Extra #5 (Parte 3)
La nueva vida de Easton (Parte 3)
7:46 pm
—Nos mintieron —soltó Sanne.
—¿Disculpa? —cuestionó Donovan, ladeando su cabeza. Dalia se vio tan sorprendida como él ante esa declaración.
—Nos mintieron, par de idiotas —repitió ella, había una sonrisa en sus labios —. Easton es mucho más encantador de lo que describieron.
Entonces, ambos sonrieron. Podían escuchar a los niños jugando en el patio, y entre tantas risas estaba la de Easton. Desviaron la mirada hacia él, lo encontraron divirtiéndose junto con los otros terremotos. Siempre supieron que East merecía un lugar al cual pertenecer, ellos quisieron dárselo. Ahí estaba el niño más encantador que conocían, siendo tan feliz como merecía.
—Es increíble —aseguró Dalia, sonriendo hacia él. Su sonrisa solo aumentó cuando vio a Ty unírsele —. Es un niño tan bueno, merece tanto y ha tenido tan poco...
—Es impresionante lo que dijo sobre los huracánes, como supo exactamente lo que necesitaban—señaló Calvin, refiriéndose a los hijos de los Bacher, quienes todavía dormían —. Habla como un adulto y aún así tiene la capacidad de divertirse como un niño.
—Es que ha sufrido como alguien mayor —habló Donovan, tras suspirar —. Solo que no lo ha notado. Es triste pero, para él, todo lo que ha vivido es normal. No sabe que en realidad no lo han tratado como merece.
—Aquí se dará cuenta de todo el amor que merece —dijo Eve, con una sonrisa —, porque nos encargaremos de dárselo.
—Yo creo que el mundo comienza a darle lo que necesita, porque cruzó su camino con el de dos padres increíbles —aseguró Derek, mientras distraía a Lavanda en sus brazos —. Y, por supuesto, a unos tíos inclusive más asombrosos.
—Tan modesto...—Lilian rodó sus ojos con diversión, pero luego observó a sus amigos —. Pero en serio, es un niño maravilloso que ya se está robando nuestros corazones. Si nos está cautivando ahora, no quiero ni imaginar como estaremos en unos años.
—Bueno, nuestros corazones se los robó hace rato, Lili—aseguró Dalia, riendo un poco. Luego miró a Donovan—. Es increíble pensar que ese niño es nuestro hijo; que Ty y él lo son. Los dos son tan...increíbles. Me siento una mamá orgullosa.
—Y yo un papá orgulloso —continuó él, tomando su mano con cariño para luego besar sus nudillos.
—Y yo un papá con mala suerte —soltó Derek, con una mueca de desagrado en su rostro. Livi, aún en sus piernas, parecía que comenzaría a llorar por estar sucia —. Bonita, alguien hizo algo no muy bonito en su pañal. Te toca cambiar a esta belleza.
Lilian soltó una carcajada y cargó a su hija menor. Se levantó de la mesa en la que estaban todos sentados y fue en busca de la pañalera, mientras la conversación seguía. Donovan escuchaba a todos, incapaz de esconder la alegría que sentía por saber que East ahora estaba con ellos, que le darían lo que en realidad merecía. Río de los chistes de Derek, continuó hablando con Calvin y Sanne, se ofreció a cargar a Lavanda cuando Lili regresó, pero hubo un punto en el que algo mucho más grande le ganó.
No podía explicar la sensación de cansancio que a veces se apoderaba de él, y mucho menos el dolor que, en ocaciones, lo descolocaba. Esa vez, tan solo fue cansancio que, por segundos, lo alejó del lugar en el que estaba. Sintió sus ojos pesados, todo él un tanto pesado, pero sabía que no se podía dormir. Disimuló lo mejor que pudo, me atrevo a decir que ninguno en la mesa notó que Don estaba respirando con fuerza e intentando mantenerse firme y consciente. Ni siquiera cuando escuchó a Gabe y a Cloe aparecer, finalmente despiertos, pudo concentrarse en ellos del todo.
—¡¿Por qué no nos despertaron?! —exclamó Cloe, meciendo a Holden en sus brazos —. Ahora tengo que pelear por su atención con los terremotos ¡Eso es imposible!
—Se veían cómodos —Sanne se encogió de hombros y luego volteó para verlos bien. Soltó una carcajada casi al instante —. ¿De dónde sacaste el marcador, Derek?
—¡¿Qué?! —exclamó Gabe, abriendo mucho sus ojos. Ladeó la cabeza y vio a su esposa, sus mejillas estaban llenas de rayones y supuso que las suyas estaban igual —. Ugh, tu si que jodes, Derek.
—Intenté ocultarle los marcadores, lo siento —soltó Lilian, mientras Derek, Sanne y Calvin reían.
—Me vengaré, nerd —señaló Cloe, pasando su mano por las mejillas de Gabe para ver si el marcador se borraba. Eso captó la atención de la niña en los brazos de él, quien intentó tomar sus dedos —. Espera a que alimente a mis huracánes y vendré por ti, grandísimo imbécil.
