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Capítulo Trece.

Otro día encapotado… hermoso. Afuera todo lo era pero ¿dentro? Depende de a que me esté refiriendo con esa palabra, ¿dentro de la casa? Cálido, agradable, reconfortante. ¿Dentro de… mí? Era toda una confrontación, por un lado había una parte que gritaba a raudales que dejara todo pensamiento negativo a un costado y me concentrara en recibir lo que mi Señor quisiera darme, y darle a él lo que quisiera de mí.

Pero estaba otra parte de mí, la tonta y estúpida analítica parte, que quería reconocer con detalle cada sensación y emoción que recorría mi cuerpo, esa que me decía que si me concentraba en solo dar y recibir, cuando abriera los ojos a la realidad de lo que ignoraba, entonces sería demasiado tarde, pero ¿tarde para qué? ¿para mí?, eso no podía ser y eran cosas que no lograba entender, ¿en qué momento de todo esto perdí el punto en el cual podía ver la luz al final de este camino?

Ese día, probablemente quede grabado en mi ser por un tiempo… un tiempo que no sé cuan largo podría ser.

Aún podía sentir la textura de su piel en mis dedos, la suavidad de su cabello, su barba y hasta su ceño fruncido, todo eso quedaría en mí. Ahora incluso podía hablar de delicadeza… porque él había tenido esa manera sutil de tocarme y hacer que cada momento frustrante previo a ese momento fuese compensado… fue una completa, excitante y abrumadora locura.

Al volver fue él quien me llevó hasta el auto, porque mis piernas apenas y podían sostenerme. En algún momento de todo aquello inclusive sentí reír… reír como si mi vida dependiera de ello, tal vez fue en mis sueños porque él me habría regañado ¿no?

Era irónico.

Habíamos llegado a casa y yo había sufrido cada traspié del viaje, estaba demasiado sensible. Él se hizo cargo de mí, bañándome y aplicándome ciertos cuidados, que había dicho, eran necesarios luego de la práctica de la cadena.

Todo aquello fue colateral… yo solo estaba centrada en la forma en la que su piel ardía al contacto con mis manos, en aquel beso, en su mirada, cuidados y atenciones.

¿Qué pasaba conmigo?


— Vamos a tu habitación —dice después de saludarme, cuando nos encontramos en el salón, él viene llegando del trabajo.

Me giro y empiezo a caminar a mi habitación, abro la puerta y entro, cuando me doy la vuelta, lo veo allí sosteniéndola, ha venido tras de mí y mi corazón vuelve al martilleo incesante en un segundo.

Avanza cerrando y recostándose en la puerta, me mira, y lo miro también, no bajo la mirada.

— Ve a la cama —dice suavemente.

Me siento y espero a que él diga o haga algo más. Tiene la mirada fija en mí, parece estar perdido en sus pensamientos. Pocas veces he sentido la necesidad de saber qué es eso que pasa por su mente y, justo ahora, quiero saberlo todo. Me gustaría tener la libertad de preguntarle.

Gira su cabeza hacia mí.

— Recuéstate — lo hago.

Se acerca a la cama y se detiene a mirarme por un segundo. Su mirada quema sobre mi cuerpo y no puedo evitar sentir el deseo creciendo.

— Acuéstate en el centro y extiende los brazos y muñecas — no dudo en cumplir su orden.

No digo nada cuando mis manos y tobillos se atan en los puños que están dispuestos en los cuatro barrotes de la cama. Una vez más, estoy vulnerable y totalmente entregada a él.

Cierro los ojos y al abrirlos, él está sentado a mi lado y me observa. Veo con tortuosa lentitud como levanta su mano y lleva uno de sus dedos a mi abdomen, y con el dorso de este empieza a acariciar alrededor de mi ombligo, siento unas contracciones que me hacen sonreír, él me mira de reojo cuando sonrío y eso me cohíbe, pero no deja de acariciarme, y yo no puedo evitar mi reacción.

Lo miro por un rato más para volver a cerrar mis ojos, no necesitamos palabras en momentos como este, en silencio, y con caricias que lo dicen todo.

Él no ha cesado las caricias sobre mi abdomen, pero ya no está alrededor de mi ombligo y eso me relaja, aunque la sonrisa no se borra de mi rostro.

Agacha su rostro hasta el mío y veo por el rabillo del ojo sus músculos flexionarse. Trago grueso y abro mi boca permitiendo que tome mi labio inferior entre sus dientes.

Mi cuerpo vibra en reconocimiento y antes de que él suelte mi labio y nuestras miradas se despeguen, me arqueo para sentirlo más cerca y tomo el impulso de besarlo, él no repara en mi atrevimiento y arranca un beso voraz que me deja sin respiración, pero poco me importa, sus manos sujetan mi cintura y siento más de su peso sobre mí, pero me encanta y el beso continua.

Sus labios se sienten suaves y cálidos. Su lengua es seda contra la mía, no hay lucha, es un reconocimiento, él palea y arrasa conmigo.

Me siento impotente sin poder tocarlo, esto lo he sentido otras veces, pero ahora la sensación parece más intensa. Pero no digo nada, me entrego a lo que siento, lo beso y lo beso. Esto es todo lo que quiero. Siento su piel, su cuerpo, en completo contacto con el mío, en cada recoveco del mío propio.

Fue difícil no usar mis manos, controlar las ansias locas que presentaba mi cuerpo, quería acariciar cada parte de el.

Al unir su cuerpo al mío se sintió el cambio, mi mente y mi cuerpo estaban completamente entregados a él, más que nunca, más que siempre.

Gemidos con frases incoherentes me fueron permitidos, gruñidos suyos dulcificaron mi oído, mordidas, pequeños pellizcos, tirones… placer, dolor… fue bueno, fue rudo, fue él. Una liberación potente y cansina.

Al terminar me desató y acarició las partes más marcadas, no hubo palabras pero sí un beso en los labios.

No esperé nada más, estaba feliz.

Me acurruqué y esperé que el sueño llegara con una sonrisa plasmada en mis labios. No es sino hasta que siento su peso y calor en la cama, a mi lado, a la mañana siguiente, que mi cuerpo se tensa… abro los ojos pero no me giro, no lo haré; me he prometido a mí misma que no me dejaré invadir más por cosas absurdas y estúpidas. Inconsciente o tal vez mas consciente de lo que yo misma admito, mi cuerpo se aprieta más a su lado, él me atrae hacia sí mismo, y yo me dejo ir en un sueño lleno de paz en los brazos de mi señor.















Creo que solo puedo decirles Feliz Navidad. Me quedo en un rincón para observar sus reacciones 🙊💕

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