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capitulo cinco

La época había cambiado desde hace un par de semanas, las ventanas se empañaban por el frio de las mañanas y tardes mientras que dentro de la habitación era agradable, acompañando la calidez de las mantas suaves con las que sus piernas eran cubiertas, las cortinas eran blancas y largas, a su vez que la calefacción continuaba haciendo un buen trabajo desde el suelo , había una alfombra que cubría una cuarta parte del piso de madera y a la derecha de la cama, justo al lado de la ventana estaba la puerta hacia el baño... YoonGi se había tomado el tiempo durante días, desde que se siente mucho mejor, de aprender de memoria casi todo lo que había y conformaba el cuarto, pero hoy había algo diferente dentro de este, algo en lo que no ha invertido tanto tiempo en inspeccionar...

El bebé acurrucado a su costado era tan blanco como los copos de nieve apilados y las bolas de arroz cocido, tan regordete como un peluche relleno de algodón, aunque sus mejillas, en comparación a su cuerpo, no eran tan rellenas, pero había un poco de encanto en ellas también como el rubor de una tarde acalorada, por lo que continúo observándolo un poco más.

"de verdad... ¿es verdad que yo di a luz a este niño?"

Era una incertidumbre constante, bajo el gorrito de patito se escondía una cabellera rebelde de color azabache, que si la comparan con el cabello levemente rizado de YoonGi podrían decir que tenía un cierto parecido, aunque no solo eso le resultaba familiar. Sus manos se movieron por inercia, dirigiéndose hasta una de las manos fuertemente apretujadas, se veía tan pacifico por un momento, sin embargo, el cachorro se removió de improvisto sobresaltándolo un poco y deteniendo su mano en el aire.

"El... el no pareciera que hubiese estado en mi vientre"

Aunque la marca que decoraba su abdomen confirmaba que, si lo había estado, se sentía un tanto ajeno al niño que veía a su frente. No tuvo tiempo de convivir con él durante el embarazo... el simplemente despertó y se enteró que tenía un bebé. De repente, y casi por mero instinto él tuvo que hacerse a la idea.

Apretujo sus manos en la manta y suspiro. Había pasado un tiempo ya, probablemente la estación cambie pronto, así como los meses de ese cachorro... ¿Cuántos meses tiene?, no recuerda haberle cuestionado a JungKook sobre eso, de hecho, no recuerda tener una conversación larga con él desde hace mucho tiempo...

La pequeña masa comenzó a removerse entre queditos balbuceos, hasta que sus ojos se abrieron dejando ver grandes esferas negras que cuando se enfocaron en sus orbes brillaron como si dentro de ellas convivieran estrellas, le veían con adoración... como si le hiciera inmensamente feliz su presencia. Fue impresionante la sensación que aquello trajo consigo, desde un pecho contraído hasta un estomago recibiendo agradables punzadas en repetidas ocasiones, pero... a diferencia del animal que disfrutaba de aquello, YoonGi no podía evitar sentirse terriblemente mal por todo eso.

"Ah... ¿por qué yo...?"

Pero su pensamiento no fue más allá, no cuando el cachorro que quizás se sintió rechazado comenzó a intentar moverse entre balbuceos más fuertes hasta llegar a sollozos y reventar en un llanto tan fuerte que termino por asustarlo, sus manos temblaron por el deseo de querer consolar al niño tan adorable que le rompía el corazón con sus lágrimas, pero su cuerpo no parecía moverse, aunque sus instintos deseaban con presión... su mente y nervios no estaban de acuerdo, y le fallaron a YoonGi una vez más.

La puerta se abrió, y por ella azoto levemente la frescura de la albahaca, por lo que no pudo evitar dar una fuerte inhalada para poder calmar sus sentidos vulnerables. El llanto del cachorro continuaba siendo fuerte para sus sensibles oídos, pero en el momento en que los brazos de JungKook llegaron hasta el cuerpecito sonrosado, los gritos dejaron de ser intensos, comenzaron a cesar como el viento durante las mañanas cálidas.

— Lo siento, ¿te sientes mal? — JungKook le miro y hablo con una voz muy tranquila, así como las palmaditas suaves que daba en la espalda del niño en su hombro. Su voz pareció traerle consuelo...

El alfa no recibió respuesta por varios segundos, por lo que supuso que su presencia no era muy requerida justo ahora, sin embargo, cuando iba a decirle algo sobre la cena de esta noche, sorpresivamente los labios del otro se separaron dejando salir palabras que no comprendió de inmediato...

