Nana
Pasaron algunas horas de aquel gran acontecimiento, los tres se encontraban en aquella pequeña sala. Taehyung, estaba cubierto por un cobertor, sentado en un sillón pequeño.
—¿Quien eres?, porque es más que obvio que no eres mi nieto.
Él no dijo nada, solo observó a su alrededor. Aquella casa, cómo ellos la habían llamado, olía deliciosa, un aroma nuevo para su diminuta nariz. Aunque ahora que lo veía, era de un proporción más grande. Curioso, puso la mirada sobre este.
—¿Pero que haces?.
Namjoon sonrió sin poder evitarlo, mientras su mente traía viejos recuerdos de su nieto fallecido. Lizeth solo frunció el ceño al ver cómo aquella cosa ignoraba sus preguntas.
—¡Hey! Te estoy hablando, ten más respeto por tus mayores, niño.
—¿Nana?.
Lizeth parpadeo, noqueada por aquellas dos sílabas.
—¿Que dijiste? –pregunto Namjoon–.
—Nana...Así te llamas. ¿Verdad?.
—Tae-Taehyung...Solo él me llamaba así.
—Uhmm, bueno...cuando yo tocar a Namjoon...ver...pude ver –se corrigió–, a él –se señaló a él mismo–.
Lizeth miro a Namjoon y esté igual la estaba mirando.
—¿Por eso me dijiste, Namjoon muriendo?.
—Es así, Taehyung hablando con él y yo verlo... Eso ser raro –lo penso–, jamás pasar.
—Santo Dios –Lizeth puso una mano sobre su pecho, sorprendida–.
—Tranquila cariño, debes de estar tranquila.
—¿Cómo quieres que lo esté? –miro a su esposo, molesta–. Él viene aquí, a perturbar nuestra paz y todavía toma la forma de MI nieto.
Lizeth se puso en pie, molesta y ofendida.
—Cambia. ¡Ahora! –exigía gritando, asustando a aquel ser–, me importa muy poco que seas un ser de otro planeta, me importa poco morir si te molesta mi comportamiento, me importa poco todo...pero esto... –lo señaló de pies a cabeza–, esto es una ofensa para mí familia. Así que cambia.
—Yo sentirlo –se disculpo–. No poder, yo no tomar otra forma –suspiro, algo que había hecho por primera vez y le sorprendió–. Uh, ¿que fue eso?.
—¿Que fue de que?.
—Esto –volvio a suspirar–, se siente bien. Quitar una...¿Carga?.
—Se le dice suspirar –hablo Namjoon–, es una respiración que votas, puede ser por pena o dolor, tranquilo, es normal en nosotros.
—¿Nosotros?. Él no es un nosotros, Namjoon.
—Lo se cariño, tranquila.
—¡No me pidas que este tranquila! –miro a ambos presentes ahi–, y tú...espero y ya no estés cuando vuelva.
Sin nada más que decir se fue de ahí, escaleras arriba. Namjoon nego y suspiró.
—Tranquilo, ya se le pasará.
—Nana...¿Mal?.
—Uhmm, está un poco delicada, pero bueno, esa es una historia a parte. Mejor cuéntame cómo llegaste aquí.
—Bueno, esa ser una historia larga.
—Tranquilo, yo te escuchó.
Y así pasó una hora, en la cuál Taehyung, le contó todo lo que había vivido, lo cual parecía una historia sacada de película para Namjoon.
—Asi que...¿Puedes tener hijos?.
—Asi es –se cubrió el hombro con la manta–, pero papá y ¿Mamá?, si, ellos, querían que yo me casará con uno de casta alta a cambio de expandir las tierras.
—Wou, vaya. Tu vida parece toda una película, niño.
—¿Película?.
—Si, es una clase de montaje donde cuentan una historia real o ficticia. Cómo por ejemplo, tu especie aquí es algo... ficticio. Aunque bueno, para algunos es real, cómo para otros no.
—Si, eso lo sé –Namjoon noto que su vocabulario iba mejorando conforme pasaban los minutos–, en todos mis días vividos pude ver cómo fueron avanzado y creando cosas. Fue bastante...in...in...
—Interesante.
—Asi es –le sonrio–. Mis fadres...
