Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Un mes después.

Hoy era un dia libre ya que mi sensei se había ido a una misión. Jiraiya y Tsunade iban a ir a ver a Hana, su amiga.. El último dia que la vi fue cuando le grité, luego de eso no apareció en nuestros entrenamientos y si la veía era solo de lejos. Ella siempre pasaba frente de mi casa con su lobo guia llamado Mick o algo así había escuchado. Siempre que tenía oportunidad observaba sus movimientos, sus expresiones, solo por curiosidad.

En este momento no sé cómo ni por qué acompaño a mis compañeros pero algo dentro de mí me obligaba.

Llegamos al campo de entrenamiento donde sólo estaban un chunin y Hana peleando.

Hana estaba de cabeza en una rama de un árbol, el chunin le tiró un kunai que esta esquivó rápidamente, desapareciendo de nuestras vistas. Otro kunai se clavó en el suelo y la castaña reapareció, parada en este con un solo pie.

Tsunade, Jiraiya y yo teníamos las mandíbulas hasta el suelo. Ella en realidad era muy buena con lo que hacía.

— ¡Ya!.— gritó contra el chunin a punto de atacarlo con una buena determinación y movimiento

Sacó cinco shurikens y se las lanzó para distraerlo, (lo cual logró) y luego creó una cárcel de agua.

Nunca había visto algo así..

— ¡Me rindo! Volviste a ganar.— dijo su contrincante, levantando sus brazos al aire y con una sonrisa en sus labios.

— Sensei, sospecho que se vuelve mas débil al pelear conmigo.— se quejó ella con sus brazos cruzados.

— Oye, no es mi culpa enseñar tan bien.— presumió el otro, haciendo reír a mis compañeros.

— Presumido.— dijimos al unísono los dos, yo por lo bajo y ella enfrentándolo, él rodo los ojos.

— Ve con tus amigo, niña.— él despeinó su cabello de forma paternal con una orgullosa sonrisa.

— Adiós sensei.— lo abrazó y luego de separarse, él desapareció. La castaña se dio la vuelta y caminamos los tres hacía ella.— ¡Hola muchachos!.— saludó eufórica con una sonrisa. Aún tengo curiosidad de saber cómo nos presiente.

— Hola Hana.— los tres saludamos al unísono, mis amigos la abrazaron, yo me quede allí sin hacer nada.

— Orochimaru, que raro verte por aqui.— bromeó ella de repente y no pude evitar abrir mis ojos con asombro. No había tardado siquiera dos segundos en descubrir quién era.

— Hana.. yo..— titubeé sin saber qué hacer o qué decir exactamente.

— Ya no te preocupes por aquello, ¡pasado pisado y jamás repasado!.— sonrió, como si pudiera leer mis pensamientos, y puso sus brazos detrás de su cabeza con desinterés.

— S-si..— asentí y bajé la mirada.

Aún habiéndola tratado mal, ella me sonreía y no me odiaba.

— Entonces.. ¿vamos a comer barbacoa?.-— Jiraiya propuso, tomandola de los hombros y zarandeandola impaciente.

— Jiraiya la lastimaras.— dije, él me miró con el ceño fruncido y corrí la mirada.— Suéltala.— mascullé pero no escuchó.

— Ay Jiraiya, tú siempre pensando en comida.— Tsunade rodo los ojos, cambiando de tema.

— Chicos, me encantaría ir a comer con ustedes.. y ahora más porque Orochimaru volvió.— tomó las manos de mi amigo provocando que mi ceño se frunza y que en mi pecho sienta algo punzante, sin embargo no le di caso.— Pero he quedado para entrenar con Mick.— Jiraiya bufó.

— ¿Mick? ¿Quién es ese?.— preguntó notablemente enfadado.

— Es su lobo.— dije obvio y los dos me miraron, Hana borró la sonrisa y sus ojos impresionados se dirigieron donde yo estaba pero estaban perdidos en la nada.

— ¿Cómo lo sabes?.— preguntó y al segundo de ello entendí lo que había dicho. Pude ver la sonrisa pícara de la rubia y el peliblanco formándose lentamente en sus rostros.

— B-bueno..— cerré mis puños y pensé que podia decir para salir de eso.— El sensei me contó.— mentí y aclaré mi garganta.

— Oh, que raro.. a mí nunca me dijo eso.— Jiraiya se dio vuelta y vi como levantó una de sus cejas.

— Nop, a mí tampoco.— Tsunade también me miraba con su sonrisa, intentando descifrar mi mentira. Me ponían realmente nervioso.

— U-ustedes.. n-no estaban.— tartamudeé, ninguno podia saber que yo la veia.. desde lejos..

— ¿Lo quieren conocer?.— preguntó Hana, sacándome de aquella situación tan incómoda a lo que agradecí.

— ¡Si!.— Tsunade y Jiraiya respondieron animados olvidándose de mí, ella asintió decidida y comenzó a hacer sellos con sus manos.

— ¡Jutsu de invocación!.— pronunció y luego del humo, un lobo de gran tamaño apareció delante nuestro. No parecía para nada amigable, hasta diría que se ve.. serio, si eso fuese posible.

— Oh, ¡pero mira que hermoso!.— exclamó Tsunade y lo acarició al igual que Jiraiya.

— ¿Lo es?.— preguntó entusiasmada la castaña y también lo acarició.

— Ni dudes de eso.— Jiraiya sonrió.

Al querer acercarme a acariciarlo, el lobo me gruño e inevitablemente caí al suelo.

¿Qué diablos?.

— ¡Parece que él no te quiere Orochimaru!.— el idiota peliblanco comenzó a reirse de mí, yo lo fulmine con la mirada aunque no parecía afectarle.

— ¿E-estás bien Orochimaru? ¿Qué te hizo?.— preguntó Hana alarmada, buscando mi voz y moviendo su cabeza hacía todos lados.

— Estoy bien Hana, no te preocupes por favor, solo m-me.. asusté..— admití, me levanté y sacudi mi ropa.

— Lo siento, no sé porque gruñó.— se puso frente a mí, parecía muy apenada.

Que bonita..

— ¿Con su cara quien no le gruñeria?.— volvió a burlarse Jiraibobo, ahora yo lancé un pequeño gruñido.

— Ya, no lo molestes.— Hana estaba con su ceño fruncido y los brazos cruzados, sus ojos se dirigían a Jiraiya aunque esta no pueda ver. Lo intimidaba, podía notarlo.— Él es muy lindo, puedo asegurarlo.— me defendió, yo enrojeci.

Él temblaba con miedo, yo estaba sorprendido y un poco avergonzado de una buena forma.
¿Por qué me defiende a pesar de como la traté?

— Gracias Hana pero deja a Jiraibobo, le estas dando miedo.— dije con una leve sonrisa y puse mi mano en su hombro, mis dos compañeros me miraron sorprendidos. Hana también rió.

— Está bien pero solo porque tú me lo dices.— de repente pellizco mi mejilla leve y sentí un cosquilleo recorrer por todo mi cuerpo.— Ahora amigos, ya debo irme.— hizo un leve puchero y me alarme, hasta que una idea vino a mi cabeza.

— Yo te acompaño.— murmure, otra vez las mandibulas de la rubia y el peliblanco estaban por el subsuelo.

¿Qué? ¿Dije algo malo?

— ¡Bien!.— Hana exclamó, tomó la correa que llevaba el lobo y a la vez mi mano.— ¡Nos vemos chicos!.— comenzó a correr, obligándome a hacerlo también y saludo a los chicos regalándole una sonrisa.

— ¡Hana nos caeremos!.— grité aterrado pasando de los otros dos, ella corría muy rapido.

— No te preocupes, podemos confiar en Mick.— me tranquilizó, apreté más su mano y asentí confiando plenamente en aquella niña.

Íbamos a un bosque cerca de la aldea, lo sabía porque ya había venido por aquí antes. ¿Por qué me trae aquí? ¿No iba a su casa?.
Mi rostro estaba rojo y sentía como mi mano sudaba, realmente no entiendo que me impulsó a acompañarla pero.. quiero saber cosas de ella, ser su amigo al igual que mis compañeros.

El lobo de pelaje negro paró provocando que nosotros también paráramos.

— ¡Llegamos!.— gritó y se volteó rápidamente.— ¡Luchemos!.— de la nada sentí como un puñetazo cayó en mi rostro.

(...)

Estábamos exhaustos y adoloridos -yo mucho más-, descansado en el suelo. Mi rostro se había hinchado por su primer puñetazo.

— Orochimaru, realmente te lastimé, yo..— intentó discúlparse al.sentir mi rostro con sus manos, pero la corté.

— Ya Hana, no duele mucho y además eso es pasado pisado y jamás repasado.— sonreí, citando su propia frase. Sentí su mano en mi cabello y como había comenzado a acariciarlo de repente.

— Orochimaru quiero saber si.. t-te gu..ustaría s-ser mi.. amigo.— preguntó curiosa cuando pudo hablar y un sonrojo tiñó su rostro.

Mi corazón se encogió y no pude evitar sonreír. ¿Ser su amigo..?

— C-claro.. Hana.— respondí sin pensarlo demasiado, también apenado. Hana me abrazó al  instante.

— ¡Te juro que nunca te dejaré y no voy a molestarte!.— gritó emocionada en mi oído, dando saltitos felices.

— Tú.. no molestas.— balbucee para mí pero al parecer ella escuchó ya que me abrazó aún más fuerte y yo terminé correspondiendo.

Tú me enseñaste a perdonar, sin importar lo que haya hecho.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro