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Ilusión

Un nuevo día llegó y con ello un hermoso amanecer. Taehyung se encontraba observando este a través de la venta de su habitación, le encantaba el como salía el sol: resplandeciente y muy alegre.

—¿No pudiste dormir?.

Miro para atrás, su abuelo se encontraba sentando en la cama que le pertenecía, limpiando sus gafas.

—Si lo hice, es solo que despertar antes para ver al foco.

—Se llama sol, no foco.

—Cierto –sonrio, apenando–. Allá no haber esto, ser todo oscuro.

—Oh, vaya –se puso los lentes–, supongo que esto es algo hermoso para ti.

—Lo es –aseguro–, por eso despertar antes.

—Entiendo, ahora ve a ducharte que luego iremos a ver a Jungkook.

—¡Si!.

Salió corriendo en dirección al baño lo cuál sorprendió a Namjoon ya que usualmente tenia que rogarle u obligarlo para que lo haga, al parecer habían tenido un avance.

Después de que Taehyung tomara un baño se dedicaron a conversar un par de minutos, como todos los días.

—¿Está todo bien?.

—¿Con respecto a qué, abuelo Kim?.

—Oh, pues...no lo sé, a todo. ¿Estás cómodo? ¿te molesta algo o alguien? ¿te gusta el lugar?.

—Si, estoy cómodo –dijo mientras ataba las agujetas de los tenis que le había obsequiado la Nana Kim–, y no, nadie me molesta, y por último –se puso en pie y sacudió un poco la sudadera que traía puesta–, sip, me encanta este lugar.

¿Y como no? Si ahí se encontraba aquella persona especial. Namjoon solo asintió, no quería darle vueltas al asunto, quizá Taehyung ya le contaría. En cuanto salieron de la habitación un par de rayos solares y cantos de pajaritos los recibieron.

—Bien. Por favor ve a abrir las ventanas de las aulas, yo iré a revisar algunos documentos en la oficina y luego iremos a ver cómo está Jungkook.

—Entendido mi capitán.

Después de decir aquello se fue corriendo, dejando con las palabras en la boca a Namjoon. Aquellas palabras le habían traído recuerdos de su difunto nieto.

Suspiró y nego, debía de aceptar que él no era su nieto.

Taehyung fue corriendo a casa aula y fue abriendo las ventanas, sintiendo como el aire fresco ingresaba por estabas. En el transcurso se fue encontrando con alumnos que ya se encontraban de pie, algunos con libros en mano, otros paseando, y alguna que otra pareja.

En cuanto llegó a la última aula abrió la venta y un hermosos arcoiris lo recibió.

—Vaya...

Maravillado la observó, habían tantos colores, era algo hermoso de admirar.

Para el pasaron solo segundos pero fueron minutos ya que el aula se fue llenando de alumnos, los cuales no le prestaron la más mínima atención.

Una brisa golpeo su rostro y una sonrisa se dibujo en este, amaba cuando el viento chocaba contra él...era algo satisfactorio. El sonido de la campana siendo tocada llamo su atención, miro a su alrededor, atemorizado. El aula estaba repleta de alumnos, algunos se encontraban en sus bancas con libros, otros sumidos en sus celulares y algunos entraban corriendo al aula. Despacio se alejo de la ventana, rogando que nadie le hubiera visto.

Comenzó a caminar hacia la salida y cuando estaba a tan solo un metro de llegar a esta, otra brisa golpeó contra él, pero está traía algo peculiar; un delicioso aroma.

—Jungkook.

Este iba entrando al aula, vestido con una camina blanca, un jersey café, un pantalón de tela color crema ajustado, zapatos y un bolsón color negro. En cuanto lo vió le regaló una diminuta sonrisa, Taehyung no podía creerlo, le había sonreído. Sintió como su cara se fue calentando y aquello le aterró. ¿Que era lo que le estaba pasando? ¿Acaso se estaría enfermando? Así es como su Nana le había dicho que llamaban a aquello que les causaba algún malestar. Negó, no podía ser ya que se había estado cuidando todo ese tiempo.

Jungkook se fue acercando a él y la calentura en su rostro fue aumento.

—Taehyung, no pensé que estarías en esta carrera.

—Oh...y-yo...no, no...yo sólo venir a abrir ventas.

—Oh, entiendo.

—Yo...irme.

Quiso escapar, pero Jungkook lo detuvo.

—Espera, tengo algo que darte –abrio el cierre del bolsón y el corazón de Taehyung se fue acelerando. Jungkook comenzó a buscar en este–. Aquí está, ten.

Le tendió aquella cajita que le había entregado la noche anterior. ¡Era verdad! Su cajita.

—Gracias –la tomo con cuidado–. Espero y te haya ayudado.

—Lo hizo... bastante a decir verdad. Muchas gracias.

—D...de nada –sonrio–. B...bueno, yo irme.

Sin despegar la vista de Jungkook, fue saliendo del aula y en cuanto estuvo afuera comenzó a brincar de felicidad, Jungkook le había sonreído aquel día. ¡Era un día espléndido!.

Lo que si no espero es que lo días siguientes ser ignorado por Jungkook. Si, a la mañana siguiente había despertado con un buen humor, el sol era radiante, un nuevo arcoiris había salido y los pajaritos cantaban felices.
Aquella mañana había despertado decidido en ir al aula de Jungkook y mostrarle el dibujo que había hecho, era hermoso: o bueno, así lo veía él.

En cuanto vio a Jungkook se le acercó, pero este paso de largo, lo cual lastimo a su pequeño corazón. ¿O quizá no lo había visto bien?, se quiso acercar pero vio como este se sentó en su pupitre y comenzó a sacar sus cosas, así que decidió irse ya que no quería interrumpir.

Miércoles, aquel día había amanecido un poco nublado y los ojitos de Taehyung estaban de un tono azul, demostrando a través de estos su tristeza.

—¿Estás bien?.

—¿Eh?.

—Te pregunte si estaba bien, desde ayer por la tarde te vi triste. ¿Pasó algo?.

—Oh...bueno.

No sabía si contarle o no. El abuelo Kim era sabio y le escuchaba, pero algo dentro suyo le decía que no le contará nada, que aquello que le sucedía era algo que debía de solucionar él mismo, y por otro lado había una parte que quería desahogarse y contarle todo.

—No es nada malo, eso creo.

—¿Creés?.

Asintió, no muy convencido. En ese momento se encontraban en la oficina de Namjoon, Taehyung estaba sin el barbijo que le cubría medio rostro ya que estaban en confianza.

—¿Porque me duele aquí?.

Puso la palma de su mano sobre su pecho, por el lado que se encontraba su corazón.

—Oh, bueno –se preocupo–. Quizá sea...algún malestar, o también...

—No –nego–, no es ningún tipo de enfermedad...más bien es...emocional.

—¿Emocional?.

—Si –suspiro–. ¿Así duele cuando te rompen el corazón?.

—Tata, no te entiendo.

—Jungkook –dijo–, él es-...

— Perdón, pero ¿Que tiene que ver Jungkook?.

—¿Recuerdas que te dije que venía a buscar el significado del amor?.

—Si –aseguro–, es un día que jamás podré olvidar.

—Lo sé –sonrio–. Bueno, Jungkook es ese significado.

—¿Cómo?.

—Lo quiero a él –aseguro–. Quiero que él me enseñe lo que es el significado del amor.

Namjoon palidecio y nego.

—Cualquiera menos él, Tata. Su padre es una persona... especial. Creció con muchas reglas en su vida, reglas que jamás estaría dispuesto a romper, te lo aseguro.

—¿Porque estás tan seguro?.

—Por qué lo conozco, conozco a su familia y se cómo son. Los Jeon son una familia creyente del cristianismo, ellos no creen en la ciencia, ni muchos menos en los extraterrestres.

—Pero, yo puedo...

—No, Taehyung –nego–. No podrás hacer nada que le haga cambiar de opinión, además: no creo que a Jungkook le gusten los hombres.


























Buenas buenas, como están :3?

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