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Capítulo Treinta y Uno

ERIDAN

Levanto la mirada hacia él, esperando su siguiente instrucción. Sus ojos brillan con una intensidad particular, su satisfacción casi es palpable, se deleita con cada pequeño detalle. Es una mirada que me transmite que todo esto, este momento, tiene mucho más significado de lo que parece a simple vista.

—No te vas a limitar en comentarios, quiero que lo que pase por tu cabeza lo plasmes en el papel, ¿de acuerdo? A partir de ahora, eso será lo único que harás... escribir. ¿Entendido? —Ordena, y aunque la instrucción es clara, no puedo evitar preguntarme qué más podría hacer, o incluso, qué exactamente debo escribir... 

—Sí, Señor —respondo, sumisa, como la alumna obediente que me siento en este momento, aceptando sin reservas lo que se me ordena.

—Ahora —ordena con firmeza y se retira de la habitación cerrando la puerta detrás de él. 

Vuelvo a mojar la pluma, y en ese instante, una oleada de inseguridad intenta instalarse en mi mente. Pero no... no puedo permitir que eso me frene. No hay limitaciones aquí, solo la tarea de escribir, de desnudarme aún más ante mi Señor. Él lo ha pedido, y si esa es su voluntad, yo gustosa obedeceré. 

Al fin y al cabo, cada palabra que deje sobre el papel será una muestra de mi entrega.

«Me dispongo a escribir estas palabras por petición de mi Señor, y mi mayor placer es complacerle. No sé cuáles son sus intenciones ni qué es lo que debo escribir con exactitud, sólo sé que él ha dicho que plasme todo lo que sienta, sin embargo, ahora mismo mi mente se encuentra nublada, llena de pensamientos confusos, pero mi cuerpo está aquí, completamente a su disposición. 

Aunque no tengo idea de lo que está por venir, confío en él y en lo que me ha pedido, sé que debo obedecer.

Ha sido un momento realmente interesante el haber leído parte de esos relatos y la historia que guarda cada uno detrás, me pregunto si también fueron escritos de esta manera, con la restricción impuesta, incluso si llegaron a tener la oportunidad de leer los anteriores también, o si solo fueron órdenes que se limitaron a acatar. 

Confieso que me sorprendió a mí misma cómo me absorbieron, cómo me hicieron perder la noción del tiempo. Tengo la certeza de que en algún momento tendré que regresar allí, seguir leyendo, porque realmente siento el deseo de continuar, espero que mi Señor me lo permita. 

Al principio pensé que él se enojaría si se enteraba de que estuve husmeando, pero… al parecer ha sido todo lo contrario. Aunque, pensándolo bien, ¿realmente lo sé? Ciertamente no puedo evitar sentir una mezcla de curiosidad y ansiedad, como si estuviera caminando sobre una línea fina, entre la obediencia y el deseo de explorar más…»

Escucho un leve ruido proveniente del exterior, lo que hace que mi atención se enfoque al instante. Sus pasos rítmicos resuenan en el pasillo, inconfundibles. Los reconozco al instante; los escucho todos los días, cada mañana, cuando se acerca a mi habitación para darme su saludo habitual. El sonido de sus pasos son la marca de su presencia, que hace que mi cuerpo se tense y mi mente se enfoque únicamente en él. Sé que está cerca, que está cruzando el umbral, y la anticipación comienza a crecer dentro de mí. 

Dejo la pluma a un lado del tintero, pues mis ojos no pueden evitar seguir el sonido, observando la puerta, esperando el momento en que la madera se abra y él aparezca. Lo siento en el aire antes de verlo, el peso de su presencia llena la habitación. El sonido de sus pasos se hace más cercano, más nítido, y en ese instante, un nudo se forma en mi estómago. Mi respiración, que hasta ahora había sido calmada, se detiene por un segundo. Es como si, por un momento, mi cuerpo se olvida de cómo respirar, como si tuviera que recordar cómo hacer algo tan simple y natural.

Finalmente, la puerta se abre con suavidad, un sonido tan discreto que apenas logro percibirlo, pero suficiente para que toda mi atención se enfoque en lo que está a punto de suceder. Mi Señor entra, y es solo en este momento, cuando la habitación se llena de su presencia, que puedo observarlo con más detenimiento. Antes, había estado tan absorta en lo que ocurría, atrapada en mis propios pensamientos, que no había tenido tiempo de fijarme en cada uno de sus detalles. Ahora, no puedo evitarlo: su figura, envuelta en la elegancia que siempre lo distingue, se presenta ante mí con una autoridad imponente. El negro de su atuendo resalta la firmeza de su cuerpo, la definición de sus hombros, el porte de su postura, como si cada hilo de tela estuviera diseñado para resaltar su dominio y presencia.

Su mirada, como siempre, es intensa, penetrante, y me atraviesa con una claridad que no puedo negar. Hay poder en esos ojos, un poder que no necesita palabras para ser comprendido. Cada centella de su mirada me recuerda quién es él, lo que representa, y lo que soy yo en este espacio, frente a él.

Pero esta vez, algo es diferente. Mi intuición lo capta antes de que mis demás sentidos lo noten y mi mente logre procesarlo por completo. 

No viene solo. 

De su mano cuelga una cadena que brilla débilmente bajo la luz que entra por la ventana. La cadena no está vacía; en su extremo, se desliza hacia una figura que sigue en silencio, atenta a cada uno de sus pasos.

Mi corazón da un vuelco cuando reconozco una figura detrás de él, una presencia que resalta por su quietud, por su silencio. La cadena se tensa, y mis ojos se fijan en la figura que está en su extremo: detrás de él viene una mujer a gatas… yo ya he estado en esa posición y mi sexo está punzando en deseos porque sé lo bien que se siente estar ahí. Agradezco el hecho de tener mis tobillos atados juntos, pues puedo aplacar con mis piernas el calor que emana entre ellas. 

Mi Señor me observa, cuando capta mi mirada, rápidamente desvía la suya hacia la sumisa que viene junto a él, tira de la cadena con dureza pretendiendo que su paso se acelere, ella se encuentra totalmente desnuda, y su largo cabello cubre parte de su rostro y su torso por la posición en la que se encuentra.





Iniciamos con maratón dominguero para que puedan cerrar su fin de semana de una manera muy interesante, casi tanto como el de Eridan.

El día 25 de noviembre es el lanzamiento oficial de Extrême en Amazon, por lo que tendrán el libro completo aquí hasta el domingo 24, día que Intense también estará gratuito en Amazon.

Se hará una lectura conjunta de ambos libros, pronto estaré subiendo más información en mis redes acerca de esto para que puedan unirse si así lo desean.
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