—Mira que miedo tengo, friki —soltó él, fingiendo que temblaba.
Mientras tanto, Don estaba más concentrado en mantenerse atento a todo lo que ocurría a su alrededor. No dormirse, no dormirse...
—Donny —Dalia lo llamó, notándo lo callado que estaba —. ¿Te encuentras bien?
—Sí —él sonrío de lado, sosteniendo a Lavanda con la poca fuerza que tenía para no dejarla caer —. ¿Cargas a Livi, amor?
—Claro...
Don dejó un beso sobre los cabellos rubios de su sobrina y la dejó sobre los brazos de su novia. Para ese punto, sabía que era imposible ocultarle a sus familiares que no estaba del todo bien. Por suerte, el cansancio comenzaba a hacerse más leve, como solía ocurrirle a menudo. Se sostuvo de las rodillas y respiró con fuerza unas pocas veces más. Notó que nadie habló en el proceso.
Odiaba eso. Odiaba saber que las personas que amaba lo estaban mirando con preocupación, esperando lo peor.
—Lavanda está tan grande —habló Dalia, intentando distraer al resto. Ella tomó la mano de Don mientras tanto, él le dio un pequeño apretón en agradecimiento —. Miren nada más como intenta agarrar mis aretes. Será otra Osbone muy curiosa.
—Mientras no sea traviesa, todo bien —continuó Gabe, consciente de lo que Dalia intentaba —. Ya tenemos a muchos Osbone bromistas, empezando por el mayor.
—Sé repartir muy bien mis genes, Bacher —soltó el mencionado, divertido.
—Agradezco cada gen que aportó Lilian, en ese caso.
Lilian soltó una carcajada, Derek solo soltó un resoplido y fingió estar ofendido, cuando en realidad no lo estaba. Fue así como Gabe y Dalia desviaron la atención de Don, pero eso no significó que ellos dejaron de estar pendientes de su situación. Dali buscó los ojos castaños de su novio, esperando una respuesta. Cuando él le dedicó una sonrisa genuina, supo que estaba mejor.
Pero mejor no es estar del todo bien.
—¡Papá! ¡Papá! —Tyler entró corriendo a la casa, con su cabello todo sudado y sus mejillas sonrojadas. Su sonrisa a duras penas si cabia en su cara —. ¿Puedes venir al patio? Quiero que le muestres a los terremotos ese truco que me mostraste el otro día, por favor.
—Ty, creo que lo mejor es que...—Gabe intentó hablar, mientras le daba un biberon a su hija, pero Donovan lo calló sutilmente al alzar su mano.
—Lo haré con gusto, Ty —dijo él, sonriéndole a su hijo —. Dame unos minutos y voy, ¿si? Tú adelántate.
—¡Claro!
Él salió corriendo, genuinamente emocionado por poder mostrarles a sus amigos y nuevo hermano las increíbles cosas que podía hacer su papá. Tyler veía a Donovan como su héroe, ¿pero acaso no es la manera en la que todos vemos a nuestros papás? Ty sentía que la admiración que él tenía hacia su padre no tenía comparación, que otros debían admirarlo igual.
Porque Donovan Cooper se lo merecía todo, mucho más que lo que un pelirrojo de ocho años podía dar.
—¿Amor? —Dalia indagó con cuidado para saber si él en verdad iria o no. Dejó a Lavanda sobre los brazos de Lilian y se enfocó en él —. ¿Quieres ayuda para ponerte de pie?
Donovan le dedicó una sonrisa debil, pero negó con la cabeza. Se impulsó en la silla para poder levantarse, pero entonces ocurrió lo que tanto intentaba evitar, pero al final siempre era inevitable.
Era como si todo su cuerpo quemara, como si cada centímetro de él se incendiara de dentro hacia fuera. Cerró los ojos con fuerza, intentando retener las lágrimas de dolor. Podía soportarlo, podía hacerlo. Había soportado cosas peores, solo debía esperar a que todo pasara.
—¿Donny? —Dalia lo tomó por el brazo, alterada. Entonces, él abrió los ojos.
Solo ella vio las lágrimas contenidas.
—Calma, calma —la tranquilizó él —. Solo es...dolor...Dame unos segundos...
Respiró con mucha más fuerza, de la forma en la que debía hacerlo para calmarse. Eso a veces incrementaba el dolor, pero esa vez lo calmo. Suspiró en el instante en el que el incendio dentro de él se extinguió. Entonces, buscó la mano de Dalia y la besó, dándole a entender que el dolor había pasado.
—Listo, todo bien —aseguró él, sonando agotado pero tranquilo —. Voy con los niños y, cuando termine de mostrarles lo que Ty quiere, los traigo para comer.
—Deja que te acompañe —soltó Gabe, aún con Harley en sus brazos.
—No necesito que me vigilen, hermano.
—¿Y quién dijo que voy por ti, imbécil? Voy a conocer a mi sobrino y me llevo a Harl conmigo. Escuché a Sanne decir que East es encantador, pues voy con mi encantadora hija a hacerle competencia a los tuyos ¿Cómo la ves?
—Pasas mucho tiempo con Derek, ahora también eres un niño.
Donovan soltó una carcajada ante su propio comentario y comenzó a caminar hacia el jardín. Gabe lo siguió, no sin antes detenerse frente a Dalia y guiñarle un ojo, indicándole que de hecho sí lo vigilaría. Ella le sonrió con gratitud a su amigo y los observó marcharse. Ya ni siquiera sabía si sentirse preocupada o dolida.
Quizá sentia las dos cosas al mismo tiempo, mezcladas con un inconfundible temor.
—¿No mejora, Dali? —preguntó Eve, refiriéndose a Donovan.
Dalia apartó la mirada de su novio y amigo para observar a su cuñada. No pudo evitar soltar un largo suspiro al pensar en esa pregunta. Pasó una mano por su cabello pelirrojo, ordenándose tranquilisarse. Odiaba que pensar en la enfermedad de Don la pusiera de esa forma: con un nudo en la garganta y con sus ojos ahogándose en lágrimas.
—No, no mejora —respondió ella, tragándo con fuerza. Cerró los ojos para evitar derramar lágrimas —. Ni mejorará, Eve.
—No digas eso, chiquita —habló Calvin, poniéndose de pie para rodear a su hermana con un brazo —. Sé que es difícil, pero tienes que ser positiva.
—No se trata de ser positiva o no, Cal. Te estoy contando un hecho, no algo que podría pasar. Donovan no va a mejorar.
—¿Qué quieres decir? —preguntó Cloe, sin estar al tanto de todo lo que Dalia sabía.
Dalia suspiró una vez más y dio una mirada rápida hacia el patio, asegurándose de que Don no podía escucharla. Oía su risa, junto con las de los niños. Al menos, era feliz. Luego, ella volvió a observar a sus familiares y amigos. Detrás de toda la alegría que mostraba Donovan, había mucho más dolor del que podían imaginar.
—Él no quiso decírselos hoy porque es el día de East, se supone que debe ser feliz y no quiso opacarlo con algo tan...doloroso —habló ella, rodeándose a sí misma en un abrazo —. Pero creo que, a lo largo de los años, he aprendido a sentir dolor y alegría por dos cosas diferentes al mismo tiempo. Parece que así siempre se nos dan las cosas a nosotros dos, ¿no?
》Ha sido así por años...A Don le diagnostican cáncer, nos enteramos de que esperabamos a Tyler. Don queda hospitalizado por primera vez, Ty dice su primera palabra y casualmente fue papá. Pierdo a mi segundo bebé, conseguimos la casa en la que siempre quisimos vivir...¿Ven? Nunca puedo estar completamente feliz, o completamente triste. Creo que estoy atorada en el intermedio y esta no es la excepción...
—Dali...—Calvin observó a su hermana con cierto dolor. Odiaba escucharla de esa forma —. ¿Qué ocurre? Puedes contarnos.
—Lo que sea que le este ocurriendo a Donovan, seguro tiene solución —aseguró Sanne.
—No la tiene, Sanne —se lamentó ella. Tomó un respiro para poder continuar —. Hoy en la mañana, cuando aún estabamos en Detroit a punto de recoger a Easton, llegaron los resultados de unos exámenes que se hizo hace unas semanas. El cáncer de Don empeoró, ya no se trata de una leucemia común.
》Donovan tiene algo llamado Leucemia Linfocítica Crónica, y eso no se resuelve. Con eso simplemente...se vive.
Dalia dejó escapar la primera lágrima, pero la limpió con rapidez. El hecho de que el cáncer de Don fuera crónico no significaba que lo perdería pronto, pero significaba que él debería vivir arrastrando una enfermedad hasta quedar completamente agotado. Sería una vida entera de tratamiento, de dolores como el que todos acabaron de presenciar. Les explicó con lentitud a todos lo que Donovan tendría que soportar, como el cáncer lo consumiría poco a poco hasta que la quimioterapia no fuera suficiente.
Como su propio cuerpo se iria apagando hasta que su alma tendría que irse con él ¿Cuándo pasaría? En algún momento, quizá no pronto, pero era algo que no podían evitar.
Le dolio pensar que vería a su Donny desvanecerse, aguantando un camino que muchos no querían caminar. Sintió el agarre de su hermano intensificarse, fue entonces que se dio cuenta de que sus piernas no eran lo suficientemente fuertes para aguantarse a sí misma. Le dolía por él, por sus hijos, por ella...Porque la vida jamás les permitiría ser felices del todo, siempre estaría esa otra cosa que los dejaría estancados en el intermedio.