—Padres –corrigio con una sonrisa, recordando cuando su nieto, Taehyung, era tan solo un pequeño que no sabía pronunciar muy bien las palabras–.
—Eso, mis padres, ellos me informaron un poco sobre ustedes y bueno...a mi darme mucha curiosidad. Gustarme cómo contruir cosas, crear casas grandes...
—Edificios, se llaman edificios.
—Cierto –sonrio–, son bonitos. Brillar mucho.
—Eso es gracias a la luz solar que choca contra los vidrios, dan ese efecto, porque en estos se refleja.
—Vaya, todo eso ser muy lindo.
—Si, cuando lo ves por primera vez, lo es.
—¿Aún continuas aquí?.
Taehyung miro para atrás y Namjoon para el frente.
—Cariño...
—Cariño nada, Namjoon. Está cosa se va de mi casa, ahora.
—Esta bien –Taehyung se puso en pie–, no querer molestar a Nana.
—No me llames así, tu ¡no tienes ningún derecho de hacerlo!.
—Lizeth, no hay necesidad de gritarle.
—No digas nada Namjoon, no lo hagas. Y, si quieres verme tranquila, será cuando esta cosa se vaya de nuestra casa.
—Yo irme –aseguro–, no querer que Nana esté triste por culpa mía.
—No llores Nana, no quisiera verte así antes de irme.
—¡No digas eso Taehyung!.
—Ay...Nana –tosio–, se que estoy mal y que no pasaré de está noche.
—No... tú... Estarás bien, tus padres ya están buscando a un donante.
—Si este es mi destino, así tendrá que ser –le sonrió, cálido–, solo promete que...en todas mis próximas vidas... serás mi abuelita bella.
—Te lo juro mi amor –beso la frente fría de su amado nieto, no queriendo aceptar que este se iba–, pero para eso falta mucho –agrego–, tienes que vivir estar vida, tener una novia o novio, no me importa, casarte, tener hijos, darme bisnietos.
—Ay Nana –carcajeo, débil–, serán en mis otras vidas, Nana...Pero por favor, no estés triste.
—¿Lizeth?...cariño.
Está se puso a llorar en cuanto tuvo a su esposo cerca. Namjoon la abrazo y beso su cabeza con delicadeza.
—Tranquila.
—No puedo Namjoon –sollozo–, m-me recuerda tanto a él.
Namjoon se apartó un poco y le miro a los ojos, aquellos ojos esmeralda que tanto amaba.
—¿Lo extrañabas mucho, verdad?.
—Si, mucho.
—Entonces, ¿que estás esperando, cariño?.
—Tengo miedo –suspiro–, de no sentir lo mismo... Le tengo miedo.
Se abrazo a él. Namjoon miro a Taehyung de reojo, este se encontraba viendo a su alrededor, ajeno de lo que estaba pasando a solo metros de él.
—Se que no es el mismo Taehyung que conocimos y criamos –aseguro–, pero...Que te parece y ¿le das una oportunidad?.
—Y si...
—Tranquila cariño, el no te comerá –comento burlon–.
—Tonto.
Golpeo el pecho de sus esposo y ambos comenzaron a reír. Namjoon quizá tenía razón. Se apartó de su esposo y miro a Taehyung, luego a su esposo, este asintió dándole a entender que tenía todo su apoyo.
Lizeth tomo aire y se fue acercando poco a poco a Taehyung, pensando en lo que le diría, o en qué aquel ser no era su nieto; si no un extraterrestre que tomo la forma de su Taehyung.
—¿Cómo te llamas?.
—¿Taehyung?.
—No, me refiero al tú que vino a la tierra.
—Oh –sonrio–, mamá decirme Tata.
—Suena lindo, Tata –lo abrazo sin esperar y sintió como Tata también lo hacía–, perdóname...Por actuar así, ser cruel contigo cuando tú salvaste a mi esposo.
—Tranquila, Nana...yo entender.
Lizeth se separó y miro a Tata, este se encontraba sonriendo.
—No llores, Nana...sonrie, me gusta tu sonrisa.
Ay chale, lo de la abuela de Tae salió de la nada y me está gustando el ritmo que está llevando...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro