Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

9.5: La elección.

JARED: 

Mi hermana menor y su esposo no estaban seguros acerca de alquilar un vientre para tener a su tercer hijo, el segundo propio para ella, y pude ver el deseo consumiendo los ojos de ambos cuando fuimos al parque un par de días atrás, dónde un montón de carriolas pasaron junto a nosotros mientras intentábamos tener un picnic en familia, así que hice lo que cualquier hermano haría.

Organicé una fiesta.

—¿Crees que funcionará? —me preguntó Jimmy, el guardaespaldas de Anabelle y Loren, mientras me ayudaba a terminar de repartir los distintivos con identificación entre las invitadas, todas ellas mujeres que la agencia envió.

El matrimonio había salido hace un par de horas a desayunar con mis sobrinos y el compañero de Jim, nuestro aliado junto con Nollan y Mike. El primero fue de ayuda creando distracciones para que Belle o su esposo nunca entrasen a la habitación de huéspedes en la que estaban escondidos todos los implementos. Solo teníamos que quitarle su teclado para lograrlo. Mike, por otro lado, era quién nos estaba dando tiempo inventando excusas para quedarse fuera un poco más.

—Espero que sí —respondí—. No soporto seguir viéndola sosteniendo esto.

Alcé el catálogo de posibles madres temporales tras terminar de identificarlas, a lo que empezaron a charlar entre ellas mientras tomaban aperitivos y disfrutaban de la música suave. Después de días fantaseando con ella, lo arrojé a la chimenea y me llené de satisfacción mientras se hacía ceniza. El feminismo acababa de ganar una importante batalla aquí. Cuando lo vi pasé horas preguntándome cómo podían exhibirlas como si fueran objetos, pero luego vi el video con las razones que cada una de ellas tenía para sacrificar su cuerpo durante nueve veces y lo entendí, entendí que la razón de ello era ofrecer una advertencia de la mirada ambiciosa o no que podrían tener algunas, pero no dejaba de estar mal.

Veía aún peor que el corazón de mi pequeña hermana se siguiera rompiendo debido a la pérdida de sus bebés o el nacimiento fallido de uno de estos, casi no tenemos a Nollan con nosotros, sin embargo. Ella era quién menos se merecía ese tipo de dolor en el mundo. Pasaba la mitad de su tiempo libre escogiendo organizaciones para donar el dinero  y la otra mitad criando a un niño que no le pertenecía, a quién le salvó la vida, con el mismo amor que le tenía a Nollan. Los animales del bosque casi se asomaban a través de las ventanas cuando entraba en una habitación. 

—Me alegra saber que no era el único que lo odiaba.

Choqué mi copa de vino blanco con espuma contra la suya. Habría sacado la champagne, pero no sabía qué tipo de personas estarían en la casa de mi hermana. La agencia nos proporcionaba nombres, unas cuantas frases motivacionales y la seguridad de que cumplían con los requisitos, pero bien podían ser psicópatas a la espera de cualquier oportunidad para robar. Si no estaba hecho sin interés, alquilar vientres no era precisamente un trabajo para todo tipo de persona.

Estaba seguro de que Loren investigaría a la indicada, por otro lado.

—¿Cuánto más se tardarán? —pregunté viendo mi nuevo reloj.

Amaba ser el cuñado favorito de Lo.

—No lo sé. Mike llamó hace unos minutos. Dijo que... —Sus ojos se ampliaron cuando se acercó a la ventana—. ¡Ya vienen!

La fiesta no era precisamente un secreto. Había autos estacionados afuera. También un montón de flores silvestres decorando la entrada. No quedó exactamente igual a la imagen de Pinterest que quise recrear con Jimmy, pero se veía bien. Disfruté de los rostros sorprendidos del matrimonio cuando descubrieron que el primer piso de su casa se había convertido en una recepción de posibles candidatas. Estaba seguro de que no saber cómo tratar el tema de elegir entre ellas era el motivo por el cual no habían avanzado, específicamente Anabelle, así que había preparado esto con la esperanza de haber ayudado. Sabía que estaba contraindicado debido a que este tipo de decisiones eran la razón por la que no estaban adoptando, mi hermana se negaba a definir el curso de la vida de una persona, lo cual era una mierda, cualquier niño sería feliz teniéndola como madre, así que esto podía ser tanto un éxito como un caos.

No podía quedarme sentado mirando cómo se derrumbaba, sin embargo.