—Así que aquí estoy de nuevo —soltó ella, limpiando otra lágrima —: feliz porque le daré una hermosa vida a un niño que lo merece, triste porque no hay forma de salvar al hombre que amo.
—Dios...—Sanne llevó una mano a su pecho, parpadeó varias veces para no llorar —. Dalia yo...yo lo siento mucho.
—¿Por qué? No es tu culpa. Si no le pasaba a Don, le pasaría a otra persona. Así es esto, Sanne —ella se encogió de hombros, luego los observó a todos —. Oigan, no. No me gusta que me miren con lástima. Ni Donovan, ni los niños, ni yo merecemos eso.
》¿Saben? Donny no escogió tener la vida que tiene, pero yo sí. El día en el que le diagnosticaron la enfermedad otra vez, me dio la opción de irme y yo me quede. Me pregunta cada día si quiero alejarme para dejar de sentirme triste y yo le digo que no. Yo pertenezco a su lado. Elijo vivir esta vida y aguantar lo que vendrá porque sí, estoy atascada en un intermedio entre la felicidad y la tristeza, pero lo vale.
Ella sonrío de lado, segura de sus palabras. Dolía, sí, pero amaba cada parte de su vida.
—No me estoy atando al dolor de Donovan, solo estoy viviendo al máximo. Estoy amándolo como si cada día fuera el último, búscando la felicidad que merecemos. La vida fue injusta con él, con mi familia, pero todavía nos está dando cosas buenas que elegiría un millón de veces antes de dejarlo todo ¿Easton? Él es solo una de esas cosas, y seguiremos creciendo de esa forma, incluso cuando Don...ya no esté.
》Así que no me tengan lástima por esta vida porque yo la elegí. No le tengan lástima a Don, porque él es feliz, y mucho menos le tengan lástima a mis hijos, porque ellos crecerán para convertirse en dos hombres a los que jamás les faltó algo. Amo mi vida, amo a mi familia y odio el cáncer, pero acepto que es parte de nuestro camino.
Para cuando terminó de hablar, el nudo en su garganta le causaba cierto dolor. Cada palabra había sido cierta, cada sentimiento era real. Amaba la vida que tenía, por más dolorosa que fuera. La viviría con gusto y a su manera, porque Dalia había aprendido a ser fuerte, a levantarse y seguir buscando oportunidades de ser completamente feliz.
Lilian se puso de pie, al igual que Sanne, y junto a Cloe se acercaron a ella. No apartaron a Calvin cuando la abrazaron, tampoco les importó que Lavanda y Holden estuvieran incluidos en el abrazo. Dalia recibió gustosa ese gesto. Cuando caía, sabía que tenía personas que la ayudarían a levantarse.
—Jamás los miraríamos con lástima, tonta —dijo Lilian, separándose del abrazo para verla directamente a los ojos. Le dedicó una sonrisa a la pelirroja, una que se merecía —. En todo caso, los miramos con algo distinto: con admiración.
》No conozco a otras dos personas más fuertes que ustedes dos, Dalia ¡Y vaya que conozco a personas fuertes! Pero Don y tu son mucho más. Cuesta creer que eres la misma chica que hace tantos años tenía miedo de todo, y ahora te enfrentas a la vida como toda una campeona.
—Es que ya no soy esa misma chica, Lili —aseguró ella —. Soy una Dalia distinta, más fuerte.
—Y estamos todos orgullosos de esa Dalia —aseguró Sanne.
—¡Orgullosos es poco! No hay nadie como tu, Dali. Siento que el mundo es injusto, pero Don y tu pueden contra él. Si que pueden —aseguró Cloe, parpadeando para contener las lágrimas. Entonces, Holden soltó el biberón y la llamó aún en sus brazos —. Hol, mami está sentimental. Te voy a estrujar mucho para no llorar, ¿okey?
Y eso hizo, abrazó a su hijo como si fuera un oso de felta y el bebé inmediatamente se quejó. Entonces, Cloe olvidó las lágrimas y rodó sus ojos.
—Bebé llorón —bufó ella —. ¿Por qué no te gustan mis abrazos? ¡Yo te hice! ¡Por ley deberian gustarte!
Y él comenzó a reír, feliz por primera vez en semanas de dolores estomacales. Cloe lo miró, confundida. Luego, suspiró con resignación.
—Mi hijo está loco ¡Loquisimo!
—De alguien lo heredó —soltó Calvin, con diversión. Luego, besó la frente de su hermana —. Te amo, hermanita.
—Y yo te amo más, Cal —sonrío ella —. Ahora, finjan que están todos bien y que no saben. Ya no escucho risas, así que deben estar por entrar.
Dalia acertó y, al poco tiempo, las voces de los niños junto con las de Gabe y Don se escucharon en la casa. Ella volteó y su corazón latio con fuerza al ver lo feliz que estaba Easton, lo sonriente que estaba Tyler y lo radiante que estaba Donovan. Eran sus chicos, su felicidad se resumía a ellos tres.
