ERIDAN


Sí, mi Señor encontró la manera de cambiar las cosas. Mi pequeño acto de rebeldía evidentemente tuvo estragos en él, pero me conoce tan bien y sabe cada punto sensible de mi cuerpo y lo atacó dejándome en un mar de sensaciones y deseosa de tener más, aunque claro, fui yo quien dijo que no y él lo respeta.

Dejando atrás, o intentando por lo menos, ignorar la excitación que siento en estos momentos, me pongo manos a la obra intentando dejar todo listo para la llegada de mi madre mañana, si bien la estancia se encuentra completamente limpia es obvio que no he pasado tiempo en el apartamento. Estoy feliz por poder tenerla aquí, sin embargo me inquieta lo que vaya a suceder una vez sepa de Ares, no es propio de mi persona ocultarle cosas y menos algo tan importante como esto, al menos lo que es de las puertas para afuera. Cuento con Arabelle para ayudarme en esto, aunque con su eufórica manera de ser, no sé si sea tan conveniente, como sea, tengo poco tiempo y debo improvisar sobre la marcha.

Una vez hube terminado me dirijo al salón donde encuentro a mi Señor curioseando algunos libros de mi estantería.

Aclaro mi garganta para llamar su atención.

—¿Desea que pida algo para comer? —pregunto a sabiendas de que en mi cocina no hay nada comestible y que ambos hemos pasado un buen rato sin ingerir alimento.

—La verdad es que estoy famélico. Intuyo que querrás quedarte aquí esta noche. —No es una pregunta.

—Así es, quisiera quedarme para terminar de organizar todo e ir a recoger a mi madre al aeropuerto. Su vuelo llega temprano.

—Me parece bien. Le pediré a Joseph que traiga tu coche hasta aquí.

—Gracias, Señor. Entonces… ¿flammkuchen? —sugiero.

—Estupendo, pequeña. —Me sonríe y se ubica cómodamente en el sillón de mi sala de estar. Esta visión cala hondo en mi, causando serios estragos en mi ser y no me refiero a nada sexual. Esto está yendo más allá y se siente tan natural que me asusta.

Me dirijo a mi habitación donde dejé mi móvil, lo tomo para realizar la llamada y el pedido. Me demoro un poco más enviándole un mensaje a Arabelle para comentarle que mi madre viene a la ciudad, ella y Blaz son como otro par de hijos para ella y sé que les alegrará mucho verla.

Para cuando suena el timbre camino apresurada para poder recibir la comida, sin embargo mi Señor se encuentra en la puerta recibiendo la caja y pagándole al repartidor.

Todo lo que sucede a continuación me parece surreal, ya que, aunque en todo momento mantenemos la franja de respeto porque él es mi Amo, nos encontramos comiendo sobre la barra de mi cocina y hablando sobre trivialidades.

—Debo confesar que estoy sorprendida por esto —remarco esa última palabra haciendo alusión al momento y la situación.

—¿Te desagrada? —indaga.

—La realidad es que no, Señor, y es eso mismo lo que me sorprende. Me encuentro cómoda. —Soy sincera.

Sonríe ladinamente ante mi respuesta.

—A mi también me agrada, me gusta conocer esta faceta de ti. Cada parte de ti. —Y ahí está. Claramente ya conoce cada parte de mi, pero entiendo a lo que se refiere.

Siento el calor acumularse en mis mejillas y bajo la mirada a mi plato vacío para evadir la suya.

—Sé que no te agrada la idea de involucrar a nuestras familias en nuestra relación y mi reacción fue lamentable cuando me comentaste que tu madre vendría. Me disculpo contigo por eso. —Levanto los ojos y lo encuentro observándome. Sus orbes grises me traspasan y un escalofrío recorre mi espalda. Ciertamente me molestó en sobremanera su actitud pero tampoco esperaba una disculpa de su parte.

—Señor… esto, yo… comprendo, mi reacción ante la visita de sus padres tampoco fue muy buena. —Le sonrío. —Al parecer esto de conocer padres no se nos da bien —intento bromear —. Pero creo que podemos hacerlo mejor —tanteo.

—Desde luego. —Toma mi mano por encima de la barra —Me presentarás como Zahír ante ella, me gustaría conocer a la señora Rossemberg.
Estoy estupefacta.

—Odetta. —Es lo que atino a decir en un murmullo y retiro mi mano. Enarca una ceja, creo que no me entendió. Me aclaro la garganta. —Mi madre, su nombre es Odetta.

—Pues si no te incomoda estaría encantado de conocerla.

Exhalo un largo suspiro.

—Gracias, Señor. Me sentí abrumada ante su visita y a decir verdad me preocupaba lo que sucedería, ya sabe, Arabelle y Blaz lo conocen y lo mencionarían en cualquier momento —juego con mis manos entrelazadas poniendo en evidencia mis nervios.

—Sabes que todo lo que respecta a ti y a mi se basa en confianza y comunicación. Siempre puedes pedirme lo que creas conveniente.

—Yo… Señor —no encuentro las palabras para expresarme —Gracias. —digo finalmente. Su sonrisa augura pura perversión.

—Sabré cómo hacértelo agradecer, pequeña. Estoy ansioso por llevarte a la mazmorra.

Miles de sensaciones me golpean y mi corazón late desbocado en mi pecho. La sangre se acumula en mis mejillas, mi bajo vientre se contrae y tengo que apretar los muslos ante la excitación que me embarga.

Muerdo mi labio inferior cuando levanto los ojos y sé que no soy la única afectada por sus palabras. Veo su mirada oscurecida por el deseo.

—Yo también, Amo.

¿Qué creen que sucederá a continuación?

Como más de uno sabrá, hoy fue el lanzamiento de Intense en su versión digital y física por medio de Amazon ¡ESTOY MUY FELIZ POR ESO! *Insertar gritos locos aquí*

Para celebrar el lanzamiento en mi perfil de Instagram tengo un sorteo de dos eBooks, el cual está vigente hasta la medianoche y los ganadores serán anunciados mañana.

Y también comunicarles que mis días de actualización serán los domingos (puede que algún que otro capítulo venga antes XD)

Para mas info y mantenerse al tanto de las novedades los espero en Instagram.

Un beso enorme, bellezas, espero hayan disfrutado el capítulo.