Extra: Finch.

Finch está enojado. 
Algo que he dicho mal. 
Otra vez está intentando golpearme. 
Realmente desearía morir. 

Hoy está en uno de esos días donde sólo quiere dejar salir sus gritos y golpear a alguien hasta que se sienta mejor. Le gusta causar daño. Le da placer hacer daño. Él cree que es normal pelearse, es normal gritar, es normal todo este escándalo asqueroso. Y nunca piensa que tiene la culpa. Incluso golpea a su propia madre y la maltrata verbalmente. La maltrata de todas las formas posibles. 

Hoy, ha visto que estoy feliz, así que, va a por mí. Por supuesto los demás no van a detenerlo. A veces lo hacen, pero otras no. No quieren ser golpeados también. Porque viene rápido y sin dudar, y es mucho más grande que yo. Es enorme y musculoso. Puede tirarme en el suelo por varios metros y no se detendrá allí. Luego me agarrará y me va a escupir en la cara, y luego va a usar sus uñas para arañar mi cuello y brazos. Sus uñas siempre están sucios así que me dejarán una marca por varios días. 
 
Estoy tan cansado de esto. 

No puedo salir de mi habitación. Soy prisionero dentro de mi propia casa. Siento que me estoy perdiendo de las cosas, pero no puedo hacer nada para cambiarlo. A veces desearía recorrer las habitaciones, el jardín, hablar con algún guardia. Pero si lo hago, Finch me verá y entonces empezará a acosarme. Hará gestos o caras de bobo, mirándome intensamente para molestarme. A veces hace eso, salgo de mi habitación y él inmediatamente vendrá corriendo a donde estoy, para mirarme fijamente, y molestarme. 

Se para delante de mí, y pone cara de bobo. Labios apretados. Ojos saltones. Manos agarradas sobre su tórax. Vistiendo calzoncillos que apesta a orina y una camiseta andrajosa de sus mocos. Me muevo por la cocina y él sigue mirándome así, porque sabe que me molesta, y espera que reaccione. Pero si no lo hago entonces me llamará. 

Si me enojo: pierdo.
Si lo ignoro: pierdo. 

Si le reclamo, es algo como: 

—Me molesta que me mires así. 
—¿Por qué te molesta? Eso no te molesta. 
—A mí me molesta. 
—No puede molestarte. 

Las cosas que él cree que no son molestas, no lo son y ya. No acepta que otros lo encuentren molesto porque a él no le parece así. Y debes contestar correctamente, y debes repetirle las respuestas hasta que esté satisfecho. Está prohibido enojarse. Eso será peor. Él dice que es normal repetir dos veces las respuestas. 

—El partido de hoy fue bueno. 
—Sí, lo fue.
—Fue bueno, ¿verdad? 
—Sí.
—¿Fue bueno? 

Debes contestar bien, si lo haces mal se enojará. No se vale mostrar siquiera una mueca de molestia. Si lo haces se enojará. Entonces gritará, con su cara horrible y ojos penetrantes, y boca soltando saliva, y manos que te empujan, o te golpean, te tirará una silla por la cabeza. Te agarrará del pelo y te arrastrará por el suelo, o te zarandeará, no se vale enojarse. 

Él dirá que fue tu culpa por hacerlo enojar. 

—ÉL TIENE LA CULPA, NO YO. 
—TE CONTESTÉ BIEN. 
—NO FUE UNA RESPUESTA CORRECTA.
—NO PUEDO SABER CÓMO QUIERES QUE CONTESTE.
—YA CÁLLATE. 

Pero no puedes callarte. Si lo haces, te obligará a que hables de vuelta, y no puedes sonar enojado ni tampoco calmada. Gritará que no puedes enojarte con él. Si estás calmado, te gritará, que dejes de actuar calmado, que eso es ridículo. Debes enojarte. Pero tampoco puedes enojarte mucho. Ni tampoco estar calmado. 

Si tienes suerte, cuando te escondas en el baño, te dejará en paz. Sino, golpeará la puerta hasta que la rompa e igualmente entrará. 

Ya ha roto dos puertas. 

Puede estar gritando por varias horas. Y atacarte. Y repetir. Y decir incoherencias.

—Deja de compórtarte así.
—¿ASÍ CÓMO?
Si intentas callarte volverá a atacar.
—ASÍ COMOOOOO.
—NO GRITES.
—DÉJAME DE DECIR QUE NO GRITE.
—SOY TU MADRE.
—Y ESO QUE TIENE QUE VER.

Desearía que mi hermano sufriera un accidente. Se quedará sin voz o se quedara sin pierna. Pero irónicamente, nada de eso sucede nunca. Irónicamente, es el que más sano siempre está. Irónicamente, nunca le pasa nada a pesar de golpear paredes o mesas con sus puños. Irónicamente, no importa cuanto grite, nunca se destroza sus cuerdas vocales. Nunca pasa nada con él. Nunca. 

A veces me pregunto si Dios me odia. 

A veces me pregunto si realmente merezco todo esto. 

A veces realmente quiero morir. 

Pero sabes, hay algo bueno últimamente. Conocí a alguien. Y es bueno, amable, y me hace reír siempre. Y su sonrisa es contagiosa. Y me he vuelto adicto a su compañía, ya que me proporciona esa extraña sensación de júbilo y paz. Y cuando me mira, no lo hace con odio o con esos penetrantes ojos saltones llenos de odio o repugnancia. 

Sus ojos verde mar son los más hermosos que he visto en mi vida. Él hace que quiera no morir todavía. 

Por favor, nunca me odies. 

Por favor, no me dejes. 

Eres, lo único, que realmente me hace feliz en esta vida, Percy. 

Y si un día te enteras de lo que soy realmente, y si un día me odias… 

Yo
Prefiero
Solo
Morir