—¡No tiene sentido! —exclamó Drew, mientras hablaba con Easton —. ¿Eres su hermano mayor, o menor?
—Llegó después, así que es menor —opinó Lid, sonriendo con diversión.
—Puede ser...—dijo Drew.
—Pero es más grande, así que es mayor —señaló Tyler, siguiéndole el juego a su mejor amiga.
—Es verdad...—acotó el menor.
—Mhm, pero, en teoría, obtuvo el apellido Cooper después de rojito. Es menor.
—Cierto...
—Pero eso no tiene nada que ver. Es dos años más grande que yo. Es mayor.
—¡Basta! ¡Me están confundiendo a propósito! —él se tapó los oídos mientras sus amigos reían. Era un broma inofensiva, pero a él lo estaba sacando de quicio —. Mamá, ayuda.
—Niños...—Lilian alzó una ceja hacia ella. Ni siquiera tuvo que hablar, Easton la detuvo.
—Tranquila, Lilian. Yo le explico —aseguró él, y luego se dirigió a Drew —. ¿Seria más facil para ti si entre Tyler y yo no hay eso de hermano mayor y menor? Olvida quien es más grande y más pequeño. Ty y yo somos hermanos y punto.
Entonces, cierto miedo se instaló en East, uno que no pudo ocultar ni mucho menos evitar. Miró hacia el pelirrojo, sintiéndose tan apenado como temeroso.
—Digo, no te molesta, ¿o si? —le preguntó —. ¿Si puedo llamarte hermano, Tyler?
—¡Claro que sí! —exclamó él, sonriente —. Si yo llevo llamandote así toda la noche...
—Esta bien —Easton sonrío y luego miró a Drew de nuevo —. Entonces, ya está: Tyler y yo somos hermanos y punto ¿Te tranquiliza?
—¿Hermanos y punto? —preguntó Drew, sonando mucho más tranquilo con esa idea.
—Hermanos y punto —aseguró Tyler, sonriendole a su nuevo hermano.
En ese instante, Dalia encontró la mirada de Donovan y supo al instante que estaba pensando lo mismo que ella: ese era el inicio de su familia, una que crecería tanto como fuera posible. Don le guiñó un ojo y le sonrío, expresando que toda esa felicidad se la merecían.
Ella sonrío de vuelta. Sin duda, no cambiaría su vida por nada.
...
11:45 pm
Hubo muchas noches en las que Easton no pudo dormir ¿Por qué? Porque tuvo frío, porque tuvo miedo, porque se sintió solo y muy triste...
Esa vez, no pudo dormir por una razón muy diferente: estaba demasiado feliz.
Sonreía mientras veía las estrellas pintadas en su habitación, pensando en cada instante de ese día. Jamás había reído tanto, ni se había sentido tan a gusto con tantas personas. Amó cada instante de juegos junto a los niños que conoció, lo hicieron sentir uno más y eso era...nuevo. Se sintió querido por todos los amigos de Don y Dali, fue tan extraño que ellos lo vieran de esa forma cuando recién lo conocieron, pero le agradó.
Tenía ese calor en su pecho que no se desvanecía, esa alegría inexplicable que no quería que se fuera. Todo aumentó al recordar a Dalia besando su frente antes de acostarse, y a Don alborotando su cabello antes de decirle: "descansa, nos vemos mañana".
Tenía un mañana que podía ser tan bueno como ese hoy. Tenía a su alcance un posible futuro, no había forma en la que podría dormir estando tan emocionado.
Todavía no podía creer la suerte de haber caído en una familia tan perfecta como los Cooper ¿Encajaría en ella? No lo sabía, pero quería intentar. Dali, Don, Ty...quería tenerlos para toda la vida, o más. Así que pensaba, acostado en la primera cama cómoda en la que había estado, lo bueno que estaba siendo el destino con él.
Hasta que escuchó un ruido, y eso lo distrajo de sus pensamientos.
Se sentó en la cama, escuchó el ruido una vez más. Se escuchaba como una tos, y a la tos la siguió una voz femenina que conocía ¿Eran Dalia y Don? Se escuchaban un poco lejos, quizá estaban en el piso de abajo pero le costó saber. Se preguntó a sí mismo que era lo mejor: ¿quedarse en cama, o ver que ocurría? Esa tos estruendosa parecía ser demasiaso, llegó a pensar que ellos necesitarían ayuda.
Entonces, movió las sábanas y se levantó de la cama, dispuesto a ver que ocurría.
Caminó despacio en la oscuridad de la casa, por los pasillos que daban hacia la escalera. Notó que, abajo, las luces estaban encendidas. Las voces se hicieron mucho más claras, aunque la tos había parado. Bajó unas cuantas escaleras, hasta que pudo verlos hablando en la cocina. Ellos no podían verlo a él, no por la posición en la que se encontraba, cubierto por la pared que mantenía en pie a la escalera. Pensó en bajar otros peldaños, pero sintió una mano tomar su brazo y debió hacer su mayor esfuerzo para no gritar.
