, pero su lengua en ellos era extremadamente excitante, Jason sin camisa, en medio de mis piernas temblorosas un poco abiertas, con lo que posiblemente era su miembro erecto sintiéndolo por encima de mi falda, su abdomen jodidamente libre, dándome solo vista a mi y yo, ahí, jadeando excitada, a punto de ser desflorada.
Le mentí a Eytan y a mamá, quería verme con Jason y, no lo niego, quería que también pasara esto, me imaginaba esto con Jason, pero de la forma más romántica.
Me imaginaba perder mi virginidad, con alguien especial ¿Jason lo era?, me imaginaba mi primera vez bonita, llena de rosas, como en las películas cursis cuando se casan los amantes. Que me vendaran los ojos y me dieran la sorpresa, el cuarto lleno de rosas, la cama con chocolates y pétalos de rosas, velas, aroma, ganas y ese emana de cuerpo cuando estas excitado.
Pero no. La edad que menos te hace pensar sin ver las consecuencias es la adolescencia, solo las hormonas te guían y controlan como títere, ¡claro ejemplo yo!, dejándome manosear todo mi cuerpo por el chico que me encantó. Nunca pensé que la primera vez fuera de esta manera, pero paso. Y no miento en decir que fui yo la que lo provocó.
Sentí el gran miembro de Jason penetrarme profundamente, provocando que unas cuantas lágrimas salieran de mis ojos, dolía, sabía que dolía pero que puto dolor tan jodidamente excitante.
Eytan me mataría y mi mamá me descuartizaría.
Su hija menor estaba perdiendo la virginidad, estaba siendo follada por un chico guapo pero de solo días de haberlo conocido.
¿Cuando lo haces sin preservativo sales embarazada?
¡Mierda, obvio!
—empujé a Jason—para, para, para.
—¿qué pasa?—lo dijo en forma jactante.
¡Lo peor que le puedes hacer a un hombre es esto, hacerlo parar en pleno acto!
—estas usando protección.
—obvio...—no dude en bajar mi mirada y comprobar qué sí lo llevaba, pero no debí hacerlo, ver aquello duro y erecto me excitó más de lo normal.
—follame, soy tuya—lo dije de lo más normal, sentí como lo introducía nuevamente causando curvar mi espalda. Jadeando y gimiendo.
¡Demonios nunca me había escuchado e imaginado gimiendo!
La perfección está en los libros, pero que te den como en los que me leía era otra cosa diferente, otra perfección, otra compostura de aquellos personajes ficticios con los que fantaseaba cuando nadie me veía, ¡qué tonta!.
—¡Oh por dios Jason!, ah, ah, ah. —besaba su cuello, devorándolo, como una vampira sedienta de sangre.
—Te imaginaba en todas las cosas, pero así—jadea—qué rica estás Emma.—come mis senos como si fuesen dulces, dulces placenteros que me dominan y provoca palpito ahí abajo.
—Lo necesitaba. Sigue, sigue.
—te gusta como te lo hago—sentí como lo introdujo violentamente, tomando mi cuello con sus manos.
—si, ah, ah—doy grandes gemidos—me encanta.
Christian Gray, mi personaje favorito e inimaginable. O mejor Christopher Morgan. Así veía a Jason, como mi Gray, como mi Morgan en ese momento. No en un cuarto rojo, pero si en medio de la nada, sentada bajo el capó de su carro.
Nuestros cuerpos desnudos, chocando, haciendo eco en... Bueno en relidad no sabía ni en donde estábamos metidos, pero que delicioso se sentía esto del sexo.
Sexo imaginado, sexo con furor, sexo desnudo, sexo con Jason, sexo en medio de la nada, sexo en el auto, sexo rodeada de árboles que se movían al sonido de mis gemidos, sexo con el aire fresco acariciando todo mi cuerpo desnudo.
Llegamos al orgasmo, Jason se tiró encima mío besándome apasionadamente, aún sintiendo aquello dentro de mi. Lo besaba, me besaba, nos besábamos hasta que mi teléfono sonó, un gran repique hizo que pegara un brinco del susto.
—¡Mierda! —masculle—Eytan está llamando—debo volver a casa Jason, creo que ya están preocupados por mí.
—eres mayor de edad ¿no?, podemos quedarnos otro rato más.
—si soy mayor de edad pero...—mentí llevando mi mirada al suelo, desesperada... —Pero debo volver, mis padres tenían previsto una cena hoy.
—ok—respondió cortante— alístate para llevarte.
—¿Te molestaste?
—¡no!, para nada, solo quería pasar más tiempo contigo—subió sus bóxer, y aprecie con todo el detalle, sus nalgas redondas perfectas.
—Tenemos todo el tiempo del mundo... Pero el de hoy ya se ha acabado. Podemos quedar otro día para esto.
Me vestí, con un poco de vergüenza. Y finalmente nos montamos en el auto, y nos fuimos.
Salimos después de varios minutos, viendo como el carro se movía abruptamente, ya que el camino de tierra era tan malo, que los movimientos hacia chocar mis hombros a la puerta.
Después de tener sexo con Jason lo miraba como un extraño, no era capaz de hablarle, me sentía incomoda.
¿Eso pasa cuando tienes sexo con alguien?, ¿te incómodas con la presencia de esa persona?. Después de varios minutos de carretera, llegamos a unas cuantas cuadras antes de mi casa.
—a la vuelta me dejas, no quiero que me vean llegando contigo y piensen mal.
—ok—respondió con simples, tan seco, sin más ni menos, solo un ok.
Llegamos y bajé del auto, el frío acarició mi piel, ya que llevaba puesta ropa escotada. Una falda más arriba de mis rodillas un top de rayas que mostraba mi ombligo, con tiritas en la parte de arriba como si mis senos estuvieran acogidos por ellas, y una simple chaqueta de Jeans para cubrir un poco el escote de arriba.
Por ése estilo "juvenil", siempre tenía discordia con mi mamá, la manzana de la discordia era mi ropa escotada. Estaba en la edad de querer mostrar más piel que ropa.
—¿y piensas irte sin darme un beso?—me dijo Jason, dándome una simple sonrisa que me provocaba otro orgasmo, mirándome con un segundo deseó, pero debía ya parar.
Lo simple era lo mío.
—le sonreí—claro qué te lo doy—sus delicados y apasionados labios tocaron los míos humedeciendo los nuevamente, bailando en sincronía, y la lengua haciendo actos inimaginables, hasta despegarnos.
—¡que pases buenas noches preciosa!
—Tu igual precioso.
—No te asustes sí ves sangrado en tus pantys—me da una risa un poco burlona.
—¿que?, ¿no me digas que?...
El carro avanzó, hasta desvanecerse en la distancia, Unos cuantos sonidos de truenos hicieron que pegara un gran brinco del susto, al instante la lluvia no tardó en caer y mojar mi ropa. Hasta que llegue al frente de mi casa, pensativa, pensando en que iba a decir para mentir. Toqué el timbre.
La puerta se abrió al instante, cuando vi el rostro de Eytan, expresando impresión y enojo.
—¡Emma, mamá y papá te mataran al igual que yo!...
¡Estoy en graves problemas!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro