Extra n°1: la adopción
—¿Estás bien, Sunhee? —la habitación de la gran mansión donde vivían se encontraba en completa oscuridad, Namjoon temía golpear algo con su pie sin querer y tirarlo al suelo, pero ella lo tenía muy preocupado, hace días que no daba señales de estar bien para ejercer como vidente, la veía débil y llena de arrugas, sentía que en cualquier momento se desvanecería entre sus brazos al igual como lo hicieron muchos videntes años atrás.
—Estoy bien, Moon —la respuesta le llegó lejana y amortiguada por las paredes de mármol, pero el hermoso apodo le hizo sonreír. Desde pequeña, ella solía llamarlo así, jamás perdió la oportunidad de hacerle ver que él era su Luna, alguien que la guiaba con paciencia y luz por el camino cuando todo se volvía completa oscuridad— El vidente...me ha dado una orden.
Namjoon se acercó a ciegas, dejándose llevar únicamente por el sonido de su anciana voz —¿Qué orden? —a pesar de haber oído más de cien veces la misma orden, a pesar se haber vivido más de mil veces la misma situación, seguía oprimiéndole el corazón como si fuera la primera vez, ver morir a quien criaste desde que era un bebé nunca es fácil, no importa cuantas veces lo hayas repetido. Namjoon aún conservaba la sensibilidad de un corazón humano.
—Tenemos que encontrar a un nuevo vidente, tenemos que ir al orfanato —se detuvo un momento— Mi cuerpo...está muriendo, no resistirá más de dos años.
Un jarrón de cerámica cayó al suelo producto del puntapié accidental que le propinó a la repisa. Adiós a la niña que le daba cada flor que encontraba en el jardín, adiós a la adolescente que se encerraba en su habitación, protestando cansada por las lecciones que Namjoon le obligaba a tomar.
Adiós a la mujer adulta y decidida en la que se convirtió.
Kim Sunhee iba a morir, y el nuevo vidente debía tomar su lugar.
•••
—J-jun... —Namjoon movió su cabeza de arriba hacia abajo, animando al niño entre sus brazos a pronunciar su propio nombre, Sunhee estaba convencida que mientras más rápido aprendiera Jungkook a hablar, más fácil podría ser la comunicación entre él y el vidente que debía tomar parte de su conciencia— Koook.
—No, no —el moreno sonrió amigable, mostrándole sus hoyuelos —No alargues tanto la o, solo kook.
—¿Kook?
—¡Muy bien! —Namjoon aplaudió y Jungkook imitó su acción, mostrando sus dientes faltantes al sonreír animado. Tenía recién un año, y si bien los niños aprendían a hablar de forma correcta cerca de los tres, a ellos les urgía que Jungkook aprendiera antes de tiempo, y como no podían contratar un profesor particular, Namjoon debía hacer la mayor parte del trabajo.
—Otra vez, Jung-Kook.
—Junkook —repitió, totalmente concentrado, mirando sus ojos con grandes aceitunas negras.
El moreno sonrió frustrado —Bueno, una sílaba más o una sílaba menos, no hace mucha diferencia —lo alzó entre sus brazos y besó los mofletes del bebé con cariño, emitiendo soniditos juguetones al final de cada acción. Ingresó con él a la mansión que de ahora en adelante sería su hogar, recorrió el gran salón principal, donde alguna vez le gustaría enseñarle a bailar para que su vida no gire en torno al mundo decisivo. Llegó hasta la cocina, donde una caja completa de bocadillos para bebés lo esperaba sobre la encimera.
—Una vez dije que jamás le daría comida embasada a un niño —le contaba a Jungkook mientras miraba con desconfianza los paquetes —Pero agradece a Sunhee que haya insistido en que tienes que comer proteínas como las personas normales, o yo te habría dado gusanos, en la época medieval eran una exquisitez —Namjoon miró el leve rostro de asco que colocó el bebé al escuchar la palabra gusano —Bueno, ni tan exquisitez eran, pero daban muchas proteínas.
El niño lo miro con ojos grandes y negros, probablemente no entendía mucho más allá de que los gusanos eran asquerosos, ni siquiera sabía qué eran las proteínas, solo se concentraba en mirar con dedicación el rostro que le ha dado todo el cariño que nunca recibió en el orfanato. —Sun —así se refería Jungkook a la vidente. Sunhee evitaba tener demasiado contacto con el pequeño, no quería que cuando ella muriera, Jungkook la extrañara, prefería que siempre recuerde a Namjoon como cuidador en lugar de a ella, porque cuando su vidente murió, a Sunhee le costó demasiado superarlo, y como tal, no quería que otro niño atravesara por lo mismo.
—Sí, Sun te salvó de comer gusanos.
—¡Gusanos! ¡Puaj!
Namjoon rio enternecido, los ojos despiertos y vivaces de Jungkook le indicaron desde un inicio que sería un joven astuto e inteligente. Sería uno de los mejores videntes que hayan dirigido el mundo decisivo de Seúl.
•••
1
6 años después
Ser joven es complicado.
Ser joven y vidente al mismo tiempo, es aún peor, sin embargo, Namjoon admiraba la gran disciplina que logró adquirir Jungkook. Verlo sentado debajo del gran manzano que tenía el patio trasero de su hogar, le dio la seguridad de que su pequeño bebé estaba bien.
—Nam hyung —lo llamó. Namjoon se asustó las primeras veces en que descubrió que Jungkook podía sentir su presencia aún cuando tuviera los ojos cerrados —Ven aquí.
El moreno hizo caso y fue sin colocar mayor resistencia —¿En qué caso estás trabajando ahora? —le preguntó mientras se sentaba al lado de él, Jungkook estaba próximo a entrar en los 20 años, su cuerpo de hombre estaba tomando forma.
—Estoy moldeando el mundo desicivo de un chico que en esta vida tiene por nombre Park Jimin. —Jungkook le tendió un foto cristalizada de Jimin, esa misma foto iría a los registros de vidente, donde quedaría evidencia de quien fue en algún momento de la historia.
El joven de cabellos negros abrió los ojos despacio, volviendo con calma a la realidad, Namjoon esperó el tiempo que tardaba en recuperarse para volver a hablar —¿Ya sabes como será su accidente?
—Sí, un camión con sus luces de freno en mal estado va a detenerse repentinamente, Jimin no alcanzará a reaccionar y saldrá eyectado de su motocicleta debido al impacto —guardó la fotografía cristalizada entre sus mangas— Va a ser un accidente un tanto fuerte para sus padres y amigos, pero a la larga él se pondrá bien.
—Por lo que veo, ya tienes todo el proceso.
—Así es —Jungkook se quedó observando a Namjoon un momento —Hyung...el vidente me dijo algo más.
Él ladeó la cabeza —¿Qué cosa?
—Jimin conocerá a su amor verdadero.
Namjoon se enterneció, pocas personas tenían la posibilidad de experimentar algo así de hermoso. Él a conocido la forma de amar más pura e incondicional, que es la de los niños, pero jamás a experimentado la de una pareja —Vaya...
Jungkook sonrió —Sí, vaya. Me siento feliz de poder presenciar esto.
—¿Los conoceremos? —preguntó.
—Sí, el mundo decisivo los guiará hasta mi, llegarán aquí cuando Jimin se recupere.
Namjoon se mantuvo observando la sonrisa genuina de Jungkook, se veía realmente feliz de poder tomar un caso así. Tenía plena confianza de que sabría manejarlo muy bien, había entrenado día a día para ser el mejor, y al final de la vida, lo que importa es la satisfacción que sientes contigo mismo.
El camino es uno, pero somos nosotros los que decidimos si queremos tomarlo, o deseamos construir uno nuevo.
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