Anthony Lockwood analizó nuevamente el papel entre sus dedos ¿La dirección era correcta? El edificio tenía muy mal aspecto, la sensación que podría desmoronarse en cualquier momento no dejó su cuerpo mientras entraba en él. Sube las escaleras hasta el cuarto piso, sosteniendo la respiración y las ganas de vomitar. El olor era horrible, como si algo se estuviera descomponiendo.

La puerta con la placa "4C" se encontraba al final del pasillo. Se acercó a pasos largos y tocó la madera. Esperó unos minutos, sin respuesta, y volvió a tocar, esta vez oyendo cómo alguien se acercaba.

-¡¿Quien?!

-Lockwood- respondió en un tono alto.

Segundos después la puerta se abrió, un brazo se estiró y agarró al agente con fuerza impulsandolo hacia dentro del departamento. Lockwood, un poco anonadado, se giró hacia la persona mientras acomodaba su traje.

Amelia Haworth se encontraba frente a él. Su cabello suelto enmarañado, vestía unos jeans negros con un sweater color bordo combinados con unas ¿pantuflas rosas peludas? Su rostro reflejaba cansancio y desesperación.

-George mencionó que estarías aquí, lamento tu... situación- comenzó observando el lugar.

El departamento era pequeño, muy pequeño hasta para una persona. La cocina ubicada en una esquina contaba con un lavavajillas y un hornito, sobre ellos una estantería sin puertas. La cama, o mejor dicho colchón, en la pared frente a ellos y al lado una silla con un tumulto de ropas. A unos pocos metros, una puerta con lo que supuso que sería el baño. No había más que una mesa ratona con algún que otro papel y platos. Una pequeña ventanita le otorgaba un poco más de iluminación al lugar.

Amelia lo observó algo incómoda. No era lo mejor, pero tenía un techo bajo su cabeza.

-¿Y Karim cómo lo supo?

Lockwood volvió la vista hacia ella y sonrió levemente: -Tiene sus contactos. Pero no vine hasta aquí a hablar sobre George.

-Entonces...

-Tengo una propuesta para ti...

-Si vienes hablar sobre tu agencia, no lo creo- Amelia lo interrumpió de inmediato -La última vez que nos vimos dijiste que mi talento era un fiasco y tiraste mis cadenas al río.

Anthony soltó una pequeña risa al recordar.

-Fue hace tiempo, no hay porque recordarlo. Vengo en paz, en serio.

-Dos semanas.

-Como dije, tiempo atrás...- hizo un ademán con las manos quitándole importancia, caminó hacia la silla y tiró las ropas sobre el colchón para sentarse en ella -Escucha mi propuesta Amelia, no pierdes nada.

La joven suspiró y se acercó quedando frente a él: -Habla.

-Primero... Fittes al carajo. No mereces estar en este lugar por algo que no fue tu culpa, estas permitiendo que te hundan y no das pelea. Tienes potencial y realmente lo digo, en mi agencia podrías seguir desarrollandolo, tal vez podrías descubrir algo más- Los ojos marrones lo miraron con atención -Tendrías una habitación decente, una cocina limpia y un baño en el que no tendrías que temer que algo emerja del inodoro.

Amelía relajo su cuerpo, que estaba tenso desde el momento que escuchó al chico al otro lado de la puerta, y bajó la mirada hacia sus pies.

-Además, George está bien entrenado y... tendrías un buen pago - Lockwood observó a la persona frente a él, como jugaba con las mangas del sweater de forma nerviosa - Haworth... ¿Qué dices? ¿Aceptas?