Viernes, estaba desesperada por salir de la escuela, al igual que todos, al igual que tú. ¿Tenías mucha prisa, Luke? Casi me botas cuando pasaste a mi lado, habías girado tu cabeza para percatarte a quién habías golpeado con tu mochila, y al verme directo a los ojos, una sonrisa juguetona brotó en tus labios seguido de soltar una disculpa rápida.

A veces me siento tan tonta porque me gustas demasiado y siempre logras dejarme embobada hasta con la mínima cosa que hagas. Ugh.