ARES

Con el tiempo transcurrido, confirmo que Eridan es una excelente sumisa, a pesar de sus desaciertos y tropiezos que, por supuesto, cualquiera tiene, inclusive yo. Comprendo también que debo manejarla con más sutileza y suavidad, ambos vamos conociéndonos cada vez más, y aunque no parezca, yo también voy descubriendo más de mí mismo junto con ella, a través de ella.

Ahora se trata de confianza, de un respeto mutuo, sólido y bien fundado, de poder hablar, de tener una persona con quien desahogar y sentir tranquilidad sin necesidad de llevarlo a términos prácticos. Eridan, más que mi sumisa de turno, se ha convertido en mi compañera. 

Desde luego, no hay mayor disfrute para mi que verla de rodillas, entregada, obediente… sesionar con ella es un acto de posesión pura, su manera de entregarse es algo digno de apreciación. Sus ojos transmiten ese respeto que yo tanto he buscando obtener y que tan pocos logran conseguir, me siento bastante a gusto con ella y eso se nota día a día. Incluso estos últimos días, junto a Odetta, su madre, tratando de tapar mi personalidad y comportarme de una forma distinta, nunca me habría atrevido hacer algo como aquello, presentarme ante una madre como un “novio”, imposible, nunca cruzó por mi mente. Jamás imaginé dejar de ser lo que soy, y, sin embargo, aquí estoy, adaptándome y descubriendo facetas que, antes, ni siquiera habría considerado. 

Eridan no es consciente del nivel de impacto que está causando en mi vida, cómo su presencia está dejando estragos en mi ser. Ella desconoce cómo, a través de su entrega y dedicación, ha llegado a moldear mis propios pensamientos y emociones. Lo que comenzó como una simple conexión Dominante/sumisa ha crecido, desbordándose y tocando lugares dentro de mí que ni siquiera creía posibles de alcanzar. Sin darse cuenta, su influencia ha cruzado las fronteras de lo que yo creía firmemente establecido en mí; ha hecho tambalear mis certezas y, al mismo tiempo, abrirme a un tipo de conexión y compromiso que jamás pensé en explorar.

Y aun así, algo en mí reconoce que, tal vez, estoy dispuesto a hacerlo. Aunque la idea de ceder una parte de mi control y abrirme a esta intensidad me parecía inaceptable, ahora la posibilidad cobra un sentido diferente. Quizá esté dispuesto a asumir ese riesgo. 

Es una entrega que no imaginé anhelar, pero que ahora comienza a resonar en mí con fuerza, y la idea de ser vulnerable junto a ella, de dejarme afectar y transformar, me resulta más tentadora de lo que hubiera podido admitir.

Durante tanto tiempo, me convencí de que el amor era una idea lejana, un espejismo que solo complicaba la vida de quienes se atrevían a perseguirlo. Me sentía completo en mi independencia y en el control absoluto sobre mis emociones y decisiones. Las relaciones, al menos como la mayoría las concebía, no tenían una cabida en mi vida. Siempre creí que el amor era una distracción innecesaria, un riesgo que no valía la pena tomar, y había construido murallas alrededor de mi propia libertad, protegiendo mi corazón de cualquier posibilidad de atadura que pudiera volver a quebrarme. 

Pero ahora, la presencia de Eridan comienza a cuestionar esas certezas. Su entrega y abnegación, esa disposición absoluta a dar sin esperar nada a cambio, están haciendo que algo en mi interior se tambalee. Ella no solo sigue mis indicaciones y mis deseos; ella lo hace con una devoción que me sorprende, me conmueve. Su capacidad para entregarse tan completamente, su lealtad y respeto, hacen que me pregunte si, tal vez, he estado cerrándome a algo que podría ser mucho más profundo de lo que creía posible.

Ahora, la idea de ceder una parte de mi control, de arriesgarme a compartir algo más de mí, se siente diferente. Quizá esté dispuesto a asumir ese riesgo, a explorar hasta dónde nos puede llevar esta conexión inesperada y sin precedentes. Es una entrega que jamás imaginé que llegaría a anhelar, y, sin embargo, comienza a resonar en mí con una fuerza innegable. La posibilidad de ser vulnerable junto a ella, de permitir que esta conexión me afecte y me transforme, se vuelve una idea que no solo estoy dispuesto a considerar, sino que, en el fondo, me resulta profundamente tentadora. 

Sin embargo, hay algo que todavía me frena. Y sí, es completamente irónico: un Dominante, alguien que siempre ha tenido el control absoluto sobre sí mismo y sobre otros, enfrentándose a dudas como cualquiera. Pero por más seguro que sea de mis decisiones y mis límites, lo que siento por Eridan es tan fuerte que me desarma, me hace cuestionar cosas que pensé tener resueltas. 

A veces, no puedo evitar pensar que su entrega, aunque profunda y abnegada, puede no ser más que una respuesta a lo que construimos juntos. Me pregunto si lo que hay entre nosotros es algo que para ella trasciende el rol de la sumisión y respeto que tanto valoro. Porque si bien estoy seguro de que ella ha adoptado mi filosofía, adaptándose a mis expectativas y haciéndola suya, finalmente no sé si hay algo más allá. Cómo he mencionado, su mente sigue siendo un completo enigma para mí y es eso justamente lo que tanto me atrae y me hace sentir un sinfín de emociones a las que al fin le estoy poniendo un nombre, son embargo la incertidumbre me embarga, pues no sé si esto es especial para ella en la misma forma en que lo es para mí, si también la afecta de un modo que le remueve el alma, como me sucede a mí.

 Y en esos momentos de duda, me doy cuenta de que el control que siempre creí tener se desvanece. Me descubro buscando señales, de que no soy solo alguien que guía su camino en su descubrimiento como sumisa, sino alguien que también despierte en ella algo más profundo, que logre encender en ella un fuego que vaya más allá de lo físico, algo que toque su corazón y su mente como ella toca los míos.

Ciertamente me cuesta aceptar esta vulnerabilidad, y admitirlo me genera cierta angustia; me da miedo pensar que, quizá, mis propios sentimientos estén nublando mi percepción, que tal vez estoy proyectando en ella algo que yo quiero ver en lugar de lo que realmente está ahí.

Y, sin embargo, no puedo ignorar lo que siento. Por primera vez, acepto que la idea de amarla no está tan alejada después de todo, que esta conexión ha empezado a significar algo mucho más grande de lo que imaginé. 

Espacio para hablar sobre Ares. Aunque yo, sinceramente, muda 🫦
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