—¿Cuantos...? —Su voz era baja, casi como un susurro que se podría perder con el tintineo de campanas siendo sacudidas por el viento. Era un poco patético justo ahora, sin embargo, JungKook calló esperando paciente. — El cachorro... — Comenzó, mientras sus ojos se dirigían a la pequeña masa que parecía estar muy cómoda en brazos del macho. — ¿Cuántos meses tiene? — Cuestiono todavía con bajo volumen. La sorprenda del alfa fue evidente, sin embargo, no dijo algo respecto, más que la simple respuesta:

—Pronto serán seis meses...




Sus pasos eran lentos, asi como de fuerte es su agarre en el brazo contrario, mientras sus ojos trataban de tener sosiego ante las diferentes personas que transitaban, su mente intentaba mantener la serenidad que hace un tiempo le caracterizaba, pero aquello no parecía ser posible ahora, ese jueves era igual de frio que otros días, aunque el viento de la tarde traía consigo un agradable aroma a pan y café proveniente de los puestos cercanos al lugar donde se servía el desayuno, quizás por eso YoonGi se sintió un poco más confiado...

Una persona paso muy cerca suyo, y el omega logro sentir tenuemente el aroma de dominante de aquella que solo rozo su brazo con el sin mirar siquiera, perdiéndose en el gentío, aun con su grueso abrigo, de inmediato YoonGi tembló como si las feromonas hubiesen sido bañadas de forma asquerosa en su cuerpo... De pronto, su mano fue sujetada después de un recorrido suave como la tela en su brazo. Él no se asustó, en cambio, permitió que sus dedos fuesen entrelazados después de que uno de sus guantes fuese retirado y que el olor a la albahaca se encerrara en su cuerpo como un repelente.

Hace mucho tiempo no salía, por lo que fue aún más abrumante su ir por los caminos que siempre recorría y que sabía de memoria, se sentía pequeño, como un niño que comenzaba a explorar las calles, sus mejillas probablemente estuviesen rojas, asi como sus orejas, sin embargo, solo su frente y ojos eran visibles debido a la mascarilla que se vio obligado a utilizar, como un omega primerizo que no puede tolerar las feromonas de otras personas.

Por las mañanas había un poco más de viento que el normal, por lo que cuando una ráfaga grande azoto, YoonGi apretó y se apegó mucho más al brazo que le estaba trayendo consuelo, el aire traía consigo las fragancias que parecían aterrarle, asi como, irónicamente, se llevaba muchas de ellas.

—Tranquilo, ya casi llegamos, ¿de acuerdo? — El tono de voz de JungKook era suave, como si estuviese hablando con un cachorro, a lo que YoonGi solo asintió con suavidad mientras continuaban su andar, en otra época, probablemente el mayor hubiese dicho algo como "¿a quién intentas calmar como un perro?" o "¿te parezco un niño, idiota?", pero aquello no vino a su mente, aunque en el pasado le desagradaban ese tipo de palabras, justo ahora llegaban a él como las ráfagas frescas en un día caluroso.

El hombre de bata blanca guardo silencio por un momento, en lo que leía los resultados de los análisis de YoonGi, quien sentado en la camilla simplemente se quedó quieto a la espera. JungKook estaba no muy apartado de el con el mismo sentimiento.

—Bueno, la fisioterapia es mucho mejor de lo prevista — Comenzó diciendo, en lo que dejaba sobre el escritorio una carpeta — Tus músculos y articulaciones no sufrieron muchos daños mientras estabas inconsciente, pero aun asi te cuesta caminar largas caminatas, ¿verdad? — A lo que YoonGi asintió.

—Deje el auto en un aparcamiento a dos calles del hospital para que pudiera caminar un poco. — Agrego JungKook, mientras el medico parpadeaba asintiendo.

—¿Y qué tal? — Cuestiono hacia el omega. — ¿Cómo se sintió al convivir con diferentes tipos de feromonas? — Y es que YoonGi sufría de un pequeño desequilibrio hormonal conocido como "síndrome de novicio primaveral" que básicamente impide que puedas tolerar las feromonas de las otras personas sobre todo, aquellas que son mas dominantes que el promedio tal cual un cachorro entrando a la floración donde puedes distinguir todo tipo de aromas de forma más consciente, este síndrome es más común en personas jóvenes que crecen rodeadas de un pequeño circulo de fragancias o aquellas, en caso de YoonGi, que han sufrido un trauma sexual donde las feromonas tuvieron mucho que ver.

—No fue... agradable — Su incomodidad estaba dibujado en su rostro, por lo que el medico apretujo los labios y asintió, era una respuesta esperada. El caso de este omega era un tanto especial... por lo que su tratamiento era diferente al igual que sus resultados, asintió mientras JungKook reportaba el otro lado del avance, como el guardián poseía mas conocimiento sobre ello.

—Entiendo... — El prosiguió a marcar y escribir las cosas nuevas que el otro le relataba. — Bueno — Suspiro y dejo de ver la pantalla. — Estas ultimas semanas han sido mejor que antes, estoy seguro que podrás recuperarte en un tiempo más... por ahora — Echo un vistazo rápido al omega que continuaba sentando en la camilla y al alfa que estaba a menos de un metro de este. — Debemos tratar con un poco mas de prioridad el asunto de las feromonas... necesita salir más, hoy fue muy bueno, pero es un poco lento al respecto, probemos con lugares poco concurridos y vayamos subiendo la cantidad de personas alrededor, por ejemplo, hoy fue la calle en hora laboral donde no hay muchas personas, la próxima semana podría ser un parque en un día sábado.

—¿Qué tal la visita de familiares? — Cuestiono JungKook de repente mientras YoonGi terminaba de procesar las indicaciones. Se sorprendió un poco cuando aquello salió de la boca del otro... el realmente, no había visto o hablado con su familia desde que fue a vivir con JungKook y el... no sabe por que de repente la idea le pareció aterradora.

Su animal interno se la pasaba desbordando anhelo por el cachorro que aguardaba en casa, era un bebé que el humano no deseaba por el momento, pero ahí estaba aguardando por su bienestar, por lo que... el pensar en esencias extrañas para el e incomodas para el mismo le hizo fruncir el ceño frustrado. YoonGi no odiaba a su familia, a pesar de que se sentía un poco traicionado por ella, ellos habían permitido que JungKook tomara decisiones sobre el mientras estaba en coma, y aunque supiese que era inevitable, todavía se sentía amargo por dentro... todavía no sabia si sentirse agradecido por la decisión o estar molesto por ella un poco más, aunque era tonto pensar en ello...

Mientras el medico asentía hacia la pregunta de JungKook y decía otras indicaciones, YoonGi viajo por un momento a su niñez, el patio de su casa y la bola rebotando mientras intentaba encestar una canasta, a pocos metros, su madre acariciaba con cautela la barriga abultada de otra persona, tan alta, de rasgos finos y cabellera azabache lisa cayendo por sus hombros. Ella le vio y de inmediato sonrió agitando su mano para que acercara, YoonGi tenia la ropa sucia y los zapatos polvorientos, hacia calor, por lo que el sudor también recorrió su rostro, sin embargo, acudió al llamado y se acerco a la hermosa mujer que llamaba.

Ella dijo algo que YoonGi no termino de comprender, tomo sus dos manos y las puso en su panza todavía sonriendo. La calidez que llego a sus dedos fue indescriptible y algo sorprendente para el niño de nueve años que no entendía del todo porque la barriga de su tía retumbaba debajo de la yema de sus dedos.

Es un cachorro... así, como tú.

Sintió frio, y un deseo tenebroso de llorar cuando recordó su sonrisa cálida como el café y el caramelo. Se imagino así mismo un tiempo después, si las cosas hubieran sido diferentes, en una realidad donde el cachorro que estuvo en su vientre se hubiese ido, arrancado por completo de su cuerpo... ¿Qué hubiera sucedido?

Su tía había perdido al niño en su vientre, y lo que siguió a ello, fue tan traumático que todavía le causa escalofríos, y es que... los omegas, aquellos animales dentro de algunos humanos, eran tan maternos que la locura y la tragedia acampaban a su alrededor en dado caso que ocurriera algo, como depredadores silenciosos que parecían ser una maldición... era mas sencillo recuperar un corazón que la cordura de un omega perdiendo un cachorro... 


WUJUUU este capitulo esta algo largo :3, por favor comenten, me tarde un montón, pero es que siempre tenia sueño y de día no me gusta escribir jajaj :'v ..... bueno, esperen mas actualizaciones de mis demás historias :3 

ah, y como siempre:

¿Dudas, preguntas u opiniones?


NOS LEEMOS

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