Volteó, se encontró con las pecas infinitas de Tyler y sus ojos castaños viendolo con cautela. El chico se encontraba en sus pijamas, pero se veía muy despierto. Con una seña, le indicó a Easton que hiciera silencio. Él obedecio, y lo imitó al sentarse en el peldaño en el que se encontraban.
Ty parecía demasiado atento, como si estuviera esperando escuchar algo. Veía hacia sus padres con cautela, sabiendo que no lo verían, pero consciente de que ni Easton ni él debían escuchar lo que seguía. Pues bien, no era la primera vez que ese niño escuchaba de más. Seria la primera vez de East, pero Tyler ya era un veterano. Incluso su respiración se hizo más silenciosa cuando la charla importante comenzó.
—¿Ya te sientes mejor? —preguntó Dalia hacia Don, mientras le entregaba un vaso de agua.
—Si, gracias —habló él, aceptando el vaso y tomando el líquido en él casi sin descanso. Luego, observó a su novia —. ¿Crees que desperté a los niños?
—Lo dudo. Jugaron mucho hoy, ambos deben estar dormidos y recuperando fuerzas.
Easton miró a Tyler. Él no parecía estar cansado, o adormilado. Todo el cansancio que dejó el juego se había esfumado en ese momento.
Pasaron unos minutos y luego Dalia suspiró. A ambos niños se les encogió el corazón tras escucharla de esa manera, tan triste y derrotada. Vieron como Donovan tomaba su mano, le sonreía, y luego dejaba un beso en sus nudillos. Aprendieron con el tiempo que esa era la forma que tenía para tranquilizarla ¿Funcionaba? Claro que no, pero al menos la hacía sonreír.
—No te preocupes —le dijo Don, acercándola más a él —. Mañana me toca tratamiento. Estaré cansado por la quimio, pero luego todo mejorará. Ya verás.
—Ese positivismo tuyo no se agota, ¿o si? —preguntó ella, acariciando las mejillas pálidas y un tanto delgadas de su novio.
—Primero se me agotarán las fuerzas, pero este positivismo es algo que no se irá. Tengo tres razones para mantenerme sonriente, tres razones para seguir siendo de esta manera...
Easton vio a Dalia esbozar una debil sonrisa antes de llevar sus labios a los de Don y dejar un leve beso en su boca. Comenzaba a entender el hilo de la conversación, las preocupaciones que soltaban al aire sin saber que su hijo y el niño al que adoptaron los escuchaban. Volteó a ver a Tyler, ahora se veía un tanto triste.
Tres razones que lo mantenían positivo, Ty era una ¿Sentiría miedo por ello? ¿Miedo de que Don solo tuviera eso?
—Escucha, si quieres descansar...—habló Dalia, despegando su boca de la de Don. Su voz se escuchó entrecortada, fue entonces que Easton notó las lágrimas —. Si quieres descansar, puedes hacerlo, amor. Yo no te voy a detener, ¿está bien?
—¿A qué te refieres? —preguntó Don, con cierta cautela.
—A que serán años de quimio, Donny. Serán años de cansancio, de dolor, de todo esto...¿Quieres vivirlo? ¿Estás seguro? Porque...porque no tienes que hacerte el fuerte. Me dolerá, no te voy a mentir, pero si quieres descansar, entonces tomaré tu mano en el proceso. Si no quieres pelear esta lucha, yo lo entiendo.
》Y no te preocupes por mi. Soy fuerte, seguiré adelante y cuidaré de nuestros hijos. Ty siempre ha sabido que eres un gran padre, y East aún no nos ve de esa forma, pero te quiere y lo entenderá porque es listo. Ellos no creerán que los abandonas, tampoco lo creeré yo. Mi amor, puedes rendirte. Puedes descansar y no sufrir. Nosotros estaremos bien.
—Dalia...
—Solo digo que yo escogí una vida junto a ti, yo tuve la oportunidad de irme y decidí quedarme porque es lo que quiero. Ahora tu puedes elegir...Si no te sometes al tratamiento vivirás menos años, pero no habrá tanto dolor, ni tanto cansancio ¿Lo sabes, verdad? Ay, amor, es que te veo sufrir y me duele todo, pero no sé lo que quieres. No sé...no sé...
Easton quería abrazarla, consolarla, pedirle que no llorara. No sabía si era normal sentir tanto cariño por la mujer que lo había adoptado ¿Cómo iba a saberlo? Si esa era la primera vez que tenía a una mamá. Intentó ponerse de pie para ir a envolverla en sus brazos, pero Tyler lo tomó de nuevo y lo detuvo ¿Por qué no lo dejaba ir?
Vio en los ojos castaños del chico lágrimas contenidas, parecía que él también necesitaba un abrazo. Sin embargo, Tyler solo negó con la cabeza y señaló hacia abajo, indicándole que debían seguir escuchando.
