Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo Cinco.

Ya en su auto pude volver a respirar con tranquilidad, volviendo al papel habitual de silencio, frialdad y a la vez paz y tranquilidad. 

No entendía el punto de ir hasta la editorial en su auto si luego tendría que conducir doble para llegar a su puesto de trabajo, sin embargo, no era algo que pensara rebatir, me gustaba estar aquí, respirar junto a él me llenaba de paz.

Sería mi última semana en la editorial y oficialmente empezarían mis vacaciones, cosa con la que no sabía lidiar, nunca había tenido otra ocupación o una necesidad mayor que me empujara a querer disfrutar de unas vacaciones; la editorial en el sentido más literal lo había sido todo para mi, hasta ahora... 

Y ahora ¿nada?, ahora estaba él, mi señor... luego todo volvería a ser mi trabajo porque estaba clara que en un punto todo esto terminaría, pero mientras tanto, yo disfrutaría al máximo.

°°°

El fin de semana pronto había llegado, de mi, por fin, muy buena semana. Si me ponía pensar tenía que agradecer bastante por ello, pues muy pocas veces una semana completa pasaba y yo salía ilesa de ella.

Me tomaría unos días para ir a Dortmund a ver a mi familia siguiendo la sugerencia de mi señor, y el resto de mis vacaciones sería solamente suya. 

Antes de mi viaje invitamos a Arabelle y Blaz a casa, mi señor quería que solucionara los problemas con Blaz.

—No tendría necesidad de hacer esto, Eridan, pero tu bienestar es también mi prioridad y tus amigos son esenciales en tu vida, no quiero que te sientas presionada en ningún momento... — hablaba con intensidad sin dejarme retirar mi mirada ni retirando la suya —Si tu amigo te hace sentir incómoda, espero me lo hagas saber y yo me encargare de ello. Recuerda, no importa lo que él piense, importa con lo que tú te sientas bien. Lo intentaras... si no hay un punto común lo dejaremos y ya ¿de acuerdo?— una emoción indescifrable iba creciendo en mi interior con cada palabra suya.

Asentí.

Dejó un sutil beso en mis labios, acompañado de sus dientes traviesos que arrastraron mi labio hacia afuera en un tirón leve pero certero.

Sonreí ante los recuerdos. No había otra cosa que quisiera hacer ahora.

Cuando sonó el timbre empecé a bajar las escaleras de uno en uno, no tuve necesidad de llegar completamente abajo cuando la voz de Arabelle llegó a mis oídos, era de esperarse que Annette los hiciera pasar.

Fui hacia la sala de estar, donde supuse se encontraban. 

Estaban sentados en un sillón, pareciendo tímidos ante todo, quise reírme, sin embargo, recordando el motivo de la reunión, recompuse mis facciones y me fui acercando a ellos.

—Chicos, bienvenidos— saludé y me acerqué a mi amiga para estrecharnos en un abrazo. 

Preferí obviar a Blaz, ¿para que un saludo cariñoso? preferiría tener una despedida cariñosa si las cosas llegaban a un punto de acuerdo.

—Linda casa la que tienen— comentó Arabelle con una sonrisa radiante, la cual respondí.

—Zahír tiene buen gusto— respondí a ello con naturalidad.

—¿Cómo has estado?— vi el titubeo en sus palabras y sus ojos viajaron a Blaz.

—¿Crees que podemos tener un minuto?— pregunté, ¿descortés? si, lo era, pero poco me importaba.

—Bien, vamos— dejamos a Blaz solo y caminamos hacia otra sala, él parecía sin emociones.

—¿Entonces?— me detuvo para que no siguiera caminando, me giré hacia ella y me tire a abrazarla y luego di un golpe en su cabeza ¡Reina de la madurez!

—¿Sabes que en gran parte esto sucedió por tu culpa? Deberías aprender a mantener la boca cerrada— regañé.

—Lo siento, cariño, pero estaba realmente preocupada por ti... ahora te veo y parece que aquello nunca hubiese ocurrido. Ha pasado poco más de una semana desde tu discusión con Blaz y no hemos sabido nada de ti, ¿crees que eso es agradable? Sé que tengo parte de culpa, pero las cosas no pueden pasar simplemente así— dijo.

Nos miramos por largos segundos y supe que debía bajar la guardia, ella también tenía razón.

—Lo siento, Ara, me molestó demasiado la actitud de Blaz; realmente espero podamos arreglar las cosas, no debí perderme ni dejar de responder tus llamadas, también siento eso —dije tomando sus manos entre las mías. 

No dijo palabra alguna, solo me abrazó.

Caminamos de nuevo hacia donde se encontraba Blaz, en ese preciso momento mi Señor iba bajando las escaleras y me quede viéndolo un par de segundos. Terminó de bajar y se acercó a saludar a mis amigos.

—Bien, Arabelle— la llamó él en un tono cálido, no pude evitar sonreír —¿me acompañas?— iban a dejarnos solos, internamente agradecí aquello.

Cuando ambos salieron Blaz pronunció sus primeras palabras de la noche:

—Bien— ¡vaya! Qué hablador.

—Bien— respondí —¿sabes que tenemos que hablar y que el que debe reconocer algo aquí eres tú?— respiré varias veces para controlar mi tono, recordar nuestra discusión no hacia más que ponerme a la defensiva.

—Lo sé, lo siento— dijo con pesadumbre —realmente siento esto, el distanciamiento, todo... no me gusta.

—Yo también lo siento, no sé por qué, pero lo siento. Te quiero demasiado y eso lo sabes, pero debes aceptar que mi vida es mi vida, Blaz, eres parte, pero no puedes decidir sobre ella ¿entiendes? — no quería ser hiriente pero sentía que lo hacía con cada palabra. Así me lo confirmo su mirada dolida.

—Prometo que no me meteré más en tu vida, puedes hacer lo que quieras, solo espero que no salgas lastimada. Esas cosas son arriesgadas, Eridan, tu misma vida corre peligro, además ¿qué tanto conoces de él?, ¿qué sabes que quisiera hacerte? Corres a él sin importar nada, sin pensar, sin demostrar que eres una mujer adulta— me recordé como inhalar y como exhalar.

Cuando abrí la boca para responder, alguien más lo hizo por mí.

—Ella es lo suficientemente adulta y madura para saber lo que quiere, Blaz— dijo mi señor con voz profunda y calmada—. Nuestra vida privada no te compete, más entiendo que te preocupes por alguien a quien tienes en alta estima— hizo una pausa —. Pero déjame decirte que el BDSM es muy amplio para que definas como riesgosas todas las prácticas y creas que todas las personas se manejan al extremo.

Pude ver a mi amigo reducirse como un pequeño, su mirada no era molesta, por el contrario, estaba algo perpleja.

—Hay cosas que no comprendes y eso lo entiendo, no hay manera de explicarlas porque sencillamente no tienen explicación, solo el que las siente las sabe; si te interesa te invito a investigar al respecto y por mi parte te aseguro que nunca haría nada que pusiera en riesgo de cualquier manera a Eridan— prosiguió firmemente.

—¿Por qué no le harías daño?— preguntó en tono defensivo.

—Porque yo tengo palabra, porque nuestra relación se basa en seguridad y confianza, y porque no soy un psicópata— finalizó.

Él aun parecía calmado, pero Blaz parecía más desesperado por defender su punto.

—Y quién garantiza eso, ¿tu?— volvió a insistir.

—Es tu problema creerlo o no; solo espero que aceptes y apoyes a quien dices que es tu amiga y aprecias de tal manera; nada más— dijo mi Señor.

Creo que si antes sentía admiración hacia él, lo que sentía ahora podría hacerme explotar. 

Mi amigo asintió.

—Lo siento Eridan, de verdad lo siento— su mirada gacha me dijo que de verdad estaba arrepentido —yo... por favor, solo ten cuidado— decía con mirada suplicante.

Me acerqué a él y tomé su mano apretándola entre la mía.

—Nada malo va a ocurrir— le dije con suavidad.

—Iré a ver cómo va la cena, Arabelle ha quedado encantada con la receta de Annette— salió de nuevo mi Señor, dándonos otro minuto de privacidad.

—Hey— llamé intentando sonreír, el alzo la vista hacia mí. Parecía debatirse. —Cuéntame, ¿cómo va todo?

—Prométeme que si él te hace daño te alejaras— pidió.

—Lo prometo— no pude evitar rodar mis ojos, ¡Por Dios!

—Bien, todo va bien— se acercó y me dio un abrazo, ahí estaba mi amigo. Le devolví el abrazo y luego fuimos a reunirnos con los demás.

La cena transcurrió tranquila, con bromas y demás por parte de Ara, quien había mostrado su entusiasmo cuando nos vio entrar juntos a Blaz y a mí. 

Todo parecía estar encaminándose de forma correcta.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro