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Capítulo 14: Entre castillos y caballeros.

—Es seguro.— Afirma con confianza Rose, quiero refutarle así que ahora grita desesperada. —Sé que es seguro, yo escribí esa historia, soy la autora.

Samantha se acerca a mí y aprieta mi brazo dándome a entender que no está de acuerdo con la idea. Como Rose observa nuestra duda dice aún más apresurada:

—¿No lo entiendes Tobby? Todos aquí vamos a desaparecer si no detenemos a ese sujeto. No sabemos qué es lo que trama, si sigue alterando la historia ni siquiera vas a poder proteger a quien más quieres.— Termina mirando en dirección a Samantha.

Asiento procesando todo y decido ir con ella.

—Si vas, voy contigo.— Se ofrece segura Samantha.

—Yo también.— Grita levantando la mano Dylan mientras viene hacia donde estamos.

—No.— Respondo pero Rose me interrumpe.

—No tenemos tiempo, los que quieren venir que vengan.— Dice. —¿Listos?

Los tres asentimos a la misma vez y ella es la primera en pasar por el portal. Samantha voltea hacia donde estoy y susurra «¿Seguro?».

—Seguro.— Respondo, toma mi mano y cruzamos el agujero juntos. Siento como cada miembro de mi cuerpo se desgarra y luego se junta, luego mareos y nauseas me invaden hasta que llegamos al otro lado. Busco a Samantha asustado y me alivio al encontrarla todavía tomada de mi mano.

Observo alrededor y el mundo en el que estamos en sencillamente increíble. La plataforma en la que nos encontramos es un extenso valle lleno de pasto y rodeado por montañas cubiertas de nieve en la parte alta. Hay dos bandos a punto de comenzar una batalla, los que están cerca del castillo, que son pocos a comparación del otro equipo, llevan estandartes con banderas rojas y los del bando contrario, azules.

Alcanzamos a ver al intruso cruzando corriendo la línea de batalla y cuando los soldados notan su presencia se produce otro portal el cual él aprovecha para entrar.

—Sigámoslo.— Nos indica Rose. Empezamos a movernos en su dirección pero la batalla comienza cuando lo hacemos. Todos al frente nuestro desenvainan sus espadas, se escucha un grito de guerra y empiezan a herirse unos a otros. La sangre se esparce por toda la hierba así que nos vemos obligados a retroceder, los primeros de cada bando mueren instantáneamente y los demás pelean ferozmente. —Hay que rodearlos.— Sugiere ella. Giramos nuestra cabeza con dirección al castillo pero desde ahí también hay arqueros lanzando flechas a diestra y siniestra.

—Es peligroso.— Le digo.

—Si no corremos tras el intruso ahora, se escapará.— Responde, Rose comienza a caminar en dirección a la batalla para seguirlo pero entre Samantha y yo la detenemos.— ¡Suéltenme! Se va a cerrar el portal.— Grita.

Con todas nuestras fuerzas la inmovilizamos y la jalamos hasta detrás de un gran árbol cercano. Dylan se queda parado admirando la pelea así que también lo arrastro a él. Asomo la cabeza para ver el avance de la batalla y grande es mi sorpresa cuando encuentro que solo un caballero ha derrotado a cientos de guerreros en unos minutos. Su armadura brillante se podría notar a kilómetros de distancia junto con su blanca sonrisa. Se saca su yelmo en pleno combate lo que deja relucir su perfecto cabello rubio. Él es el protagonista de esta historia. Aunque el otro bando los superaba en número, el aniquila a la mayoría de enemigos, es simplemente demasiado irrealista.

—Súbete por esas ramas y ve si el portal sigue abierto, no tenemos mucho tiempo.— Me ordena Rose. Examino el árbol y cuento cuantos huesos rotos voy a tener después de caerme de esa altura.

—Yo lo hago.— Se ofrece Samantha.

—Tú eres la protagonista torpe, ¿recuerdas? En todo caso hazlo tú Dylan.

Antes de que termine de hablar Samantha ya está en la copa del árbol, se empina para observar más lejos y niega con la cabeza, se ha cerrado.

—Podemos hacer lo mismo que hizo el intruso, interrumpimos una escena y se abre otro.— Ofrezco.

—En este mundo no es tan sencillo hacer eso, el tiempo que pasa de escena en escena es largo, tendremos que esperar hasta que llegue otra tan importante como esta.

—¿Cuánto tiempo exactamente?— Por fin interviene Dylan. —No quiero estar encerrado aquí con ustedes tanto tiempo.

—Nadie te pidió que vinieras.— Murmuro.

—¿Qué dijiste?— Pregunta levantando el puño.

—¡Basta!— Nos detiene Rose. —Después de que Lord Percival gana la batalla final pasa una semana hasta que pide la mano de la princesa. Eso es el tiempo que tenemos que quedarnos aquí.— Dylan abre su boca pero ella lo silencia. —Nada de quejas ahora hay que preocuparnos por encontrar un lugar para dormir.

Todos asentimos ante la propuesta y decidimos ir al castillo rodeado por dragones, si nos quedamos en el valle un animal salvaje podría dañarnos o el frío nos derrotaría primero. Ya no estamos en una novela juvenil, este mundo sí es peligroso y los únicos que están a salvo son sus protagonistas. 

Esperamos a que termine la batalla y aunque solo han pasado treinta minutos, cuando volvemos a ver ya no hay nadie en el valle. El ejército del reino ha ganado gracias al caballero.

—Vamos.

Todos seguimos a Rose escondidos para que ningún personaje nos vea pero después de caminar lo que parece una eternidad ya no puedo más.

—Sigan sin mí, siento que voy a morir.— Les digo.

—Está bien.— Responde Dylan mientras continúa caminando.

Samantha me sonríe y ofrece su mano. La tomo, rodeo su cintura y así poco a poco vamos avanzando hasta que los dos que nos acompañaban toman una gran distancia por delante. La noche ya se impuso así que la luna nos guía en cada paso.

—¿Te imaginaste alguna vez que algo así nos pasaría?— Le pregunto mientras avanzamos.

—No, pero me siento muy feliz.— Dice con una gran sonrisa. —Por primera vez en mi vida no soy la protagonista de la historia, puedo hacer lo que quiera, por ejemplo puedo hacer esto.— Rápidamente se empina y me roba un beso.

—¡Samantha! Nos pueden ver.— Le reprocho. Ella encoge los hombros.

—Ya no voy a dejar que nadie me diga que hacer, ¡soy libre!— Extiendo mis brazos y la rodeo con ellos, ella apoya su cabeza en mi pecho mientras yo acaricio su cabello.

—Disculpen la interrupción tortolitos pero necesito hablar con Tobby.— Dice Rose a unos metros de nosotros, a su lado Dylan nos observa impaciente.

—Yo también soy parte del equipo, quiero escuchar lo que van a decir.

—Samantha, tú no porque...

—Igual yo.— Agrega Dylan.

Rose asiente resignada y nos cuenta a regañadientes a todos el plan.

—Estamos en la penúltima historia que escribí, el castillo al que nos dirigimos es de la familia de, la verdad no lo recuerdo solo le puse un nombre largo y difícil para que suene medieval, la cosa es que entrar al castillo es muy fácil solo tenemos que escabullirnos por la parte de atrás y buscar unos cuartos para dormir mientras esperamos la próxima escena. No dejen que los vea ningún personaje mientras tanto.

—Tú escribiste también la historia donde estuvimos antes, ¿no?

Rose observa a los dos que nos rodean y se mantiene callada. Si estuviéramos solos me respondería pero como no confía en ellos no dice nada, tengo que provocarla.

—Es obvio que tú la escribiste, el típico caballero que pelea con todos y siempre es reluciente es algo común en tus historias. Este libro es tan cliché como el otro. ¿No podías escribir algo mejor que esto?— Le digo tomando todo el valor que tengo.

—No es como te lo imaginas.— Dice rápidamente defendiéndose. —Hubo un tiempo en donde escribía lo que quería pero eso no pareció gustarle a los demás así que me adapté a lo que las personas pedían y resultó un éxito. Soy una escritora famosa allá fuera.

—¿Y cómo fue que terminaste aquí?— Le pregunto y los demás apoyan el que siga hablando.

—Estaba corrigiendo la novela para ya publicarla hasta que de un momento a otro ésta se escribía sola, apagué mi maquina pero la historia se añadía y se eliminaba algunas cosas, entonces apareció un portal y me surgió en él. En el mundo real, yo...— Se detiene y puedo ver como unas lágrimas le recorren el rostro.

—Tranquila, no tienes que contárnoslo si no quieres.— La consuela Samantha.

—Pero...— Digo, necesito saber más de su historia.

—Déjala Tobby. Ha sido mucho para nosotros por hoy día. Mañana será mejor.

Llegamos al castillo y como todo es ficticio, podemos pasar las barreras con normalidad. Recorremos el parque de la entrada que más parece un laberinto lleno de plantas y cuando estamos por llegar a la parte trasera del castillo se oyen unas risas.

—¿No dijiste que todos estarían durmiendo?— Le pregunta molesto Dylan a Rose.

—Todos deberían estarlo, es una regla del reino acostarse al anochecer.

Unos pasos se aproximan a nosotros y nuestra única respuesta es quedarnos congelados. Se ve humo gris con olor a tabaco y una mujer sale de la esquina. Va riendo mientras camina con un recipiente de lo que parece ser licor y una pipa en su boca.

—¿Princesa Merlía?— Le pregunta asustada Rose.

La princesa abre los ojos y tira lo que tiene en las manos.

—¡No digan nada, por favor!— Nos observa detenidamente y frunce el ceño. —Esperen, ¿quiénes son ustedes? ¿por qué están vestidos así?

***

~bananatoxica

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