—Claramente no te quiero dejar ir —continuó Dalia, aún llorando —. Pero puedo hacerlo si es lo que deseas. Me has dado muchísimo, Donny...Yo puedo dejarte si es lo que necesitas.
—A ver, ven acá —dijo él, atrayéndola a sus brazos. Su voz se escuchaba más gruesa, quizá estaba aguantando las ganas de llorar —. Sé lo que implica vivir con cáncer, sé que sería más fácil rendirme y que, sin tratamiento, solo me apagaría poco a poco. El sufrimiento seria más corto...
—Si...—asintió Dalia, pegada a su pecho.
—Pero yo quiero vivir, Dali —dijo él —. Todavía me falta mucho por darte, por darles a esos niños que duermen allá arriba. No quiero descansar todavía, cariño. Pienso exprimir al máximo esta vida, pienso disfrutar cada instante y no darle la oportunidad al cáncer de destruirme. Algún día querré descansar, y ese día me aseguraré de haber vivido todo lo que deseo a tu lado...Ese día, me aseguraré de que ambos estemos preparados.
》Pero ese día no será pronto, no cuando aún tengo muchas ganas de seguir despertando a tu lado cada mañana, de seguir amando a nuestros increíbles hijos, de seguir creciendo como la familia que somos. No me quiero rendir, Dali. Gracias por considerarlo, por tomarte la molestia de preguntarme si me quiero ir aunque te duele, pero me quiero quedar, amor. Quiero seguir a tu lado si me lo permites.
—Por supuesto que te lo permito...
Ella sollozó en sus brazos, aferrándose a él con fuerza. Era tan duro verlos de esa forma, escucharlos derrumbarse...¿Y en serio le parecieron la familia perfecta? Estaban hechos pedazos, estaban todos rotos y detrás de la felicidad que mostraban había muchísimo dolor. Los Cooper eran fuertes, pero eran fuertes por una razón:
La vida los obligó a serlo.
—Ni se te ocurra irte sin antes hacerme tu esposa, Donovan Cooper —soltó Dalia —. Me lo prometiste.
Don soltó una carcajada y besó la frente de su novia con cariño. Entonces, Tyler se puso de pie y él lo imitó. Decidió seguirlo devuelta al segundo piso. Lo último que escuchó fue a Donovan hablar:
—Tranquila, aún hay tiempo, pero tú serás mi esposa algún día. Eso te lo aseguro.
Ty se adentró en la habitación de East, él lo siguió y cerró la puerta tras de ellos. Escuchó al chico sorber su nariz, probablemente para disfrazar el poco llanto que se le escapó. Mientras tanto, Easton se dió cuenta de que sentía humedad en su rostro. Tocó sus propias mejillas, habían lágrimas.
Lloró sin siquiera haberlo notado, como si hubiera sido natural soltar esas lágrimas.
—Easton —lo llamó Tyler, aún de espaldas —. ¿Sabes de la enfermedad de papá?
—Sí —respondió East, limpiando sus propias lágrimas —. Sí lo sé.
Tyler suspiró y fue entonces cuando se dio la vuelta. La luz de la lámpara en la mesita lo iluminaba lo suficiente como para que pudiese notarse sus ojos hinchados, y sus mejillas sonrojadas. No creyó que Ty estaría al tanto de lo peligrosa que era la enfermedad de su padre, pero sí lo estaba ¿Cuántas conversaciones adultas había escuchado ese niño? ¿Cuántas veces había llorado solo?
¿Cuántas noches como esa había vivido?
—Lo siento mucho, Tyler —fue lo único que se le ocurrió decir.
—Yo también lo siento, Easton —soltó él, sentándose en la cama. Notó que se lo pensó un poco antes de hablar, pero finalmente lo hizo —. ¿Sabes por qué quería tanto a un hermano?
—¿Por qué? —preguntó East, sentándose a su lado.
—Porque sé que papá se cansará un día, como dijo mamá. Él va a querer descansar y eso la destrozará. Sé que ella es fuerte, pero va a necesitar hombros en los cuales llorar...Yo no quiero ser el único hombro en el que ella llore. Merece más.
Tyler lo observó y le dedicó una sonrisa apenada. No quería que sonara como si lo quiso en su vida para tener menos carga, porque no era así. Él solo quiso un hermano porque sabía que su mamá lo necesitaría, porque él intentaría levantarla con todas sus fuerzas, pero no era tan fuerte.
—Y bueno, también quería un hermano porque supe que serias más alegría para mis padres. Ahora, tendrán más recuerdos bonitos, su vida será más feliz —habló Ty —. Es mi deber como su hijo darles la mejor vida posible, que sonrían a pesar de todo. No es fácil, pero lo vale.
—Ya veo...—asintió Easton —. No creí que fueras tan maduro, Tyler.
—No lo soy, solo soy un niño que de verdad quiere hacer felices a sus padres —él se encogió de hombros —. ¿Sabes que tu puedes elegir, verdad?
—¿Qué?
Tyler volvió a suspirar y se dejó caer por completo en la cama. Easton lo observó sin comprender.
—Ser parte de esta familia no es fácil —confesó él —. Llorarás mucho, aunque vale cada lágrima. Yo le pedí a Drew que investigara, sé que puedes decirle a tu trabajadora social que no quieres ser un Cooper y solo esas palabras bastarían para que el contrato de adopción se anulará. Puedes elegir, Easton.
—¿Quieres que me vaya?
—No, no lo quiero. Solo que sé que es egoísta pedirte vivir así. Estamos esperando a que papá se canse, se rinda ¿Y después? No lo sé...pero tu podrías esperar a una mejor familia.
Tyler se encogió de hombros, intentando aligerar esa conversación. La verdad, no quería que Easton se fuera. Por lo que había visto, era un hermano excepcional y sus padres le tenían mucho cariño. Quería que East fuera un Cooper, como él, y ahora no solo lo quería para hacer felices a Donovan y a Dalia, lo queria para ser feliz junto a él.
Imaginó una vida entera de risas como las que había tenido hoy, se dio cuenta de que con Easton jamás se sentiría solo. Puede que Tyler tuviese una familia numerosa, y que contaba con muy buenos amigos, pero habían veces en las que no podía escapar de la soledad. Parecía que nadie podía comprender lo que él sentía por sus padres. Decían entenderlo, pero lo cierto es que solo él podía entender su propia tristeza ¿Acaso East seria la excepción? ¿Un hermano lo haría sentir acompañado?
En serio queria intentarlo, queria comprovar que podía sentirse feliz del todo...Pero era injusto pedirle a Easton que se quedara si no queria hacerlo. Ladeó la cabeza, observó esos ojos grises con verdes iluminados por la luz de noche. Él parecía verlo con incredulidad, como si no pudiese creer que estuviera tomando una decisión tan madura.
Ty no se consideraba a sí mismo maduro, pero en realidad lo era. Creo que Easton fue el primero en notarlo.
—Entonces...—habló Tyler —. ¿Qué dices?
Easton logró comprender que esa familia no era tan perfecta como se mostraba, y que si se quedaba con ellos debía afrontar despedidas y dolor. Sin embargo, el calor en su pecho seguía ahí, la sensación de estar protegido no se iba y no quería que se fuera. Quería a Dalia y quería a Donovan, ¿entonces por qué iba a dejarlos? ¿No era mejor darles miles de recuerdos hermosos que atesorar? ¿Ser felices juntos?
Por otro lado, Tyler necesitaba un hermano tanto como él lo necesitaba. Lo notó en su mirada: ambos estaban solos ¿Y sabes qué? Nadie merece esa soledad, ni siquiera ellos dos.
Se acostó en la cama, al lado de Tyler. Ambos veían las estrellas pintadas en el techo, sus respiraciones calmadas y pacíficas. Sabía que el pelirrojo esperaba una respuesta.
Y se la daría:
—Quiero quedarme, Ty —habló él, logrando que el pelirrojo volteara a observarlo —. Quiero ser tu hermano, y quiero tener el deber de darles una vida feliz y hermosa a...a mamá y papá.
Tyler sonrío, consiguiendo que sus mejillas se elevaran y que sus pecas se vieran más abundantes. Easton le devolvió la sonrisa, debería acostumbrarse a esbozar ese gesto.
—Sabía que algún día tendría un hermano increíble —habló Ty.
—Yo no lo sabia —se encogió de hombros —, pero es bueno tenerlo.
La verdad, sus vidas no serían fáciles, pero serían demasiado felices; eso te lo puedo asegurar.
Ser un Cooper implicaba ser fuerte, luchador, y esos dos niños lo eran. Nadie lo notaba, solo ellos. Estaban combatiendo contra un monstruo e intentando poner sonrisas en las dos personas que más amaban. A partir de esa noche, lucharon juntos.
Una nueva vida no solo empezaba para Easton, sino que también para Tyler. Ya no volverían a estar solos nunca más.
....
Y con este extra acaba el "especial" que estaba haciendo sobre la llegada de Easton. Ay, como lo adoro 🤩
En fin, creo que jamás les había aclarado sobre la enfermedad de Donovan, este capítulo sirve un poco para explicar su situación. Les confieso que no tengo un personaje favorito de la serie P.E, pero los Cooper tienen un lugar muy especial reservado en mi corazón ¿Por qué? Porque son esta familia que parece estar hecha para sufrir, pero sigue adelante. Dalia ha crecido mucho y me encanta, y Don es un personaje increíblemente fuerte. Sus hijos son solo un reflejo de ellos y bueno, adoro hablar sobre ellos.
Espero que les gustara, porque yo amé explicarles esto ❤
Pd: ¿Sobre quienes les gustaría que fuera el próximo extra? Recuerden que puede ser de cualquier personaje de la serie P.E
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