Hace muchos años, en un pueblo lejano, había un niño que amaba a una niña.

A pesar de que todas las escenas habían terminado y nunca se repetirían pues la escritora los había olvidado, Tobbías seguía amando a esa niña.

Diariamente, y sin excepción, leía todos los diarios que había escrito cuando ella todavía estaba viva ya que no quería que se le olvidara ningún detalle de Becca. Recorría los lugares en los que había estado con ella e iba a casa de sus padres para seguir descubriendo nuevas cosas de su amada, haciendo cuentas, ellos pasaron más tiempo con Tobbías que con su propia hija.

Aunque era el personaje principal de su historia, por lo único que era conocido era por hacer lo mismo todos los días. Algunos llamaban al niño demente; otros, desdichado, pero en lo que todos acordaban era que se notaba que seguía amando a aquella niña.

Sino fuera por su familia Tobbías hubiera muerto, a veces estaba tan absorto en sus recuerdos que se olvidaba de comer o hasta de respirar. Así que su hermano menor estaba siempre a su lado para cuidar que no decidiera dejar de vivir.

La autora dejó por escrito que donde sea que Becca estuviese, Tobbías la haría sentirse orgullosa de él pero no pudo cumplirlo. Su vida se detuvo cuando la de ella lo hizo.

Y es que ¿cómo seguir viviendo? La escritora había hecho que lo único importante en la vida de aquel niño fuera la castaña, era lo único que realmente amaba, sin ella su vida no tenía sentido.

Aun cuando todos decían lo contrario, muy dentro de su corazón, Tobbías guardaba la esperanza de que Becca siguiera viva y que algún día volvería a verla. No sabía cuando ni como pero sabía que definitivamente se volverían a encontrar.

Así pasaron ochos años y Tobbías cumplió dieciocho, aunque para él todavía se sentía como si fuera ayer que había estado con Becca.

Sus vecinos consolaban a su madre diciéndole que no se preocupara por él pues era un joven con un gran futuro por delante, con muchas metas que cumplir y una familia por formar, pero en realidad, la vida se le estaba yendo de a pocos.

En su fiesta de cumpleaños, su familia le dijo que pidiera un deseo al apagar las velas y con su último aliento pidió solo una cosa: Volver a verla aunque sea por solo una vez.

Los cielos vieron su amor tan intenso y trágico así que decidieron compadecerse de él. Por primera en la vida de Tobbías, le hicieron un favor.

Inconscientemente, la escritora había convertido a Becca en la protagonista de su nueva novela y gracias al gran amor que Tobbías sentía por ella, la pudo encontrar. Sin embargo, los cielos tenían una condición, él no podría recordar nada de su vida pasada, se convertiría en un extra y solo miraría a Becca, ahora convertida en Samantha, de lejos mientras que ella era feliz con otro hombre.

Pero con lo que no contaban era que su amor era demasiado fuerte como para olvidarse. Así que aunque ellos no se recordaban, gracias a su amor pudieron juntarse a pesar de que ese destino no estaba escrito.

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~bananatoxica