No había estado para ella durante los abortos, al menos no físicamente, así que esta era mi oportunidad de ser un buen hermano. Tampoco me tuvo a lo largo de su vida para recordarle lo que debía buscar en un hombre, todo lo contrario a mí en personalidad, pero lo más parecido a mí en apariencia, o para defenderla de idiotas. Ella y Loren fueron afortunados de encontrarse, pero de no ser así probablemente habría continuado con su ex y ni siquiera quería imaginar la mierda de vida que habría llevado a su lado sin alguien ahí para apoyarla. Markus y Bruno eran almas afines, por otro lado, que habían pasado la mitad de sus vidas ignorándome por no ser como ellos, profesionales por el día, motociclistas por la noche, así que la tomé bajó mi ala, tuvimos una conexión, a penas supe que podría ponerme en contacto sin que su loca madre me cortase el cuello por acercarme.

Supe que había tomado la decisión correcta, sin embargo, cuando me abrazó.

—Jared —susurró con los ojos llenos de lágrimas—. Esto es hermoso.

—De nada. —Le devolví el abrazo por unos segundos antes de separarme de ella para tomar una caja de una repisa cercana y tendérsela. Su entrecejo se arrugó cuando visualizó el contenido—. Le pedí a todas que se vistieran de blanco porque pensé que así se te haría más fácil. Tú, sin embargo, no eres igual. Serás la madre del bebé, Anabelle. Ellas solo te ayudarán temporalmente.

Su barbilla tembló.

—Eres el mejor hermano.

Me encogí de hombros.

—Lo sé.

—Alguien se acaba de ganar un año de renta.

Loren me palmeó la espalda antes de acompañarla escalera arriba a cambiarse. Antes de irse me dio la mano de Nollan, quién dejé con Jimmy porque tenía cosas que hacer. Hice una llamada en la cocina, aprovechando para asegurarme de que todo anduviese bien con la comida y el personal que contraté para llevarla, antes de volver. Hablé con un par de candidatas, dos rubias que me reconocieron de un comercial de shampoo que deseé no haber hecho nunca a penas salió al aire, antes de subir para asegurarme de que todo estuviera bien con la protagonista de este espectáculo. Mike chocó su puño conmigo cuando lo encontré mirándolas desde el barandal de la escalera que ofrecía una vista de todas.

—¿Tienes alguna favorita?

Negó.

—Estoy con papá. Cualquiera estaría bien. —El chico era lo suficientemente inteligente y maduro para entender el tema. Cuando salió a colación después de la cena que compartimos el día que fueron a ver a Greta, pero terminaron en una unidad de alquiler de vientres, nos sorprendió sabiendo más de ello que nosotros—. Pero entiendo que para Anabelle sea difícil. Tal vez debería hablar con él para que lo deje para dentro de un par de años. No quiero que mi familia se rompa. Amo tener dos mamás. Dos papás. Vivir con los cuatro. Compartir con mis hermanos. —Negó—. No quiero que eso cambie. No quiero estar solo de nuevo.

Apreté su hombro. Estaba cerca de cumplir catorce. Casi era un hombre.

—No lo hará.

—¿Qué pasa si a Anabelle no le gusta ninguna?

Me encogí de hombros.

—Todavía hay más. Sería un poco tedioso, pero puedo organizar otra fiesta.

Su mandíbula se apretó.

—En general, Jared. ¿Qué pasará entre ellos si nadie le gusta? —me hizo una pregunta para la que, por primera vez, parecía no tener ni idea de la respuesta—. Papá quiere otro bebé. Anabelle también, pero todos sabemos lo que pasará si lo intenta por sí misma. Estoy cansado de oírla llorar en el baño y luego escucharla decir que todo está bien cuando cualquiera de nosotros pregunta.

Mi buen humor decayó un poco.

Yo también lo estaba.

—Estoy seguro de que el amor entre ellos no se acabará si no lo tienen.

—Quiero creerte —dijo—. Pero esto casi los separó una vez.

—Todo estará bien, Mike. —Me tomé la libertad de abrazarlo. No era mi sangre, pero sentía el impulso de tratarlo como si lo fuera. Anabelle era una extraordinaria mujer. Mike también era un buen chico. Existían dos motivos por los cuales conectaron tan bien, no uno—. La primera vez no nos tuvieron a nosotros para ayudar.

Asintió.

—Eso es cierto.

Abrí la boca para animarlo diciéndole que si todo salía bien celebraríamos nuestro éxito yendo a su librería favorita, lo cual sonaba como un plan de mierda para mí, cuando afortunadamente Anabelle nos salvó bajando las escaleras del tercer piso luciendo como un pastelito. Aún no se operaba los senos, pero me había asegurado de que el modelo hiciera su magia manteniéndolos firmes. Loren no fue discreto escondiendo el hecho de que estaba haciendo más que cambiarse allá arriba. Carraspeé, inclinando la cabeza en dirección a su cierre abierto, cuando Mike se dio la vuelta para seguir examinando a las candidatas. El imbécil sonrió antes de tomar la mano de mi hermana, quién me miró con el rostro sonrojado, antes de bajar. Estaban a medio camino de descenso cuando cuatro mujeres entraron en la habitación.

—Rachel —saludé a una de las mejores organizadoras de eventos en Inglaterra.

—Hola, Jared. —Me abrazó. Luego de ella lo hizo Marie. Sophie solo me miró. Luz, a quién menos conocía porque no era pariente directa de Loren, sino cuñada de Rachel, también me apretujó. Tenía galerías de arte, por otro lado, así que en realidad era más lo que sabía de ella en el negocio que dentro. Anastasia, la madre de Loren, me sonrió—. Hiciste un buen trabajo.

—Tuve una buena mentora.

A la distancia me había ayudado enviándome el número de sus contactos para el personal, quiénes lo hicieron realmente bien al saber que venía de su parte. Tomé cuatro portafolios con bolígrafos y le di uno a cada una. Ellos tenían hojas que llenarían a lo largo de las entrevistas con las candidatas. A todas le harían las mismas preguntas cada una, las cuales ellas mismas me enviaron, y luego le darían un puntaje. De esa forma Anabelle no tendría que decidir entre ellas, sino que todos aportaríamos nuestro grano de arena. También seríamos ocho pares de ojos escogiendo a la indicada, por otro lado, así que había más posibilidades de detectar comportamientos extraños y de escoger a alguien que no se aprovechara de la situación para sacar aún más provecho de ello.

O, peor, huir con un bebé.

Anabelle me miró, anonada, cuando terminé de explicarle el procedimiento. Loren la mantenía sujeta a su cuerpo a través de un brazo que pasó por su hombro, lo cual ciertamente impidió que sucediera. Antes de que pudiera replicar de alguna manera, sin embargo, le tendí un portafolio a ambos y le hice una señal a Mike para que, junto con Nollan y Jimmy, hicieran sonar una trompeta que tomaron del kit para ver partidos de fútbol de la liga de Loren. El sonido era contaminación sónica, pero no pude evitar sentirme emocionado al respecto. Ajusté la chaqueta de mi traje Dolce and Gabbana, el cual usé en la última semana de la moda de París, antes de avanzar hacia uno de los ocho cubículos instalados en la sala. Los muebles estaban en el sótano.

—¡La primera ronda de entrevistas ha comenzado! —gritó Jimmy—. Por favor, diríjanse al primer número de la secuencia de ellos que se les fue entregados al entrar. Este les dirá quién será su primer entrevistador. No les tomará más de dos minutos. Son dieciséis chicas, ocho en la primera ronda, por lo que esto no debería tomarnos más de media hora antes de avanzar a la siguiente selección de ustedes.

Aclaré mi garganta antes de hablar.

—¡Recuerden, ante todo, que mucho más que el dinero está involucrado en esta decisión! ¡Los sentimientos de ambas mujeres y la oportunidad de ayudar a una pareja a cumplir su sueño también están en juego, así que no se lo tomen a la ligera!

La mayoría de ellas asintió en acuerdo. Por fortuna mi primera chica fue una de ellas. Sus ojos brillaban con ilusión mientras me decía que no le importarían los daños que su cuerpo sufriera después del parto, los cuales tenía pensado arreglar con parte del dinero que Loren le pagaría por llevar a su bebé, antes de empezar con un discurso sobre por qué quería, además, ayudar a mi hermana, el cual corté porque Jimmy hizo sonar la campana para que pasara la siguiente. Le di un tres de cinco. Había estado bien, pero me trastornó un poco que revelase la edad de su hijo. ¿Qué mujer aceptaba embarazarse de un bebé que no era suyo tras tres meses de dar a luz? No lo veía normal, lo cual era exactamente el tipo de detalles que Anabelle, por el hermoso corazón que tenía, probablemente pasaría por alto.

Siete entrevistadas después estaba exhausto, así que tomé el descanso como si fuera un elixir para mi insaciable sed. Me acerqué a las hermanas de Loren, Anabelle entablando conversación con una chica pelirroja que me gustó entrevistar, tras tomar un plato y llenarlo de bombones de chocolate con relleno.

—¿Les ha gustado alguna?

Marie afirmó.

—Esa. —Inclinó la cabeza hacia la misma pelirroja con la que Anabelle hablaba—. Era la única que lucía ligeramente consciente del peso de esta decisión.

—Al menos Anabelle luce de acuerdo con nosotros. —Rachel me miró. Ella y las demás mujeres de la familia que vinieron para ayudarnos a elegir lucían un vestido parecido al de Anabelle, pero hasta la altura de las rodillas, lila—. Espero que puedan tomar una decisión hoy. Tanto Marie como yo nos ofrecimos para ayudar, pero Loren no nos dejó. Quiere el trato con la madre sea impersonal para no herir a Belle.

—Todas son unas cazafortunas —gruñó Anastasia mientras bebía vino.

Loren hizo que abrieran su edición favorita de vinos van Allen, la cual tenía el nombre de mi hermana y dejaba en ridículo la champagne. Si eso no era amor, ¿qué sí?

No pude estar en desacuerdo con Anastasia, sin embargo.

Todas esperaban sacar algo de esto.

Discutimos un rato acerca de las respuestas que obtuvimos. Las de Rachel estaban inclinadas hacia el cuidado prenatal. Las de Marie acerca de cómo sería dejar ir al bebé cuando naciera. Las de Luz, mis favoritas, eran estilo qué tipo de música les pondría al bebé a lo largo del embarazo. Las de Anastasia eran monetarias. Las de Sophie sobre depresión postparto. Las mías sobre las repercusiones físicas.

Loren y Anabelle, por otro lado, preguntarían lo que quisiesen.

—¡La segunda ronda ha comenzado! —gritó Jimmy tras sonar la campana de nuevo minutos después, a lo que me levanté y dirigí de vuelta a mi cubículo.

—¿Carmen?

La mujer morena, probablemente latina, asintió frente a mí.

—Sí.

—Tengo entendido que tienes veintiséis años, ¿no?

—Sí —gruñó entrecruzándose de brazos—. ¿Puedes avanzar con esto más rápido evitando preguntas innecesarias? Algunas de nosotras estamos de permiso en el trabajo por estar aquí. Si te apresuras llegaré a mi turno de la tarde.

Alcé las cejas.

—Bien. —Decidí omitir el discurso de por qué querría llevar al bebé Van Allen. Ella no lucía como alguien que quisiera hacerlo—. ¿Qué harás cuando te mires en el espejo después de haber dado a luz? ¿Ejercitarás, te operarás o te deprimirás, culpando a mi hermana y a su esposo, por tu nuevo aspecto?

Su boca se entreabrió.

—¿Es en serio?

Afirmé. Había visto a un montón de mujeres enloquecer por una estría en el mundo del modelaje. No quería una maniática de la belleza yendo tras mi familia por ello. Carmen rompía el estereotipo de princesa que seguían todas las demás, su cabello estaba tan corto como el de un chico del ejército y sus manos estaban llenas de cayos, pero aún así debía asegurarme.

—Mierda. —Bufó—. Cuando era pequeña y mi abuela me hacía ver ese montón de telenovelas en las que los ricos tenían los dramas más ridículos, debí haber creído en ellos y no pensar que estaban exagerando para entretener al público —soltó—. ¿Crees que después de dar a luz y recibir un montón de dinero que, probablemente, hará que no tenga que volver a preocuparme por trabajar de nuevo, me importará cómo luzca mi cuerpo? Debes estar bromeando. No me miraré en el espejo por un año si es necesario. El sacrificio vale la pena.

—Está bien —dije antes de darle una puntuación de uno, además de una nota que decía descuidada e interesada.

Después de ella las siguientes fueron más de lo mismo, solo que con una dosis más de coqueteo. Nadie le ganó a la pelirroja, Gabe, así que para cuando terminamos ya tenía mi elección hecha. Cuando me acerqué a los demás ellos también concordaban conmigo. Loren incluso estaba de acuerdo. Anabelle, por otro lado, negó mientras tomaba a Carmen de la mano y la acercaba a nosotros con una sonrisa. Nuestro rostro se llenó de horror cuando las palabras que menos deseaban escuchar salieron de su pequeña boca tierna e ingenua.

—Gracias a todos ustedes por ayudarme el día de hoy —soltó—. Pero ya hice una elección. Carmen será quién lleve a nuestro bebé, Loren. —Lo abrazó. Él me miró mientras fruncía el ceño, pero aún así no contradijo su decisión, lo que necesitaba que hiciera ya que su esposa acababa de escoger a, literalmente, la mujer con la puntuación más baja—. Ella es justo lo que necesitamos.

Sin entender por qué mierda la eligió, apreté la mandíbula y callé.

Mi plan estaba extendiéndose oficialmente a asegurarme de que no se robara nada.

No el bebé. No más dinero del que le otorgarían.


Si creen que este capítulo es la única sorpresa que tengo para ustedes, no es así.

Denle clic al enlace que dejé en el primer comentario o vayan a mi perfil y busquen la nueva historia que iré actualizando luego de terminar con los extras:

Entre todas, tú <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro