Capítulo 11: Todo era una apuesta.
En la mayoría de novelas juveniles que he leído noté que había algo que tenían en común: todos los personajes en general nunca tienen una buena comunicación. Pueden pensar y sentir muchas cosas, pero nunca dirán lo que pasa por su cabeza por conveniencia de la trama. Me imagino que en el mundo real debe ser lo mismo.
Sin embargo, para nosotros los extras es totalmente diferente, como lo que decimos no afecta en lo absoluto el desarrollo de la historia, nos es fácil expresar todo lo que tenemos dentro.
Y es en este preciso momento que aprecio el don que tengo. Después de pasar horas escuchando la voz de Samantha mientras leía los cuentos, empezamos a conversar. Solo estábamos nosotros dos así que era muy fácil que nos sinceráramos.
Ella me contó todo lo que le había pasado en las últimas semanas, como Dylan la confundía diciéndole que la amaba y luego la despreciaba, como se sentía por el rechazo y como lo había elegido a él en vez de a su familia. Las lágrimas se le acumularon en los ojos y lo único que podía hacer es acariciar su cabello, cuando terminó de llorar me miró expectante y entendí que había llegado mi turno de hablar.
—No tengo mucho que decir. Ya sabes que prácticamente mi vida es la escuela.
—Vamos. Debe haber algo que no me has contado.— Insiste. La idea de decirle que estamos en una novela se asoma por mi mente. La descarto rápidamente, no quiero añadir más penar a su ya afligido corazón.
Recuerdo algo que me estaba atormentando los últimos días y decido por fin contarle. Voy a quedar como un pervertido pero estoy dispuesto a afrontar el riesgo.
—Tal vez no lo recuerdes muy bien porque pasó hace tiempo pero... Una vez cuando tú y yo estábamos en la azotea... Yo sin tu consentimiento... ¡De verdad te pido perdón por eso!
—¿Qué cosa hiciste?— Pregunta confundida.
—Yo te be...— Unos pasos me interrumpen y seguidamente Rose aparece en la entrada de la casa del árbol.
—¡Así te quería atrapar!— Dice cruzándose de brazos.— Con que aquí estuviste escondiéndote todo este tiempo.
Se acerca a mí y aunque retrocedo unos pasos ella me alcanza. Atrapa mi oreja y me arrastra hasta la salida.
—Espera. Tengo que decirle algo a Samantha. Déjame unos minutos hablar con ella.— Le ruego antes de bajar. Ella me observa con duda, le doy unos golpecitos en el hombro mientras hago un puchero.— Por fis.
Rose pone los ojos en blanco y acepta. —Te espero abajo, no intentes hacer nada extraño.
Asiento y rápidamente voy hacia donde está Samantha.
—Lo que te quería decir era...
—¿Quién era ella?— Pregunta ¿molesta?.
—Es la conserje.— Respondo obvio.
—¿Y por qué tiene tanta confianza contigo?— Recrimina.
—Fue la primera amiga que hice aquí, creo que por eso.
—¿Quién es más amiga tuya?— Pregunta ahora más enfadada por mi respuesta.
—Ella. Tú me cambiaste por Dylan.— Digo levantando los hombros.
Me mira como si le hubiera insultado y se va sin que le confiese mi pecado.
—¿Qué le hiciste para que se ponga así?— Dice Rose cuando llego abajo. Vemos como Samantha se aleja caminando mientras aprieta los puños.
—No lo sé.
Me guía hasta dentro de la escuela y juntos caminamos al almacén.
—¿Cómo llegaron a ese lugar? Siento que lo he visto antes.
—Samantha encontró la casa del árbol.
Se queda pensando varios segundos hasta que dice: —En fin, sigo buscando al intruso y no consigo ni una pista. ¿Tú has encontrado algo?
«Ni si quiera lo he intentado». —No.
—Creo que tenemos que pensar en otra forma de búsqueda, parece que el intruso se camufla muy bien.
Quiero decirle algo pero un golpe en la puerta del almacén nos interrumpe. Salgo asustado de que alguien me atrape con la conserje encerrado en un cuarto pequeño y que malinterprete la situación pero lo que encuentro es a un chico golpeado tendido en el suelo.
Se ha armado un círculo alrededor de él y algunos de los que están cerca animan al que le está dando la golpiza. ¿Adivinan quién es? Probablemente el chico miró mal a Samantha o se le insinuó así que el caballero la defiende a golpes.
Observo a los que están en el círculo pero no encuentro cerca a sus amigos que son los que normalmente lo detienen de herir gravemente a su víctima. Dylan sigue propinándole golpes al chico que ya está inconsciente y nadie se atreve a pararlo. Mi mente se debate entre lo que debo hacer y lo que es correcto. No debería interrumpir la escena pero no puedo dejar que maten al chico.
Como si tuviera vida propia mi cuerpo avanza a pesar de las advertencias de Rose y surfeo entre la multitud hasta que llego al centro. Antes de que Dylan le de el último puñetazo yo lo recibo y dejo que al adolorido chico lo lleven a enfermería.
—¿Qué diablos te pasa? ¿Por qué te metes en lo que no te incumbe?— Me grita rabioso.
—Estoy tratando de que no te conviertas en un criminal.— Le respondo todavía noqueado por el golpe.
Dylan se acerca a mí y me empuja para provocarme. Trato de escapar pero sigue dándome pequeños golpes en mi cara. Eso me irrita, yo también quiero responderle por todo lo que le ha hecho a Samantha y a mí. Levanto mi puño y veo como sonríe sabiendo lo que va a pasar.
Me detengo.
—¿Qué pasa? ¿Tienes miedo?— Me desafía.
—Sabemos quién va a ganar, yo ni siquiera sé pelear.— Le respondo sincero.— Además yo soluciono los problemas de otra forma.— Añado mientras me acerco a él mirando sus labios. Él se aleja rápidamente y ahora soy yo el que sonríe triunfante.
Empiezo a caminar hacia donde está Rose mirándome enojada y ya sé de antemano la reprimenda que me va a dar. Cuando ya estoy a su lado el sonido de la página pasar resuena y cuando abro mis ojos estoy en un bar con todo el grupo de Dylan. Estamos sentados en una mesa larga, él está en la cabecera junto a Samantha y los demás esparcidos a su alrededor. Me fijo en los presentes y noto que falta alguien.
Alisson.
Como si la hubiera invocado, ella entra al bar haciendo un gran estruendo con la puerta y todos volteamos a verla. Se acerca a la pareja y saca un teléfono de su bolsillo.
—Tengo algo que mostrarte, nerd.
Samantha la mira extrañada pero le resta importancia.
Alisson al verse ignorada dice más fuerte: —¿Alguna vez te preguntaste por qué Dylan se interesó en ti tan repentinamente? Aquí está la respuesta.
Dylan trata de decir algo pero Samantha es más rápida y alcanza el celular. El video de la fiesta se reproduce en la pantalla, parece que fue hace siglos que él apostó que llevaría a la cama a la última virgen de la escuela.
Todos esperamos expectantes la reacción de Samantha, su rostro va de sorpresa, incredulidad, enojo hasta llegar a tristeza. Quiero pararme de donde estoy e impedir que siga viendo el video pero no puedo moverme.
Termina el video y hay un silencio sepulcral en el bar. Ella se levanta llena de lágrimas pero Dylan le impide que se vaya.
—Te puedo explicar todo.—Dice sosteniéndola del brazo.
—No hay nada que explicar, ahora sé que solo yo realmente te amaba.
Samantha cruza la puerta llorando amargamente hasta que desaparece y termina la escena. Los que nos quedamos ahora observamos la reacción de Dylan y él lo único que hace es mirar su botella de cerveza vacía. Me levanto para ir tras ella cuando se oye una fuerte risa.
Todos volteamos hacia donde vino el sonido y observamos como Samantha ingresa de nuevo al bar pero en vez de llorar ahora se está riendo fuertemente. Se seca las pocas lágrimas que recorren su rostro y llega hasta donde está Dylan.
—¿Samantha? ¿De qué te ríes?— Pregunta confundido.
—De ti.—Responde ella secamente.— ¿Creías que me importaba que todo fuera una apuesta? La verdad es que ahora estoy más relajada, por fin podré despegarme de ti. Has sido un maldito grano en el trasero todo este tiempo.— Él frunce el ceño confundido.— ¿Todavía no entiendes?—Pone los ojos en blanco.— Ya sé que estamos en una novela, bruto.
:0
¿Alguien más quedó impactada como yo?
Bueno y ahora con respecto a la pregunta del anterior capítulo, Samantha y Tobby tiene 18 años y Rose 24. Así que la ganadora es: EstherSaballos
Te has ganado la oportunidad de elegir el nombre de un nuevo personaje que aparecerá. Luego me comunico contigo.
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